1 El laberinto

  Entre respiraciones agitadas, movimientos rápidos y fugaces cortes de espada, un joven individuo de ojos cafés, batallaba por mantenerse de pie. Su cuerpo estaba empapado en sudor y sangre, las venas destacaban en su frente y brazos, queriendo explotar.

  --¡Ahhh! --Gritó, fulminando con su mirada al enemigo, quién había clavado su pinza de insecto en su estómago.

Apretó la empuñadura de su espada, no atreviéndose a soltarla y, con un movimiento decidido apuñaló al lado de su cabeza, provocando que una fuente de sangre saliera volando hacia el cielo, dibujando una sangrienta escena con ese líquido verde. El enorme insecto con semejanza a una mantis religiosa cayó al suelo derrotada.

  --Al fin. --Dijo sumamente cansado.

Al levantar la mirada para observar  el oscuro cielo estrellado, la frialdad invadió su cuerpo, mientras sentía como poco a poco iba perdiendo la fuerza y su vida.

  --¡¡NOOOOOO!! --Gritó lleno de dolor.

Su cuerpo cayó al suelo, con un enorme agujero en su espalda que derramaba litros de sangre en el suelo, pero aún en ese momento, no soltó su espada.

∆∆∆

  --¡No, maldición! ¡No!

En una habitación de dos metros cuadrados, donde solo se podía ver un candil, una mesa pequeña, una silla, un cuadernillo y, una pluma con tinta, un joven de aspecto miserable se encontraba gritando, golpeando con toda su fuerza a la oscura pared y derramando sangre de sus nudillos y frente.

  --Estuve tan cerca...

Recostó su frente en la fría superficie vertical, sintiendo como su cuerpo se debilitaba y la tranquilidad se apoderaba de él. Las lágrimas comenzaron a brotar, aun cuando él se forzaba para no llorar. Resbaló hacia el suelo con lentitud, sentándose y abrazando sus piernas, sus ojos habían perdido por completo la esperanza y, su mente estaba más fracturada que un enorme cristal que cae desde una altura de cien metros, no había nada por lo que vivir, absolutamente nada y, aunque deseaba de todo corazón morir, tampoco podía hacerlo, no porque no se atreviera a intentarlo, sino que ligeramente no podía, pues cada vez que lo hacía, volvería a esta extraña habitación donde había estado encerrado por un incontable tiempo, del que ya no era consciente.

Al pasar un par de horas recuperó momentáneamente la compostura y, como un buen hábito que había desarrollado desde hace mucho tiempo, se sentó en la silla de madera, abrió el cuadernillo, mojó de tinta la pluma, pasando por las hojas repletas de palabras en un alfabeto desconocido.

"Día 5 desde que --Comenzó a leer la primera página-- aparecí en este extraño lugar, aún no sé cómo salir de esta habitación, lo he intentado de todo, pero me es imposible. Ya no aguanto el hambre."

"Día 10 desde que aparecí en este lugar. Ya descubrí cómo salir de aquí, pero el problema es que afuera hay bestias sumamente peligrosas, que no dudarán en atacarme."

  "Día 20: Hoy morí, jaja, sí, morí, parece una completa locura y, aunque aún estoy dudando de mi cordura, parece que lo que viví allá afuera con esos terribles lobos fue cierto."

  "Día 50: Me he dado cuenta por mis vagos experimentos que puedo comer esa tierra oscura de la primera sala. He bajado mucho de peso, casi parezco un esqueleto, sin embargo, cada vez que muero, recuperó mi aspecto de cuando aparecí por primera vez en esta habitación. Dato importante para mí yo del futuro: No bajes por la escalera antes de llegar a la primera sala, está llena de abejas asesinas."

  "Día 70: He podido crear mi primera herramienta ofensiva, es un palo de madera, lo llamé: palito, ya he logrado matar a esos lobos bastardos que me asesinaron la primera vez y, aunque me siento algo mal, eran ellos o yo y, pues claro, aunque soy inmortal, o al menos eso creo, morir es jodidamente doloroso y, es algo que voy a evitar a como de lugar."

  "Día 100: Cien días, aún no me puedo creer que haya durado tanto tiempo, gracias a Dios tengo a palito conmigo, si no no sabría lo que haría. Nota importante: recuerda que dejaste a palito en el camino a la segunda sala."

  "Día 150: Hoy murió palito, sé que le prometí que no lloraría, pero me es imposible, esos monos bastardos me emboscaron y el valientemente me defendió. Creo que nunca encontraré un mejor amigo como lo era palito."

  "Día 155: He buscado por toda la sala uno un familiar de palito, el tenía familia, pero lamentablemente no encontré a nadie. Lo siento palito, no pude cumplir mi promesa."

  "Día 200: Hoy logré matar a ese puto gorila que asesinó a palito, sé que no lo traerá de vuelta, pero al menos lo he vengado."

  "Día 250: Hoy es mi aniversario número treinta de muertes. Por cierto, recuerda colocar tú marca en zona segura, ya he muerto demasiado por ser un completo idiota."

  "Día 500: Hoy he vuelto a escribir, juré que lo dejaría, pero no puedo, tengo miedo, creo que he comenzado a escuchar voces, así que es mejor desahogarme aquí, que sentirme observado."

  "Día 700: Hoy logré matar al primer jefe de sala. Joder, pensé que moriría, pero parece que no y, además logré obtener una armadura de cuero, es algo fea, pero protege bien, por lo que ahora será más difícil matarme, jaja."

  "Día 708: Perdí mi armadura en un lugar de la sala tres, creía que enterrarlo era la mejor opción, pero parece que solo es una buena opción si recuerdas donde la enterraste. Lo sé, futuro yo, soy un idiota."

  "Día 900: Hoy he hecho un descubrimiento asombroso, no sé si desde el principio tengo la habilidad de guardar cosas en una dimensión desconocida o la gane en el trascurso del tiempo, pero sea como sea, es muy útil, así no volveré a perder nada. Lamentablemente solo me deja guardar tres cosas."

  "Día 1000: Ya me he cansado de todo esto, sé que has de pensar que soy un imbécil, futuro yo, pero hoy me he intentado quitar la vida. Y como puedes intuir, no ha funcionado."

  "Día 2479: Maté al jefe de la segunda planta, al parecer he ganado la habilidad de reforzar mi cuerpo y, aunque me he dado cuenta con el pasar del tiempo que mi fuerza, agilidad, inteligencia y resistencia disminuye al morir, las habilidades que gano no las pierdo."

  "Día 3560: Ya no sé si me estoy inventando los números de los días, me parece imposible que haya estado por tanto tiempo en este lugar y no pueda notar ni un solo cambio en mi cuerpo. No envejezco, no adelgazo, no engordo, no pasa absolutamente nada, pero eso sí, he perdido mis recuerdos sobre quién era antes de llegar aquí. Maldita sea, no lo escribí."

  "Día 5078: No recuerdo mi nombre, ni como he llegado aquí, no sé que soy ¿Seré una bestia como las que hay allá fuera? ¿O talvez seré un jefe de sala?"

  "Día 6200: He conseguido la habilidad de crear, pero debo conseguir los materiales necesarios para fabricar algo, ya logré conseguir un poco de madera, creo que mi primera creación será una espada, ya estoy cansado de pelear con las manos."

  "Día 6300: He logrado conseguir todos los materiales necesarios para fabricar una espada, pero creo que será mañana, porque ya estoy en la maldita habitación y, aquí no funcionan mis habilidades."

  "Día 6301: Fracasé en crear mi espada, al parecer debo incrementar el nivel de mi habilidad, sea lo que sea eso. Parece que tendré que buscar nuevamente los materiales."

  "Día 7235: Después de más de mil intentos, por fin logré crear mi espada, es muy bella y muy filosa, parece que seré más rápido al matar a esas bestias."

  "Día 10700: Hoy se cumple mi muerte número mil, o eso creo, he perdido la cuenta, así como los días, ya que en verdad no sé si me los estoy inventando."

  "Día 15289: Hoy por primera vez en mucho tiempo soñé y, lo mejor es que puedo recordarlo, aunque con lo que soñé era muy extraño, recuerdo objetos con ruedas que tragaban a gente como yo y otro como yo movía un objeto parecido a una rueda. No sé que signifique, pero estoy seguro de que estoy loco, pues ¿Quién creería que existen esas cosas que tragan gente como yo?

  "Día X: Parece que el día ha llegado, ya no recuerdo de que día es hoy, estoy seguro que es cerca del veinte mil, pero no sé cuál, bueno, no importa, después de todo, no sirve de nada saber que día es, o más bien ¿Qué sería mejor? ¿Cortarme una pierna, o un brazo? Creo que si lo hago en un solo movimiento, lograré encontrar a ese puto conejo que me robó mi bola roja".

  "Día X: Puto conejo, me volvió a robar."

  "Día Xh: Encontré al conejo y lo maté, pero no me devolvió mi bola roja."

  "Día XK: Me he enfrentado por veintésima vez al jefe de la décima sala, no he podido ganar, pero estoy seguro de que la siguiente vez ganaré yo."

  "Día Xjs: Después de matar al jefe de la sala veinte, logré conseguir otras dos habilidades, además de una armadura de escamas de dragón, o al menos eso dice en la descripción."

  "Día Sjx: Hoy he vuelto a soñar. Soñé con una explosión que ponía todo brilloso, sentía calor y alguien gritaba mi nombre, aunque no sé cuál es mi nombre, solo sé que me llamaba a mí."

  "Día sbf: Me he hecho amigo de un árbol de la sala treinta y, me ha contado secretos de este maldito laberinto, pero como son secretos, no te los puedo contar, yo del futuro, lo siento."

  "Día hdjelz: Dejaré de escribir, creo que ya me he cansado."

  "Después de más de una década sin escribir, o eso creo yo, he logrado encontrar una pista sobre la posible salida de este puto laberinto. Aún no si es verdad, pero tengo que probarlo."

  "Me he acostumbrado a la muerte, pero la decepción de saber que no he logrado salir, es más doloroso que mil golpes de esos altos hombres de barba"

  "Ya estoy cerca de la salida, lo presiento."

  "Sé que estoy cerca."

  "Cerca, muy cerca."

Las siguientes páginas se resumieron en lo cercano que se encontraba a salir, eran tantas que podían llenar una mansión.

  "Descubrí que después de la sala de esos bichos, hay un jefe, lo que me han dicho mis amigos árboles es que si logro matarlo, podré salir de aquí. Dicen que es muy fuerte. Bien, parece que es momento de ocupar todas mis habilidades."

  "No he logrado llegar con el jefe, esos malditos bichos me han matado una vez más, aunque hoy casi los venzo."

  "He muerto bajo sus pinzas, pero ya sé cómo derrotarlos. Recuerda apuntar a sus antenas."

Después de otro interminable tomo de páginas sobre las debilidades de los insectos y su intento por lograr llegar con el jefe, llegó a una página en blanco.  Remojó una vez más su pluma y comenzó a escribir.

  "Hoy casi lo logro."

avataravatar
Next chapter