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El diario de un Tirano

Si aún después de perderlo todo, la vida te da otra oportunidad de recobrarlo ¿La tomarías? O ¿La dejarías pasar? Nacido en un tiempo olvidado, de padres desconocidos y abandonado a su suerte en un lugar a lo que él llama: El laberinto. Años, talvez siglos de intentos por escapar han dado como resultado a una mente templada por la soledad, un cuerpo desarrollado para el combate, una agilidad inigualable, pero con una personalidad perversa. Luego de lograr escapar de su pesadilla, juró a los cielos vengarse de aquellos que lo encerraron en ese infernal lugar, con la única ayuda que logró hacerse en el laberinto: sus habilidades que desafían el equilibrio universal.

JFL · War
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Azar

Le obsequió a su dama guardiana una mirada, deseoso por notar el destacado aumento que provocó en su cuerpo, sin embargo, los segundos pasaron y nada realmente ocurrió, sintiendo una ligera decepción.

--¿Cómo te sientes? --Preguntó intrigado.

No hubo respuesta, solo esa misma mirada perdida. Repitió la pregunta una vez más y el resultado fue el mismo, pero antes de hacerlo por tercera vez, la dama regresó de vuelta, sacudiendo el rostro como si una ráfaga de viento hubiera impactado en sus bellos ojos.

--¿Trela D'icaya? --Miró aturdida al alto hombre, como si su silueta fuera la ilusión en un sueño profundo--. Algo me ha ocurrido --Dijo--, no puedo explicarlo, pero, me siento atraída a la luz de una manera poco natural.

--Es un regalo --Dijo él con una sonrisa tranquila--. Desenvaina y ejecuta un par de movimientos rápidos. --Ordenó.

Mujina asintió, ligeramente dudosa por la repentina petición, pero no por ello se abstuvo de obedecer. Rápidamente extrajo de la funda su preciada espada, deslizando su vista por la delgada hoja del arma, mientras inspiraba con profundidad. Al exhalar, ejecutó con una sublime danza de tres cortes rápidos al aire, fue tal su velocidad, que, mientras realizaba el segundo, los ojos comunes apenas percibían el primer movimiento. Al terminar, su mirada inmediatamente fue dirigida a su señor, quién le miraba con una sonrisa, tenía varias preguntas, siendo la más importante ¿Cómo lo había hecho? Pues, recordando todo el trayecto, no había notado en ningún momento que el joven la tocara, o hiciera algo extraño con ella.

--No necesitas decir nada, solo acostumbrarte --Dijo--, porque, aunque tu exhibición fue buena, no fue perfecta --Su mirada ganó un matiz de seriedad--. Y como mi guardiana, no toleraré ningún error.

--Perdón, Trela D'icaya --Dijo inmediatamente, cayendo sobre sus rodillas y sus puños tocando el suelo--, prometo no decepcionarlo nuevamente.

Orion sonrió una vez más, para luego ordenarle a Mujina que volviera a colocarse de pie, mientras se volteaba y se dirigía a su castillo con la compañía de las dos féminas.

∆∆∆

El crujir de la leña era la única constante, no había un ruido aparte de ello, aunque si se podía considerar, sus largos suspiros de contemplación también sonorizaban el lugar. No se creía invencible, no aquí, en el nuevo mundo, donde un mal movimiento, una mala comida, o hasta un mal paso, eran posibles factores para llevarlo a un fatídico desenlace, uno que no estaba buscando y, ahí estaba la razón de su inquietud mental, del gran esfuerzo que estaba haciendo para encontrar una manera de destruir al ejército que se aproximaba con el menor número de bajas. Había analizado cientos de escenarios distintos, la mayoría de ellos inspirados en los libros de estrategia que encontró en la sala de libros, sin embargo, la información faltante era el posible factor de su ruina y, eso era que no conocía las fuerzas verdaderas del ejército enemigo, como por ejemplo: el tipo de tropas que lo conformaban, el equipo o armas que usaban, las tácticas del general y, algunas otras cuestiones de menor importancia, pero igualmente relevantes en el campo de batalla.

--¿Hemos recibido un nuevo mensaje de los exploradores? --Preguntó sin girar el cuello.

--Aún no, señor Orion. --Respondió sinceramente.

Hizo una mueca, no había nada más fastidioso que esperar y, aunque se consideraba alguien paciente, la información que los exploradores traerían sería clave para la derrota de sus adversarios, por lo que, la esperaba con un poco de ansias.

*La construcción: torre de arqueros ha finalizado*

*Has completado la tarea oculta: La primera piedra*

*Has ganado 150 puntos de prestigio*

*El trabajo gobernante ha subido de nivel*

*Requisitos completados, has desbloqueado la sección: caja sorpresa*

*Has ganado una oportunidad gratuita en el sorteo de caja sorpresa*

Las repentinas notificaciones lo extrajeron de su mundo imaginario, trayéndolo de vuelta a la realidad, no solo fue súbito, sino también extraño, se sentía complacido con que fuera notificado sobre la construcción realizada y los puntos de prestigio extras que la misión oculta le había otorgado, además de haber subido de nivel el trabajo de "Gobernante", sin embargo, las últimas dos opciones fueron las que lo dejaron aturdido momentáneamente, pues, al tocar está última, rápidamente apareció un cofre ilusorio de color dorado que comenzó a moverse como si alguien estuviera dentro y deseara salir, para después de cinco segundos de espera deslumbrara con una luz radiante y, dejara como sustituto una hoja rectangular endurecida con una bella imagen pintada en ella y unas cuántas palabras escritas.

"El regalo del hermano tacaño" tenía por nombre la carta y, no era para menos, pues, el valor de la misma eran diez monedas de oro.

*El premio se ha transferido a una ranura especial de tu inventario*

Luego de minimizar la notificación a un lado, comenzó a leer la información sobre la nueva sección: caja sorpresa. Había simpleza en la explicación y, en resumen se podría ejemplificar que era como un juego de azar, en donde se compraba un boleto con el valor de mil monedas de oro para participar en la abertura de una caja dorada, teniendo la probabilidad de ganar: artículos únicos, monedas de oro, ropa de materiales imposibles de conseguir por la vía común, investigaciones ya completadas (pero no permitiendo saltar épocas), armas y armaduras con altos atributos, clases ocultas, ventajas, puntos de estadísticas, materiales, recursos y, en letra muy pequeña, una alta probabilidad de conseguir basura, siendo la carta que recibió de este último tipo, en realidad había más cosas que contenía el cofre dorado, pero los símbolos extraños no le permitieron entender más allá de lo ya mencionado.

Al finalizar con su lectura, las ganas por comprar uno de esos boletos incrementaron, no obstante, la riqueza que poseía su sala del tesoro no era la adecuada para despilfarrar, en parte porque la anterior administración había vivido repleta de lujos y, aunque no estaba en peligro de tener una crisis financiera, no era el momento de gastar algo que claramente le hacía mucha falta para el progreso de su vahir.

|Gobernante -Señor- Nivel medio|

El cielo te ha bendecido con la oportunidad de darle un nuevo amanecer a tu gente.

-Aumento del 7% en la velocidad del estudio de tecnologías.

-Aumento del 7% en la velocidad de construcción.

-Aumento del 7% en la velocidad de crecimiento de todos tus cultivos.

-Tienes 7% de probabilidad de reclutar a un héroe.

-Tus tropas gozarán de un aumento en su nivel cuando estés cerca.

-Hay una menor probabilidad de insubordinación.

-Los títulos que les otorgues a tus súbditos tendrán una mejora en sus estadísticas y atributos. (Hay títulos que no pueden duplicarse).

Sonrió al notar el ligero cambio, todavía no entendía mucho sobre esos porcentajes, pero sabía algo: entre más, mejor.