El líder de la tribu produjo un sonido para llamar a los demás miembros de la tribu. Era necesario presentarles a su invitado para evitar malentendidos o conflictos innecesarios. Además, ocupaba la ayuda de algunos para que lo apoyaran mientras se acostumbraba a sus costumbres, trabajos matutinos y relación con todos.
En menos de cinco segundos, todos los miembros faltantes llegaron a la entrada de la aldea. Cada uno se impresiono por el visitante y esperaron con cierta impaciencia las palabras de su líder. Si todo resultaba como creían, no faltaría mucho para que abriera por completo la tribu y pudieran viajar a otras partes de la isla o entrar a mazmorras de mayor rango.
—Buenas tardes, mis queridos habitantes. Siento las molestias por interrumpirlos en sus trabajos. Esta vez, los he llamado para presentarle a alguien—hablo el anciano. Arrastro al Héroe hacia adelante y presento:—El es nuestro invitado, Elías. Él es un humano que viene del exterior y busca vivir una vida mas pacifica. Espero que puedan ayudarlo a adaptarse.
Elías sintió un pequeño golpe en la espalda y avanzo hacia adelante. Nervioso por las miradas expectantes de la tribu, miro al anciano y recibió un asentimiento. Tomo un respiro para calmarse y avanzo unos pasos adelante. Tenia que presentarse bien para no arruinar la primera impresión y llevar una estadía menos placentera.
—Buenas tardes, Tribu Panther Chameleon, mi nombre es Elías. Como su líder, Raf, menciono, yo vengo del exterior y busco una vida mas hogareña. Espero llevarme bien con todos ustedes y poder trabajar juntos. Si tienen alguna pregunta, estaré encantado de contestarlas.
Al finalizar su presentación, la zona se torno silenciosa. Elías se maldijo y suspiro en su mente por no agregar mas, arruinar la primera impresión dificultaría las relaciones. Ahora tenia que esforzarse el doble para recuperar la perdida de hoy y estar cerca de vivir su vida de ensueño. No obstante, las preguntas frenéticas de la tribu lo sacaron de sus pensamientos.
—¡Vienes del exterior!¡¿Es cierto que hay islas mas grandes que las nuestras?!
—¡¿Tienes libros en tus sellos?!¡He escuchado que hay obras capaces de calentar el cuerpo!
—El ultimo humano que vino del exterior era muy fuerte. ¿Que tal un combate amistoso un día de estos?
—¡¿Que tipo de chica te gusta?!
—¡¿Tienes algunos mapas del mundo?!¡Quiero ver que cambios hay con el ultimo visitante?!
Elías se sintió abrumado por el acercamiento y las preguntas de la tribu. En toda su vida, la gente nunca se acerco con tanto positivismo y curiosidad. La vista delante suyo hizo que sacara una sonrisa involuntaria y tratara de calmar la ola de preguntas. Primero debía calmar a la multitud para contestarles sus preguntas interesantes y un poco extrañas.
—Deténganse, abruman a nuestro invitado—intervino el anciano.—Se que tienen muchas preguntas, pero esperen hasta la noche. Recuerden que tiene trabajo por hacer.
—Jejeje, disculpa líder. Ha pasado un tiempo desde el ultimo invitado—dijo una mujer con veinte niños a su lado.—Vamos, chicos, volvamos a clases. Todavía necesitan usar la magia de decimo grado.
—¡Bien, maestra!—dijeron los niños.—¡Hasta luego, señor humano!
Elías comenzó a despedirse de los niños, la maestra y los demás habitantes. Luego, oyó como el escuadrón se despedía del anciano y él para volver a su rutina de cacería. Aunque, no pudo evitar sonreír con nerviosismo por la retirada molesta de Fanet y la clara hostilidad hacia su persona. Parecía que la chica seria mas difícil que toda la tribu.
"Tampoco creí que la convencería con mi presentación mal hecha, pero se volvió más hostil. Esa chica me complicara mi estadía pacifica. ¡Que pereza!" suspiro cansado. Esperaba que ella no fuera igual de complicada que Katie. Si resulta igual, tendría un largo y difícil comienzo. "Al menos logre tener una buena impresión en la tribu. Seria tortuoso comenzar con una impresión igual o peor que Fanet".
—¿Que opinas de mi tribu?
—Son muy alegres. Deben de gustarles las fiestas y las buenas experiencias. Es un buen lugar para vivir.
—Me alegra que opines así, sino te seria muy difícil adaptarte—sonrió. Pensó que se sentiría agobiado por el positivismo de la tribu, pero por su expresión estaba a gusto.—El único problema que vería son las celebraciones al medio día. Siempre las llevamos a cabo en el lugar mas despejado y caluroso de nuestro territorio. ¿Crees soportarlo?
—Veremos cuando llegue el momento.
—Solo espero que no te desmalles. Hace tiempo, un grupo de humanos vino a una fiesta y no duraron mas de cinco minutos.
—Eso suena a un reto.
—¿Y si lo fuera?
—Lo aceptaría con todo el gusto, Raf.
Elías junto al anciano se detuvieron un momento y rieron por la conversación. Ninguna se había dado cuenta de que se habían familiarizado mucho con el otro para hablar así. Tal vez era por que cada uno relacionaba la personalidad del otro con alguien muy importante. Sin importar la razón, ambos chocaron la mano y entraron a la aldea.
En el trascurso del viaje, Elías observo las actividades de algunos habitantes y sonrió con nostalgia. Verlos sonreír, aprender y esforzarse por cumplir su trabajo hizo que recordara las tareas que su abuelo imponía en la granja y los entrenamientos para manejar el poder del héroe. Si bien fue muy estricto en sus enseñanzas, estaba agradecido por los buenos recuerdos que le dejo.
Unos minutos mas tarde, ambos llegaron a un árbol de hojas verde cubierto de musgo morado. Escalaron por el musgo irradiante de calor y entraron por una abertura oculta en una rama. Al entrar, una temperatura de doscientos grados llovió por sus cuerpos junto a un aire muy caliente y sofocante. Sin embargo, saltaron hacia la habitación sin ser afectados se acomodaron en el suelo.
—Me haz sorprendido, no te vez afectado por la temperatura. ¿Haz visitado lugares muy calurosos?¿O tienes un cuerpo adaptado al calor?
—Ambas. Mi constitución siempre a sido resistente al cambio de temperatura. Eso no significa que me guste sudar—respondió con un poco de sudor.—Aun así, estoy sorprendido que tengan musgo de invierno. Este material se encuentra en lugares de extremo frio.
—Un poco de comercio y materiales de mazmorra solucionan casi todo.
—Ya veo.
El anciano aguardo silencio unos momentos y activo una matriz del árbol. Confiaba por completo en el héroe, los anteriores héroes y reina demonio no han causado nada para mancharlo, pero estaba curioso por la decisión de siempre recluirse del mundo exterior. Esa pregunta siempre le rondaba por su mente.
—Active una matriz de verdad. Cualquier mentira que respondas o Autoridad relacionada al engaño la detectare, te sugiero que contestes honestamente—informo. Agarro un libro de su sello y lo coloco al frente suyo.—Si estas seguro de seguir, recoge este libro y sostenlo entre tus manos.