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Supervivientes

Después de un largo rato caminando, por fin llegamos a la armería, pero no todo era como esperábamos.

Bang bang.

Según nos acercábamos empezamos a oír sonidos de lo que parecían disparos, y finalmente llegamos a la calle de al lado de la armería, solo teníamos que girar hacia la derecha y la tendríamos enfrente.

"Oye Ray, ¿tu no podías hacerte invisible?" me dijo Jesús "¿Y si te acercas a ver qué está pasando?"

"Ni de coña" respondi "ni siquiera sé cómo funciona eso, y cualquier bala perdida me puede dar, mejor esperamos a que la cosa se calme, si quieres ver ve tu."

"Tienes razón, mientras esperamos a que se calme podríamos investigar que es el orbe" dijo Petra, sacando el móvil.

Un rato después, estábamos con más preguntas que respuestas.

Según encontramos en internet, la mayoría de la gente trataba el orbe como el alma, y cada persona tenía un don, algo que podían hacer a través del alma, como la fuerza de Iván o la velocidad de Jesús.

Alrededor de media hora después, dejamos de escuchar disparos y cualquier sonido en general, así que decidimos asomarnos para ver qué había pasado.

Al ver lo que había pasado, no podíamos creer lo que veíamos.

Había agujeros de bala por todas partes, y sangre también. Caminamos lentamente hacia la tienda, mirando nerviosamente a nuestro alrededor. Al mirar a los cadáveres con agujeros de bala, algunos tenían armas blancas en las manos, y otros incluso algun arma caliente, pero no nos atrevimos a cogerlas ya que estaban manchadas de sangre.

"Joder esperemos que los que hayan echo esto ya se hayan ido" dijo Iván, a lo que el resto estuvimos de acuerdo.

Al llegar a la armería, lo primero que vimos fueron los cristales rotos, junto con tres cadáveres que parecía que habían intentado huir del lugar. Al ver esto, todos sacamos nuestras armas, aunque fue más para tranquilizarnos que por otra cosa, ya que de nada sirve un cuchillo o un hacha contra una pistola.

Afortunadamente, o desafortunadamente, no había nadie vivo en el lugar, seguramente se hayan ido los disparos.

"Mierda apenas queda nada" dijo Jesús, al ver las pocas armas que quedaban esparcidas por el suelo.

"Que cada uno coja una pistola y una escopeta o algo parecido, y meta todas las balas y otras armas o cosas útiles en las mochilas" dijo Iván.

No tardamos mucho, en apenas quince minutos habíamos saqueado todo lo que podíamos. Cada uno cogió un chaleco antibalas, junto con otras dos placas balísticas que guardamos cada uno en la mochila. Al parecer, los que habían venido antes solo estaban interesados en las armas.

Hablando de armas, cada uno cogió una pistola, Petra y yo, que habíamos disparado en un campo de tiro antes, cogimos además un rifle, y Darío, Iván y Jesús cogieron una escopeta cada uno, ya que no son muy complicadas de usar.

Metimos rodas las balas posibles en nuestros bolsillos y mochilas, y yo además cogí otra pistola por si acaso y me la guardé en la mochila.

Rápidamente salimos de la tienda, y nos empezamos a dirigir hacia un supermercado cercano, ya que estábamos hambrientos.

Al llegar, vimos que al momento del despertar (así llamaba la gente en internet al fenómeno de la luz) debía de haber mucha gente comprando, ya que el suelo estaba lleno de cuerpos.

Rápidamente nos dijimos hacia la sección de comida enlatada, ya que solo con barritas energéticas no íbamos a sobrevivir, cuando de repente un grupo de unas 5 personas, todos hombres, y medían alrededor de 1.80, salieron del pasillo de al lado. Rápidamente, les apuntamos con nuestras armas, yo y Jesús con las pistolas, y el resto con sus otras armas.

Al vernos apuntándoles, sus caras se pusieron pálidas, y soltaron los cuchillos que seguramente habían recogido de la sección de cocina.

"H-hola, mi nombre es Félix" dijo el que parecía el líder, tembloroso" no queremos haceros daño, solo veníamos a por algo de comer, ¿a qué grupo pertenecéis?"

"¿Grupo?" preguntamos.