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Capitulo 2 Libro secreto

Las instalaciones del lugar donde me encontraba eran confusas. Al principio, pensé que era un orfanato. Los recuerdos de este cuerpo no contenían información sobre este lugar, este cuerpo que ahora es el mío no sabía nada, él había sido abandonado. No sé por qué, pero todo parecía una coincidencia. El nombre de este niño era igual al de mi vida pasada, y su historia también era casi idéntica. ¿Acaso algo o alguien hizo que reencarnara en este cuerpo, o es solo una coincidencia?

Caminando, abrí la puerta de hierro. Este lugar parecía un orfanato, pero la puerta daba la impresión de ser para encerrar. Fue solo eso lo que me impidió pensar en este lugar como un orfanato. Entonces, ¿qué lugar es este? En los recuerdos del cuerpo que poseo, no hay nada acerca de este lugar. El niño había despertado en esta habitación, desconcertado, sin saber dónde estaba ni por qué estaba aquí.

Salí por la puerta. Desperté en este cuerpo hace menos de cinco minutos, y hace menos de cinco minutos había muerto. Todo era extraño, se sentía extraño. Había reencarnado en un mundo nuevo y tenía el cuerpo de un niño de diez años. Cualquiera estaría así.

Al salir de la habitación, me encontré en un pasillo. Los muros eran de algún tipo de piedra, pero esta piedra no era normal. Sentía una sensación muy familiar: maná. Al meditar, había conseguido tener maná, pero no sabía cómo usarlo ni comprenderlo, así que lo dejé.

Había muchas más puertas. Este lugar parecía conocido; ya había estado en lugares parecidos a este.

"¿Este lugar será una prisión o qué será?", pensé. El lugar tenía apariencia de prisión. Las puertas eran de hierro, mientras que en las prisiones son de barrotes, al igual que las ventanas. La ventana de mi habitación era de barrotes. Todo empezaba a tener sentido, pero necesitaba más información acerca de este lugar.

Seguí caminando y llegué a unas escaleras al final del pasillo. Todo estaba medio oscuro. Al bajar las escaleras, una luz empezó a surgir. Llegué al final de las escaleras y había una sala como un comedor, parecido a un restaurante, pero las mesas y asientos eran de madera. Las luces provenían de un extraño cristal que emitía una luz casi idéntica a la del sol.

De igual forma, sentía maná en ese cristal. Todo esto era extraño. Caminé más y, al cruzar el pasillo justo antes de salir de las escaleras, había muchos niños, todos entre los diez y doce años. Ninguno de ellos emitía la sensación de tener maná. Caminé y me acerqué a donde estaba una fila.

"Siguiente, sigan despacio si no quieren morir", dijo una mujer que entregaba comida en una charola.

¿Acaso dijo morir? Un pensamiento vino a mi mente. Este lugar no es una prisión ni un orfanato. Según las novelas ligeras, los protagonistas a veces llegan a un lugar conocido como mercado de esclavos o venta de esclavos.

"Este lugar… es donde venden esclavos", pensé, llegando a una conclusión. Era la respuesta más lógica en este lugar que parecía una prisión, pero no lo era.

Finalmente llegó mi turno. La mujer tenía más o menos unos cincuenta años, ya estaba vieja. Vestía de blanco y llevaba uno de esos gorros de cocinero. Me entregó una charola que contenía un solo pan duro, un vaso de agua hecho de madera, sin cubiertos, y una extraña fruta con forma de manzana pero de color negro.

Salí de la fila y busqué un lugar para comer. Vi una mesa con tres asientos a cada lado. En esta mesa había una niña, pero esta niña parecía mi hermana. Tenía los mismos ojos rojos y el cabello plateado. También era muy hermosa, pero esos pensamientos los borré. Tengo la mentalidad de un asesino y nunca me llevé bien con niños.

"Disculpa, ¿me puedo sentar aquí?", pregunté. La niña me miró, agachó la cabeza y luego habló.

"Sí… adelante", respondió con frialdad.

Parecía tímida, pero su rostro era frío, sin ninguna emoción. Si estoy en lo correcto y este lugar es uno de esos de venta de esclavos, esta niña frente a mí posiblemente ha sido torturada o le han hecho cosas muy desagradables. Los recuerdos de este cuerpo eran así; le hacían torturas casi a diario. Era un sinfín de torturas, y por eso supongo que esta niña también ha pasado por lo mismo. Soy… no, era un asesino, y las torturas no me afectaban.

Me senté y coloqué la charola en la mesa. Estaba frente a la niña, que estaba callada y con la mirada hacia abajo. Parecía estar cansada.

Agarré el pan y me lo llevé a la boca. La textura era muy dura y sabía a pan inservible, con un mal sabor. Tomé el vaso de madera con agua y bebí. El agua tenía un sabor medio sarroso, como si le hubieran echado el sarro de los metales. Todo era desagradable, pero yo, que fui criado como un asesino y comía cosas aún peores que esto, no le prestaba atención. Esto es demasiado simple para mí.

"¿Qué es esto? Parece una manzana, pero es negra", murmuré.

De pronto, la niña que estaba en silencio me respondió.

"Cómelo, eso es lo que nos mantiene vivos a todos aquí", dijo en un tono bajo.

Agarré la manzana negra y le di un mordisco. El sabor era dulce y tenía una buena textura, mucho mejor que la manzana común. Pero algo raro se sentía en mi cuerpo. El maná empezó a aumentar, aunque en una porción tan minúscula que casi no se sentía. Pero en mi caso, sí lo sentía. Era una sensación de cosquilleo en mi pecho.

Miré a la niña, con ganas de hacerle algunas preguntas.

"¿Qué lugar es éste?", pregunté.

"…"

Me miró con una expresión que decía: "¿Acaso no sabes dónde estamos?". Eso decía su rostro. Los recuerdos de este cuerpo tampoco sabían qué lugar era este.

"Este lugar es para vendernos a los nobles", respondió.

Con eso, confirmé que este lugar es de esclavos. Pero, ¿a qué se refiere con nobles? ¿Acaso se refiere a esas personas con toneladas de dinero, muy orgullosas y arrogantes? A esos nobles se refería. Si ese es el caso, este mundo sería muy difícil. Si hay nobles, también hay plebeyos, y los plebeyos son considerados la basura de los humanos. Nunca entendí por qué en toda historia los plebeyos son tratados así como una escoria inservible.

"¿Cómo te llamas?", pregunté.

"…"

Con la misma mirada de antes, la niña me miró con indiferencia. Parecía estar un poco enojada, pero no lo mostraba. Levantó los labios y respondió.

"Me llamo Gloriana Mengral…", dijo con indiferencia, mostrando una mirada fría.

"Es mi turno. Me llamo Asher Frostblade", le respondí pero no me prestó atención y agarró su vaso de agua y se lo bebió.

Gloriana terminó de comer y se levantó. Por último, me miró, pero su mirada era tan fría que solo me dio un vistazo antes de volver la mirada al frente. Me quedé solo, terminando de comer, hasta que una voz que parecía salir de un megáfono resonó en todo el comedor. Todos los niños dejaron de comer.

[La hora de comer ha terminado. Todos los esclavos, retírense a sus habitaciones asignadas], dijo la voz.

Observé a todos y luego empezaron a caminar, dejando la charola en una mesa aparte cerca de la entrada hacia las escaleras. Me levanté e hice lo mismo, dejando la charola en el mismo lugar donde todos lo hacían. Estos niños tenían esa mirada sin emociones, se parecían a mí cuando era entrenado para ser un asesino.

Me sentía muy extraño. Este lugar me traía recuerdos de mi vida anterior, de cuando era un niño. Era muy incómodo. Subí las escaleras y me dirigí a mi habitación. De paso, miré a la niña llamada Atenea. Su habitación estaba al lado de la mía. Ella me miró y luego entró.

Entré a la habitación y, cuando empujé la puerta para cerrarla…

¡¡Clark!!

Un sonido de cierre se escuchó cuando cerré la puerta. Parecía un mecanismo de auto-cierre. Intenté abrir la puerta, pero ya estaba cerrada. Solo se podía abrir con llaves.

Suspiré y luego me senté en la cama. Era una cama blanca y muy angosta. Mi mirada se fijó en el librero, donde había una variedad de libros. Me acerqué y agarré uno.

[Métodos de tortura]

Abrí el libro y miré el contenido. Detallaba cómo realizar torturas, con dibujos que mostraban cada método de manera muy detallada. Lo cerré y lo devolví al estante. Luego, agarré un libro de color azul.

[Historia del continente Agrona]

Me sorprendió el nombre del continente. Abrí el libro y hablaba acerca del continente Agrona.

[El continente Agrona está compuesto por una ciudad llamada Mengrana, la ciudad imperial del continente Agrona. La familia real se apellida "Mengral", una familia donde los herederos al trono nacen con un talento excepcional y también crecen aprendiendo magia.]

"Mengral, ese no es el apellido de Gloriana", pensé, recordando el nombre de Atenea.

El nombre de la familia real es Mengral. La niña comparte el apellido de la familia real, Mengral. Si todo encaja, es posible que la familia real esté buscando a Gloriana en estos momentos. Es posible que todos estos niños esclavos sean rescatados en cuanto la familia real encuentre este lugar. Solo es cuestión de tiempo para que la ayuda llegue.

Cerré el libro. Tenía una lectura muy larga y amplia, pero justo en el momento en que estaba por poner el libro en su lugar, vi un orificio. Tenía forma de rectángulo. Aparté los libros que estorbaban y encontré una tabla pequeña con un pequeño orificio donde se podía agarrar y sacar.

"Sonido sordo".

La tablilla salió. La coloqué en el suelo y luego miré qué había en el lugar donde estaba la tablilla. Metí la mano y sentí la superficie de un libro. Lo agarré y lo saqué.

[Métodos de hechizos y respiración]

Hechizos. Estaba sorprendido. Si de verdad era un libro de mago, entonces esto sería de gran ayuda. Lo abrí y tenía una gran variedad de métodos de respiración para absorber maná, pero lo más sorprendente fueron los hechizos. Entre estos había una lista: bola de fuego, flecha de fuego, aura de fuego, escudo de fuego, etcétera.

Todos los hechizos trataban de fuego. Aparte de eso, no había nada más, solo los hechizos de fuego y un método de respiración para absorber maná. Miré las demás páginas del libro. En estas había dibujos que mostraban unas posturas, pero estos dibujos solo eran para el método de respiración.

Caminando, me senté en la cama y seguí mirando el libro hasta que un contenido me llamó la atención.

[El poder de los magos se mide por la cantidad de círculos en su brazo. Cuando es la primera vez en absorber maná, se creará un semicírculo. Cuando llegas al primer círculo, este círculo en el brazo, que antes era medio transparente, ahora tendrá un color fuerte. A medida que aumenta el maná, es posible desbloquear el segundo círculo. Cuando llegues al segundo círculo, un segundo círculo aparecerá en el brazo.]

Leí todo el contenido. Básicamente, el círculo que tengo en mi brazo significa que ya absorbí maná. El círculo en mi brazo está medio transparente, lo que se llama semicírculo. Entonces, cuando el usuario es un primer círculo definitivo, este círculo ya no será transparente. En mi caso, este círculo es negro. Entonces, cuando sea un primer círculo, este círculo en mi brazo será completamente negro. Era información que nunca pensé que lograría tener.

Cerré el libro. La conclusión de este libro es sobre los métodos de hechizos y las variables de cada hechizo, pero solo hay hechizos de fuego. En otras páginas, enseñaba el método de respiración, que es la manera en la que un mago absorbe maná.

"Entonces, este círculo que tengo es un semicírculo. ¿Cuánto me falta para ser un primer círculo?", pensé, mientras miraba mi muñeca.

"Suspiro".

Me levanté y agarré la tablilla. No sabía qué pensar si alguien veía este libro, así que coloqué la tablilla pero no escondí el libro. No podía estar guardando el libro y sacándolo en cada momento; eso ocasionaría ruidos continuos y atraería sospechas.

Agarré el libro y lo escondí debajo del colchón de la cama. Por el momento, descansaría y leería el libro de historia del continente. Tengo que saber más sobre este continente, pero no estaba del todo seguro si me encontraba en el continente Agrona o en otro continente. Por eso debía leer más detalladamente el libro.

"Parece que está por anochecer", dije tras ver por la ventana la puesta del sol.

Ya habían pasado unas cuantas horas desde que llegué a este mundo. Afortunadamente, estos libros estaban en este lugar. Sin ellos, no podría saber nada y estaría muy perdido. Pero lo más sorprendente fue el libro de magia. ¿Por qué este libro está aquí y por qué está escondido? ¿Acaso alguien lo usaba? ¿Un antiguo esclavo que quizás pudo escapar de este lugar y escondió este libro para que alguien más lo usara también?

Todo era muy difícil de entender. Todo resultaba confuso, pero este libro estaba aquí por alguna razón. Alguien lo dejó aquí. Dejando de lado todo eso, me levanté y agarré el libro de historia. Me dirigí al escritorio, luego me senté y empecé a leer todo el contenido. Con eso, el tiempo pasó muy rápido y el amanecer se reflejó por la ventana.