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Volumen 1: Capitulo 10

Hace un rato cuando la veía desde lejos parecía más pequeña  pero la diferencia de altura entre ambos no es tanta.

Me mira con ojos sorprendidos y con los cachetes muy rojos.

Es muy tierna jajajaj.

Parece que lo que hice fue muy descortés.

"Lo siento. Lo hice sin darme cuenta."

Saco mi mano de su cabeza.

A penas la saco ella la agarra con sus dos manos y grita "No… ¡No!...etoy enojada….¡Me guta!."

Mmmm…

Ahora estoy dudando si su forma de hablar se debe a nervios o algo de timidez, ya que habla bastante mal y eso no se relaciona a nada de lo anterior.

Con sus dos manos suaves agarrando la mía la mueve hasta su cabeza.

"Parece que te gusta."

Digo con una sonrisa.

Ella asiente roja como un tomate y lleno de lágrimas.

No deja de llorar mientras se frota con mis manos.

No conozco esta niña, pero no hay duda de que esta sufriendo.

¿Eh?

¡Esto es raro, no puede gemir ningún grito de llanto, ¿tendrá algún problema para hablar?."

Llora sin hacer ruido, como si su grito fuera mudo.

Miro al sacerdote en busca de respuestas.

El también tiene un rostro triste. Parece que este sacerdote es el único amigo de la princesa.

"¿Quieres saber porque una princesa se comporta de tal manera?." Me pregunta el sacerdote en tanto Jacke continúa  frotando mi mano contra su rostro de puro llanto.

Los genes de esta niña son tan preciosos, que incluso llorando se ve hermosa.

Asiento a la pregunta del sacerdote y entre suspiros habla "La princesa Jacke desde pequeña a tenido problemas para aprender y ponerse al nivel de los de su edad y por tales motivos la reina se enoja muy seguido con ello y en muchas ocasiones le pega."

"Sin embargo, con el tiempo fue cambiado para mal, a la reina le empezó a molestar todo lo que Jacke hacia hasta el punto de que le parece repugnante."

"Estas son mis palabras y opinión, pero el maltrato que recibe si es verdadero."

"Incluso las sirvientas le han perdido la lealtad a la princesa y la tratan como si fuera una plebeya. No obstante, un día la reina estaba tan enojada con Jacke debido a su poco progreso en los estudios, que agarro una de las velas y se la metió en la boca provocando que toda su boca se quemara y no pudiera hablar bien."

"Desde ese momento las cosas han sido mucho peores."

"Sigo sin entender cómo una madre puede tratar a su hija de esa manera."

"Al menos ahora soy su profesor debido a que pedí serlo para que ella dejara de sufrir un poco, sin embargo, el maltrato todavía no se detiene."

Oír todo eso y escucha el tipo de madre que tiene hace que me den ganas de agarrar una vela para quemarle toda esa hermosa cara que la reina tiene.

El soló pensar en todo lo que ella ha sufrido me hace doler el corazón.

Me gustaría ayudarla, pero la situación en la que me encuentro es complicada.

Si tan solo esos malditos dioses me hubieran dado aunque sea una bendición yo no estaría en esta situación y podría ayudarla.

"Por cierto, la princesa quería traerte algo para comer y beber."

Tengo los pensamientos tan confusos que ni cuenta me di de que el sacerdote llevaba una bandeja.

"Gracias por la comida, Jacke."

Ella asiente con una hermosa sonrisa.

Ya no lloraba más, pero…

No soltaba mi brazo y aun lo mantenía pegado a su cara.

El sacerdote se disculpa por lo que la princesa hace.

"Jacke no suele recibir mucho afecto de alguien, así que se emociona bastante rápido." Mencionó el viejo de túnicas blancas con una sonrisa leve.

"¡Jacke, suéltalo!."

Infla sus cachetes y se enoja con el sacerdote.

La princesa me mira con unos ojos a punto de llorar que me daban un poco de ternura y pena.

"Pueo…segi co tu braoo."

Me alegraba ver esa sonrisa de hace un rato, así que no puedo negarme.

"Esta bien. No me molesta."

Una vez dije eso, se alarmó y miró directamente al sacerdote.

"¡Die eso…¡Die eso!...¡Die eso!."

Parecía preocupada y ansiosa.

El sacerdote también se sorprende y hace un rostro de :Ya recordé"

"Resulta que el motivo de haber venido hasta acá se debe a que el rey tomó una decisión con respecto a usted."

¿Qué tomó una decisión sobre mi?

Ese hijo de puta ya decidió lo que va a hacer por mi.

Siento miedo y enojo.

"Como ya sabrá hay un problema entre nuestro país y otro. El culpa de que haya esta tensión se debe a un noble que tiene mucho poder, pero se la pasa drogándose y con mujeres."

"El problema viene ahora, el rey quiere hacerte pasar por ese noble para entregarle tu cabeza al gobernante del otro país y salvar nuestro reino de una guerra imposible de ganar."

"¡MALDITO!."

"¡MALDITO!."

"¡Yo no tengo la culpa de que este país vaya a la guerra!."

"Si llego a tener en frente a su rey juro que lo voy a destrozar."

Otra vez me deje llevar.

La princesa esta asustada. Será mejor que me calme.

"Lo siento. Es complicado para mi no sentir odio por su rey."

Ambos asienten.

"Creo que ya va siendo hora de que nos vayamos, princesa. No podemos quedarnos mucho tiempo, si su majestad se llega a enterar, entonces su madre la va a volver a maltratar."

Esta en lo cierto, será mejor que se vayan.

Jacke aun mantiene mi brazo junto a su rostro.

Ahora tiene una expresión triste.

Me alegra que se sienta así conmigo.

Acaricio su cabeza y ella nuevamente sonríe.

"No te preocupes, será mejor que se vayan, sino va sufrir mucho si su madre se entera y nadie quiere que eso ocurra."

Ahora sus ánimos aumentaron.

Eso me alegra.

No quiero que la maltraten por mi culpa.

La princesa se levanta y yo hago lo mismo.

Al instante en que nos levantamos se lanza contra mí y me abraza.

"Gratias po ser Bouno con migo."

Tras ese saludo ella y el sacerdote se van del lugar.

"Nuevamente solo."

No voy a desperdiciar la comida que me trajeron.

"Esta es la primera vez que pruebo algo de otro mundo."

El pan sigue siendo lo mismo, la diferencia es que es más duro.

Diría que estas patas son de pollo, pero son mucho más pequeñas, así que no sabría decir a que animal corresponden. Además, esta acompañado de algo que se parece a un tomate mucho más grande de lo normal.

No está rico, pero tampoco feo.

No importa si la comida no sabe bien, nunca hay que despreciar un plato en la mesa. No todos tienen la posibilidad de tener comida en sus bocas.

Aunque el que tiene menos posibilidades de sobrevivir soy yo en estos momentos.

Suspiro de mala gana.

"Ya no confío en los dioses, así que no se a quien pedirle que me salve."

Mejor me acuesto a dormir un rato.

-CONTINUARA-