—Come, ¿por qué no quieres comer? Redmond estaba molesto porque Iris se negaba a comer. Necesitaba comer algo, porque mañana sería un día largo y si se desmayaba en el camino, sería él quien estaría en apuros, ya que nadie aquí se preocuparía lo suficiente por ella.
Al menos, eso era lo que Redmond estaba pensando. No sabía que sería tan difícil cuidar de esta renacuajo y seguía maldiciendo al alfa por traerla con ellos en este largo viaje. Todavía no sabía qué tenía en mente.
—No quiero comer eso, quiero comer esto. Esto es suficiente —Iris dijo, aferrándose a su pan duro—. Estaba satisfecha con solo eso. La vista de un conejo asado entero ante sus ojos la aterrorizaba.
Sin embargo, Redmond todavía no lo entendía.
—Siento que estoy cuidando a un niño de cinco años —dijo con exasperación.
—¡No necesitas cuidar de mí! —Iris estaba frustrada y asustada, por lo que se enojó cuando insistió en que comiera.
Support your favorite authors and translators in webnovel.com