Sin salir de su habitación, observando a través de la gran ventana, como el sol se esconde dando paso a la luna, pensando en lo fácil si hubiera nacido bella y sin aquellos ojos que la marcan, o mejor, que no hubiera nacido. Pensando en su hermana pequeña que tanto extraña. "¿Será verdad? ¿Será que vivo con el propio Satán? ¿Qué más puede pasarme? ¿Qué he hecho para merecer esto? Ya nada me puede cambiar, ya nada me hace sentir, ni siquiera miedo por este hombre. Y ella... ella es tan hermosa... Hécate, una mujer elegante y bella. Normal que el señor la mire con esos ojos. A mi nadie me ha mirado así nunca" Da un pequeño suspiro hasta que tocan la puerta. Es una sirvienta nueva, más pequeña que Noelia, como la edad de su hermana pequeña.
_Disculpe señorita, pero la esperan para cenar - la muchacha ni se atreve a mirarla a los ojos.
Bajando las escaleras, Lilith se da cuenta de que los cuadros han cambiado, y que las flores ya se han marchitado. De pronto pasa un muchacho como sirviente con los ojos de una serpiente. Su mirada ni siquiera aterra a la chica. Siguiendo su camino el sirviente, Lilith llega al comedor, hay inmobiliario nuevo, pequeños canapés para descansar ante las ventanas cubiertas por las cortinas oscuras y un pequeño bar con bebidas. Al llegar Lilith, el señor ya se muestra comiendo, sin decirle nada, se sienta ante él. No se dicen ni una palabra. Detrás de este. Lilith observa la última pluma cayendo de sus alas quemadas, la sombra de Lucifer se muestra dolida pero su persona no lo parece.
_¿Te gusta el jardín? - las únicas palabras que manan de él.
_Es bonito - contesta ella a los pocos minutos. Ambos cenando y sin mirarse si quiera.
_Disculpa a Hécate, no quería ofenderte. A veces no se controla. Lo siento - se alza para mirarla a la cara, pero no obtiene respuesta - Aaamm... ¿Te apetece ir mañana por la mañana a cabalgar? Mañana estoy todo el día en casa.
_No sé montar a caballo - dice avergonzada.
_Yo te enseñaré, Lilith - unos pequeños escalofríos recorren su espalda al escuchar su nombre con una voz dulce, todo lo contrario a lo que le llaman. Ella asiente con la cabeza. Sus ojos celestes la ponen nerviosa mientras que los suyos a él. Una sonrisa posa en el rostro del diablo.
A la primera hora de la mañana, Lucifer estaba esperando a Lilith. Dos caballos negros a cada lado de este la esperan. Lilith sale por la puerta de la entrada con un vestido de tul dorado y el pelo recogido como si fuera una princesa.
_Buenos días - se saludan - Ella es Lana, la única hembra del establo.
Lilith observa al caballo, se acerca para acariciarlo y no puede evitar sacar una sonrisa.
_Es hermosa - dice esta tocando la pequeña mancha blanca que tiene en el hocico haciéndola ver pequeñas imágenes cabalgando una mujer en brazos del señor, como si fuera una pequeña descarga eléctrica, aleja la mano.
_Primero pon tu pie derecho en en el estribo derecho - dice Lucifer señalando el pequeño hueco de metal que hay para posar el pie - Impúlsate para subirte apoyando la mano derecha en el borrén, así - Lucifer se monta en su caballo para mostrarle, seguido la chica lo consigue a la primera - Ahora suavemente coge las correas y tira de ellas un poco para girar - Lilith sigue las órdenes sin evitar sonreír - Bien, da una patada suave para caminar.
Sin poder creerlo Lilith monta a caballo por primera vez, poco a poco ambos avanzan por el jardín para llegar a una gran esplanada verde rodeada de árboles. Tira un poco más del caballo para acelerar, sin darse cuenta, esta galopando. El aire azota su rostro haciendo volar su cabello, coge un respiro profundo y alza la cabeza al cielo para que el sol se pose encima suyo. Nunca se ha sentido tan bien como ahora. "Me siento tan... libre" A lo mejor él la observa parado, viendo como corre contra el viento, pero ve que acelera mucho.
_¡Lilith! ¡Frena un poco! - pero no le escucha hasta que el caballo para en seco por una serpiente haciendo caer a la chica. Él corre tras ella - ¿Estás bien? - pregunta alterado, la mira reírse.
_Ha sido increíble - dice poniéndose de pie, mirando su brazo izquierdo cual mana un poco de sangre por un pequeño rasguño. Lucifer le toca la barbilla limpiando un poco la sangre de la herida.
_Hay que limpiar esa herida o se infectará... - dice escuchando un caballo cabalgar cerca. Se trata de Hécate, quien monta en un caballo blanco.
_Buenos días queridos - saluda la mujer tan alegre - Oh vaya, ¿estás bien Lilith? - Hécate se baja del caballo para observar la escena - Bueno no es nada, eso se cura fácil. No os esperaba por aquí.
_Nosotros a ti tampoco - responde Lucifer con un tono molesto.
_Yo... me iré caminando con Lana, os dejo a solas.
Una vez Lilith lejos, Lucifer coge su caballo.
_¿Has sido tú?
_No sé de que me hablas querido - responde Hécate acariciando a su caballo.
_No te hagas la tonta - Hécate mueve los ojos.
_¿Pero no se ha muerto? O sí, no te preocupes - dice cogiendo a la serpiente en sus manos dándole un pequeño beso en la cabeza - Mi amiga es inofensiva - le sonríe - Oh vamos, no es para tanto, sólo ha sido un pequeño susto de nada.
_Sí, un susto que podría haberse hecho daño de verdad.
Mientras tanto en la casa, Lilith se dirige a la cocina para que la ayuden a limpiarse.
_Pero bueno muchachita - Ofelia se dirige para ayudarla ya que cojea un poco - ¿Qué ha pasado?
_Una serpiente ha asustado a Lana y se echó para atrás y me caí, pero no es nada, sólo necesito un poco de agua y listo.
_¿Cómo que nada? Mira como te has puesto, anda sube a la habitación que ahora llega Noelia para limpiarte y traerte nueva ropa. Ay señor - dice Ofelia alzando las manos hacia arriba.
Pasando por el pasillo, la vieja ciega le habla de nuevo.
_Se dice que cuando ella muerda la fruta prohibida, se quedará para siempre a su lado.
Lilith cansada de la vieja entra en la habitación observado la misma imagen cada vez que la ve.
_¿Me quiere dejar tranquila por favor? Yo no soy esa mujer, y no lo seré jamás.
_Eso no lo sabes niña- la ciega se muestra molesta - Ten cuidado niña, o lo pagarás muy caro como me hablas.
Cansada, Lilith sube a su habitación cruzándose de pecho con el señor.
_Perdón - se disculpa la chica y su corriendo para la habitación.
Después de cambiarse y limpiarse las heridas, se queda mirándose al espejo, Lucifer toca la puerta.
_Hola, quería saber si estás bien.
Lilith se siente asombrada "Nadie me lo había preguntado así"
_Gracias... por enseñarme a cabalgar - lo dice sonriendo pero de deja de hacerlo al ver su sonrisa de caballo.
_Estaré en el salón, si quieres algo, eres libre de ir donde quieras.
Unos minutos más tarde, decide bajar al jardín ya que este día hace sol y la casa no es tan sombría. "Podría acostumbrarme" La fuente nuevamente se muestra con pájaros de todo tipo, ahora , en la zona baja de la fuente hay ranas y renacuajos. Sentada en el borde de la fuente, juega con una pequeña mariquita que se le ha posado en los dedos. Perdida en sus pensamientos, no deja de pensar en qué sólo y vacío está esta casa. Además de pensar en las palabras de la señora mayor. "No me parece tan malo después de todo este tiempo" Lilith recuerda las palabras de su hermana ""Es tan guapo"" "Lo es" Piensa la chica jugando con la mariquita entre los dedos, "Pero nadie como él se fijaría en alguien como yo, soy demasiado fea para todos, él mismo lo dijo"