La repentina auto-detonación de Odín provocó que las ochenta y dos Deidades fuesen sorprendidas. Todos esperaron nerviosamente.
Repentinamente… Linley se giró para mirar hacia ellos. Las ochenta y dos Deidades inmediatamente dijeron: —Lord Linley, obedecimos completamente sus órdenes. Por favor, perdónenos. Lo que hicimos en el pasado, lo hicimos por orden de Lord Odín. No teníamos elección.
Todos rogaban misericordia.
—¡Padre, no puedes perdonarlos!
El grito frenético de Taylor llegó desde atrás.
—¿Hrm?
Linley se giró para mirar.
Reynolds, al lado de Taylor, dijo con una voz igualmente frenética: —Tercer Hermano, esos ochenta y dos absolutamente no pueden ser perdonados. Cuando esos Santos fueron asesinados, no fue Odín quien personalmente hizo la hazaña; fueron esas 'garras' suyas. ¡George y Dixie también fueron asesinados por ese grupo de personas!
—Fueron ellos
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