Capitulo 1: Nueva vida

-Continente Douluo, noroeste Heaven Dou Empire, Fasinuo Province-

-Great Lake Village-

Como daba a entender su propio nombre, Great Lake Village no era más que un pequeño pueblo adosado a un gran lago. Era gracias a este lago que el pueblo podía subsistir, a pesar de que la aldea no contaba con más de 200 familias.

También era del lago de donde se sacaba una interminable gama de peces diferentes, los cuales se suministraban a Nuoding City.

A medida que el sol se asomaba entre las montañas, tiñendo el horizonte de un hermoso color anaranjado, el lago se sumía en la tranquilidad del amanecer.

Cerca de una de las orillas del lago, se reflejaba en la superficie del agua la figura pequeña y delgada de un niño de no más de seis años.

El niño tenía la piel ligeramente bronceada, probablemente por soportar a menudo los cálidos rayos del sol. Su cabello era corto y oscuro, con cejas espesas y afiladas. Vestía ropa sencilla.

El niño se agachó junto al borde del lago, examinando su reflejo en la superficie del agua. Sus ojos revelaban una madurez que no coincidía con su edad.

"Solo faltan dos semanas". -Suspiró el niño, contemplando su rostro reflejado con un atisbo de melancolía.

El nombre del niño era Sun Ming, o por lo menos ese era el nombre que había recibido en este mundo. Porque si, Sun Ming era originalmente de la Tierra.

Aunque Sun Ming no sabía el cómo ni el por qué. Había sido reencarnado en este mundo, sin posibilidad alguna de elección.

En un principio había sido difícil para Sun Ming aceptar esta nueva realidad, pero con el pasar del tiempo, había llegado a un sutil pero abrumador entendimiento.

Esta era su nueva vida, y no podía hacer nada para cambiarla.

Sun Ming dejó escapar otro suspiro antes de levantarse del suelo y empezar a hacer una serie de ejercicios ligeros.

Al terminar con los ejercicios, Sun Ming se sacó la ropa y se dio un baño refrescante en el lago.

'Debería volver a casa antes de que el tío Fen venga a por mí'. -Volviéndose a vestir, Sun Ming trotó con pasos rápidos hacia el pequeño pueblo.

La casa en la que vivía Sun Ming se encontraba en una de las esquinas del pueblo.

Se podía decir que vivía en una de las casas más toscas de todo el pueblo, con solo dos pequeñas habitaciones y una igualmente pequeña sala de estar.

Después de una breve caminata, Sun Ming llegó a casa y entró. Dentro se encontró con un hombre mayor de estatura promedio, su apariencia rondaba los cincuenta años con el cabello gris y despeinado.

Este era el padre adoptivo de Sun Ming en este mundo, Luo Fen. Y aunque Sun Ming nunca podría olvidar a sus padres de su vida anterior, sabía cuánto le debía a Luo Fen.

Quizás, de no ser por él, ni siquiera habría tenido la oportunidad de crecer en este nuevo mundo.

Luo Fen miró a Sun Ming brevemente antes de señalar la mesa a su espalda.

"Come, nos espera un día largo". -Dijo con una sonrisa.

Hablando de cuánto le debía Sun Ming a Luo Fen. Sun Ming había estado ayudando a Luo Fen en el campo, encargándose de pequeños trabajos de los que cualquier niño podía encargarse.

Parecía que Luo Fen tenía pensado enseñarle su trabajo a Sun Ming, quizás para que en un futuro pudiese continuar con su negocio. Y a pesar de que no estaba interesado en seguir los pasos de Luo Fen, comprendía la importancia del trabajo duro y el sacrificio que Luo Fen había hecho por él.

Asintiendo con la cabeza, Sun Ming se sentó a la mesa y comenzó a comer su desayuno en silencio. Mientras masticaba cada bocado, su mente divagaba en sus propios pensamientos.

Sabía que en dos semanas se celebraría el evento más importante de su vida hasta ahora: la Ceremonia de Despertar del Espíritu. Donde todos los niños de su edad despertarían su Espíritu Marcial.

Después de terminar su desayuno, Sun Ming se levantó y se dirigió hacia la puerta.

"Tío Fen, me voy a dar un paseo antes de comenzar el trabajo. Necesito despejar mi mente", dijo con determinación en su voz.

Luo Fen levantó la mirada, examinando el rostro serio de Sun Ming. Sabía que Sun Ming tenía sus propias metas y pensamientos, y aunque a veces no entendía completamente sus motivaciones, siempre le había apoyado.

"Está bien, ve y toma tu tiempo. Pero recuerda, el trabajo nos espera". -Respondió Luo Fen con una sonrisa comprensiva.

Sun Ming asintió y salió de la casa. Mientras caminaba por las calles del pueblo, sentía una brisa fresca que acariciaba su rostro. Observó a los aldeanos ocupados con sus quehaceres diarios y se sintió inspirado por su dedicación y esfuerzo.

Sun Ming decidió dirigirse hacia las afueras del pueblo, donde había un pequeño bosque. Se adentró en el bosque, disfrutando de la tranquilidad y la serenidad que le mantuvo la naturaleza. Cada paso que daba era como una liberación de sus preocupaciones y ansiedades.

Mientras caminaba, una voz resonó en su mente, una voz que había estado escuchando en sus sueños y momentos de meditación.

'Sun Ming, no temas. Confía en ti mismo. Eres más fuerte de lo que crees'

La voz suave pero llena de confianza, hizo que el corazón de Sun Ming se calmara. Se detuvo y cerró los ojos, respirando profundamente.

"Confío en mí mismo. No importa lo que suceda en la Ceremonia, seguiré luchando y trabajando duro. No me rendiré", se prometió a sí mismo en silencio.

Con renovada determinación, Sun Ming abrió los ojos y continuó su camino de regreso al pueblo. Sabía que aún tenía mucho por descubrir y aprender en este vasto mundo, y estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se le presentara.

El sol se elevaba en el cielo, iluminando el camino de Sun Ming mientras avanzaba hacia su destino.