¡Crack!
Chloe y Vicente miraron simultáneamente hacia abajo para revisar el teléfono, y ambos se sorprendieron al ver que la pantalla se había roto tan mal que ya no había forma de saber qué había en ella.
El teléfono volvió a sonar, pero como la pantalla estaba rota más allá de la reparación, Vincent no pudo leer el nombre del llamador ni presionar nada en el teléfono.
Y estaba cabreado.
No, cabreado se quedaba corto.
Vicente miró fijamente a Chloe como si ella fuera solo carne muerta frente a él —TE ARREPENTIRÁS DE ESTO, CHLOE GRAY— gritó y luego rechinó los dientes.
Apretó su puño de nuevo y golpeó su cara sin piedad.
—¡AH!— Chloe intentó proteger su rostro con las manos, pero aun así gritó de dolor porque eso solo amortiguó un poco el golpe, al menos no lo suficiente para romperle la nariz.
Aunque, su palma estaba realmente roja y temblorosa en este momento.
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