webnovel

El amor de una madre (R-18) (EDITADO)

*¡Booommm!*

Con un sonido pesado, una columna de granito se agrietó en el punto en donde un pequeño y 'delicado' puño chocó.

Una mujer vestida con un traje negro y ceñido a su esbelto cuerpo había lanzado un ataque contra su objetivo, quien estaba de pie delante del pilar, pero desapareció justo antes de que ese golpe conecte con su torso.

Este enfrentamiento se estaba dando dentro de unas intrincadas construcciones de concreto, las cuales dificultaban las peleas cuerpo a cuerpo, pero eran muy adecuadas para ataques sorpresas.

A eso, tenías que agregarle dificultades como el aumento de la gravedad, cambios extremos en la temperatura ambiental, condiciones inesperadas que podrían producirse, ya sabes, el kit necesario para tener un verdadero campo de pruebas.

Este fue una de las tantas pruebas que debía pasar Selene en estos días.

Ella, una ex cazadora de Lycan, era una experta en el sigilo y asecho, pero este 'entrenamiento' era malditamente irritante.

No se había sentido tan impotente desde que empezó como una Vampiresa allá por los años mil cuatrocientos.

"Maldición"

Con un gruñido, Selene retiró rápidamente su mano del pilar agrietado, moviéndose en un salto parabólico rápido mientras trataba de esquivar múltiples ataques directos hacia ella.

*Slash*

*Crash*

Corriendo rápidamente de un lado a otro, moviéndose como si se estuviera teletransportando, comenzó a contrarrestar los golpes de los tres objetivos a los cuales debería darle caza.

Eran los últimos de una gran manada, fácilmente unas tres docenas, contra los cuales se había enfrentado desde el inicio.

Estos eran unos cuadrúpedos parecidos a lobos, pero mucho más feroces, mucho más veloces, mucho más letales e inteligentes que cualquier Lycan con que ella se enfrentado en el pasado.

Con su actual fuerza, esta cazadora podía fácilmente partir por la mitad a un Lycan promedio de su viejo mundo, pero estos seres eran algo extremadamente difícil de tratar.

Y es que no estaba utilizando espadas o dagas, no portaba sus preciadas pistolas Beretta, simplemente estaba utilizando sus puños y piernas, su velocidad y sus reflejos para esta prueba.

*Slap*

*Splash*

En eso, ella pudo liberarse de uno de los atacantes, quien fue golpeado por una poderosa bofetada de la cazadora, rompiendo parte de su cráneo, liberando materia cerebral y sangre, la cual salpicó a los dos lobos restantes, quienes se alejaron y dispersaron mientras aullaban por su camarada caído, aprovechando la arquitectura para planificar una nueva emboscada.

Selene se quedó de pie en el mismo lugar mientras su pecho subía y bajaba, tratando de calmar su respiración, mientras levantaba la mano ensangrentada y la miraba con disgusto.

Desde que había probado la sangre de Robert, jamás volvió a probar nada más que los fluidos de ese hombre, los cuales la 'nutrían' completamente, llegando a generare una especie de dependencia fetichista, pero de lo cual ella no se quejaba.

Por ello, mirar y sentir esta 'sucia' sangre en su piel, la hacía sentir nauseosa, un rechazo instintivo contra cualquier cosa que no provenga de su hombre.

*¡BOOOOMMMM! *

En eso, un sonido estruendoso sacudió la zona de entrenamiento, proveniente de otro campo aledaño al suyo.

La Vampiresa dirigió la mirada en dirección de ese sonido, entrecerrando los ojos, debido a que sabía quien estaba en ese lugar pasando una prueba similar a la de ella, siendo su 'competencia' directa en este periodo.

Sacudió su mano, tratando de expulsar la sangre que tenía en ella, mientras su aura cambiaba drásticamente, a la par que en sus ojos aumentaba la coloración azul neón, mientras exponía sus perlados colmillos.

"Es hora de acabar con esto… si no, no podré pasar a enfrentar humanos y ella no dejará de restregármelo en la cara"

Y con esas palabras su figura se 'deshizo' en el aire, como un borrón oscuro, mientras una serie de sonidos estruendosos eran escuchados, al mismo tiempo que gruñidos y aullidos dolorosos.

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

"¡AAAAHHHHH!"

*¡BOOOOMMMM! *

Con un golpe terriblemente poderoso, un animal parecido a un tigre de bengala era aplastado hasta la pulpa contra una gran roca, la cual se partió en cientos de pedazos, saliendo expulsados por todos lados.

"Ahh… ahh… ¡al fin! Jajaja…. Si pude"

La responsable de este desastre comenzó a hablar entrecortadamente, mientras respiraba con dificultad.

Ella estaba vestida con una especie de pantalones negros y una blusa azul claro, resaltando su buena figura.

Su rostro mostraba una sonrisa victoriosa mientras se levantaba de entre los escombros, sacudiendo el puño que había destrozado al desafortunado animal.

La temática de este lugar era similar a un área rocosa, con un patrón agreste y extremo, ideal para enfrentamientos de alto impacto.

Sypha había estado en una lucha contra diez de estas bestias, demostrando una fuerza sin igual para cualquiera de su viejo mundo.

Ella estaba sonriendo ya que había logrado eliminar a estos animales solo usando su fuerza física.

Como una usuaria de magia elemental, esta era su 'punta de lanza' cuando se enfrentaba a diferentes seres, tanto en su tierra natal, como en los universos a los cuales había viajado.

Ella confiaba mucho en su habilidad para ganar en el pasado debido a su habilidad.

Ahora, sin embargo, tenía que entrenar su cuerpo hasta el máximo, costándole mucho más que al resto de sus ´hermanas' ya que ella era una humana, al fin y al cabo.

Robert había logrado 'desatar' su capacidad interior, haciendo que pudiera 'evolucionar' su físico hasta un nivel aterrador, pudiendo machacar a estas bestias profundas hasta la miseria.

Le costó mucho lograr esto, pero el pasar esta prueba significaba que podía avanzar en su entrenamiento hacia la cima, tal como se lo planteó en un inicio.

Ella no había olvidado ni por un momento cual lera su objetivo, por ello se esforzaba cada día mucho más.

"Ahh… ahora que logré pasar la prueba… jeje, podré tener una buena recompensa"

Mientras caminaba lentamente hacia la salida de este lugar, la Oradora cambió su rostro de uno victorioso a uno de anhelo, sonrojándose por lo que estaba imaginando en estos momentos.

Después de un buen rato, llegó hasta una roca de tamaño mediano para el estándar, en donde podías encontrar una puerta metálica, la cual se elevó en un deslizamiento, permitiendo que ella salga.

Al cruzar el umbral, pareció que llegó a otro mundo, uno futurista.

Se encontró en una serie de corredores ampliamente iluminados, con muros de aspectos cuidadosamente pulidos, algo similar a las instalaciones subterráneas de los X-men.

Tomó una toalla colgada al frente de ella para poder secarse el sudor que empapaba su rostro y cuerpo.

Avanzó un momento hasta que llegó a una máquina expendedora, de la cual tomó una bebida rehidratante.

Caminó un buen rato mientras pasaba varias puertas metálicas, las cuales conducían a diferentes salas de entrenamiento.

Justo cuando estaba perdida en sus pensamientos, se cruzó con un par de mujeres jóvenes, las cuales vestían un tipo de ropa estilo oriental, de color azul blanquecino.

Ellas, al ver a Sypha, se hicieron a un lado y doblaron parcialmente su cuerpo en señal de saludo.

"Señora, mucho en gusto de verla"

"Ah… si, jaja… mucho gusto de verlas también"

La Oradora contestó al saludo con una sonrisa un poco avergonzada mientras sacudía su mano.

Este lugar era la sala de entrenamiento para las integrantes de la Nube Congelada Asgard, siendo las dos chicas unas discípulas novicias.

Tanto ella como como Selene eran las más 'débiles' de las esposas de Robert, por ello entrenaban sus cuerpos de esta manera antes de recibir un 'don' por parte de su marido, por lo que eran muy conocidas en este lugar.

Todas las discípulas, desde las nuevas hasta las mayores, siempre le daban esa muestra de respeto. Aunque las primeras veces le chocó recibir tanto reconocimiento, poco a poco se fue acostumbrando… parcialmente.

Como una de las mujeres del supremo gobernante, ella era reconocida en todo el universo, literalmente.

Para ella, quien solo conocía su pequeña Valaquia, esto le generó ansiedad, pero poco a poco se fue adaptando, ya que era un requisito del camino hacia la gloria.

Así, fue cruzándose a varias de estas discípulas, quienes le daban ese mismo saludo.

Ella no lo creyó en un primer momento, pero en verdad esas muchachas la respetaban tanto, siendo sus reverencias expresiones auténticas.

Aunque esas mujeres fueran más fuertes que ella, la férrea devoción hacia Robert hizo que la vieran como alguien digna de respeto, por lo que era una forma de motivación para la Oradora, para que sea más fuerte en el futuro y no depender solamente de la sombra de su marido.

"¡Pha'an! Que bueno que te encuentro ~ te estaba buscando a ti y a Ne'an ya que Qingyue está llamándonos para una reunión"

En eso, una mancha dorada se apareció y abrazó fuertemente a Sypha mientras la ahogaba con esos 'enormes' activos.

"¡Oye- bmdkfe ¡ahh! Ying'er, lo entiendo, lo entiendo ¡ya sueltamente!"

Tratando de salir de su abrazo, Sypha tomó una bocanada de aire mientras se escapaba de los brazos de la Diosa Brahma, quien se quedó con un puchero en el rostro, pero al instante siguiente sonrió.

Qianye Ying'er, la Diosa Monarca Brahma, era una mujer que solo mostraba esta faceta con sus congéneres y Robert, ya que valoraba a muerte esta nueva familia suya.

El resto del universo solo conocía lo hermosa, poderosa y letal que podría llegar a ser, siendo venerada por todos.

Ella, como sirvienta personal (autoimpuesta) de Robert, le gustaba hacer los mandados de su maestro, ya que se divertía al ver los rostros temerosos del resto del universo, así como las caras enojadas de sus hermanas cuando ellas las molestaba.

En eso, se percató como Selene venía caminando por el pasillo, por lo que sonrió y se apresuró a molestarla también.

"¡Ne'an! Te estaba buscandoooo~…"

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Dentro de una sala parecida al 'puente de mando' futurista, como el de las películas espaciales, podías ver a un grupo de mujeres hablando y mirando diferentes pantallas holográficas.

"Sypha y Selene pasaron con éxito sus pruebas, por lo que ahora podrán seguir con la siguiente etapa del entrenamiento"

Qingyue habló mientras miraba una especie de pantalla en donde se mostraban fragmentos de las peleas realizadas por las mujeres mencionadas.

No solo se veía el metraje de los enfrentamientos, sino también una serie de parámetros, como la cantidad de fuerza, la velocidad de reacción, las fallas detectadas, etc.

"Y solamente su fuerza física está a la par que cualquier cultivador en el reino de Cielo Profundo. Lograron matar a bestias profundas de octavo nivel Tierra… ni que hablar de su velocidad. Es digno de admirar para dos mujeres que nunca han cultivado energía profunda"

Chi Wuyao habló mientras se secaba la cara con una toalla, ya que había llegado de su entrenamiento propio.

Cuando entró a la sala en donde estaban estas pantallas, se puso al corriente de todo lo que sucedía, comentado lo que pudo ver.

"Eso es muy bueno, ya que avanzamos en nuestros planes ¿Cómo le fue al resto en sus respectivos entrenamientos?"

En eso, una Shen Xi, quien estaba sentada en una silla giratoria, preguntó mientras estaba leyendo una serie de datos presentados en una 'Tablet' sostenida entre sus manos.

"Bueno, Bingyun y Xuanyin lograron su cometido, por lo que su fuerza física ahora está a la par de cultivadores divinos iniciales. Feng Qianhui y Gong Yuxian aún no sobrepasan ese límite físico, pero están en el borde. El resto tienen niveles heterogéneos, por lo que no se puede decir mucho, pero es constante su avance"

La respuesta de la Reina Diablo hizo que la Diosa Dragon asintiera ligeramente mientras comenzaba a ver en las diferentes pantallas todo lo acontecido a lo que había preguntado.

Se podían ver como Chu Yuechan, Murong Qianxue, Chu Yueli y el resto de las siete hadas peleaban, individualmente, contra sombras humanoides, generando cataclismos por el impacto de los golpes producidos dentro de diferentes salas de entrenamiento.

En otra pantalla se veía como Xing Tong, Xing Wu y su madre hacían lo mismo.

En una tercera pantalla se veían a Cang Yue, Lan Mei, Mu Yurou y Number Seven en la misma situación.

"Es sorprendente como es que han avanzado de esta manera, lograr tales resultados en menos de un año… y pensar que todas tuvimos que 'renunciar' a la energía profunda"

Chi Wuyao habló mientras miraba una pantalla en donde sus brujas hacían lo mismo que el resto de sus hermanas.

"Aunque fue un corto el tiempo en el que estuvimos verdaderamente vulnerables, ahora se están completando los pasos para nuestros propósitos"

Qingyue respondió mientras terminaba de teclear una serie de cosas y luego dirigirse hacia la puerta de este lugar para salir.

Al escuchar estas palabras, las mujeres asintieron mientras sus mentes viajaban por los momentos previos a lo que actualmente estaban enfrentado. Todas habían pasado lo mismo, todas habían pasado por este entrenamiento físico infernal.

ETIOS era una energía 'corrupta' no solo para ellas, sino para todos los seres que habitaban dentro de cada Universo Copia, por lo que era una locura tratar de manejarla.

A través del tiempo existieron muchos Trascendentes que intentaron enseñarles a los residentes de dichos mundos como hacerlo, terminado todos en fracasos.

Entonces ¿Por qué ellas estaban haciendo este entrenamiento?

No es como si anteriormente alguien no hubiera intentado el dejar de usas su energía nativa y solo entrenaba la parte física.

Muchos Trascendentes habían tenido 'familia' en esos mundos, por lo que querían mantener a sus seres queridos a sus lados… pero el resultado fu horrible.

La diferencia entre esos tipos y las mujeres de Robert eran algo que cualquiera consideraría una locura, pero era algo que estaba funcionado…y sería una cosa que posteriormente se convertiría en una completa locura para los Exaltados en el futuro.

¡Robert había extraído de cada una de ellas su Dantian, privándolas de toda su fuerza profunda, toda su energía Divina!

En un mundo de cultivo eso era algo impensable, los cultivadores preferían morir a seguir viviendo sin los poderes por los cuales invirtieron miles de años.

Y aunque las diferentes esposas de nuestro protagonista confiaban plenamente en él, tuvieron un temor natural por esta situación, pero prosiguieron con este demente plan, ya que, como dice el dicho 'el que no arriesga, no gana'

Así, ellas pasaron de ser las diosas de este mundo, a simples mortales. Un duro golpe para sus egos fue en verdad, pero lo que vino después hizo que experimentaran los límites de sus existencias.

El brutal entrenamiento al que fueron sometidas comenzó a 'transformar' cada fibra de su cuerpo, a modificar las características fenotípicas propias de cada una de ellas.

Fue un proceso evolutivo muy acelerado en la cual la 'dureza' de sus cuerpos aumentó a la par que iban 'desintoxicándose' de la energía profunda.

Pasar del físico Humano mortal, al físico equiparable de un cultivador Divino, sin la ayuda de una herencia o linaje, se convirtió en algo 'imposible' para los seres del antiguo Caos Primordial.

Por este motivo, todas estaban llevando una vida sin manejo de Energía Divina, actuando como humanas normales, caminando, entrenando, utilizando utilería que los humanos utilizan, ya que debían olvidarse del cultivo en esta etapa de su entrenamiento.

"Ying'er ya Fue por Sypha y Selene, solo queda llamar a Wugou ¿Alguien la ha visto?"

Shen Xi habló mientras dejaba a un lado las coas que tenían en manos y se ponía de pie. Comenzó a caminar junto con el resto de mujeres hacia un lugar específico a la par que hablaba.

Qingyue, al escuchar esas palabras, miró hacia un lado, como si pudiera ver a través de los muros, hacia el lugar en donde se encontraba la mujer mencionada.

Aunque ya no poseyera Energía Divina, ella podía sentir una conexión con su hermano y progenitora, por lo que sintió a esos dos reunidos.

'Mira nada más… se supone que debes estar meditando madre querida... luego voy a castigar a ese muchacho travieso' pensó mientras volvía la mirada y sonreía de manera irónica.

"Mi madre está en estos momentos 'terminando' su meditación, por lo que vendrá una vez que termine" – Qingyue dijo mientras seguía caminando hacia su destino.

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

En una amplia sala sencilla y vacía, no podías encontrar nada más que a una bella mujer, quien estaba sentada en la posición de loto con los ojos cerrados, meditando.

Yue Wugou era una mujer bendecida, alguien que sufrió la calamidad del 'destino', pero que fue liberada por la persona en la que más confiaba, incluso más que en ella misma.

Su hijo se había convertido en su razón principal, en su motor, lo que la impulsaba a sobrepasar los límites.

Su cariño, amor y afecto fueron el combustible de su corazón y los pilares de su mente para llegar hasta donde estaba ahora.

Fue la primera de todas en renunciar a sus poderes ante el pedido de Yuanba, sin bacilar.

Fue la primera en someterse al infernal entrenamiento, y fue la primera en llegar al tope de su capacidad corporal, romperlo y sobrepasarlo, hasta llegar a ser la más poderosa de todas las mujeres de su hijo.

Si, ella se había convertido voluntariamente en la amante de su hijo, en una de sus mujeres.

Fue algo que cambió completamente su vida, algo que la hizo entrar en una nueva etapa de su vida, una en donde experimentó por primera vez el calor verdadero de un hombre, el afecto y protección proporcionado por su pareja, en complementarse con su ser querido.

Ya no importaba que fuera su propia sangre y carne, no importaba lo que eso significó en su momento, ella estaba realmente bendecida por ello.

Un camino con un inicio agreste, pero que al final resultó en la 'adquisición' completa de ella por parte de Yuanba.

Pero por más amante que fueran, por más amor y pasión carnal que hallan experimentado sus cuerpos juntos, ella seguía siendo su madre, al fin y al cabo.

Yuanba nunca le hizo olvida ese hecho, manteniendo viva esa sensación de inmoralidad apasionada al cual era sometida su alma, ese calor pecaminoso al cual era sometido su cuerpo cada vez que era tocado por la mano de su hijo.

Aunque Qingyue estaba posiblemente en el mismo barco que su madre, su emoción no era tan intensa como el de ella, ya que eran situaciones completamente diferentes.

Toda comparación era odiosa y en cuestiones del amor lo eran aun más, pero tanto madre e hija conocían esto, sabiéndolo aceptar y sobrellevar.

Por ello, no solamente era la pasión incestuosa lo que le fue mostrado constantemente a la progenitora de nuestro protagonista, sino el amor filial que todo hijo debe darle a su madre.

Era algo complicado, pero no incomodo, haciendo que Wugou sonriera ante este escenario peculiar al cual siempre estaba expuesta, sintiendo la felicidad tanto como mujer y como madre.

Todo esto fue algo que su mente experimentó desde siempre, pero ahora era mucho más, ya que el vivir como mortal la hizo ver las cosas desde otra perspectiva, desde otro ángulo… uno que solo aumentó la intensidad de todo…

En eso sintió una fluctuación en el aire frente a ella, percibiendo una presencia extremadamente familiar posicionada cerca de donde estaba.

Ella sonrió para si misma mientras mantenía su posición, ya que solo un ser en todo el universo podía entrar a este lugar, a su lugar.

Sintió como la persona se paró justo al lado suyo, su piel sitió el suave tacto de las yemas tersas a las cuales estaba acostumbrada.

Su rostro fue acariciado, la mano responsable deslizó sus dedos desde la mejilla hasta el mentón, alzándolo ligeramente mientras ella separaba lentamente sus labios, dejando salir un suspiro de anhelo.

"…Ahh…"

El pulgar de aquella mano comenzó a acariciar los rojos labios de Wugou, mientras que el calor corporal de la mujer aumentaba un poco, al mismo tiempo que su respiración y ritmo cardiaco aumentaban en frecuencia.

No hace más que un momento estaba sumida en sus pensamientos sobre su hijo, sobre cómo es que ella se había convertido, lenta y voluntariamente, en su propiedad.

Ella, una mujer orgullosa y poderosa, perdía todo su glamour frente a este hombre, su hombre.

"Madre, buenos días"

La voz varonil de su hijo hizo eco en sus oídos, haciendo que ella abriera lentamente sus parpados, mostrando sus vidriosos ojos al responsable de su actual situación.

"Buenos días… ahh… mi sol"

Wugou vio en el apuesto rostro de su hijo su característica sonrisa suave, aquella sonrisa que la hacia soñar despierta, que la hacía sentirse viva.

En eso, la otra mano de su hijo se dirigió a la cremallera de su pantalón, bajándola y abriéndola.

Los ojos vidriosos de Wugou se abrieron un poco, expectantemente, mientras veía como esa cosa grande y carnosa salía.

Al mismo estilo que un dragón dormido era despertado, esa bestia furiosa se alzó frente a ella, quien solo atinó a separar los labios, mostrando sus hermosos dientes y su rosada lengua.

Sin decir nada, la mano de Yuanba que estaba acariciando ese hermoso rostro, fue hacia la parte posterior de la cabeza de su madre, entrelazando suavemente sus dedos en su hermoso cabello negro, atrayéndola hacia su cintura.

Su madre, quien entendió lo que Yuanba quería, solo alzó la mirada, dándole la hermosa vista de unos ojos seductores, mientras su boca recibía y acunaba, maternalmente, la parte inicial del viril miembro de su hijo.

*Ghukh*Ghukh*Ghukh*

Una melodía de arcadas y gorgoteo comenzaron a sonar mientras las manos de Wugou se aferraban a los muslos de Yuanba.

Su cabeza comenzó a moverse rítmicamente hacia a tras y adelante, hacia arriba y abajo. No era que él estuviera forzándola, era ella quien estaba haciendo esto.

Su lengua danzante saboreaba toda la longitud del miembro que estaba atormentando su boca, sus ojos no rompieron contacto con los de su hijo.

Ella no se desesperó, mantuvo su ritmo mientras chupaba y tragaba la gruesa vara de su hijo.

Su mente comenzó a inundarse con el placer que esto le provocaba, ya que inevitablemente recordaba aquellos momentos en donde ella comenzó a hacer esto con un adolescente Yuanba, quien la instruyó de la mejor manera para que pudiera disfrutar de esta acción.

Tantos años habían pasado, pero seguía teniendo esta satisfacción maternal e inmoral como en aquel momento. Su corazón seguía experimentado el retorcido placer incestuoso que la definió tal y como lo es ahora.

*Plof* "Ahh… mi sol~"

En eso, el dragón furioso de Yuanba salió de la húmeda boca de su madre, dejando a la vista un rostro extremadamente lascivo y sonriente.

Él le acarició el rostro por ultima vez antes de agacharse un poco, tomarla suavemente de los hombros y levantarla.

Wugou dejo que su hijo manejara a su antojo su cuerpo, el cual fue despojado de toda vestimenta, dándole una vista celestial a su retoño, quien se quedó admirando por un momento la escultural forma que este tenía.

En eso Yuanba alzó a su madre mientras tomaba sus caderas. Sujetó sus muslos mientras los separaba, dejando a la vista el chorreante coño de su progenitora, quien bajó la vista para ver cómo se acercaban, lentamente, el miembro de su hijo hacia el lugar por el cual habia venido a este mundo.

"¡Ahhh!… mi hijo…. Mi amor~"

Con un gemido, Wugou levantó la cabeza mientras flexionaba el cuello, cerró los ojos y sonreía de alegría y gozo.

Sintió como sus pliegues se separaban, sintió el miembro de su hijo entrando hasta el fondo, tal y como lo hacia casi todos los días, volviendo siempre al lugar de donde había salido.

Sintiendo como su hijo besaba su cuello extendido, abrió los parpados mientras sus manos se aferraban a los hombros de Yuanba, mientras trataba de aferrarse también con sus piernas a la cintura de su hijo.

La mujer bajó la cabeza, mirando directamente a los ojos de su muchacho, quien solo le devolvió la mirada.

No necesitaban palabras, no necesitaban frases bonitas, la conexión entre ellos era profunda… era especial.

Tomando el rostro de nuestro protagonista, las manos de Wugou lo acercaron a su pecho.

Yuanba comenzó a chupar y succionar uno de sus hermosos senos mientras que lentamente la penetraba.

"¡Si! …ahhh ….Mmmm…. Sigue así… deja que mami te de amor~"

Este placer, este gozo, este sentimiento…. Todo lo que definió a esta mujer como propiedad de su hijo, aunque ella sabía que Yuanba no la veía así, Wugou había hecho este juramento en su corazón… ella había decidido esto desde el fondo de su ser.

'Ser de mi hijo... para siempre… y por siempre'

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

NOTA DEL AUTOR:

Chicos que tal, aquí su autor. Quisiera pedir disculpas por desparacer, ando muy ajusto con el trabajo pero quí me dí el tiempo de escribir para ustedes :)

Quisiera hacerles una pregunta y que me respondieran con la verdad ¿Apesto haciendo Limones? Quisiera saber cual es su opinión.

Gracias por estar siempre pendiente de mi pequeño fanfic, espero que sigan apoyandome tal y como lo hacen hasta ahora. los estimo mucho (^_^)

Next chapter