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LA FOTO?

Quizá suene de locos, pero Andrés y yo solíamos sentarnos todas las noches en el tejado, éramos amantes a ver el pequeño infierno (era así como nos referíamos a este pueblo), nuestro pequeño infierno es remoto a muchas cosas, es ignorante a tantas otras, es oscuro en pleno día y muchas veces lleno de luz en plena noche. Aquí la lluvia jamás nos molestaba, aquí el sol era un amigo más y nunca hubo día perdido ya que todo se disfruta. En aquel entonces todo era lindo, recuerdo que Andrés y yo crecimos hablando bobadas pero soñando en grande, el amante de su música y aquella guitarra vieja que había conseguido con algunos días de trabajo donde la vieja Chava, y yo una voz de un coro que aunque entre las mejores aveces estaba mudo, amaba otras cosas y espera que algún día dieran fruto, cantar era bueno pero muchas veces un tormento. lo mio era la fotografía y el escribir "eso si es arte"; me repetía dentro de la cabeza seguidamente. Recuerdo aún aquella callesita con las pinturas de navidad sobre las aceras que duraban todo el año en desgaste, la vieja loca de enfrente y obvio su hijos, bueno el propio y el adoptado, pobre chico y la mierda que vivía allí!.

Y si!, así fueron pasando los años y ya los pensamientos perversos se apoderaron de nosotros, Andrés tenía novia y vaya problema que era la pequeña MUGRE, la detestaba tanto como a la sopa de ahuyama* que hacía mi tía, odiaba verla y ella a mi. así que las cosas cambiaron Andrés y yo ya no eramos amigos, sin embargo es fácil recordar que la pasamos bien demasiado bien diría yo!. Cuando nuestros cuerpos empezaron a desarrollarse empezamos a buscar nuevas experiencias y sobre todo nuevas sensaciones, Andrés solía invitarme a oírlo tocar la guitarra o que lo acompañase con una canción, luego yo preparaba algo de comer (irónico no! era su casa pero yo cocinaba) un día cambio la situación, decidió preparar algo para mi, sus fabulosos huevos con queso de los cuales llevaba fechas hablando, comimos y decidimos tirarnos en su cama y mientras mirábamos el opaco techo de color gris en su cuarto, hablamos de todo un poco y nada mientras en ello me dice "mira que ya me empezaron a salir pelos" yo como si nada solté una carcajada algo absurda así que pregunte"¿ donde?" a lo que el por consiguiente respondiera "aquí abajo (poniendo su dedo en el ombligo y bajando hasta su zona pelvica) y sigue más abajo, se siente raro pero en parte creo que es bueno" lo vi muy cerca a los ojos y recuerdo haber mencionado algunos comentarios sobre que si ya habían bellos obvio su miembro habría crecido, "eso crees y si lo compruebas quizá ya esta para hacer cosas nuevas aparte de la paja*" fue asi como en cuestión de segundos estaba besando sus pequeños labios y bajando de mi mano por su abdomen y metiendola en medio de su ropa interior, se sentia mejor que cuando había besado al feo de Diego, y esta vez mi miembro se excitaba con ello, Andrés evidentemente disfrutaba del agarre y en algún momento posó sus manos en mi espalda baja para luego meterlas en mi sudadera y apretar mis nalgas!. Estábamos allí en un largo momento mórbido tocando y descubriendo nuestros cuerpos de manera muy sexual, hasta que pidió que bajara que hiciera oral, no lo negaré lo disfrute a mi poca experiencia o nula mejor dicho obvio dio uno que otro rayón de dientes, sin embargo dejamos que fluyera y todo empezó a verse mejor sin ropa de la nada saco fuerza para voltearme en la cama y dejarme boca abajo, fue allí cuando suavemente empezó a dilatar mi ano y de un momento a otro estaba penetrando mi cuerpo y yo gimiendo a gritos fuertes, terminamos habíamos sudado demasiado y decidimos recostarnos yo encima suyo mientras solo nos habíamos puesto el bóxer , empezó a leerme un libro que la verdad hoy día ni recuerdo pero si logro recordar que en ese momento me pregunto por la cámara digital que mi tía me había regalado y le dije que estaba en mi bolso, "que cool seria una foto ahora mismo!" me dijo, en medio de su aun agitado acento. Fui por ella y cuando llegue al cuarto me detuve cerca a la cama y le apuntaba directo a la cara con el lentecillo de la cámara mientras el estaba acostado "¿que rayos haces?", la foto es de los dos" quizá si hubiera sido lindo, pero yo quería una foto de él solo con el libro que había puesto en su abdomen y así fue.

Hoy cuando han pasado los años y el sigue pasando por la acera de mi casa solo que sin saludarme, veo aquella foto en mi portátil y recuerdo que allí empezó la historia de mi una vida sexual movida para mi, pero que por más historias que cuente ninguna tendrá tanta trascendencia como la historia de la foto.