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Prólogo: El encuentro

01 de enero 2021

Año nuevo, vida nueva... es lo que muchos dirían al pensar en el 01 de enero de cualquier año, pero jamás pensé que literalmente sería así en mi vida, pues fue en ese día, que creía que sería como cualquier otro donde mi vida tomó un rumbo que, a pesar de todo siento remordimiento.Estando con mis hijos en un parque cercano a nuestra nueva casa, que por muchos años estuvimos esperando, paseamos después de comer lo que quedó de la cena de año nuevo donde la ví... estando leyendo un poco mientras mis hijos pequeños jugaban y reían, vi a una chica, diría que cerca de 24 o 25 años, a pesar de tener una belleza que no pasaba desapercibida, el hecho de estar vestida de gótica me pareció un poco extraño, pues ya las tribus urbanas casi no se veían en las calles como lo hicieron en su época más gloriosa, pensé que solo era alguna gótica que salió a disfrutar del sol, pues los lentes de sol le daban un aire de misterio, mientras leía un libro. No podía dejar de mirarla, si suena un poco raro, pero en aquel tiempo todo lo relacionado con lo gótico, a pesar de tener 34 años y tener un hijo de 10 años y una hija que cumpliría 8 años en un par de días, me sentía curioso como adolescente, no sólo por la naturaleza de su belleza que le daba elegancia y misterio, si no que había algo que me arrastraba a verla ¿un encanto, magia?... aunque sentí vergüenza cuando ella se dio cuenta que la miraba... por Dios ¡Que vergüenza! a mi edad viendo chicas de manera fija como un acosador... en eso ella cierra su libro y se levanta de su asiento, pensé que vendría a decirme algo, pero justo en eso Esteban, mi hijo mayor vino a mi para ir a comprar, por lo cual accedí y al llamar a Maite, mi hija menor nos fuimos al local que se encontraba cerca para comprar helados por el calor que había en ese día.

_Tres helados por favor.

_Elija los que deseen.

Mientras estabamos viendo, apareció ella, "la gótica" del parque... justo ahora y aquí... me hice el tonto mientras ella compraba...

_Un agua mineral por favor.

_Aquí tiene señorita, responde el dependiente.

_Muchas gracias.

Así sin más se fue ella del negocio, debo ser un gran tonto pensando que ella me seguiría por verla tanto en el parque pero dejé esos pensamientos y me fui al parque a comer helados con mis hijos. Sentados en una banca, mi hijo me pregunta

_Papá ¿Qué libro es ese? señalando el libro que tengo en mis manos.

_Es un libro de mitos y leyendas del mundo, claro contado de una manera resumida.

_Te gusta mucho leer eso, ¿cierto, papá? me dijo mi hija.

_Si... trato siempre en mis tiempos libres de leer lo que pueda de otras culturas antiguas y como veian el mundo a través de los mitos.

_A mi me gustan los dinosaurios y los animales, dijo Esteban.

_A mi igual me gustan los animales, contestó Maite.

Dentro de su inocencia me di cuenta, que ambos a pesar de ser distintos en carácter, ambos les encanta la naturaleza, pues al salir al parque que está en el barrio donde vive mi madre, ellos corren libres hasta cansarse, hablan de buscar animales, a pesar de ser un parque con un gran area verde, sin animales, ellos sueñan que encontrarán un elefante o un dinosaurio... Me rio mucho al pensar en eso, espero algún día salir a recorrer algún lugar con ellos y ver los animales que ellos tanto hablar. Después de terminar su helado, vuelven a sus juegos, corriendo, simulando que son animales... juegos de niños... a pesar de no vivir con ellos, estar así me da mucha felicidad, espero verlos crecer y que sean gente de bien... parezco un anciano así, pero mientras estaba en mi lectura, escuché una voz que me susurraba al oido

_¿Te gustan los libros?

Me asustó, pero más me asustó el hecho de que la persona que me hizo esa pregunta fuera ella... tez blanca, pelo negro intenso, una voz que parecía de sirena pues no podía dejar de estar cautivado o más bien dicho hipnotizado por esa voz, un cuerpo voluptuoso a pesar de su estatura baja... era la chica gótica.

_¿Te gustan los libros?

Ella me lo preguntó mientras levantaba sus gafas y pude ver sus ojos... aunque ya lo había visto en películas y en animes, pero jamás pensé que en la vida real vería a alguien con heterocromía...¡Que fascinantes ojos! uno era de color rojo carmesí y el otro era de color verde esmeralda... Fue en ese momento donde mi vida se detuvo y jamás pensé que nuestro encuentro me traería tanto amor y una gran pena.