Al ver el comentario que decía que Liang Xun era lindo, Shen Zhao se rió hasta casi atragantarse. Los demás dejaron de jugar y miraron a Shen Zhao.
Shen Yu estaba observando las cartas de Zhu Ling. Al ver esto, dijo sin rodeos:
—¿Te tomaste la medicina equivocada? Estás sonriendo como un tonto.
Shen Zhao dejó de reírse y lo fulminó con la mirada:
—El que sonríe como un tonto hoy eres tú. Con esa actitud, dile a tu empresa que cambie tu imagen lo antes posible. ¿Por qué finges ser distante como el Primo? ¿Por qué no te miras a ti mismo?
Shen Yu contuvo las comisuras de sus labios e instintivamente miró a Zhu Ling. Estaba realmente de buen humor hoy. Se sentía incluso más feliz que cuando subió al escenario a recibir el premio por primera vez porque Zhu Ling había prometido darle una oportunidad. Aunque no habían formalizado una relación, era suficiente para hacerlo feliz.
Zhu Ling se veía tranquila, como si no viera su mirada.
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