La luz del sol me despertó, la enfermera se encontraba revisando mi estado.
-Buenos días.(Enfermera)
-Buenos días,(Alexander)
-¿Se siente mejor, hoy?(Enfermera)
-Si, por cierto ¿Ha venido alguien a visitarme hoy?(Alexander)
-No, lo siento.(Enfermera)
-Sobre las 14:00, le aremos unas pruebas, si no sale nada en ellas podrá ser dado de alta mañana.(Enfermera)
-Bien.(Alexander)
La verdad no escuche lo que dijo, solo respondí por reflejo.
Después de que se fue la enfermera, me pongo a pensar en mí familia.
-Vale que no nos llevemos bien, pero ni siquiera hacer una llamada.(Alexander)
Actualmente mi familia no es que me tenga mucho cariño.
Todo empezó a torcerse cuando mi padre se volvió a casar, cuando yo tenía 8 años.
No es que la mujer con la que se casó sea una mala mujer, es solo que debido a que ya tenía una hija 1 año menor que yo de un matrimonio anterior, la mujer prestaba más atención a su hija, y mi padre que en ese momento se encontró en una expansión empresarial, pasaba casi todo el tiempo trabajando.
No me importó mucho que no me prestaran tanta atención.
Ya que mi abuelo materno Javier, pasaba mucho tiempo conmigo.
No tenía más familia, ya que ni mi madre biológica y padre tenían hermanos, además mi abuela materna murió poco después de que yo naciera. Y al parecer los padres de mi padre murieron antes de que mi padre se casará con mi madre.
La falta de atención que sufrí se agravó cuando un año después de que se volviera a casar, la mujer quedó embarazada.
Además mi relación con mi hemastra Elena tampoco era gran cosa, no nos odiabamos pero tampoco es que fuéramos amigos, nuestra relación se parecia a la de simples conocidos.
Después de que naciera mi medio hermano, tanto mi madrastra como mi padre le dieron toda su atención.
Eso tampoco me molesta, ya que estaba acostumbrado, además tampoco es que se olvidarán de mi, cada vez que pedía algo, siempre que no sea algo muy caro, me lo compraron.
Lo cosa se agravó de verdad cuanto a los 14 años mi abuelo murió.
Mi padre pensaba que todo el negocio que poseía sería heredado por él, ya que no había más familiares.
Pero en el testamento, mi abuelo dio acciones mayorista de pequeñas empresas a sus socios más cercanos, y a sus sirvientes más confiables, el veneficio de unas pocas acciones que les permitirian vivir su vejez sin problemas de dinero.
Ese reparto enojo mucho a mi padre, pero el verdadero problema fue cuando dijo que dejaba todas sus propiedades y acciones restantes de sus empresas a mí.
Además de la mitad del dinero en sus cuentas personales, la otra mitad sería donada a organizaciones de caridad.
Eso sí que enojo a mi padre, y no es que no le dejara nada, mi abuelo le dió un chalet bastante lujoso que tenía cerca de los Pirineos.
Pero lo que dijo el abogado al final sí que lo enojó del todo. Mi abuelo había dispuesto que el guardián de mi herencia no sería mi padre, si no que de la custodia se encargaría
el abogado de mayor confianza de mi abuelo. Además la empresa matriz seguria siendo manegada por el CEO designado por mi abuelo, hasta que cumpla con la mayoría de edad, luego yo podría elegir si dirigir la empresa o dejarla en manos del CEO designado.
Este reparto de herencia hizo que mi padre prácticamente pasará de mi, y a veces me mirara con odio.
Este trato de mi padre también hizo que el trato de mi madrastra y hermanastra empeorará, prácticamente me veían como una molestia.
La gracia salvadora fue que cuando cumplí 17 años, se me permitió vivir solo.
Gracias al abogado de mi abuelo pude utilizar algo del dinero que me dejó y alquilar un piso.
Desde entonces prácticamente no veo a mi familia.