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1-Ejército antuguo

España, Madrid

Un joven de 17 años, con pelo negro y ojos negros se encontraba sentado en un autobús en dirección al Parque del Retiro.

Mientras escuchaba música, miraba por la ventana.

El autobús entro en un túnel, mientras miraba el reflejo, de un momento a otro una luz cegadora envolvió al autobús.

-¡Que!

La luz obligó a todos los pasajeros a cerrar los ojos.

P.V. Alexander

Mientras veía el reflejo de las ventanas, sentí que mi collar se calentó, antes de que pudiera sacarlo para ver, una luz blanca me envolvió, obligándome a cerrar los ojos.

Después de un tiempo pude abrir lo ojos, pero lo que veía me dejó sin palabras.

Por la ventana se veía rocas y arena.

-¿Que está pasando?

-¿Dónde estamos?

-Llamad a la policía.

Mientras los pasajeros empezaron a entrar en pánico, el conductor un hombre de unos 40 años empezó a hablar.

-Tranquilos, no entréis en pánico, ante todo hay que ponerse en contacto con la policía.(Conductor)

Mientras todos empezaron a calmarse una voz volvió a provocar más pánico.

-Mi móvil no funciona.

-El mio tampoco, pero si tenía la batería llena.

Al escuchar sus voces, compruebo mi móvil, como ellos mi móvil tampoco funciona.

Después de un rato de gritos y rezos, oigo gritos y golpes de metal.

-Callaos y escuchad.(Alexander)

-¿Quién te crees que eres?...

-mmmmm

Antes de que pudiera terminar de hablar tapo la boca del idiota.

Al estar en silencio, todos pudimos oír los ruidos.

Gritos de personas y metal chocando, eso se oía a lo lejos.

Después de pensarlo, fuimos a ver el lugar de origen del sonido.

Como antes, cuando el conductor intento abrir la puerta, está no se abrió, tuvimos que forzar la puerta.

Por alguna razón mientras nos acercamos al sonido, una especia de emoción me inundó.

Subimos un pequeño montículo y con cuidado nos asomamos desde detrás de una roca.

A lo lejos veia a dos ejércitos enfrentándose, llevaban ropa antigua, y luchaban con espadas, lanzas y flechas.

-Oye, estan grabando una película, o serie.

-Pero no veo las cámaras.

-No me dijas que hemos sido transportados a otro mundo como un isekai.

-Oh, vamos estamos hablando de la realidad, no de cuento de hadas.

Mientras el grupo discutía entre sí, yo me paralice.

Sobre el campo de batalla se encontrá un hombre sobre un carruaje antiguo que flota en el aire, vestido con una armadura roja y con una lanza en la mano, nos mira.

No, para ser más exactos me mira a mi.

Antes de que pudiera pensar en algo, el hombre con una sonrisa se dirige hacia nosotros.

Frente a mi se encuentra un ser fuera de los límites humanos.

-Silencio mortales.

Como si fueran ignotozados, todos cerraron la boca, incluido yo.

El pánico se puede ver en los ojos del grupo.

-¿Quién os a dado permiso para entrar en campo de juego?

Mientras pensaba que hacer, por alguna razón el collar que llevaba empezó a calentarse.