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Conferencia (I)

A la mañana siguiente, voy más temprano de lo habitual a hacer las copias. No soy el único, aunque tampoco me sorprende. Algunos nos miramos y sonreímos. Es evidente que hemos tenido la misma idea.

Cuando salgo, me están esperando mis pervertidas, Pen y Fen Huan. Por el camino, se desvían un momento para arrastrar a Yan Xiulan con nosotros. Todos juntos vamos a una gran explanada que hay pasadas las plataformas de combate. Es donde se suelen organizar este tipo de eventos multitudinarios.

Nos sentamos en el suelo, en la zona de los de nivel 5 de Génesis. Podría ir hasta la de 1 de Alma, pero dejaría atrás a mis pervertidas. Y tampoco es que se note mucho la diferencia por estar más adelante. Preferimos estar juntos.

Además, es cómodo aquí. Todos son de nivel más bajo, así que se mantienen apartados. No nos molestan. Algunos cuchichean y nos miran. No es algo nuevo.

Hoy van a hablar de temas generales. Puede que sea muy pronto para nosotros. Pero es bueno tener una idea de lo que nos depara el futuro. Lo suelen hacer cada diez años. Por ello, es raro ver a alguien muy por encima de mi cultivación. La mayoría de ellos ya han acudido a este tipo de eventos en el pasado.

Diría que hay unos pocos en Cuerpo. No van solos. Han debido de venir a acompañar a alguien. De hecho, Fen Huan también ha venido para acompañarnos. Ya había acudido a una en el pasado.

Para mi sorpresa, veo subir a la tarima a la maestre ilusoria. No sabía que esta vez le tocaba a ella. La última vez, fue otro de los maestres. Yo estaba limpiando y ayudando por la zona. Apenas tuve tiempo de prestar atención. Aún era un niño.

¿Me ha mirado? Me lo habré imaginado. No creo que me haya visto entre tantos. Tampoco creo que me preste atención. ¿O sí?

–¿Me ha mirado?– se extraña Bi Lang.

–No, no, me ha mirado a mí– la contradice Bei Liu.

–A mí también me ha parecido que me miraba. Debe de ser su aura, o algún tipo de técnica– sugiere Fen Huan.

–Pue… Puede– asiente Yan Xiulan. Por su expresión, también debe de haberse sentido observada.

Pen no dice nada. Solo me mira, dubitativa. A ella y a mí nos dio un regalo en el pasado. No podemos descartar del todo la posibilidad.

Las chicas pronto se olvidan de ello. Pero yo empiezo a pensar que quizás no lo hemos imaginado. No veo en el resto de los estudiantes ninguna reacción. Aunque me es imposible estar seguro.

A lo lejos, veo a las gemelas. Nuestra mirada se encuentra por unos segundos. También han acudido. Prácticamente, todo el mundo por debajo de Alma. También muchos de la etapa uno.

Un leve estallido de qi y se hace el silencio. Todos miramos en su dirección. Pen y Bei Liu apoyadas a mí. Cogiéndome del brazo. Para envidia de algunos de nuestros vecinos. La maestre empieza a hablar. Empieza con un repaso rápido a los reinos bajo de cultivación. Luego pasa a temas de los que sé mucho menos.

–Además de qi y técnicas, hay muchos misterios en el camino de la cultivación. Las auras son uno de ellos. Puede que nunca lleguéis a dominar una, pero es importante conocerlas. Nunca podéis saber cuándo podéis encontraros con un rival que posea una. El desconocimiento puede ser letal– empieza con un aviso.

–La más común es la usualmente llamada aura de sangre. Para desarrollarla, es necesario no solo haber vencido a un gran número de enemigos, sino haberlos matado con las propias manos. Muchas veces, los poseedores no son capaces de controlarla, por lo que la irradian continuamente, dándoles un aire temible. Es más potente cuantos más enemigos abatidos, y más poderosos– sigue explicando.

Es una de las pocas de las que he oído hablar. Algunos discípulos se han tenido que recluir para controlarla tras volver de largos viajes. Sin duda, sangrientos.

–El efecto del aura es influir temor en quien la recibe. Se puede tener la sensación de estar ante una temible bestia, estar a punto de ser asesinado. Si es suficientemente fuerte, puede restringir los movimientos y la claridad de pensamientos de un enemigo. Por ello, los que son capaces de controlarla son temibles. Recibirla de repente puede atenazar al enemigo, aunque sea un momento, dando lugar a una oportunidad.

No me cabe duda de lo peligrosa que puede ser. Recuerdo en la expedición cuando encontramos a dos enormes simios luchando. Durante un momento, no pude moverme. Aunque no sé si era un aura.

–Por ello, os recomiendo en el futuro que acudáis a las sesiones de auras. No las aprenderéis, pero os acostumbraréis a ellas. De esa forma, adquiriréis cierta resistencia– sugiere.

Supongo que es buena idea. No son muy caras, al menos las básicas. Las avanzadas cuestan más. Las dan expertos con auras más poderosas. Aunque no se puede ir sin pasar por las primeras. Es demasiado peligroso.

He visto algunas de lejos. Como esclavo. Aunque quisiera, no podría haberme acercado. Alguien con el aura está simplemente quieto, leyendo o cultivando. Los demás, tienen que resistir su aura.

–Otra aura relativamente común es la encantadora o seductora. Quienes piensen que no es peligrosa, están muy equivocados. Solo imaginad que pasaría si, en medio de un combate, de repente te sientes fuertemente atraído a tu rival. El momento de distracción puede ser letal. Además, puede tener otros efectos más sutiles, como ganarse la confianza. Y claro, es más fácil seducir a la víctima– explica.

Hay algunas risas en sus últimas palabras. Y algunos comentarios. Incluso muy cerca.

–Kong sin duda la tiene. Si no, no se explica– asegura Pen, apretándose contra mí.

–Estoy de acuerdo. Deberíamos prohibirle usarla con otras– propone Bi Lang.

–Me parece bien– se suma Bei Liu.

Fen Huan no dice nada, aunque sonríe. Yan Xiulan mira hacia el frente. Sus mejillas han tomado un tinte rosado. Yo solo puedo suspirar. Aunque reconozco que son todas adorables.

–Hay otras menos comunes. El aura de mando tiene diferentes variaciones y nombres. Algunas de sus cualidades son similares a la de la seducción. Puede estar presente en individuos acostumbrada al mando, como reyes, y precisamente es lo que aura indica. Por esa razón, les resulta más fácil que otros confíen en ellos, reclutar seguidores, inspirar lealtad. No suele ser peligrosa en combate, pero puede ayudar a reclutar un ejército. También, puede intimidar a rivales, pero de forma diferente a la de sangre. Les hace sentir inferiores, a la vez que sube la moral a los aliados– continúa.

¿Eso existe? Creía que simplemente era una cualidad de la personalidad de cada uno.

–Por supuesto, hay individuos que son líderes naturales, pero eso no garantiza la creación del aura. Requiere tiempo y experiencia en el mando, y no todos son capaces de desarrollarla.

Vale, ya veo. Bueno, no es que lo acabe de entender. Quizás, si alguna vez la presenciara. No creo que nunca la haya notado.

–Hay auras puras que irradian confianza. Las hay que irradian muerte, que tientan de una u otra forma, que repulsan, que avisan del peligro, que muestran fortaleza. Las hay relacionadas con los elementos, como auras de fuego. Algunas auras son muy comunes en ciertas bestias y plantas mágicas. La mayoría de ellas pueden ser replicadas, aunque no siempre es fácil. Por lo que a vosotros respecta, es importante saber que existen, pero muy difícil que las encontréis antes del reino del Cuerpo. Ese reino refuerza el cuerpo, lo que ayuda a descubrirlas y expresarlas. Hay excepciones, pero son más bien escasas.

Vaya, ahora que empezaba a interesarme. Parece que pasará tiempo antes de que vea una.

–Entonces, ¿no puedo conseguir la seductora? Quería a Kong solo para mí– se queja Bei Liu.

–Eh, no seas egoísta– la critica su amiga.

–Bueeeno. Ya te dejaré algo– se resigna.

–¿Yo no tengo nada que decir?– protesto.

Se ríen. Hasta Xiulan'er. Aunque intenta reprimirlo. Mejor no les hago caso. Ni cuando se relevan de quien está a mi lado. Y molestan a nuestra joyera, preguntándole si quiere el puesto. Ella se niega, roja. Dejémoslo. La maestre sigue hablando.

–Tener un aura puede ser de gran ayuda, pero también una maldición si no se controla. Así que, lo primero es aprender a dominarla, de lo que hay diferentes nivelas. El primero es activarla y desactivarla a voluntad. El segundo, controlar su intensidad. Finalmente, está ser capaz de dirigirla, enfocarla. A partir de ahí, se abre el camino de usos más sutiles. Puedes ser afectado por un aura sin darte cuenta si quien la controla es suficientemente habilidoso. Por ello, aún es más importante acostumbrarse a ellas.

Vuelve a sugerir que nos expongamos a ellas. Su facción ofrece servicios para algunas. No sé si tiene algo que ver. Supongo que más adelante podría ser interesante.

Está un buen rato hablando de diferentes tipos de auras y sus efectos antes de cambiar de tema.

–No hay que confundir dominios con auras. Tienen la similitud de afectar a un área alrededor, pero los dominios dependen directamente de la cultivación. Su naturaleza y poder son muy diferentes, aunque es posible combinarlos. No necesitáis saber nada de dominios por ahora. Si os encontráis con uno, significa que estáis en una situación más allá de vuestro control. Si lográis avanzar suficiente en vuestra cultivación, ya tendréis tiempo para aprender más– resume muy rápido.

Nos ha dejado a medias. La verdad es que tenía curiosidad. Luego pasa a hablar un poco de técnicas.

–Sin duda, la familia de técnicas más imprescindible es la de movimientos. Permiten esquivar, huir o alcanzar a los enemigos. Sin ellas, estáis a merced de quienes las tengan. Incluso una inferior es mejor que ninguna. Por supuesto, es importante dominar la del mayor nivel posible. Con vuestra cultivación, debería ser una de las primeras técnicas que aprendáis. Si no, siempre estaréis en desventaja– nos avisa.

De eso al menos sí me había dado cuenta. Al tener una, es fácil entender la ventaja sobre los que no tienen. Sigue hablando de ellos antes de pasar al siguiente tema.

–Como sabéis, armas y artefactos pueden tener diferente calidad. Suele ser imposible sacar provecho de uno de calidad muy superior a la cultivación, y los de calidad muy inferior suelen ser inútiles. Aunque hay excepciones, normalmente muy caras.

Hay algunos suspiros. No me extraña. A todos nos gustaría tenerlos.

–De entre ellos, destacan los que pueden enlazarse al dueño. El enlace se realiza con algún tipo de marca, que depende de cada artefacto. Normalmente, con qi y sangre. La primera de las ventajas es que no pueden utilizarlo contra ti en medio del combate, y muchas veces se puede recuperar con facilidad. Es necesario quitar la marca del anterior dueño para apoderarse de un artefacto, algo casi imposible en medio del combate– explica.

Eso me recuerda que tengo uno con una marca. El disco que contenía una formación. El que usó Zhi Ru para tenderme una trampa. Me pregunto qué difícil será quitarla.

–Con tiempo, a veces es fácil borrar la marca. Otras, imposible. Algunos artefactos tienen requerimientos de linaje, constitución, aura, técnicas… Otros, solo pueden ser pasados por el anterior dueño. La marca también suele disiparse cuando este muere, aunque el tiempo es indeterminado, depende de cada caso. Pueden ser segundos o milenios.

–Dependiendo de los artefactos y las marcas, se pueden llegar a prestar. No obstante, el dueño original conserva la propiedad. Muchas veces, puede sentir el artefacto, a no ser que haya alguna formación aislante. Siempre podrá reclamarlo, anular el préstamo. Incluso, según el artefacto, volverlo contra quien lo posea actualmente. Así que puede ser peligro tomarlos prestados si el dueño no es de confianza– nos avisa.

Me alegro de no haber sacado del Almacén el disco de formaciones que obtuve después de que matáramos a Zhi Ru. Bueno, Fen Huan ya me avisó. Es posible que el dueño lo esté buscando. O que lo sienta si lo saco. Podría exponerme si lo descubriera. Me pregunto cómo se puede quitar la marca. Podría ser útil.

Supongo que es algo que deberemos investigar. No sé si alguna de las chicas querrá intentarlo. Desde dentro de la Residencia, no hay peligro que las detecten. Es seguro intentar quitarla. No puede explotar, ¿verdad? Será mejor asegurarse.

Como sea. En otro momento. La maestre sigue explicando. Hay que reconocer que tiene una buena figura. No sé en qué estoy pensando. Podría borrarme del mapa con un dedo. Mejor me concentro en sus piernas. Digo, palabras.