Hace mucho yo tenía la motivación de ser un gran escritor como aquellos que lograron plasmar sus ideas en la literatura y pasar a la historia siendo reconocidos en los más grandes lugares de este mundo; pero fue entonces cuando me cuestione si mi propósito era bueno o malo, siendo sincero no sabría decir si lo es, ya que tiene un poco de los dos, ya que mi motivación me da inspiración a crear un contenido decente aspirando a conseguir una fama de la cual pueda ser elogiado y premiado por ella.
Aunque hoy no vengo a contar mis pensamientos, si no a relatar lo que sucedió un día que entre a la preparatoria.
Es nostálgico hablar de esto, pero viene bien para el ser.
Todo comenzó el mismo día que entre a la preparatoria, había dejado atrás mis días de secundaría, que no son los momentos más admirable de mi vida, pero tampoco fueron algo malo; aun recuerdo que cuando llegue a mi nueva escuela pensaba que por fin podría llevar una vida como la había deseado, sin embargo el destino no tenía planeado cumplir mi capricho.
Para mi fue difícil el encontrar mi primera clase ya que el sistema era cambiar de salón en salón según la clase, agregando que mi escuela es muy grande y cada salón estaba muy lejos ya que se encontraban en distintos edificios, sin olvidar que era un novato en el colegio, fue muy difícil conseguir llegar a mi primera clases, sin embargo, nada de eso iba a hacer que cambiará mi objetivo.
Cuando llegue a mi salón después de haberme perdido casi por la jungla de mi escuela, me percaté que aun tenía tiempo por lo cual decidí entablar conversación con un chico que ahí se encontraba, el cual también formaba parte de mi grupo, fue una conversación algo pacifica y amigable, eso ayudo a que mis nervios se calmaran.
Pasado diez minutos de estar hablando con el chico, el maestro nos dijo a todos que pasáramos al salón; al entrar pude observar a mis nuevos compañeros que iban a estar conmigo por un año; ninguno parecía ser destacable a simple vista, pero había una chica que llamo mi atención de tan sólo verla.
Ella tenía su cabello de un color entre el rojo y anaranjado con lineas negras, además de poseer en sus ojos unos pupilentes de color morado que combinaba con un moño que tenía puesto en su camisa blanca y usaba unos pantalones negros con unos tenis del mismo color; he de admitir que ella me pareció una chica muy linda a simple vista.
Decidí acercarme a ella, pero los lugares donde pudiera sentarme cerca de esta chica estaba ocupados, así que mejor decidí pasar y sentarme junto a una ventana; el maestro comenzó la clase e hizo lo rutinario, presentarse y hacer que nosotros hiciéramos lo mismo, me pareció algo raro ya que me sentía chico grande, mi mente sólo pensaba en que ello era muy infantil y sin necesidad alguna.
Pasaron tres chicos a presentarse, hasta que señalo a la chica la cual había llamado mi atención minutos antes, ella se veía sonriente y linda; entonces se levanto de su lugar empezando a presentarse, nunca olvidaré la forma en que dijo su nombre, fue una forma tan dulce con delicadeza en el tono de su voz a la vez que sonreía.
"Me llamo Natalia!"
Esas simples palabras me hicieron sentir un cosquillo por mi cuerpo, era una sensación nueva, rara pero linda al mismo tiempo...
Este cosquilleo fue una sorpresa para mi, era la primera vez que sentía algo así, mis ojos siempre la buscaban a ella durante toda la clase, y no quería apartar la mirada, fue cuando mi mente me dijo que eso podría ser a lo que llaman "Amor a primera vista", en ese momento era algo muy probable, mas no quería aceptarlo.
Durante toda la clase buscaba frases para poder iniciar una conversación con ella, algo como " Vaya clase la de hoy, ¿no crees?" o alguna otra que me hiciera ver casual.
Así me pase toda la clase sin prestar atención alguna a lo que decía el docente, el cual por alguna razón tenía un bigote estilo mostacho, a mi me parecía chistoso así que no me preocupaba tanto por lo que dijera.
Llegada la hora de finalizar esa clase, el profesor dijo
"Bueno, es todo por hoy, nos vemos hasta la próxima clase"
Acto seguido todos mis compañeros y el docente, empezaron a guardar sus cosas, al mismo tiempo yo vi como ella lo hacía, por lo cual yo me apresure en guardar mis cosas también; justo cuando ya me iba a levantar para hablar con ella el profesor dijo
"Ha, por cierto, no olviden hacer su tarea para la próxima clase, recuerden que las tareas valen mucho"
Seguido de esto él dejo el salón, y todos sin preocupaciones siguieron saliendo, todos... Menos yo.
Ahí estaba yo, en pleno salón, parado en mi lugar intentando recordar cual era la tarea, pero lo único que lograba recordar era como me causaba gracia el mostacho del profesor.
Fue cuando casi entraba en pánico hasta que alguien me dijo
"No sabes cuál es la tarea, ¿verdad?"
Era la voz de una chica, tenía un tono muy agradable, dulce y muy amigable, al escucharla, decidí voltear a ver quien era, me lleve una sorpresa muy grande al verla.
Ella era...
Una chica muy linda, tenía un cabello rubio con extensiones azules, una rara combinación de estilo, sus ojos eran verdes naturales y tenía una piel muy tersa y blanca como la nieve, vestía una falda color rosa con unos tenis del mismo tono y traía una blusa blanca con las mangas largas; al verla me sonroje levemente por la vergüenza, mas controle ese impulso y le conteste con una risa
"No, no se cuál es"
Ella al escucharme se rió ligeramente mientras me veía, yo hice un gesto leve de molestia, al instante se dio cuenta de mi molestia, aun entre risas me pidió perdón, yo algo menos enojado le respondí con una sonrisa; ella me dice en ese momento
"¡Oye! Puedo pasarte la tarea"
Yo muy contento y sorprendido le respondo
"¿Enserio?"
El cual pronuncie usando un tono de alegría, ella rápidamente me dice que si, pero que tendría que hacer algo por ella. Yo desconfiado, pero muy necesitado, le respondo
"Esta bien"
Ella sonriente me dice mientras me toma del brazo
"Perfecto".
Sin saber que pasaba, yo solo me dejaba llevar por esta nueva chica, mas por alguna razón me sentía algo feliz y contento, por fin me pasaba algo muy diferente a lo ordinario, en un momento espontaneo ella me miró y me pregunto de que sonreía tanto, yo con una gran sonrisa le respondí que estaba pensando que disfrutaba de mi vida en ese momento, ella muy desconcertada me respondió
"Esta bien"
Entre risas mientras seguía llevándome del brazo.
Llegando casi al salón de la próxima clase que nos tocaba algo en mi me dijo que debería hacer una pregunta muy importante, la mire y con un poco de vergüenza pronuncie
"¡Oye!, ¿Cuál es tú nombre?"
Ella hizo un gesto en su rostro de sorpresa y rió levemente mientras sonriente se acerco mucho a mi y respondió
"Me llamo Aleksandra"
Yo me quedé inmerso en sus ojos color verdes como si estuviera en un bosque hermoso, pero volví en mi y me sonroje levemente mientras le sonreí, entonces ella me pregunto lo mismo, yo con una sonrisa le respondí con mucho orgullo...
Me llamo...
Viel.
Después de decirle mi nombre a Aleksandra, ella me sonrió muy alegremente, yo no entendía que pasaba o por qué sonreía tanto, quería preguntarle directamente, pero justo cuando lo iba a hacer, llego nuestro maestro de esa materia escolar por la cual estábamos esperando, este nuevo maestro era más característico, tenía la apariencia de un bohemio poeta, por mi mente pasó la idea de que tal vez así eran todos los maestros de literatura; en eso este nuevo profesor al igual que el anterior nos dijo que pasáramos, ya que iba a comenzar la clase, yo voltee a ver a Aleksandra, ella me miro y asintió sonriendo, pensé en ese momento que ella sonreía mucho, mas eso la hacía algo interesante y linda.
Al entrar al salón me di cuenta que era más grande que el de la materia anterior, me sorprendí por un momento, mientras buscaba donde sentarme, ahí me percaté que aquí las mesas estaban hechas para que dos personas se sentarán juntas, en mi primer clase, era bancas separadas, mas no le di mayor importancia y me senté en donde creía mejor, que fue cerca de una ventana, ya que este salón estaba en un segundo piso y se apreciaba mejor la belleza de mi nueva escuela.
Sin darme cuenta Aleksandra se sentó a lado mío y me sonrió levemente, yo respondí con una sonrisa muy alegre, ya que me sentía más tranquilo, no era alguien que conocía de toda mi vida, pero estar con ella me hacía sentir más relajado.
Durante la clase, estaba concentrado tomando mis apuntes sobre el modo de trabajo que iba a usar el profesor para evaluarnos, sin darme cuenta Aleksandra se acercó a mi oreja y soplo en ella suavemente, yo di un grito por la sorpresa de su acción, el profesor me miró y preguntó si pasó algo, yo apenado, usé como excusa que me golpee la pierna por accidente, el docente me contestó que tuviera más cuidado, mis compañeros me miraron preocupados y me preguntaron si todo estaba bien, yo sonriendo ligeramente contesté que si, que todo estaba bien.
Mire a Aleksandra y ella estaba riéndose levemente mientras yo la miraba, hice un gesto de molestia al ver como se reía, ella se dio cuenta y me pidió disculpas entre sonrisas, y me dio un abrazo.
Le pregunté el por qué había hecho eso, ella en voz baja me respondió
"Lo siento, pero te veías tan indefenso, que no me pude resistir"
Yo me quedé confundido ante su respuesta, para mi, esta nueva chica que había conocido apenas ese día se tomaba mucha confianza conmigo, me pareció bastante extraño, por un momento pensé que ella podría ser linda pero era muy rara.
Mientras estaba tomando apuntes de la clase, sentía que Aleksandra me miraba, mas no quería voltear a comprobarlo.
Entonces pasó que el maestro nos dijo que trabajáramos en parejas, muchos compañeros hicieron un ruido dando a notar su molestia de trabajar en el primer día de clase, yo pensaba igual pero no tenía mucho sentido hacer eso, por ende sólo voltee a ver a Aleksandra.
Al momento de hacerlo ella me estaba viendo directamente a los ojos, tenía un gesto en su cara que daba a notar su gran felicidad, parecía como si hubiera ganado la lotería o como si hubiera encontrado algo que buscaba.
Yo la mire fijamente y le dije
"¿Esta todo bien Aleksandra?"
Mencione esas palabras al mismo tiempo que en mi rostro se veía un gesto de duda, ella rápidamente como si hubiera despertado de una fantasía me respondió
"¿Ah?, si, todo esta bien, sólo estaba pensando en algo más"
Me lo dijo entre risas, pero notaba que estaba avergonzada, lo pude notar, ya que ella era muy blanca, y se notaba cuando se ruborizaba, me pareció muy tierno verla así.
Entonces le explique que teníamos que hacer para esa materia, ya que supuse que no había puesto atención alguna al maestro, y como sospeché, fue así.
Ella me agradeció por eso, nos pusimos a trabajar, fue un trabajo bastante duro, escribimos muchos párrafos en un sólo día y me sentía bastante cansado de los brazos, era la primera vez que me hicieron trabajar tanto.
Pude notar que Aleksandra estaba igual que yo, ella acostó su cabeza sobre sus brazos los cuales puso arriba de la mesa en la que estábamos, y vi que así quería descansar aunque sea un momento, yo seguí el ejemplo de ella e intente lo mismo, pero no funcionó.
Entonces le dije que iba a ir a fuera, ella me contestó con un si, se notaba lo cansada que estaba, su respuesta fue menos animada de lo que había estado siendo hasta ahora.
Al salir, el maestro no dijo nada, como ya había terminado el trabajo, y aún faltaban muchos, dio permiso para poder salir a tomar un poco de aire fresco, así que aproveche eso y salí a descansar.
Fue entonces cuando vi a aquella chica que llamó mi atención en la primera clase, mi mente hizo recordar su nombre, era, Natalia, ella estaba viendo la escuela desde el barandal que había en el pasillo, se veía que estaba inmersa en sus pensamientos.
Entonces, aunque estaba algo nervioso, decidí acercarme a ella, y muy apenado levante mi mano mientras decía.
"H... Hola"
Sonreí ligeramente, y ella volteo a verme, note la sorpresa en su rostro y me respondió con una voz muy dulce y amigable.
"Hola"
En ese momento no lo sabía pero comenzó una historia que no muchos podrían vivir, y la cual es la razón por la cual ahora estoy contándola, mas es una historia que vale la pena que siga contando.