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Compañeros Pecaminosos

Viviendo en su coche en su lugar de trabajo, la vida de Imogen estaba lejos de ser grandiosa. Con una madre enferma, un trabajo exigente y luchando con ser sin hogar y completamente sin dinero por los gastos del hospital. No pensó que las cosas pudieran empeorar. Pero el destino le gustaba darle patadas cuando estaba caída, justo cuando creía que había tocado fondo, se entera de que los mismos hombres para los que trabaja son sus compañeros de alma y se ve arrastrada a un mundo del que no quiere ser parte, ella valora su humanidad y ellos se niegan a renunciar a ella, en cambio, ofrecen solucionar todos sus problemas, pero hay una trampa: los humanos están prohibidos en su mundo, por lo que para estar con ellos debe renunciar a lo único que le queda, su vida. Justo cuando piensa que ha tomado una decisión y siente que pertenece, descubre que tenían más secretos, y ahora no quiere más que escapar de sus garras y seguir con su vida. Cuando su vida comienza a perder el control y ellos la toman, ¿resistirá al vínculo y renunciará a su vida? Ella sabe que nunca se liberará de ellos y siendo humana frente a un licántropo y un vampiro podría ser considerada un pato sentado, presa fácil, y ahora debe encontrar una manera de resistir los impulsos del vínculo que nunca supo que existía, resistir la tentación que son ellos, pero sobre todo descubrir quién es realmente, porque su familia también tiene secretos, y esos secretos emergen causando un mundo de dolor pero también dándole un deseo de sobrevivir.

Jessica Hall · Fantasy
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101 Chs

Capítulo 75

El POV de Imogen

Caminé de regreso al frente de la casa; el coche se detuvo a mi lado. Tobias sale del coche con el bebé acurrucado en sus brazos, aún profundamente dormido. Luego, Theo toma algunas cosas del maletero.

—¿Por qué no entraste? —preguntó Tobias, acercándose a mí. Me pasa a mi hijo y lo sostengo cerca de mi pecho.

—Se siente extraño estar de vuelta aquí —le respondo sinceramente. Siento que asiente antes de besarme la mejilla.

—Paramos en el camino, no pudimos conseguir mucho con todo cerrado. Pero Theo consiguió algo de fórmula y pañales. Tendrá que servir hasta la mañana y luego podremos ir a comprar un asiento de coche y otras cosas para él —dijo acercándome a él. Inhalé su aroma, encontrando consuelo en él. Tobias siempre fue tan cálido. Theo rodeó el coche con unas bolsas agarradas en su mano.