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CLUE: SERENDIPIA

Imagina tener todo lo que te hace feliz... Una madre amorosa, amigos que te apoyan y cuidan, vecinos que te tratan con amabilidad. Es una vida de ensueño que la mayoría puede envidiar, ¿cierto?... Pero, ¿Qué pasaría si un día tu madre decide presentarte a tu padre después de 18 años?. Ella se encuentra emocionada y no puedes negarte, rumbo a la reunión con aquel hombre algo golpea su auto y en cuestión de unas horas pierdes a la única persona que estuvo a tu lado y que puedes llamar "familia". Quedas sola con una biblioteca que atender y al cuidado de los padres de tu mejor amiga. Conforme vas creciendo tu vida se vuelve rutinaria y algo aburrida, estas limitada a hacer cosas porque puede que aquellas personas que dañaron a tu madre regresen por ti. Todo te resulta monótono... O por lo menos así es hasta que le conoces a él, pero para poder ser feliz y proteger a tus seres queridos deberás descubrir que hay detrás del pasado de tu madre. Esta es la historia de Sasha Aráoz, ¿Estas listo para conocerla?

GMML · Urban
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Consejo Parte II

Mi hermana siguió esperando a que le dijera algo, yo necesitaba que alguien me ayudara a aclarar mis ideas, pero si Isabella era esa persona temía que ella divulgara todo lo que le contara.

- ¿Y bien? - Se levantó para apagar la comida que estaba hirviendo para volver a sentarse frente a mí.

-Te diré, pero no puedes decirle nada a nadie. - Dije suspirando y ella asintió varias veces mientras me daba su mano para jurar con su meñique que mi secreto estaría a salvo. Dudé un poco, pero al ver la seriedad en su rostro me di por vencido, además estaba seguro de que ella tendría mas experiencia que yo en esos asuntos.

-Hoy decidí salir temprano porque quería ver a alguien…- Mis orejas comenzaron a sonrojarse y desvié la mirada para que no se burlara de mí.

-Ajá… Supongo que fuiste a ver a la escritora, ¿No? - Se recargo en el desayunador y sonrió tras ver que mi reacción confirmaba sus palabras.

- ¿Cómo lo sabes? - Mi hermana daba miedo cada vez que adivinaba lo que los demás pensaban.

-Esa vez que te encontré con la escritora en tu oficina pude ver que algo raro había en el ambiente. - Sonrió y me guiño un ojo.

-Se llama Sasha, y sí, fui a verla. - Sentía que un rubor se expandía por mi rostro.

- ¿A qué fuiste? Digo… al hacer que tú dejes de trabajar para ir a verla… seguramente algo paso. - Su sonrisa se agrando más y más.

-Desde hace tiempo los dos nos conocemos, pero no tiene mucho que comenzamos a llamarnos y a mandarnos mensajes, la ultima vez que estuvimos hablando por teléfono me dijo que le gustaba, pero desapareció por todo un fin de semana, creo que se fue de viaje con sus amigos. –

-Así que hoy fuiste a verle para decirle que también te gusta, ¿verdad? – Mi hermana se acomodó en su lugar y se acercó a mi para escuchar mi respuesta.

-No precisamente fui a eso. - Mi hermana se hizo para atrás y volvió a cruzarse de brazos, al parecer se había vuelto a enojar. -Yo fui a verle para saber si estaba listo para salir con alguien, tú sabes que siempre he hecho las cosas solo, a excepción de ustedes dos y Sebastián. Sé que si decido tener una relación con alguien cambiaría mi manera de vivir y hacer las cosas. También la vida de Sasha daría un giro, ella no está acostumbrada a que le reconozcan por las calles o hablen en la televisión de lo que hace o deja de hacer, además sabes que ella guarda en secreto su identidad como escritora, para estar a mi lado tendría que renunciar a ciertas cosas… No quiero ser egoísta. - Acomode mi cabello hacia atrás tratando de liberar la frustración que sentía.

- Entonces si no quieres tener una relación con ella, ¿Por qué sigues buscándole?... Para mi eso es más cruel que decirle adiós. -

-No quiero alejarme de ella, hoy su amiga me dijo algo similar a lo que me acabas de decir. Al principio me sentí enojado conmigo, pero después de que despeje mi mente me di cuenta de que…- Intente encontrar las palabras adecuadas, pero no las encontré, no sabía cómo expresar mis sentimientos.

-Te diste cuenta de que te gusta más de lo que creías, y que el simple hecho de imaginar que la dejaras te hace perder los estribos. - Isabella sonrió con ternura y tomó mi mano. -Comprendo que quieres cuidarla y protegerla de los demás… pero ¿Por qué no dejas que ella decida lo que quiere?–

- ¿Y si algo le pasa por mi culpa? – Un dolor oprimió mi pecho después de decir eso.

-Louis, mírame. - Tomó mi mejilla para acariciarla. - Sasha no es ella. Además, lo que le pasó no tiene nada que ver contigo o con nosotros, fue su decisión. Nadie en esta tierra pudo haberle hecho cambiar. - Se levantó y me abrazó fuertemente.

-Lo sé. Pero tampoco sé que cosas le gustan, no se cuál es su color, película o canción favorita. - Mi hermana rio en mi hombro y se alejó para verme.

-Eso lo puedes descubrir con el tiempo. - En sus ojos pude ver que estaba conteniendo sus lágrimas.