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Broma

--- Louis ---

Mi mente no creía lo que estaba pasando, seguía estando sorprendido al ver que ella no rechazaba el que yo le demostrara lo que sentía.

- ¿Cómo te fue durante los días en los que no nos vimos?.- Dijo Sasha levantando el rostro para verme.

- Bien... Estuve un poco ocupado.- Dije mirándole, estábamos muy cerca, podía sentir como su aliento chocaba en mi cuello causándome problemas.

- Ya veo, ¿estas seguro de que no te causo problemas por que salgas antes del trabajo?.- Se veía un poco preocupada.

- Deje todo preparado, además están mis hermanos y Sebastián para solucionar lo que surja.- Acaricie su cabello sin dejar de mirarle, se veía tan hermosa como siempre.

- ¿No hay algo que me quieras decir?.- Sostuvo mi mirada pero después de unos segundos la desvió.

- ¿Sobre que?.- Al parecer mis palabras le decepcionaron y ella solo se limito a negar con la cabeza fingiendo que no le importaba. - Sa....-

- Hemos llegado al hospital señor.- Dijo el chofer, estacionándose frete a este.

- Vamos.- Sasha se incorporó y salió del auto en cuanto oyó eso.

Salí tras ella, estaba esperándome en la puerta sosteniendo su bolso con ambas manos.

- Podemos ir directamente hasta el consultorio.- Me dijo hasta que llegue con ella, tomo mi mano y me indicó el camino, aunque había algunas personas que nos veían con curiosidad. - Es aquí.- Nos detuvimos frente a una puerta que estaba cerrada.

- Parece que hay alguien dentro, esperemos sentados.- Nos sentamos sin soltarnos las manos, estábamos en completo silencio viendo como pasaban algunos enfermeros que miraban con mucha atención a Sasha, lo único que podía hacer era mirarlos fijamente para que se alejaran de ella.

- Adelante.- Dijo el doctor justo después de que salieron dos personas del consultorio.

- Ahorita vengo.- Sasha soltó mi mano y camino hacia la puerta, yo no quería dejarle sola, quería saber como estaba, así que me levanté y tomé su fuerza.

- Voy contigo.- Dije rogándole con la mirada.

- ¿Tu novio no quiere dejarte sola?.- El doctor hablo mientras una sonrisa se dibujaba en su cara. - Pasen ambos, es bueno saber que aún hay hombres que se interesan en la salud de sus parejas.-

El rostro de Sasha se volvió un poco rojo, la hice entrar, cerré la puerta y no sentamos esperando a que el doctor comenzara a hablar.

- Bien, si no recuerdo mal su nombre es Sasha, ¿cierto?.- Ella asintió mirándole con nervios.

- Dejé por aquí tus estudios.- Dijo levantándose para ir a buscar a un archivero. - ¡Aquí están!.- Regreso hasta el escritorio y los sacó, estuvo un tiempo callado, su seño se frunció haciendo que nos pusiéramos nerviosos.

- Bien, no se como decir esto.- Su rostro se puso serio, mi espalda se tensó y sentí como la mano de Sasha se aferraba con fuerza a la mía. - Desafortunadamente... tendrán una pequeña bola de felicidad caminando en un par de meses.- El rostro de Sasha se llenó de dudas, me miró confundida, yo estaba completamente ¿sorprendido? ¿anonadado?...

- ¿Esta seguro de que son míos esas cosas?.- Sasha se mostro inquieta y curiosa.

- Jajajaja... Es una pequeña broma. Siempre quise hacerla.- Rio acomodándose los lentes, nosotros estábamos sin palabras, ¿Cómo se supone que deberíamos reaccionar a eso?.

- Ya veo... ¿Entonces que tengo?.- Insistió Sasha.

- Temía que padeciera de síncope vasovagal, pero afortunadamente no es así. Sin embargo, usted sabe cual fue mi diagnóstico de ayer, tendrá que seguir el tratamiento que le di, deberá sentirse mejor, no debe estar bajo estrés, procure descansar y alimentarse como es debido. Tendrá que venir cuando se acabe su tratamiento para hacer un segundo chequeo, ¿entendido?.-

- Sí doctor.- El doctor le dio los exámenes a Sasha. - Hasta luego.- Dijo poniéndose de pie.

- Elegiste a un buen hombre.- Ella se detuvo y le miró con atención. - Cuando hice la broma él jamás soltó tu mano, ni siquiera cambio la forma en la que te miraba... Es más sus manos siguen juntas aún después de todo. Son una buena pareja.-

- Gracias.- Sasha miro nuestras manos con una sonrisa.

- Gracias.- Dije despidiéndome del doctor con una leve sonrisa de felicidad por sus palabras.

Salimos del consultorio tranquilamente, yo estaba más que feliz, sin embargo ella miraba hacia su estomago con atención.

- ¿Te duele?.- Pregunté mientras buscaba a algún doctor con la mirada.

- No...- Susurró pensativa, aunque por lo regular era malo interpretando a alas personas me di cuenta de que ella seguía pensando en la broma del doctor.

- ¿Quieres que tengamos una bola de felicidad?.- Solté evitando reírme.

- ¿Que?.- Su rostro y sus orejas se enrojecieron, me dio un leve golpe en el brazo. Las enfermeras que pasaban al oírme comenzaron a reír en voz baja. - Shhh.- Ella apresuro el paso haciéndome caminar más rápido.

- ¿No quieres?.- Fingí estar dolido, ella se alarmó y se detuvo justo saliendo del hospital.

- No es eso... Bueno, no es como que quisiera tenerlo ahora... Posiblemente después.-Estaba nerviosa y me encantaba verle así.

- ¿En serio?.- Sasha asintió repetidas veces, era extremadamente tierna. - Pero ¿acaso no me estas haciendo una propuesta un poco atrevida?.- Volví a jugar con ella dejándole con la boca abierta.

- Eh... yo...- Estaba tartamudeando, le había puesto en aprietos.

- Es broma.- Le acerque a mí y le abracé con fuerza. - Pero si quieres no puede ser broma.- Susurré en su oído.

- Hay personas viéndonos.- Dijo enterrando su rostro en mi pecho pero no hacia nada para alejarse de mi, incluso estaba agarrando con fuerza mi camisa.

- Ajá.- Dije ignorando sus palabras mientras veía como comenzaban a caer gotas del cielo, la lluvia comenzó a intensificarse, las personas corrían hacia los establecimientos para evitar mojarse. - Bueno es hora de que comience nuestra cita.- Dije aflojando mi agarre sin soltarla.

- ¿No había comenzado desde hace tiempo?.- Me miró con un leve color rosa en sus mejillas.

- Si, pero quiero inaugurarla.- Susurré colocando mi mano en su mejilla.

- ¿Como?.- Preguntó, sonreí y acorte la distancia de nuestros rostros.

- Así.- Le besé, tenía tantas ganas de hacerlo desde el primer momento en que le vi, durante los días en que no le había visto sentía que me faltaba algo, me faltaba ella, nuestro beso se intensifico, ambos estábamos inmersos en nuestro mundo.

- Te extrañé... mucho.- Dije recuperando el aliento mientras le besaba la mejilla y volvía a abrazarle con fuerza.

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