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Caden

Todo niño nace total y rotundamente indefenso y es el deber de sus padres, protegerles de las inclemencias del mundo al que llegaron. Se puede argumentar que el mayor vínculo de amor y de protección es el de la madre a su hijo, pero desafortunadamente para Caden; ese vinculo nunca existió. Desde niño sufrió el rechazo de la sociedad y el de quien fuera su madre, quien lo mantuvo aislado y escondido la gran mayoría de su vida. Justo cuando Caden comenzaba a resignarse a pasar el resto de su existencia en sufrimiento; llega una persona que marcaría el resto de su vida. Ese "Ángel", como Caden lo veía, le hizo sentir amor y comprensión; por primera vez en su miserable existencia sentía que alguien se preocupaba por él. A lo largo de su relación con su "ángel"; Caden descubrirá que las apariencias engañan y que los peores y más dañinos demonios suelen disfrazarse de ángeles de luz.

NATALIADIAZ · Horror
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49: Más

Los años fueron pasando, y poco a poco ya no iba quedando nada de mi niña. Cada día estaba más grande, independiente, e inteligente; es la niña más dulce que pueda existir y es tan idéntica a Suzy. La nueva vida que habíamos comenzado, ha sido favorable para todos. Mi niña ya estaba asistiendo a la escuela y tiene sus amigas; es muy sociable y cariñosa con ellas. Por otro lado, Suzy se dedica a la casa mientras estoy trabajando. No ha perdido la costumbre de esperarme con los brazos abiertos, y muchas veces ya con Emily. A la hora que llego del trabajo, ellas están juntas esperando por mi llegada. Emily ayuda mucho a Suzy y tienen una bonita relación, son muy unidas y se aman mucho. Es una excelente madre y novia, mucho más de lo que hubiera podido ser Noah. Al llegar a la casa, ambas me estaban esperando y Emily fue la primera en acercarse, así que la cogí al hombro y me abrazó.

—¿Cómo está la princesa de la casa?

—Bien, papá, tengo dos cosas que contarte.

—Me interesa escucharte.

—¿Cómo te fue en el trabajo?

—Bien, algo agotador, pero ya eso es normal.

—Mamá estaba deseosa de que llegaras. Preparamos la cena juntas. ¿Hoy habrá premio?— de eso nunca se olvida.

—Ve a la mesa y déjame saludar a mamá para que me cuentes cómo te fue en la escuela, y decido si habrá o no premio— sonrió, y asintió con su cabeza; al bajarla corrió a la mesa y se sentó en la silla—. ¿Cómo está mi reina?— Suzy sonrió, y se acercó para abrazarme.

—Bien, porque al fin llegaste, creí que no llegarías nunca. Hoy saliste más tarde que de costumbre.

—Llegué cinco minutos más tarde, amor.

—Eso es mucho tiempo. Son cinco minutos menos para verte y no es justo— llevó sus brazos alrededor de mi cuello y esbozó una dulce sonrisa—. Te amo, Caden.

—Y yo a ti, hermosa. No sabes cuánta falta me hicieron— la besé, y dejó escapar un suave gemido—. No hagas eso que la niña nos está mirando.

—Más tarde me atiendes— me hizo un guiño, y caminó a la cocina—. Ya el baño está listo, amor.

—Me doy un baño y regreso— les dije, y ambas sonrieron hacia mí dirección. Llegar a la casa y sentir esa emoción, lo es todo para mí. Verlas a ellas, me hacen sentir completo.

Me fui a bañar y bajé a la mesa del comedor para sentarme con Emily.

—Ahora sí, cuéntame.

—Saqué buena nota en el proyecto de la semana pasada y fui la mejor en la clase.

—Esa es mi niña.

—Hoy tuve una discusión con Kamila, porque ella dice que solo me la paso entre libros.

—¿Y qué hay de malo en eso?

—Que no es su problema— sonrió, y me recordó mucho a Suzy. Tiene el mismo carácter que ella también, ambas son tan lindas.

—Tienes razón, no permitas que nadie se burle de ti, mi niña.

—Mamá me enseñó una forma de alejarlas.

—¿Cuál?— Suzy nos interrumpió poniendo el plato en la mesa.

—Come, papá, no dejes que se enfríe.

—No ignores mi pregunta, pequeña.

—Hablando, ¿Qué otra forma podría ser? — sonrió, y llevó el tenedor a su boca.

Los tres cenamos y Emily repitió tres veces. Tiene un buen apetito. Desde bebé es así. Es delgada, pero come más que Suzy y yo a la vez; en especial la carne. Fácilmente puede comerse un plato de fricasé solo.

—Estoy muy llena— soltó tocando su barriga y bostezando.

—No deberías comer tanto para que no te caiga pesado, muñeca.

—Fueron solo tres platos, papá, además mamá cocina muy rico. Cuando crezca quiero cocinar como ella, por eso practico mucho ahora— sonrió dulcemente—. Voy a mi cuarto, papá, te espero— caminó tarareando una canción y subió a su habitación.

—¿La niña estudió, cielo?— le pregunté a Suzy.

—Sí, según llegó nos sentamos a estudiar.

—¿Aún queda carne?

—Sí, lo suficiente.

—Bien, voy a lavar los platos— me levanté de la silla.

—Caden, conseguí un trabajo.

—Pero ¿No dijiste que te ibas a quedar en la casa?

—Sí, pero he cambiado de opinión. Solo será unas horas y regreso a la casa, será un ingreso extra. Has estado trabajando mucho tiempo y manteniéndonos a las dos, es tiempo de yo también contribuir— me tiró un beso en el aire y subió a la habitación. Su cambio tan repentino es muy extraño, pero la comprendo, tampoco debe ser fácil estar encerrada en la casa todo el día.

Al terminar subí a la habitación de Emily con el cuchillo, ella estaba acostada y arropada como de costumbre.

—¿Hoy no quieres el cuento, princesa?

—No, papá, estoy muy grande para cuentos— sonrió.

—¿Lavaste tus dientes?— asintió con su cabeza—. Buena niña— me corté en la punta del dedo y lo llevé a su boca, es algo que desde bebé siempre ha hecho. Se acostumbró tanto, que no puede estar sin eso antes de dormir. Hoy, a diferencia de los demás días, lo chupaba más fuerte—. Pequeña se supone que estés suficientemente llena con la comida.

—¿Te duele, papá?

—No es eso, es que estás consumiendo demás.

—Lo siento— bajó la cabeza.

—No quise hacerte sentir mal. Perdóname, mi amor. Te daré un poco de mi mano y no del dedo, pero no quiero que te excedas tanto y vaya a caerte mal — me corté en la palma de la mano y esperé a que se acumulara bastante para poder dársela, ni siquiera Suzy es así.

—Es muy caliente, papá— lamió sus labios y suspiró—. Me gusta— se giró hacia mí y cerró los ojos.

—Dulces sueños, princesa— la cubrí con la manta y salí del cuarto.