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Caden

Todo niño nace total y rotundamente indefenso y es el deber de sus padres, protegerles de las inclemencias del mundo al que llegaron. Se puede argumentar que el mayor vínculo de amor y de protección es el de la madre a su hijo, pero desafortunadamente para Caden; ese vinculo nunca existió. Desde niño sufrió el rechazo de la sociedad y el de quien fuera su madre, quien lo mantuvo aislado y escondido la gran mayoría de su vida. Justo cuando Caden comenzaba a resignarse a pasar el resto de su existencia en sufrimiento; llega una persona que marcaría el resto de su vida. Ese "Ángel", como Caden lo veía, le hizo sentir amor y comprensión; por primera vez en su miserable existencia sentía que alguien se preocupaba por él. A lo largo de su relación con su "ángel"; Caden descubrirá que las apariencias engañan y que los peores y más dañinos demonios suelen disfrazarse de ángeles de luz.

NATALIADIAZ · Horror
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129 Chs

40: Deseo

Amanecí un poco de malhumor, aún pensando en las palabras de Suzy; es como si se hubieran grabado en mi mente y todo me recuerde a ella. Es cierto que Noah no me recuerda y que nuestra convivencia no ha sido la mejor, quizá la he presionado demasiado y por eso me desprecia tanto. Es normal que luego de lo que hice la última vez no quiera tenerme cerca, pero eso duele mucho porque la amo. Fui al trabajo como todas las mañanas y al ver a Suzy, quise evitarla como me pidió Noah. Mis compañeros estaban actuando extraño desde que llegué y pude notarlo fácilmente por esas miradas que me estaban dedicando. Ignoré eso y continué trabajando. Hoy me tocó mover las cajas en el almacén y etiquetar la mercancía. Al estar ocupado, mi mente también estaba igual que no sabía que Suzy estaba detrás de mí.

—Hola, Caden— al escuchar su voz me giré a mirarla, cuando me empujó contra la cajas—. ¿Por qué me parece que me estás evitando? ¿Qué te hice?

—¿Qué quieres, Suzy? Creí haber sido claro anoche.

—No te enojes. ¿Soy yo o me parece que estás de mal humor hoy? Déjame adivinar; ¿Tu novia te reclamó porque estaba contigo anoche? — acarició mis hombros.

—No seas estúpida, ¿Te crees que todo gira en torno a ti?

—Sí, ¿Por qué no te ayudo con ese mal humor que tienes?— descendió su mano por mi pecho, y la sujeté.

—Estamos en el trabajo y no quiero tener problemas. ¿Ya puedes controlarte?

—No puedo, menos si te tengo cerca. Otra vez tu novia no te arregló la corbata— puso sus manos alrededor del cuello de mi camisa y la arregló.

—No te vuelvas a acercar a mi, Suzy. Ya fui claro contigo, no te quiero cerca— no terminé de decirlo, cuando se acercó a mí oído y puso su rodilla en mi entrepierna.

—¿Realmente quieres eso? ¿No sientes ni un poco de ganas o de probar un poco de mi otra vez?—escuchar su voz cerca de mi oído, hizo que un escalofrío recorriera por todo mi cuerpo—. Eres muy lindo, Caden— acarició mi pecho y sentí su aliento en mi cuello.

—Basta, Suzy— la empujé, y ella sonrió.

—¿Por qué me parece que no estás satisfecho con ella? ¿Acaso no te toca de esta forma o es que eres muy sensible, Caden? Eso te hace ver más lindo. ¿Por qué no nos encontramos luego del trabajo? Te dejaré probar eso que tanto te gusta, ya sabes de lo que hablo— me hizo un guiño y con una sonrisa maliciosa, salió del almacén.

La falta de afecto de Noah, me está afectado ahora también. Acabo de excitarme con una mujer que no es Noah. Ella tiene la culpa, si no estuviera tan distante y rechazándome como lo hace, yo no tendría esta necesidad ahora. Inevitablemente estuve pendiente a la hora de salida, no puedo negar que sentía curiosidad y el hambre estaba haciendo que percibiera su sabor en mi paladar. Al salir del trabajo, ella estacionó su auto frente a mí y abrí la puerta para subirme.

—Te llevaré a mi casa.

—No, lo que vayas hacer hazlo aquí— no quiero arriesgarme a llegar más allá con ella. No puedo fallarle a Noah y ahora mismo lo estoy haciendo.

—No voy a comerte, se supone que la que esté nerviosa sea yo y no lo estoy— rio.

Manejó hasta a su casa, por más que le dije que no. Se bajó y no tuve de otra que hacerlo. Entramos a su casa y me hizo subir con ella a la habitación.

—¿Vives sola?

—Sí, ¿Por qué crees que te traje? — estoy bajando mucho la guardia con ella, ¿Y si planea hacer algo en mi contra? Se quitó la camisa quedándose en sostén y con el pantalón del trabajo—. ¿Quieres bañarte conmigo primero?

—No, date prisa.

—Que malo eres— se metió al baño y me quedé esperando en su habitación.

Su habitación lucía como cualquier otra y organizada. No estaba seguro si debía quedarme aquí, pero tenía ganas de volver a probar de ella. Estaba sintiendo mucha hambre y ella aún no salía. Esperé unos minutos más, cuando salió en toalla. El olor de su dulce perfume inundó el cuarto. Su pelo largo y negro estaba húmedo, tanto como su cuerpo. Caminó a la cama y se acostó.

—¿Necesitas algo? — preguntó.

—Un cuchillo— no quiero morderla y que suceda lo que pasó con Noah.

—En la gaveta hay uno, escoge el que gustes— al abrirla había una variedad de cuchillos de diferentes tamaños y formas.

—¿Los coleccionas?

—Sí, me gustan— sonrió.

Escogí el primero que encontré y me subí sobre ella.

—¿Dónde lo harás? — preguntó bajando un poco la toalla. Si la bajaba un poco más, podría ver sus senos.

—¿Por qué haces esto?

—Ya te lo dije, me gustas— ella se veía tranquila, a diferencia de Noah.

Acerqué el filo del cuchillo más abajo de su hombro y al cortar un poco, mordió sus labios. Al ver como esa lágrima de su dulce sangre bajó en dirección a su hombro, acerqué mi boca para lamerla. Ese sabor era el más exquisito que haya probado alguna vez. Ese hormigueo que sentí, no solo en mi boca, me estaba volviendo loco. Solo deseaba tomar más de ella. Estaba muy excitado con todo lo que estaba experimentando, en especial con ese sabor delicioso y adictivo de ella, más el sentir sus temblores.

—No pensé que se sentiría tan bien— musitó acompañado de un suave y tierno gemido—. Yo te puedo mantener a base de esto, Caden— se veía muy excitada y tragué saliva. Esa expresión tan sensual y provocativa que hizo, provocó que me excitara más. Corté un poco más y succioné la herida, a lo que Suzy gimió más fuerte—. Más, por favor. Toma de mi hasta que estés satisfecho— escucharla decir eso, hizo que perdiera el control y quitara parte de su toalla de un halón. Al ver sus senos al descubierto y erectos, mordí mi labio inferior.

—Eres la mujer más perversa que haya conocido— reí insidioso—. Haré un desastre de ti, Suzy—ella sonrió.

—Demuéstralo, Caden. ¿Qué esperas?