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Capítulo I PARTIENDO HACIA BRETHUM

Un día que empieza con la oscura madrugada cubriendo el cielo con una luna en agonía, las botas de los valientes se escuchan en el pasillo, la incertidumbre gobierna las habitaciones. A lo lejos se escucha un grito retumbando en las paredes bajando como serpiente hasta las rodillas. que tiemblan de la aterradora onda sonora.

Destellan mis párpados y mi vista joven aun es lastimada por el sol que se filtra por las persianas, me levanto del suelo que lastima mi espalda

 

— pero hoy… no puedo sentir dolor—.

 Mi nombre es Carlos, Carlos Alvarado y hoy no es un día para hincarme ante el enemigo. Saldré de esta habitación para acabar con este mal que acecha.

La puerta de seguridad norte había sido atravesada por un nahual, un ser de maldad pura, atacando a los valientes que cuidaban de esta, avanzando por el patio de la fortaleza aproximándose hacia la puerta de seguridad 02. La campana que avisaba que el enemigo penetró la fortaleza, se hizo resonar, alertando a Alvarado del peligro, colocando su escudo dorado en su espalda, corriendo hacia el enemigo. Alvarado siendo un hombre sin temor se abalanzó hacia la criatura, montando su lomo sometiendo a la bestia como a un toro, apuñalando en las costillas con su cuchillo, sin embargo la bestia es fuerte y con un testarazo logra bajar a Alvarado dejándolo tambaleando, de un zarpazo derriba a Alvarado dejando su rostro ensangrentado, bañando su vista de rojo. Él nahual sabía a lo que venía, tenía sed de sangre y lo envolvía una rabia irracional que la venganza sembró en su interior, modificando su cuerpo hasta llegar a hacerlo un animal sin razón ni sentido.

Alvarado no podía dejar que tocara a la gente que se encontraba en el complejo C, levantándose con una meta "acabar con este mal". Tomando su escudo dorado y gritando inspiración al cielo, embistió al nahual con el escudo de frente, apuntando donde yacía el cuchillo enterado, martillando contra los pulmones. Aun así, la bestia ni se inmutaba, azotando sus garras contra el escudo, para después recibir un golpe reverso en la mandíbula que lo dejaría en desventaja, de esa manera Alvarado le propinaría un gancho en los riñones que lograría doblegar al nahual, tomando el escudo de dos extremos y estrellando lo contra la nuca de la bestia. Pero el nahual, expuso su fuerza, logrando ponerse en pie arrojando el escudo hacia un costado, abalanzándose contra Alvarado tomándolo de la cintura, estrellándose contra el suelo colocándose sobre él, perfilando su mandíbula para morder su rostro.

— ¡Alvarado!—.

Una voz familiar se hacía presente en escena y al voltear; un joven corriendo hacia mí, con rabia en sus ojos y sin medir el peligro, levantó el escudo, gritando:

— ¡Deja a mi papá! —.

 Poniendo el escudo de frente para estrellarse contra el nahual y lograr quitarlo de encima. 

Apoyándome en mi rodilla para lograr ponerme de pie, a un lado de mi hijo. Ordené que se fuera y me entregara el escudo, encontrando algo de resistencia en él, pero con una mirada fría, terminó cediendo.

Alvarado corrió hacia la bestia con el escudo en la mano izquierda para protegerse del zarpazo que se aproximaba y conectar un golpe directo en la mandíbula de la repugnante criatura, dejándola en el suelo, aplastando su suela contra en su cabeza, sin remordimiento sin piedad, golpe tras golpe hasta que la vida se deshaga de ese cuerpo. El hombre quedó en trance, mirando un cráneo desfigurado que se va censurando con la sangre que cae en sus ojos, hasta regresar de aquel trance por el grito de aviso.

— ¡nahuales frente a la fortaleza! —.

El cansancio abunda en mi cuerpo y las piernas ya nos las siento, pero aún pueden moverse, mi respiración se enfría y el aire no es suficiente, pero… por algo no he caído, al voltear a un costado lo vi, mi hijo me sostenía, diciendo "Este es el momento en el que no debes rendirte, la lucha apenas empieza", nuestro líder no debe caer.

El grito de un día frío que paraliza sus rostros paralizado sus manos, estatuas sosteniendo una espada, las bestias expulsan olas de calor de la boca, los cascos de sus patas traseras crean ritmo contra el suelo, su respiración agitada entra a los oídos del valiente, quebrando su voluntad con deseo de sus entrañas. Él miedo avanza bajo la armadura recorriendo la columna, todos dan un paso atrás conquistados por la planta del enemigo, los hombres se arrodillan pero no para caer, si no para impulsarse hacia adelante. Un grito ahogado por el choque de escudos contra las bestias se presenta. Los débiles son los primeros en morder el polvo mientras que los hombres llenos de coraje se abren paso entre la ola de bestias. 

Un triángulo de valientes parte al ejército de nahuales en dos, sin percatarse; se habían transformado en el ángulo que forma un lobo al abrir su hocico y en este momento se estaba cerrando, enterrando sus colmillos en los hombres valientes. Alvarado da la orden de retirarse, los hombres empiezan a sentir miedo, arrinconados frente a la puerta de seguridad dos y Alvarado dando la orden de utilizar las torretas. En ese momento un lluvia de balas cayó sobre aquel infierno volviendo el aire en sangre, por un momento se veí una peleada victoria pero lo que no esperaban es que el gran líder de los nahuales se hiciera presente: "El chamán " un hombre con conocimientos del mundo prehispánico, con la capacidad de derrotar a las torretas difundiendo el cocoliztli, una enfermedad que mataría a los operadores de las torretas.

– Pero este no puede ser el fin –, exclamó Alvarado.

Aferrando su mano al escudo y encaró a tan poderoso rival entre la multitud, recibiendo una patada en el escudo que lo desequilibraría, para después recibir un gancho al hígado que lo dejaría en el suelo sin aire retorcido por no poder recuperar el aliento . El resto de los hombres formó un semicírculo esperando la oleada de nahuales que galopaba hacia ellos, se habían resignado a la victoria, pero sus muertes no serían en vano.

 Al otro lado de la puerta de seguridad 02.

 "La última línea de batalla es aquella que sostiene la esperanza, que tiene como bandera el mañana, nosotros somos esa línea decía y vamos a aguantar y dar esperanza, alcen las lanzas, que la fuerza con la que la sostienen, es la fuerza de su esperanza para ver el mañana."

Gritaba un hombre con valor para mover masas

La puerta de seguridad 02, se caía poco a poco al ser azotada por cientos de nahuales; pero de la nada se silenció y como las ilusiones de la victoria se desplomó en el suelo pasando sobre ella, bestias llenas de rabia. Los hombres se unieron, pues tenían un ideal el cual no dejarían caer, formados en arco para encarar a aquel mal, corriendo hacia el mañana, pero antes de impactar los escudos contra las garras de las bestias, se presentó un estruendo dejando sorda a la multitud. Dé ahí dos hombres salieron, uno de ellos era más alto que la mayoría de los hombres y buen porte con una barbilla pronunciada y partida, el otro era un hombre más bajo que deslumbraba al verlo, pues irradiaba destellos azules de todo su cuerpo. El hombre de traje se arrodilló para entrar en contacto con el suelo, pronunciando la palabra "canum", creándose formas de perros hechos de piedra que atacaron a los nahuales, a su vez el segundo hombre extendió los brazos expulsando una cobija de energía color azul que mataría a los nahuales que entraron en contacto con esta.

En la mente del chamán empezaban a circular ideas de una derrota y en un acto de desesperación, tomó un coyote de barro que tenía colgando a un extremo de su pantalón, estrellando el objeto contra la superficie, al romperse provocó un efecto sonoro que haría sangrar los oídos del par misterioso, aprovechando así para apuñalar en el vientre al objetivo más alto con un tecpatl, enterrando su macuahuitl contra su brazo izquierdo que defendía su rostro, infringiendo una herida dejando a su pasó cachos de pedernal incrustados en el hueso, al darse cuenta el otro hombre que su compañero había caído se aproximó a él, golpeando el suelo creando un efecto expansivo que alejaría al chamán del herido y encontrarse cara cara con aquel destellante hombre, invocando la fuerza de Mictecacihuatl. El cuerpo del chaman se cubria en un fuego negro, desfigurando su rostro hasta formar un cráneo con ojos saltones y dientes tan grandes como granos de mazorca que le hacían una sonrisa maligna que partía su cara en dos, después de su transformación tomo una llamarada en su mano, lanzándola hacia su contrincante, explotando contra el pecho del deslúmbrante hombre, dejándolo enterrado entre escombros, pero antes de dar el primer para aproximarse hacia el hombre, recibió un golpe en la mejilla que le que lo derribaría y lo dejaría con un dolor momentáneo, que no le impediría ponerse de pie y encarar con ganas de venganza, apretando su puño con intención de impactar el rostro del hombre que hozo tocarlo. El cual sería esquivado, para recibir un segundo golpe en la barbilla que lo haría tambalear. Al voltear hacia arriba, se encontraría a una silueta azul que extendería un brazo para lanzar una línea de energía que impactaría en el pecho del chamán, azotando lo contra el suelo, dejando un rastro en este, para después recibir varios golpes en la cara propiciados por el hombre que había apuñalado; pero que ahora parecía estar más energético y más fuerte. Él chamán abrió su enorme boca sacando de ahí una nube de cenizas que tomaría la forma de un hombre gigante, el cual intentaría impactar el suelo con su puño, siendo abatido por una forma circular dorada proveniente del escudo de Alvarado. 

– ¡O 'ilie, Positivo, ayúdenme! – exclamó Alvarado con una rodilla apoyada en el suelo por la presión de la nube.

Los dos hombres al oír esta exclamación brincaron hacia el combate, O' ilie quien era el hombre de la barbilla pronunciada y partida, se envolvió entre brasas verdes formando un quetzal, que atacaría a la nube mientras que positivo iría al rescate de Alvarado para dejarlo detrás de las líneas aleadas. Que sin darse cuenta avanzaban hasta la puerta de seguridad norte, dónde estaba un chamán casi derrotado por las llamas de un quetzal que reducía su gigante de cenizas a nada y donde la única manera de seguir la batalla era retirándose de la fortaleza hacia el arenal. 

Después del combate, cuando los gritos de batalla cesaron y la triste tarde caía sobre la fortaleza, en forma de lluvia. Ahí se encontraba un Alvarado, escurriendo sangre por su nariz, muy mal herido. Fue llevado a la enfermería la cual estaba llena de lamentos, y mujeres empapadas en sangre al intentar detener hemorragias.

Alvarado fue puesto en una habitación aparte, donde ya lo esperaba una mujer con un frasco de vidrio entre las manos relleno de aceite de caléndula, Alvarado fue puesto en el suelo. La mujer metió el frasco en un bolsillo de su mandil de cuero y empezó a atenderlo, limpiando la herida de su cara que cubría la parte izquierda de su rostro después de limpiarla y lograr coser los pedazos colgados de piel, fue tapada la herida por pedazos de tela, dejándolo reposar en el frío suelo. Después de unas horas la mujer quitó el vendaje y esparció el aceite de caléndula en su rostro desplazando lo con los dedos acariciando el rostro de Alvarado. 

Pasadas unas horas, la puerta fue abierta dejando en la habitación un sonido oxidado que despertaría a Alvarado, su joven hijo había entrado cargando el resplandeciente escudo dorado, paso a hincarse a un lado de su padre que yacía inmóvil por el dolor, el chico se quedó callado con una mirada fija en el rostro cubierta por telas de su padre. Un silencio llenó la habitación y soltando un suspiro Alvarado le dijo al joven, si yo muero tú debes de seguir viviendo, nunca lamentes la muerte por que la muerte es la vida y si te la pasas lamentando mi muerte, la muerte te va alcanzar a ti, así que no te quedes mirando, no lamentes si me lastimo, mejor levanta la vista y sigue luchando. ¡Me entendiste!.

 El chico con un sentido de responsabilidad afirmó con la voz. Y un breve silencio se presentó en la habitación, para ser interrumpido por O' ilie y positivo, pidiendo que se retire el joven para hablar a solas con Alvarado, el joven desconcertado se mantuvo en su posición preguntando ¿Quiénes son?, pero los hombres ni se inmutaron. Fue Alvarado quien le ordenó salir de la habitación y cerrar la puerta. El joven salió dejando recargado el escudo a un lado de la entrada.

Al cerrar la puerta O' ilie fue quien tomó la palabra. 

–¿Cuánto tiempo sin verte Alvarado?–.

 parece que ese pelo rubio se mantiene intacto a pesar de los años, pero tu cuerpo ya no es el de antes; por estas palabras, el ego de Alvarado obligó a ponerse de pie sin lograrlo, no por favor le suplico el otro hombre llamado Positivo, no has sanado, parece que entre más tiempo estés alejado de Brethum menos poder tiene tu cuerpo, suerte que aquí tienen un buen huerto de caléndula.

O' ilie con una voz autoritaria le pregunta 

–¿Dónde está tu compañero?–.

A lo que Alvarado respondió;

–Lo desterré–.Es la culpa del jefe supremo Master chakets al enviarlo aquí, desde aquel incidente que tuvo con la princesa mishtli. 

–¿Por qué lo desterraste?– interrumpió O' ilie.

Tuvo un ataque de cólera contra varias de las huéspedes, las mujeres no se sentían a salvo, sobre todo cuando atacó a una joven hace ya algún tiempo, al surgir este incidente los huéspedes montaron una trifulca en contra de nosotros y la única forma de que pudiera mantener el control era desterrando a Bernal. Ya veo, ¿y… sabes dónde está? ¿no?.

Lo último que supe, es que fue perseguido por los nahuales a las afueras de la colonia, afirmó Alvarado.

Dejando eso de lado, necesitas un compañero, tú solo no puedes proteger las instalaciones y ahora menos, dime Alvarado, ¿Qué hubiera pasado si la puerta norte y sur fueran atacadas al mismo tiempo?, No podrías defender los dos frentes, es por eso que positivo se quedará hasta que llegue su reemplazo, no podemos tener pérdidas de embriones ni de cunas; hablando de eso… tomó la palabra positivo, en tu informe de hace trece años cuando explicaste el incidente de Bernal. Queremos saber si la chica sí tuvo ese hijo. 

Alvarado se sorprendió al oír esa pregunta pero con voz firme respondió si, O' ilie se llevó la mano hacia su pronunciada barbilla siguiendo el contorno de esta con los dedos y después de un silencio, le ordenó que le fuera presentado el chico después de arreglar la colonia, para ser llevado a Brethum.

Al salir de la habitación de enfermería que se encontraba en el complejo B, se toparon a pie de escalón al joven de la habitación, no mayor de los quince años, su mirada era tapada por el largo pelo que le caía en su rostro, O' ilie paso a un lado sin darle mucha atención pero teniendo una duda en mente.

– ¿Quién era ese joven? –.

Al llegar a la zona de batalla, O' ilie se percató que el marco de la puerta de seguridad 02 y de la entrada norte, estaban en pésimas condiciones sin mencionar los pabellones donde se había efectuado el combate, dando una caricia con las yemas de los dedos al terreno, se empezaron a formar marcos y puertas de concreto que sustituirán a las anteriores, al mismo tiempo que se cubrían los hoyos en los patios. Perdiendo su vista durante unos segundos en sus dedos que se encontraban grises por la sucia superficie dándole repugnancia.

Después de un largo día de resanar la fortaleza, los hombres fueron llevados a la segundo piso del complejo A, siendo atendidos por una mujer aun con manchas de sangre de los nulos, lo cual le produjo una incomodidad a O' ilie que se aumentaría al presenciar un plato donde la pierna de pollo era casi hueso, y la sangre que emanaba de él manchaba el caldo soltando un olor desagradable, la vista de O' ilie se volvió a otro lado; al percatarse positivo del disgusto de su acompañante decidió comenzar una plática.

– Por lo menos este pollo tiene carne – dijo positivamente.

–No es nada comparado con la gallina real de Brethum – le recordó O' ilie,

 

– bueno, ya nos estamos entendiendo – prosiguió positivo;

 –sin embargo, tengo que ver la manera de engordar estas aves de corral, ya que me quedaré más de un mes en esta colonia – dijo rascándose la cabeza, creo que iré a ver los corrales mañana. 

Y recargándose en el respaldo del asiento exclamó, a pesar de ser una de las mejores colonias exportando cereales a Brethum, me sorprende que a unas simples gallinas no las puedan alimentar bien, pero después de ingerir la primera cucharada del caldo, O' ilie le termino contestando, no se puede alimentar a las gallinas correctamente, si el impuesto de Brethum es de un 60%, y la población aproximada de esta colonia es de 500 nulos, con esas palabras O´ilie se puso de pie de la mesa y se retiró al complejo C donde se le había asignado una recamara.

A la mañana siguiente un deslumbrante sol entró por la puerta donde yacía recargado Alvarado esperando que O´ilie despertara, al ponerse este de pie con un fuerte dolor de espalda provocado por el frío concreto se dirigió hacia Alvarado con una palabra casi extinta, "Buenos días", Alvarado sin tomar mucha atención aquella palabra, encaminó a O´ilie al centro de agricultura que se encontraba en el techo del complejo A. De camino al centro de agricultura una charla surgió donde platicaron de las nuevas colonias que estaban en construcción desde hace un mes, O´ilie le explicaba a Alvarado que por algunos ataques de un hombre de mascara rojo y semidesnudo acompañado de olas de nahuales se avían retrasado unas cuantas semanas agregando que la reproducción de nulos estaba siendo escasa, cada día hay menos embriones sin poderes, le contaba O´ilie. 

El tiempo pasó volando y antes de darse cuenta ya estaban subiendo las escaleras hacia el techo del complejo.

Al llegar al centro de agricultura se encontraron con un joven con el cabello sujeto en un chongo que se estaba deformando. O ́ilie se sorprendió, pues ese chico era el que estaba en la habitación de Alvarado la tarde de ayer, Alvarado llamó al muchacho que estaba revisando las matas de papa sembradas en bolsas de yute ya desgastadas, al aproximarse a los dos hombres el chico se presentó como Pheman el hijo de Alvarado, lo que sorprendió más a O´ilie, apartando a Alvarado de la escena. 

–Acaso no le dijiste que es hijo de Bernal–exclamó O ́ ilie.

Pero Alvarado solo se quedó mirando al suelo, después de un rato levantó la mirada con ojos que reflejaban culpa.

A lo lejos, mi padre discutía con aquel hombre que empezaba a llamar mi atención, porque habrá venido al centro de agricultura, ¿Acaso le interesan los cultivos de papa?, sin mucho que hacer me coloque al lado de los cultivos para esperar el retorno de mi padre y aquel hombre. Después de una larga charla entre los dos, el hombre tomó la delantera en la caminata hacia mí, presentándose como O´ilie y pidiéndome un momento afuera, por lo que accedí. 

Un sol resplandeciente en el centro del cielo iluminaba el pabellón A, donde caminábamos en círculos.

– Primero que nada es mi obligación decirte que abandonaras la colonia por un tiempo, porque tu padre tiene deudas con Brethum– explico O´ilie

–No sabía que Alvarado tuviera deudas con Brethum– Exclamó Pheman.

–Ya debiste haberte enterado que Alvarado no es tu padre. Tú padre se llama Bernal–confesó O´ilie.

La cara del joven se paralizó y su cuerpo quedó estático al oír aquella noticia, pues el hombre que siempre estuvo a su lado no era más que un farsante, tomando un fuerte respiro continuó con el paso.

 – y… ¿Cuándo partimos? – preguntó Pheman.

– Hoy mismo – respondió O´ilie.

– ¿qué dijo mi p... Alvarado? – preguntó Pheman ansioso 

– Él está de acuerdo que vengas conmigo aun así, él no tiene derecho sobre ti – le respondió O´ilie con una voz autoritaria.

La noticia de su verdadero padre daba vueltas en la cabeza del joven mientras rebasaba a O ́ilie, desapareciendo detrás de la puerta de seguridad 02, mientras subía las oxidadas escaleras del complejo C, mirando sus pisadas que lo alejaban de la colonia. Al llegar a sus aposentos un coraje abrazó su mente golpeando sus nudillos contra la pared, entrando en un trance de furia impotente por no tener derecho en la decisión tomada sobre él. 

El sonido de la puerta abriéndose lo obligó a ocultar sus heridas detrás de su espalda, al parecer era Alvarado que venía a avisar que O´ilie lo esperaba para marcharse, un silencio inundó la habitación.

– ¿Por qué dejaste de luchar por mí? –preguntó el joven.

– aunque el mandato de Master chakets no lo apoye, debo respetarlo, aprenderás que hay fuerzas que nos rigen y que lo que queremos no está a nuestro alcance –respondió Alvarado.

–Por eso te dejo– se excusó Alvarado.

Al mismo tiempo que se marchaba de la habitación, Pheman comiéndose sus palabras y apretando sus uñas contra la palma de sus manos se quedó en silencio reprimiendo el coraje, por no ser una razón suficientemente importante para Alvarado.

Al paso de algunos minutos Pheman se encontraba con O´ilie quien era más alto que él por una cabeza, esperando que se entregará el cargamento de papa que se encontraba almacenado en la bodega del complejo C, cuando este llegó en bolsas de yute fueron apiladas a un lado de donde estaban parados, cuando las trece bolsas fueron entregadas O´ilie pronunció una palabra, "lacus", de esta manera Pheman y O´ilie desaparecieron entre un destello partiendo hacia Brethum.