Ren tenía razón, Ethan no era alguien bueno en el ajedrez...no lo era, pero los recuerdos que llegaron a él y su suerte que le ayuda en pequeños momentos fueron el determinante del resultado de este juego.
"¡¿Qué?!" - Ren observo atónita el resultado del juego que ella creía que sería imposible. - "Yo...¿perdí?, no puede ser." - Dijo incrédula.
"Nah, yo creo que sí puede ser." - Con un tono de burla. - "Entonces, es hora de que le dé una orden a mi pequeña perrita maleducada." - Puso su mano en la barbilla pensando mientras Ren lo miraba muy nerviosa.
Ethan se paró y se sentó en la cama, mientras daba unas palmaditas a lado suyo indicando que se sentara ahí.
'Maldita sea.' - Pensó Ren.
La chica no comprendía como pudo terminar así, pero ya había aceptado y ya no podía retractarse, ahora solo podía aceptar lo que le dijera y se sentó a su lado, mientras tenía sus mejillas sonrojadas junto con una expresión nerviosa.
"Cierra los ojos." - Dijo mientras se acercaba a ella.
'¡¿Acaso quiere?!' - Con duda hizo lo que le dijo y cerró los ojos.
Los labios de Ren temblaron al sentir la respiración del chico y sintió algo tocar sus labios, lo que le hizo abrir los ojos por reflejo.
"Lo siento, pero no habrá beso para una perrita maleducada." - Dijo con un dedo tapando los labios de Ren.
Ren estaba avergonzada de eso, pero lo que pasó a continuación fue un suceso extraño para ella, porque ya no estaba frente a él, sino que repentinamente se encontraba acostada boca abajo sobre las piernas del chico y pudo sentir una mano tocar su trasero.
"¿Eh?" - Soltó un sonido de sorpresa, al estar en una pose diferente.
Fue rápido, Ethan la puso en una pose diferente usando una velocidad mayor, y levanto su falda dejando a la vista su trasero cubierto por unas pantimedias de color negro que llegaban desde sus pies hasta su trasero, pero no terminó ahí y en el siguiente momento bajo las pantimedias dejando visible su ropa interior del mismo color.
"E.…espera, ¿qué estás haciendo?" - Pregunto con vergüenza, nervios y un toqué de miedo.
"¿No es obvio?, voy a reeducar a mi perrita maleducada." - Alistando su mano. - "Espero que tu cuarto sea aprueba de ruido, si no tendrás que aguantar hasta que terminé."
Con esas palabras marcó la sentencia de Ren, y durante la siguiente media hora la cual ella sintió como una eternidad, Ren Yamashiro fue castigada recibiendo nalgadas en el trasero, mientras mordía su ropa para no gritar, pudo sentir como él hacia algo que ni sus padres se atrevieron a hacerle.
"Bueno, creó que con eso será suficiente por ahora." - Mirando a Ren, para luego subirle las pantimedias.
Ethan levanto a Ren y la puso sobre la cama, viendo como su rostro estaba totalmente sonrojado, mientras respiraba un poco agitada.
"Recuerda que si no te comportas desde ahora este será tu castigo." - Agarró un pedazo de papel y escribió algo, para luego dejarlo sobre la mesa. - "Te dejo mi número, así que escríbeme mañana para tener registrado el tuyo, ¿entiendes?" - Vio como ella asentía levemente en respuesta. - "Bien, nos vemos en otro momento Ren-chan."
Después de que Ethan se fuera, Ren no se movió ni un poco por el dolor que sentía y terminó quedándose dormida sobre su cama.
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- Al día siguiente -
Ethan caminaba con una sonrisa en su rostro, era casi medio día y estaba perdido en sus pensamientos
'Bien, estoy seguro que Ren pronto obtendrá su fruta, pero ya la habré domesticado para eso y no tendré que preocuparme de dinero.' - Ethan tenía una sonrisa y asentía con su cabeza. - 'No pues, que listo que eres Ethan.'
Mientras Ethan se auto felicitaba pudo sentir algo extraño que lo hizo detenerse y mirar algo como un portal.
"Oh, no tenía planeado hacer nada hoy." - Observando como algunas personas fueron tragados por el portal, que al parecer no le afectaba a él, pero decidió entrar por sí mismo. - "Veamos que hay en ese lado."
Cuando entro vio como el entorno cambió, pero fue diferente a lo que le pasó antes, ya que esta vez sabía dónde estaba.
"Así que...esto es Mato." - Viendo el entorno desértico. - 'Supongo que ahora tengo que esperar a un grupo de rescate.'
Ethan dirigió su atención a un sonido a lo lejos y vio algunas criaturas yendo detrás de algo.
"Esos deben ser shuukis, parece que están persiguiendo a las personas, pero eso me trae la duda. - Mirando a un lado suyo, pudo ver a uno de los shuukis a unos metros de él. - "¿Tú no deberías estar con ellos?"
Ethan se acomodó los lentes oscuros, mientras que el shuuki se preparó y se abalanzo hacía el chico.
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- Pov (???) -
Escuchamos de un desastre Mato cerca de nosotros y que varias personas terminaron cayendo ahí, así que nos dirigimos a ese lugar, y al llegar vimos a unos cuantos shuukis persiguiendo a los civiles, entonces fácilmente los eliminamos a los shuukis, después subimos a los civiles con la intención de irnos, hasta que uno de estos nos detuvo y nos informó de algo.
"¡Disculpe, pero creó que vi uno de los shuukis correr hacía esa montaña, puede que haya seguido a alguien!" - Señalando la dirección.
"Entendido, iré a revisar." - Una de las chicas estaba por ir, pero fue detenida.
"No te preocupes, yo iré a ver." - Dijo la chica pequeña. - "Adelántate Maia y lleva a los civiles a la salida, pero déjame uno de los autos."
"Entendido." - Respondió Maia y se llevó a los civiles con el otro auto.
Cuando Maia se fue, yo caminé hacia la dirección que me señalaron, sin ver nada extraño, pero al seguir acercándome noté las huellas del shuuki.
"¿Hay alguien aquí?" - Preguntó, mientras se preparaba para cualquier cosa.
"Creó que solo yo." - Dijo Ethan mientras salía de atrás de una roca. - "Gracias por venir a rescatarme."
Observé como de entre las rocas aparecía un chico vi que usaba anteojos oscuros y por su uniforme deduje que era un estudiante.
"No es nada." - Dijo con simpleza. - "Te escoltaré a la salida."
Comencé a caminar seguida por el chico, pero me detuve, mientras el me adelantaba un poco hasta que también se detuvo.
"¿Pasa algo?" - Pregunto Ethan sin darse la vuelta.
"Creo que se me olvidó preguntar una cosa." - Levanto su mano y con su pulgar señalo a un lado suyo. - "De casualidad, tú no sabes lo que pasó aquí, ¿no?" - Una sonrisa salvaje se formó en su rostro.
- Pov (Autor) -
La chica señaló lo más llamativo que notó al llegar a ese lugar, lo cual era una grieta...una gigante grieta en la montaña.
"Quien sabe…eso ya estaba ahí cuando yo llegué a este lugar." - Dijo mientras se encogía de hombros. - "Pero ahora que lo pienso veo que te esforzaste mucho en venir a rescatarme, así que creó que debería invitarte una comida."
"¡Jajajajaja!...debo decir que eres muy atrevido al hablarme así, incluso sin saber quién soy." - Menciono con diversión. - "Pero me impresionas un poco, estado aburrida estos días, así que esperó que seas interesante para no terminar arrepintiéndome." - Dijo mientras comenzaba a caminar. - "Dime chico, ¿cuál es tu nombre?"
"Yamamoto Ethan, pero solo dime Ethan, soy malo con los honoríficos." - Dijo con una sonrisa.
"Bien, yo soy Azuma Tobera, dime solo Tobera, soy la Comandante del cuerpo anti-demonio y la cabeza de la casa Azuma." - Encendiendo el auto. - "Entonces Ethan, espero que esa comida valga la pena de mi silenció."
"Supongo que tendré que hacer una de mis especialidades, pero tendrá que ser en otro momento, después de todo tengo una cosa que hacer que requiere mi atención con urgencia." - Habló, mientras se subía al vehículo.
"¡Jajaja!, sí que eres muy exigente, pero lo permitiré por ahora." - Respondió. - "Cuando quieras pagar ven a la casa de los Azuma."
Tobera condujo el auto hasta la salida, donde Ethan se fue, pero antes Tobera le dio la dirección de la casa Azuma.
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Ren despertó sin recordar nada del día anterior, tenía la intención de prepararse para desayunar así que decidió sentarse, pero con esa acción los recuerdos del día anterior vinieron a su mente, ya que pudo sentir el pequeño, pero inolvidable dolor y con ello la humillación que él le hizo pasar.
'¡Maldito sea, ese...!' - Pero fue interrumpida por una voz detrás de la puerta.
"Yamashiro-sama, el desayuno está servido." - Habló con respeto.
"Enseguida voy." - Respondió Ren con calma, esperó a que se retirará de la puerta para levantarse.
Ren se alistó para salir, pero cuando agarro su celular vio una hoja a un lado de este con un número escrito en está y lo que le hizo recordar lo que él dijo.
- Flashback -
"Te dejo mi número, así que escríbeme mañana para tener registrado tú número, ¿entiendes?"
- Fin del Flashback -
'¿Ahora tengo que escribirle?' - Sostuvo con molestia la hoja con el número.
Ren estaba a punto de tirar la hoja de no ser porque a su mente vino otro recuerdo, que fue el castigo que le dio él, que con solo pensar en eso hizo que Ren sintiera un dolor en el trasero, así que decidió evitar eso de nuevo y terminó anotando el número de Ethan.
"Tsk." - Chasqueo la lengua y guardo su celular, después de enviar un «Ahí está.» de mensaje. - ~Maldito perro indecente.~ - Susurró para sí misma, mientras se iba a comer.
Mientras tanto en otro lugar, Ethan se encontraba de camino a la casa Azuma, pero sintió que algo vibraba en su bolsillo y reviso su celular.
'Eh, parece que me hizo caso, con eso ya casi la tengo domada.' - Llegando a una gran puerta que estaba abierta, e intento entrar, pero una voz lo detuvo.
"Disculpe, ¿quién es usted y que necesita aquí?" - Mirando al chico frente a la entrada.
Ethan se giró y vio a una chica con el pelo largo de color azul y usaba unas gafas, ella era Azuma Maia.
"Solo traje un pequeño refrigerio para agradecer a la persona que me rescato cuando caí en un desastre Mato." - Mostrando un pequeño paquete envuelto.
Maia entendió la situación
"Entiendo, pero debes estar buscando a Tobera-sama, ¿no?" - Pregunto, mientras recordaba el último incidente al que acudieron, vio que el chico solo asintió. -
"Pero lamento informarte que ella no se encuentra en este momento."
"Es una pena, al menos ¿podrías entregarle esto por mí?, si no fuera una molestia." - Levantando el paquete.
"Claro, ni es una molestia." - Agarrando el paquete, y viendo como el chico se retiraba - "Por cierto, ¿cómo te llamas?, para decir de quien es paquete."
"Eso no es importante, solo dile que con esto pagué el favor." - Dijo despidiéndose con la mano, sin darse la vuelta.
Ya en la noche de ese mismo día, Tobera y una mujer que parecía mayor a ella, con grandes atributos, pero con un pequeño parentesco, y a un lado suyo estaba Maia quien veía como estas dos anteriores se encontraban conversando.
"¿Es bueno relajarse después de tratar con esos vejetes, ¿no lo crees Fubuki?" - Viendo a la mujer mayor.
"No creo que sea justo hablar sobre la edad de otros, en especial si eres tú madre." - Dijo con simpleza.
"¡¿Qué estás diciendo con eso?! - Pregunto con una pequeña vena en su frente.
Maia interrumpió antes de que pasara algo problemático.
"Cambiando de tema, hay una cosa que debo darle Tobera-sama." - Habló mientras traía un pequeño paquete envuelto. - "Hoy en la tarde vino un chico a dejarle esto a usted."
"¿Para mí?" - Abriendo el paquete, observando una comida que parecía simple y normal. - "¿Sabes quién era?"
"No me dijo su nombre, pero creó que era el chico que rescató usted en la última misión." - Vio como la cara de Tobera se oscurecía después de probar un trozo de la comida. - "Tobera-sama, ¿está usted bien?"
"Dime Maia, ¿no dijo algo?" - Preguntó Tobera.
"Bueno, sí dejo un mensaje, dijo que con eso debería pagar un favor." - Respondió nerviosa.
Pero lo que sorprendió a Maia e incluso a Fubuki fue que Tobera empezó a reír, y tenía una gota de saliva cayendo.
"¡Jajaja! Lo admito, está comida esta deliciosa, ¿No quieren probar un poco?" - Preguntando a las presentes
Las dos mujeres hicieron caso y probaron la comida, quedando asombradas por el sabor que no concordaba con la imagen normal que se veía a simple vista de la comida.
"¡Esto es delicioso! / Es impresionante" - Dijeron Maia y Fubuki.
'Ese mocoso, sí que sabe cocinar algo tan glorioso que no concuerda con la imagen que da...igual que él.' - Tobera se puso a recordar el encuentro que tuvo con el chico.
Mientras tanto las dos chicas seguían comiendo, hasta que Tobera les arrebato el paquete.
"No sean golosas, recuerden que esto es mío." - Con tono de burla, mientras las otras dos se resignaban a comer más.
"Tobera-sama, tengo una duda." - Maia cambió de tema. - "¿Acaso usted conoce a ese chico? - Preguntando con confusión.
"Bueno, lo conocí ese mismo día, pero resultó ser muy interesante y terminó agradándome mucho." - Dijo mientras tenía una expresión pensativa. - "Ahora que lo recuerdo, Fubuki." - Mirando a su hija. - "Tú y tu marido se divorciaron hace varios años, ¿no?"
"Sí... ¿qué pasa con eso, madre?" - Preguntó con una ceja levantada.
"Maia, ¿no quieres un nuevo papá?"- Preguntando a las más joven de los presentes.
"¡¿Qué?!" - Maia vio a Tobera con sorpresa y pánico.
"Madre, no creo que sea bueno hacer ese tipo de bromas." - Habló Fubuki con el ceño un poco fruncido. - "Además no quisiera casarme con un desconocido."
"Ya, ya, ya, era una broma..." - De repente se quedó quieta de forma pensativa. - 'Bueno...si resulta más interesante de lo que es, puede que lo considere y dicen que a veces puedes llegar al corazón de una persona por medio del estómago.'
Mientras Tobera estaba pensando, Fubuki intentó agarrar un trozo de comida, pero su madre se lo impidió pegándole en la mano y alejando la comida de ella.
"Ya te dije que es mío." - Dijo Tobera.
"Tsk." - Fubuki chasqueó la lengua en respuesta, mientras se frotaba la mano que le pegaron. - "Siento que estás pensando en algo problemático." - Comentó mirando a su madre pensativa.
"Quien sabe." - Respondió con una sonrisa.
Fubuki entendió que su madre dijo anteriormente fue de broma, pero luego vio que se puso muy pensativa, lo cual le hizo pensar que su madre enserio lo estaba considerando, eso la puso un poco incómoda a Fubuki, ya que se había divorciado de su exesposo después de tener a su última hija, pero fue porque su matrimonio era un arregló hecho por su madre y otra familia, así que no quiere que su madre la obligue a casarse con un desconocido, así que se lo dejó en claro...pero debe admitir un pequeño detalle, un detalle que le dejo con un poco pensativa.
'Esa comida es muy deliciosa.' - Viendo el paquete que su madre devoraba con rapidez.
Lo que Tobera y Fubuki ignoraban, es que la pobre Maia seguía sorprendida de las palabras de su abuela, que al principio pensó que era una broma, pero al ver a ambas mayores muy pensativas el pánico se apoderó de ella.
'¡¿Otro padre y un chico que parecía de mi edad?!' - Pensó alterada. - '¡Eso no puede ser posible, ¿verdad?!' - Vio a su madre atenta a la comida que su abuela devoraba. - '¿Verdad?'
Mientras tanto en otro lado estaba Ethan el cual se encontraba descansando tranquilo en un cuarto de hotel, ¿cómo llegó ahí?, pues solo tuvo que enviar un mensaje a Ren diciendo que quería un cuarto de hotel y una media hora después ya recibió un mensaje de una ubicación de un hotel, y tenía un cuarto de hotel de lujo para el solo, justo después Ethan estornudó.
*Achú* - "Creo que alguien piensa algo de mí...tal vez fue mi comida." - Dijo para si mismo. - "Puede que Tobera ya la haya probado." - Se acomodó más. - "Con esto ya me encargué de lo necesario, y ahora veremos que vendrá en el futuro."