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ASOIAF: Una Historia Alternativa

Una historia en la que Jon Nieve toma su destino con sus propias manos. Acompañemos a Jon Nieve en su camino de gloria, traición, tristeza, ira y amor. En un mundo despiadado donde el honor es lo único que ya no tiene valor alguno, donde los despreciables señores y damas de los Siete Reinos juegan el Juego de Tronos, ya sea por ambición, diversión, o simplemente para ver el mundo arder. Basado en las Novelas de George R.R. Martin, este Fanfiction de Canción de Hielo y Fuego se basa exclusivamente en información disponible en los libros y un poco de mi propia cosecha... Todas las teorías aquí están aunque sea ligeramente basadas en las novelas y material literario adicional escrito o autorizado por el Autor original. [Aportes bienvenidos aquí: patreon.com / IgnathiusNZX] [DESCARGO DE RESPONSABILIDAD] Personajes, Lugares, Nombres, etc. Son propiedad de George R R Martin, y pertenecen a su saga literaria Canción de Hielo y Fuego.

IgnathiusNZX · Book&Literature
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46 Chs

Jon - I

Jon se encontraba sentado en uno de los bancos más alejados de la mesa de su señor padre, Lord Eddard Stark. No siempre era así, solía sentarse con ellos, pero esta era una ocasión especial, el Rey los acompañaba en el banquete. Y, como dijo Lady Stark, «Ningún bastardo puede compartir la mesa de un Rey»

Jon quería refutar, quería corregirla, muchos bastardos habían compartido la mesa con Reyes mil veces más dignos que el gordo y borracho Robert Baratheon. Incluso hubo bastardos que sirvieron como Guardias Reales, e incluso uno sirvió como Mano del Rey.

Pero sabía que no habría ningún caso en corregir a esa mujer. Solo resultaría en un castigo y aún más humillación para Jon.

Por una vez, Jon estaba feliz de ser el hijo bastardo, por lo que había podido ver, su señor padre no había permitido a sus hijos legítimos beber más de una taza de vino. Pero gracias al lugar en que lo colocaron, Jon pudo beber desde el comienzo mismo del banquete.

Otra ventaja que tenía el lugar en que estaba sentado era que había podido traer a Fantasma, su lobo Huargo. El cual por cierto se encontraba en este momento a sus pies bajo la mesa, nuevamente pidiendo que le diera de comer.

Jon deslizo lentamente el pollo asado entero que había en la mesa hasta el borde de la misma, y lo dejo caer, el lobo rápidamente se precipito y se llevó el pollo sin emitir si quiera un sonido.

Mientras Jon miraba como el Huargo blanco devoraba el pollo con avidez, y mientras bajaba quizás la décima taza de dulce vino veraniego, cuando una voz lo interrumpió.

—Este es uno de los Lobos Huargos de los que tanto se habla? —era una voz conocida, y estaba muy cerca de él.

—Si —respondió Jon sonriendo a su tío Benjen, quien le había puesto la mano en la cabeza y le revolvía el pelo. — Se llama Fantasma.

Uno de los escuderos con los que Jon compartía mesa interrumpió la anécdota que estaba contando para hacerle espacio en el banco al hermano menor del Señor del Castillo. Benjen Stark se sentó a horcajadas y le quito la copa a Jon de entre los dedos.

—Vino veraniego — dijo tras beber un trago — No hay nada más dulce, ¿Cuántas ya has bebido, Jon? —Jon se limitó a sonreír. Y Benjen se hecho a reír. —Lo que me temía. En fin, yo era aún más joven la primera vez que me emborrache a conciencia.

Su tío era un hombre de rasgos afilados, duros como la roca, pero sus ojos azul grisáceo parecían siempre sonreír. Iba invariablemente vestido de negro, porque pertenecía a la Guardia de la Noche. Aquella velada, sin embargo, su ropa era de fino terciopelo negro, en lugar del cuero, cota de malla y pieles que solía llevar.

Benjen miro a Fantasma con una expresión de diversión.

—Un lobo muy tranquilo— señalo.

—No se parece a los otros —asintió Jon— No hace ruido. Por eso le he puesto el nombre de Fantasma, por eso y porque es blanco. Los otros son grises o negros.

—Todavía haya Huargos más allá del Muro. A veces los oímos cuando salimos de expedición. — Benjen Stark clavo sus ojos en Jon durante un largo momento —¿No comes en la misma mesa que tus hermanos?

—Casi siempre, pero Lady Stark considero que sería un insulto a la familia real sentar un bastardo con ellos.

—Ya veo… Mi hermano no parece estar de buen humor.

—Ni la reina. El Rey quiso bajar a las criptas con mi señor padre en el momento en que llegaron, a ella no le gustó la idea.

—Te fijas en todo, ¿eh? … un hombre como tú nos sería muy útil en el Muro.

—Robb me supera con la lanza, pero soy mejor que el con la espada, y Hullen dice que cabalgo tan bien como cualquier caballero sureño.

—No está nada mal.

—Déjame acompañarte cuando partas de regreso. Si se lo pides tú a mi señor padre, estoy seguro de que accederá.

Benjen miro a Jon por un momento y suspiro.

—Lo siento Jon, pero el Muro no es un lugar para un chico como tú.

—Ya casi soy un hombre, mi próximo día del nombre tendré 15 años y según el Maestre Luwin los bastardos crecemos más rápido que los demás niños.

—Es cierto, al menos en tu caso has crecido más rápido que un niño normal — dijo Benjen con una mueca.

—Por favor tío, quiero servir en la Guardia de la Noche. Incluso Daeron Targaryen tenía solo 14 años cuando conquisto Dorne.

—Conquista que solo duro 6 meses, y además el joven Daeron murió con solo 18 años, no lo olvides.

Benjen suspiro, mientras miraba a su sobrino.

—No sabes lo que pides Jon. Puede que la Guardia de la Noche sea una hermandad juramentada, pero no es como te la imaginas. Además, hay que prestar un juramento de por vida.

—Puedo ser un bastardo, pero eso no significa que no tenga honor. Puedo prestar el juramento.

—A penas tienes 14 años Jon, si supieras lo que significa realmente prestar el juramento.

—¡No me importa!

—Quizás te importaría si supieras lo que te podría costar prestar el juramento, no estarías dispuesto a asumir el precio, hijo.

—¡No soy tu hijo!

­—Si, no lo eres. Y es una pena. Vuélveme a hablar de esto una vez que conozcas más del mundo. Y sepas lo que perderías con ello.

—¡No quiero esperar! ¡Odio este lugar! — quizás el vino se le había subido a la cabeza, y había hecho que sus emociones se descontrolaran, pero Jon había gritado. —¡Lo odio! —Cuando Jon noto que todos a su alrededor le miraban, su rostro enrojeció y se sintió avergonzado. —Dispensadme —añadió entre lágrimas, y salió del salón de banquetes tratando de preservar la poca dignidad que le quedaba.

...

...

Fue la mañana siguiente que Lord Stark convoco a Jon.

Se reunieron el cuarto de Lord Eddard, Lady Catelyn Tully estaba también presente.

­­—Jon ­—comenzó diciendo Lord Eddard, su padre. —El maestre Luwin me comento que querías seguir a Ben de regreso al Muro, y unirte a la Guardia de la Noche.

—Si, mi señor. Creo haberlo comentando a Lord Benjen. ­—respondió Jon sin mostrar ninguna emoción, y con una entonación formal, y plana. No podía mostrar ninguna falla ante la esposa de su padre.

—He decidido que el día en que parta hacia el Sur con Robert para servir como su mano, tu partirás al Muro con tu tío. —Continuo Lord Eddard.

Jon sintió como si su corazón estuviera siendo oprimido. A diferencia de su Tío, el hombre que se supone debiera comportarse como un padre para él, estaba enviándolo sin cuestionar absolutamente nada al Muro. En otras palabras, no tenía reparo alguno en desterrarlo de su hogar.

Viendo la sonrisa mal disimulada de la Tully, Jon supo que esto se debía a alguna de las exigencias de esa detestable y cruel mujer.

—Comprendo, mi señor. —contesto Jon sin mostrar lo enfadado que estaba.

«Malditos sean los Dioses, como habría preferido que el Tío Ben fuera mi padre»

—Bien, Jon, puedes retirarte. — la mirada de Lord Stark reflejaba dolor y culpa, esto, Jon no se lo perdió, y lo maldijo por su cobardía.

Jon simplemente dio la vuelta y salió de la habitación, se dirigió con pasos rápidos a su habitación.

«No me quedare ni un día más bajo tu techo Stark, no te necesito, no quiero tener nada que ver contigo ni con tu Casa»

...

...

Jon alisto todo lo que necesitaba para marcharse, había decidido dejar Invernalia, dejar el lugar en que había crecido. Un lugar en el que pese a haber pasado casi 15 años nunca había considerado su hogar.

Jon decidió que debía despedirse de sus hermanos, Robb a quien quería y consideraba su mejor amigo, y Arya, su pequeña loba.

Así pues, busco a Robb por el castillo y tras encontrarlo tuvo una conversación con él.

—Robb. —saludo Jon.

—Jon, ¿Qué sucede? — respondió su hermano. Ambos tenían aproximadamente la misma edad. No sabían exactamente cuál de los dos era el mayor, pero no importaba, se querían como si fueran hermanos nacidos de los mismos padres.

—Vine a despedirme.

—¿Despedirte? Jon, ¿de que estas hablando? No hay necesidad de ello, ni tu ni yo tendremos que ir a ningún lado, quienes van al Sur son Sansa, Arya y Bran.

—¿No te has enterado?, Lord Stark me ha desterrado al Muro.

—¿¡Que padre hizo que!?

—Como has oído, Robb. Me enviaran al Muro junto con el Tío Benjen cuando Lord Eddard parta al Sur con el Rey.

—¡No Jon! ¡No permitiré tal cosa, eres mi hermano!

—No hay oportunidad de convencer a Lord Stark, la decisión es de Lady Stark.

—¡Maldita sea! No hay modo de convencer a mi madre.

—Siempre quiso deshacerse de mí, la mancha en el honor de su señor esposo, y el recordatorio de su infidelidad.

—Jon, lo siento. Si solo pudiera hacer algo…

—No es tu culpa Robb— respondió con tristeza —Pero puedes hacer algo por mí, Robb.

—Lo que sea, Jon, solo dime.

—Por favor, no le digas a nadie que me marche.

—¿Marcharte?… pero Jon.

—Si, Robb, me iré esta noche, no se lo digas a nadie, solo así ganare tiempo para escapar lejos y sin que me traigan de regreso.

Robb miro a su hermano con pesar y luego suspiro.

—Bien, lo prometo, guardare silencio sobre tu ausencia. Te ayudare a que pase desapercibido que te fuiste.

—Gracias Robb. —Jon abrazo a su hermano, y Robb le devolvió el abrazo. —Hasta que nuestros caminos se vuelvan a cruzar.

Jon se despidió de Robb, y comenzó a buscar a Arya, su hermana menor.

La encontró enfurruñada en el patio del castillo. Estaba cubierta de lodo y suciedad, y su cabello tan enmarañado como siempre.

—Arya —llamo Jon.

—¡Jon! —la pequeña chica corrió hacia él y se lanzó a su abrazo.

—¿Qué sucedió mi pequeña loba? —pregunto Jon con una mirada cálida en el rostro.

—¡La septa Mordane es injusta!

—¿Qué hizo la septa?

—Dijo que mis puntadas eran horribles, y se la paso alagando las de la princesa Myrcella, pero enserio Jon, estaban tan torcidas como las mías.

—Jajaja… ¿Qué esperabas?, todos los adoradores de los Siete son solo lameculos para la realeza.

—¡Jon! No digas eso, ¿y si te escuchan?

—Que escuchen, no me importa, cualquiera que sea injusto con mi lobita se merece que lo insulte y mucho más. Además, ¿no mejoro ya tu humor?

Arya sonrió radiantemente.

—¡Gracias Jon, eres el mejor!

Jon le devolvió la sonrisa, pero luego su mirada se tornó triste.

—Arya… tengo que decirte algo…

—¿Qué pasa Jon, por qué estas tan serio?

—Arya, vine a despedirme.

—¿Des… despedirte? Jon, ¿por qué, a dónde vas?

—Me voy esta noche Arya, iré al sur. Lady Stark quiere enviarme al Muro, y Dioses, no quiero darle el gusto a Lady Stark.

Arya comenzó a derramar lágrimas, y sollozar. Jon sintió que su corazón se rompía al ver llorar a su pequeña loba.

—Arya — dijo mientras abrazaba a su hermana menor — sabes que te adoro, mi pequeña loba, nunca te dejaría, lo sabes, ¿no? — trato de consolarla mientras acariciaba la temblorosa espalda de la pequeña niña. Pero la chica continúo llorando. —Arya, esto no es un adiós, te juro, por los Antiguos Dioses que nos volveremos a encontrar.

Arya lentamente dejo de sollozar, sus ojos rojos e hinchados hacían que Jon se sintiera culpable por dejarla.

—Arya, mi pequeña loba. Me dirijo al sur, y más tarde también iras al Sur con Lord Stark. Estoy seguro de que nos veremos allí.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo, mi lobita. Distintos caminos pueden llevar al mismo castillo.

—¡Bien, pero si no te vuelvo a ver, te odiare siempre!

—Claro, mi lobita… sabes, te tengo un regalo. —dijo Jon con una tenue y triste sonrisa.

—¿Regalo?

—Si, pensaba dártelo cuando partieras al sur, es algo que había preparado para tu décimo día del nombre, pero he decidido dártelo ahora, por si no nos vemos hasta entonces.

Jon saco lentamente un paquete de tela de entre su ropa, y se lo entrego a Arya.

Arya entusiasmada quiso abrir el paquete enseguida, por lo que Jon la detuvo.

—Deberías abrirlo en tu habitación, y que la septa, tu señora madre ni Sansa sepan de ello.

Arya le dirigió una mirada de curiosidad —¿Qué es? —pregunto.

—Una espada, una espada de verdad. Como las que usan los Jaques Braavosis.

Los ojos de su lobita brillaron, y el peso en el corazón de Jon se hizo más pesado «seré capaz de volver a ver esos ojitos, volveré a ver a mi linda lobita» Jon siempre supo que lo que sentía por su Arya era un poco diferente a lo que sentía por sus otros hermanos. Pero era incapaz de comprender cual era la diferencia. «Es mi hermana favorita, solo eso»

—¿Y es para mí?

—Claro que es para ti, pequeña loba. Solo hay algo más. Toda espada importante tiene nombre, ¿no?

—¿Y esta también?

—Claro que sí, ¿cómo podría no tener nombre la primera espada de mi lobita?

—Y ¿cómo se llama?

—Como lo que usas para tu actividad favorita — le respondió Jon con una sonrisa.

—...Hmm... Aguja —Arya siempre fue rápida de mente.

—¡Exacto!

—¡Gracias Jon, te quiero!

—Tendrás que practicar con ella todos los días, no es un juguete, es de verdad, y debes aprender cómo usarla.

—Pero, ¿cómo consigo que alguien me enseñe?

—No lo sé, pero estoy seguro de que encontraras la forma. Por ahora, para tu primera lección, pequeña loba…

—¿Qué es?

—¡Clávala por el extremo puntiagudo!

—¡Jon, idiota! ¡Se al menos eso!

—Arya… —Jon volvió a abrazar a su hermanita— te quiero mucho, mi lobita. No hagas nada imprudente, y por mucho que te haga enojar Sansa, no la mates, ¿sí?

Arya miro el rostro de su hermano y noto la expresión de tristeza en su cara. Lo abrazo con fuerza y no lo soltó por varios minutos.

—Arya, una última cosa…

—¿Sí?

—No le digas a nadie que me fui, ¿sí?

—Lo prometo, Jon. No le diré a nadie.

—Gracias lobita, hasta que nos volvamos a encontrar.

Jon y Arya se separaron entonces, y cada uno tomo un camino diferente mientras se dirigían a sus respectivas habitaciones.

...

...

Jon abandono Invernalia esa misma noche, a lomos de un caballo tomado de las cuadras del castillo, armado con una espada bastarda, y con provisiones para dos semanas, Jon emprendió su viaje al sur, por el Camino Real.

...

...

Pasaron varios días hasta que en Invernalia notaron su ausencia.

Para cuando revisaron la habitación de Jon y encontraron la nota en que informaba que cortaba todo lazo con los Stark, y Lord Eddard envió a sus hombres en su búsqueda, Jon ya estaba demasiado lejos. Completamente fuera del alcance de su familia.