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ASOIAF: Una Historia Alternativa

Una historia en la que Jon Nieve toma su destino con sus propias manos. Acompañemos a Jon Nieve en su camino de gloria, traición, tristeza, ira y amor. En un mundo despiadado donde el honor es lo único que ya no tiene valor alguno, donde los despreciables señores y damas de los Siete Reinos juegan el Juego de Tronos, ya sea por ambición, diversión, o simplemente para ver el mundo arder. Basado en las Novelas de George R.R. Martin, este Fanfiction de Canción de Hielo y Fuego se basa exclusivamente en información disponible en los libros y un poco de mi propia cosecha... Todas las teorías aquí están aunque sea ligeramente basadas en las novelas y material literario adicional escrito o autorizado por el Autor original. [Aportes bienvenidos aquí: patreon.com / IgnathiusNZX] [DESCARGO DE RESPONSABILIDAD] Personajes, Lugares, Nombres, etc. Son propiedad de George R R Martin, y pertenecen a su saga literaria Canción de Hielo y Fuego.

IgnathiusNZX · Book&Literature
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46 Chs

Barristan - I

El Matarreyes… derribado por el Matarreyes… A un instante de cumplir con la misión que le habían encomendado, había sido derribado por el mal caballero, el traidor, el falso Guardia Real, el Matarreyes cuya espada se había bañado en la sangre que del Rey que había jurado proteger.

Barristan Selmy despertó en una celda oscura, su cabeza dolía allí, donde el Matarreyes le había golpeado, le habían despojado de su armadura. Y su Capa Blanca le había sido dejada para que usara como manta para dormir y protegerse del frio. Que mayor insulto podría haber, encerrado en la misma celda que el Rey al que rescato durante la Resistencia de Valle Oscuro.

Estaba enfadado consigo mismo, dos de sus hermanos juramentados, aunque no valieran las capas que usaban, habían caído enfrentando a un niño. Un niño cuya habilidad era mas que impresionante, y un niño que debía matar. Oh, que bajo había caído la Guardia Real.

Lo habían tratado relativamente bien, no lo negaría. Pero los guardias eran de la Casa Rykker, supuestamente los Rykker eran rehenes, pero la lealtad de esos guardias era inquebrantable. Lo que significaba que, o eran traidores, o los Rykker se aliaron con el bastardo de Invernalia.

Lo dejaron allí por días, la comida le era entregada regularmente, tres comidas al día, una jarra de agua y un pellejo de vino. Si no fuera por estar en una celda, sospecharía que lo consideraban un invitado.

Finalmente, el Matarreyes con una armadura y capa blanca impolutas, y un hombre braavosi con una armadura ligera y una capa del mismo color entraron a su celda, con varios ballesteros detrás de ellos, le lanzaron una túnica blanca, que el se coloco por encima de los hombros, y luego acepto que lo encadenaran, mientras era llevado por el pasillo con tal numerosa escolta.

No lo condujeron al salón de audiencias, ni a otra celda, ni a una oficina, ni a la sala de banquetes, lo llevaron hasta una habitación donde una niña de unos diez años con un fino vestido azul y una rosa de zafiro en el cabello se encontraba sentada al lado de la cama donde el chico, el Lobo Blanco al que debía matar estaba recostado, le tomo un tiempo reconocer que la niña era Arya Stark, pues no se parecía a la niña salvaje que acompaño a Eddard Stark desde el norte.

El chico estaba ligeramente recostado en la cama, su rostro era pálido, y solo permanecía así porque había varios almohadones soportando su espalda.

—Arya, por favor. Necesito mas leche de amapola. — escucho que el muchacho decía a la niña a su lado.

—No, si tomas más te quedaras dormido. — contesto ella — además no dijiste las palabras. Y tienes que juzgar a Ser Barristan.

—Pero…

—Cumple con tus deberes, Aemon. — dijo la niña terminando la discusión.

«Ella lo llamo Aemon… un nombre Targaryen… pero debería ser Jon» Barristan estaba confundido.

El Matarreyes, con una sonrisa en la cara se quedó allí esperando a que la conversación terminara, y luego informo.

—Su Gracia, hemos traído a Barristan el Bravo. —el tono respetuoso e impropio del Lannister sorprendió a Barristan. Además… ¿Su Gracia?

El chico volteo en nuestra dirección, y con un suspiro, su expresión cambio a una solemne.

—Se lo agradezco, Ser Jaime. Pero le sugeriría que la próxima vez que escolte a un prisionero o un invitado, anuncie su llegada antes de ingresar a la habitación. — dijo con un tono formal.

—Comprendo, príncipe Aemon. Procurare recordarlo — respondió el Matarreyes con un tono de burla.

—No lo procuraras, lo harás. —dijo el chico terminantemente, luego se volteó y miro directamente a los ojos de Barristan — Ser Barristan, disculpe la poca hospitalidad que le hemos mostrado, pero como comprenderá, lo normal seria ejecutar a un asesino en lugar de retenerlo. Después de todo, usted prácticamente no tiene ninguna utilidad como rehén. De no ser por la petición de Ser Jaime, habría hecho lo que mi adorable prima sugirió y su cabeza ahora decoraría las puertas de Valle Oscuro.

Barristan miro a la niña Stark junto a la cama, y luego pensó en lo que acababa de escuchar… ¿prima?

Arya Stark y el Lobo Blanco deberían haber sido medio hermanos. Por qué la llamaba así… será que es hijo de Brandon…

—Ser Barristan, ¿sucede algo? ¿o es que las ratas le han comido la lengua?

—Hum… Por qué habría de hablar con un bastardo traidor. — le respondió el caballero.

—¿Traidor? — el tono del chico se volvió frio — El único traidor aquí, Ser Barristan, es usted. — el niño hizo una pausa y miro al Matarreyes. — Ser Jaime, Ser Syrio, por favor, hagan que Barristan se arrodille. Pienso enumerar sus faltas y, Ser Jaime, me temo que no podría ejecutarle personalmente, así que le pediré que se haga cargo si llegara a ser necesario.

—Si, su gracia. —respondieron los dos hombre con capas blancas.

El Matarreyes se acerco y lo pateo detrás de las rodillas, el braavosi presiono su cabeza contra el suelo con su pie.

—¿Crees que humillándome hará que tus acusaciones sean verdaderas? — rugió tratando de levantarse.

—Yo que tú, le haría caso, Ser Barristan, el chico puede estar delicado, pero sigue siendo capaz de matarte si decide hacerlo. — susurro el Matarreyes. —solo escucha lo que tiene que decir, de rodillas, claro, luego veremos si te atreves a levantar la cara.

Barristan dejo de resistirse, pero miro con odio al Matarreyes, y luego también al hijo bastardo de Lord Eddard.

—Bien, Ser Barristan. — dijo el chico — Arya, la lista. — pidió, y la niña se levantó, tomo varios papeles de un escritorio y regreso a su lugar, le entrego los documentos al chico y este comenzó a leer— Las trasgresiones son varias, y graves, Ser Barristan, algunas de estas las comparte toda la Guardia Real de mi abuelo. —comento con una sonrisa — se le acusa de transgredir los votos básicos de la caballería, y cometer agravios a los Siete y los votos tomados bajo sus nombres. Se le acusa de permitir la tortura reiterada de la Reina Rhaella Targaryen a manos de mi abuelo, el Rey Loco Aerys Segundo Targaryen. Se le acusa de permitir que se produjeran juicios injustos que transgredían por completo los principios de la legalidad ponienti y no podrían ser reconocidos como tales por la Fe. Se le acusa de romper sus votos a la familia real y permitir que un usurpador se sentara en el Trono, se le acusa de traicionar a dicho Usurpador y permitir que un hijo ilegitimo no relacionado en forma alguna con la actual casa gobernante se sentara en el trono. Se le acusa del cargo de traición y conspiración contra el Lord Regente Lord Eddard Stark quien fuera escogido como tal por el Rey Robert Baratheon el Usurpador. Se le acusa de atentar contra la vida del último descendiente varón de la Dinastía Targaryen y legitimo heredero del Trono de Hierro. Hay muchos mas cargos, pero se resumen en que permitió y consintió que mi abuelo, el Rey Loco Aerys Targaryen hiciera lo que hizo durante los últimos años de su reinado.

—¿Qué prueba hay de todo lo que has dicho? —espeto Barristan.

—¿Respecto a que, Ser Barristan, los cargos o mi identidad?

—Todo. — fue lo que pudo contestar.

—Ser Jaime, ¿es Joffrey Baratheon realmente hijo suyo? — pregunto el chico.

—Si, su gracia. Joffrey es mi bastardo. Nacido de una relación impía a ojos de la fe. Tommen y Myrcella también son hijos míos. —respondió el Matarreyes.

—Allí tiene, Ser Barristan, uno de los cargos ha quedado, sin lugar a dudas comprobado. —dijo el chico con una sonrisa —Ahora, respecto a mi identidad, me temo que no puedo realizar la demostración tal y como fue cuando negocie con los señores Velaryon y Celtigar, pero puedo presentar los documentos, con los sellos rotos, claro está, no hay copias ilimitadas de documentos como esos. — tomo un pequeño respiro su tez estaba más pálida que al principio — Respecto a los otros cargos, específicamente los referentes a los que ocurrieron durante el gobierno de mi abuelo Aerys Targaryen, se atreve siquiera a negarlos, sabe que el reino completo puede dar fe de ello, ¿no?

Solo fue capaz de respirar, sabia que lo que el niño dijo era verdad, y era algo que lo perseguiría por siempre.

—Ahora, ¿niega que mi señor tío, Lord Eddard Stark, fue escogido como Lord Regente, y que usted como Lord Comandante de la Guardia Real del Rey Robert Baratheon el Usurpador, puso su sello en la última voluntad del Rey?

—No lo niego, no. — fue la respuesta que dio — Pero el Rey quería que su hijo heredara el Trono.

—Entonces, ¿por qué no coronaron a Edric Tormenta? — respondió el chico con una sonrisa.

—Me refiero a Joffrey — le conteste — El Rey quería que Joffrey fuera coronado.

—¿No se ha discutido ya, que Joffrey no es hijo de Robert Baratheon?

—Ugh…

—¿Y niega haberme atacado a mí, el príncipe Aemon Targaryen, hijo de Lady Lyanna Stark y del Príncipe de Rocadragon, Rhaegar Targaryen?

—No lo niego. Pero no sabía tu identidad, solo eras un traidor a la corona para mis ojos.

—¿Un traidor a la corona?, pero ya se ha demostrado que no es así, Cersei Lannister es quien ha traicionado a la corona, Ser Barristan.

El chico guardo silencio a partir de ese momento, y Barristan se sintió oprimido por sus culpas pasadas, mas no por las recientes.

—¿Aemon? — se escucho decir a la niña Stark — Ser Jaime, llame al Maestre, le ha vuelto la fiebre.

—Si, mi señora. — dijo el Matarreyes mientras salía corriendo de la habitación.

—Chica… ¿Qué hacemos con Ser Barristan? — pregunto el braavosi.

—Solo expúlsenlo de Valle Oscuro, no tenemos tiempo ni recursos para tratar con prisioneros, y ya que Aemon decidió perdonarle la vida, solo queda echarlo.

—Pero… —comenzó el braavosi.

—Ser Syrio, mi Aemon, el rey legitimo de los Siete Reinos esta inconsciente, y yo soy la que decide cuando Aemon no está en condiciones de dar órdenes.

—Esta bien, chica. Hare lo que dices.

—Espera. —ordeno la niña, el braavosi se detuvo, y la niña miro a Barristan a los ojos — Esto no significa que ha sido perdonado, Aemon esta dispuesto a aceptar en su Guardia Real a los Guardias de Aerys que sobrevivieron, y eso lo incluye a usted — la niña hizo un pausa y Barristan noto que había sacado una espada delgada y la sostenía en sus manos mientras deslizaba el dedo por la delgada hoja. — pero yo no permitiré que alguien que ha dañado a Aemon se quede cerca de él, no sin probarse primero. Así que, si piensa servirlo, primero tendrá que demostrar su lealtad, traiga la cabeza de uno de los falsos reyes que se han coronado, ya sea uno de los hermanos del Usurpador o la cabeza de Joffrey. —la niña miro al braavosi una vez mas y dijo — ahora proceda, que lo expulsen de Valle Oscuro, no le den una espada, ni le devuelvan la armadura.

—Si, chica. Hare lo que dices — respondió el braavosi.

Luego dio unas órdenes y Barristan fue arrastrado hasta la puertas del la ciudad, y cuando lo expulsaron, el braavosi le entregó una bolsa con comida y un pellejo de agua.

—Esa chica solo dijo que no te diéramos tu espada ni armadura — le dijo— pero no menciono provisiones para el viaje, Ser Barristan.

Barristan lo miro un momento, se dio la vuelta y comenzó a caminar.

—Gracias —dijo tras alejarse un buen tramo.