Entrenamiento

La primera luz del alba penetraba tímidamente por los altos vitrales de la habitación, arrojando un débil resplandor grisáceo sobre las paredes de piedra. La campana matinal resonó, y como si estuvieran programados, los doce jóvenes pupilos se vistieron en silencio y formaron una procesión hacia el comedor.

Allí, en su posición habitual, el jefe Hayate aguardaba junto a una mesa alineada con bandejas de avena insípida, pan duro y leche cortada. Una breve bendición precedió a la ingestión apresurada de su frugal desayuno, bajo la atenta mirada de su mentor.

Apenas abandonaron el comedor, fueron conducidos al patio trasero. Allí se mostraba ante ellos un gran número de plataformas dispuestas a modo de circuito; tras un vistazo, ante ellos se mostró un hombre alto y enmascarado, quien se presentó estoicamente ante ellos:

-Mi nombre es Aldren, Sir Aldren para ustedes, novatos; somos los rezagos de la anterior generación de asesinos Hayate- dicho esto, tras él se presentaron otros 2 enmascarados, cada uno con un color en la máscara que desentonaba con la vestimenta negra. Aldren llevaba una máscara con detalles en amarillo.

La siguiente en presentarse fue una silueta femenina con mascara azul turqués: -Mi nombre es Seraphim, estoy aquí para apoyarlos en este entrenamiento, les deseo mucha suerte-.

Por último, se presentó la máscara roja: -¡Ah, nobles aprendices y damiselas valerosas! Yo soy quien yace tras la enigmática Máscara Roja, el espíritu del drama, el prodigio del misterio. Me deleito en la melodía del suspenso y bailo al ritmo de la incertidumbre. Somos las sombras y cazamos en las sombras, mi nombre es Lysander- dijo apasionada y teatralmente.

-¡pfff!- Contuvo su risa Lady Seraphim, mientras que Sir Aldren tenía una expresión de haber aguantado esa actitud por mucho tiempo.

Frente a ellos nos encontrabamos F1 y yo, H1, encarando las filas que usualmente hacemos como rutina. La recién presentada Seraphim nos observó de arriba abajo y exclamó:

-¡Bienvenidos, intrépidos aprendices! - exclamó Seraphim con una sonrisa, dirigiendo su mirada intensa hacia F1 y a mi. -¡Qué emocionante es ver la juventud de los Hayate ansiosa por aprender y triunfar!-

F1, con su postura segura, asintió con respeto mientras sostenía la mirada de Seraphim. Yo, por otro lado, me mantuve atento al circuito detrás de ella.

-Nos complace que estén aquí, Lady Seraphim- respondió F1 con una cortesía controlada. -Estamos preparados para aprender y contribuir en todo lo que sea necesario para el entrenamiento de hoy-.

La mirada de Seraphim se desvió hacia los demás pupilos reunidos, evaluando a cada uno con una expresión serena pero analítica.

-Estoy segura de que mostrarán su destreza y habilidades. Este entrenamiento pondrá a prueba su astucia y trabajo en equipo. Recuerden, la unión es fundamental en nuestras misiones. ¡Y no se preocupen, no estaremos en las sombras todo el tiempo!- añadió con un toque enigmático, antes de dar un paso hacia atrás y observar la disposición de las plataformas del circuito. -Es hora de mostrar de qué son capaces. ¡Adelante, a sus puestos!- Gritó Aldren poco después.

Las palabras de Aldren y Seraphim retumbaron en la fresca mañana mientras los pupilos se preparaban para el desafío. F1 se mantuvo firme y concentrada, mientras que yo, de manera calmada me dirigí a la plataforma de arranque. Las instrucciones se perdieron en el bullicio de la preparación, pero el tono alentador de Seraphim resonó en sus mentes mientras se disponían a iniciar el circuito.

Nos hallábamos alineados en varios grupos, cada uno en un circuito exactamente igual, F3 se encontraba justo a mi lado, cada uno de mis compañeros tenia una mirada competitiva en su perfil, y visualizaban su ruta, al igual que yo, el circuito era bastante sencillo, 100 metros planos en lodo, para luego subir una rampa de cuerdas a una plataforma elevada. Allí debiamos de cortar la cuerda exacta, dentro de un nudo, para liberar una plataforma colgante y así saltar a la siguiente sección, una donde debemos pasar esquivando unos troncos oscilantes mientras disparamos dagas, previamente marcadas, a unos objetivos. Finalmente nos arrastramos en una zanja debajo de una red para salir directamente en la meta.

Sir Lysander añadió: -¡Queridos aprendices! ¡Qué emoción palpita en el aire en este día de desafíos! Los laureles del triunfo aguardan al vencedor de cada grupo. Y, oh, qué maravilla hemos traído desde lo más recóndito... algo único y distante. El arte de la victoria y la recompensa se entrelazan en este reto. Así que, esfuércense, honrados aprendices, ¡y la gloria será suya!-

Ignorando la carcajada que soltó lady Seraphim, Aldren grito: -Espero ya estén todos listos, a mi señal, este circuito dará inicio: 3...

2...

1...

Zephyr fulgurance-.

Justo cuando terminó de decir el hechizo, una explosión llenó el silencio del patio de la mansión, y así dio inicio la competencia.

Comenzamos los 100 metros en lodo, iba justo detrás de F3, quien destaca por su agilidad; me aprovechó de su velocidad para cortar el aire frente a mí, y llegando a la malla, me alejo y subo a mi atalaya.

Estaba bastante adelante del resto de compañeros, los únicos en la respectiva atalaya éramos F3, H6 y yo; la mitad del grupo aún estaba ligeramente rezagada, sin embargo, no podía importar menos en este momento, en mi tercer intento encontré la cuerda, y una inestable, pero solida plataforma se vaciló frente a mi.

Salté directamente a ella, y tomando algo de impulso salte a la siguiente plataforma, detrás mío estaba F3, quien recién estaba dando el saltó; por mala suerte, o mal calculo, sin embargo, llegó a muy duras penas, la ví por el rabillo del ojo mientras me dirigía a la zona de los objetivos.

Con dagas en mano y centrando mi atención en los objetivos empecé a avanzar rápidamente, varios troncos estuvieron cerca de golpearme, pero mis reflejos y mi rápido pensamiento me permitieron evadir cada uno. De esa forma, logré marcar los 15 objetivos con mis dagas color negro, ya solo restaba la zona de la zanja; tomé un pequeño respiró para evaluar también el desempeño de mis compañeros, H6 seguía intentando alcanzar a F3, quien avanza sin temor alguno a través de los obstáculos, algunos apenas a centímetros de su cuerpo.

Sin más tiempo para perder me sumerjo en la zanja y, pecho en tierra, comienzo a avanzar lenta y tortuosamente; agradezco el pequeño respiro que tomé, si no, esta sección seria aún más difícil. Apoyándome de mis antebrazos y pies, lentamente me acerqué a la meta, hasta que finalmente me hallé en ella.



Lady Seraphim me miro asombrada y exclamó: -no esperaba menos del H1 de esta generación, siempre es alguien impresionante, de una u otra forma- Tras eso, lanzo cierta mirada rápida a sir Aldren, quien se notó incomodo y raspó la garganta, luego dijo, con voz solemne: -Muy bien a todos los demás, lo hicieron bastante bien, pese a sus debilidades-



Al final, nos reunimos nuevamente junto al lago, alrededor de nuestros superiores, los cuales ahora se disponían a darnos una catedra sobre la magia que hace no mucho habíamos aprendido.

-La magia surge de nuestras palabras en lenguaje rúnico- Empezó sir Aldren-Surgen de la aplicación de la lingüística sobre runas antiguas, runas con inmenso poder que podías convocar al dibujar ciertos círculos y runas en algunos materiales. Con el tiempo, el estudio sobre la magia revelo que no eran necesarios talismanes ni círculos como en antaño, bastaba con imaginar dichos círculos en nuestra mente-.

-Pero eso solo llevó a que la magia a través de cantico sea algo destinado para muy pocos eruditos con una increíble capacidad de memoria, ¿Se imaginan tener que memorizar las 27 runas que conforman el circulo de algo básico como Ignarius Pyrosin?- Interrumpió lady Seraphim

-Si, fuese una locura; es por ello que los magos eruditos encontraron otra forma de manifestar la magia de manera mucho más eficiente: Los canticos en idioma rúnico- Continuo Aldren -piensen en ello como la transformación de una runa a una palabra o silaba en concreto, esto llevo a la posterior construcción del lenguaje rúnico, en el cual están escritos todos los hechizos que manejamos a día de hoy-

-Aun así, los círculos mágicos son más eficientes en su uso del mana- Agrego Lysander, quien había estado atento también a la lección de historia del lenguaje mágico

Luego del comentario de Lysander, Aldren contestó: -Eso es cierto, Lysander, pero aún así la velocidad de casteo de un cántico no puede ser igualada. Incluso ha avanzado tanto que actualmente no hace falta decir el cántico completo; solo basta con acortar la frase mientras mantienes la imagen mental del cántico completo-.

Al vernos confundidos, agregó: -Suena complicado hablandolo solamente, pero consiste en autosugestión de alto grado, en el que mientras expresamos una frase, podemos castear un hechizo completo. Depende de la habilidad del mago, pero algunos somos capaces de castear hechizos incluso con palabras que no son del lenguaje runico.

Les mostraré: Flamas a mí-.

Al decir eso, una enorme bola de fuego se materializó justo en la palma de su mano

-como pueden ver, es mi propia versión del hechizo: Flammae Incendia, Spiritus Ignis, Accende mea Potentia: Ignarius Pyrosin-.

Esto nos dejó bastantes dudas, pero también aclaró bastante bien la magnitud del estudio de la magia, sin lugar a dudas un campo interesante; lastima que dicho camino no sea para mi.

Tras la fascinante lección sobre el lenguaje rúnico y la magia, Sir Aldren se dirigió hacia nosotros, los cuatro ganadores del circuito, quienes esperábamos con expectación, una mezcla de asombro y emoción dibujada en sus rostros. Aldren, Seraphim y Lysander se reunieron en círculo alrededor nuestro.

-¡Ah, valerosos vencedores! - exclamó Lysander, con su característico tono teatral. -Hicieron honor a su linaje Hayate, atravesando el desafío con determinación y astucia. Como premio por su triunfo, les presentamos un regalo especial: el anillo Aetheris-.

Con un gesto grandilocuente, Sir Aldren sacó de su bolsillo un estuche de terciopelo oscuro. Abrió la caja y reveló cuatro anillos ornamentados con grabados antiguos. Cada anillo resplandecía con una piedra incrustada en su centro.

-Este anillo, forjado con un mineral excepcional, tiene la capacidad única de almacenar y liberar el mana con maestría- explicó Seraphim con su voz calmada pero llena de su propio encanto. -Permitirá a sus portadores controlar su energía mágica con mayor precisión y potencia-.

Uno a uno fuimos tomando nuestro propio anillo, y sir Aldren explicó: -Cada uno de estos anillos contiene una piedra de Auramita, un mineral con la capacidad natural de almacenar maná puro; pero es que además, con el tratamiento correcto, es capaz de almacenar y suministrar dicho mana al portador-.

Lady Seraphim lo cortó súbitamente y añadió: -Simplemente piensen en ellos como una reserva extra de maná, por si les hace falta... Aunque viendolos a todos hoy, parece que no será una preocupación común-.

Con el entrenamiento concluido nos dirigiamos hacia el comedor de la mansión, cuando el mayordomo Ordinance nos instó a ir a la sala de reuniones. Dentro ya se hallaba "padre", mirando por la ventana hacia el lago del jardín donde hacia poco estabamos recibiendo lecciones. De pronto rompió el silencio y exclamó:

-La corona, mejor dicho, la familia Valerius, nos ha entregado vuestra primera misión. Se trata del vizconde Marlowe, un hombre conocido por sus extravagantes fiestas y grandes lujos. La familia real ha dispuesto a Harold Marlowe como merecedor de la muerte a manos de ustedes, los asesinos de Hayate. Espero su entrenamiento cumpla los estándares para entonces-.

Terminando con esas palabras, y sin haber volteador a vernos ni por un segundo, salimos de la sala de reuniones a esperar a "padre" en el comedor dispuesto para la cena.