LLUVIA

Alice caminaba rumbo a casa. Aunque era temprano, últimamente estaba oscureciendo antes de lo normal haciendo que las luces del alumbrado público se activaran antes de lo previsto.

El viento frío recorría su rostro, haciendo que acomodara su bufanda y pusiera sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

Su pasos se hacían cada vez más rápidos debido a la presencia de nubes oscuras que daban la impresión de tormenta provocando que en la calle hubiera cada vez menos gente.

— Qué mal...va a llover y no traje paraguas. Pensaba mientras miraba el cielo.

Los destellos se veían a la distancia y los truenos sonaban más cercanos. Poco a poco las primeras gotas de lluvia cayeron sobre Alice, quien salió corriendo en búsqueda de refugio, aún así, no fue posible debido a que los ante jardines de las casas le impedían encontrar alguno.

Corrió y corrió como si su vida dependiera de ello y entre más corría más fuerte llovía, sintiendo como su ropa se empapaba y se hacía más pesada. Los charcos salpicaban sus jeanes y calzado, era tan fuerte la lluvia que la calle parecía un río, dando la impresión de que estaba volando sobre las aguas.

— Cómo odio esto... resignación... resignación.

Realmente detestaba como las gafas se empañaban y escurrían agua al mismo tiempo. Simplemente le nublaban la visión.

— No puedo seguir corriendo, no veo nada. Entrecerró los ojos y por encima de sus gafas le pareció ver algo, se alegró de ver una especie de saliente de un edificio justo en la esquina, pero cuando dio el giro para refugiarse simplemente se tropezó.

— ¡Hay, maldición!. Gritó mientras caía de rodillas y mencionaba otras verduras más que solo decía cuando se encontraba a solas. Se había golpeado duro, tanto que había roto el jean y raspado su rodilla.

— Maldita sea... que suerte la mía!!. Refunfuño mientras su rostro se arrugaba de dolor.

En ese momento vio la sombra de alguien que se estaba refugiando allí bajo la lluvia, parecía una escena de terror cuando en ese instante la luz de un rayo alumbró el lugar, su grito ni siquiera pudo escucharse debido al poderío del trueno.

<Voy a morir> Pensó aterrorizada . — <Eso me pasa por estar viendo películas horribles>.

Le pareció ver como una mano se extendió hacia ella.

<Este es mi fin>

Alice creía que las personas antes de morir verían su vida pasar ante sus ojos, definitivamente las horas de televisión y lectura le habían llenado la cabeza de cosas. Aún así no vio nada, ni siquiera podía, sus lentes empañados eran definitivamente una molestia .

<Aishhhh!!... ni siquiera podré ver a mi agresor>

Intentó incorporarse , enviando su cuerpo hacia atrás donde la lluvia caía con fuerza, esto hizo que sus lentes se resbalaran de su rostro observando justo al frente.

Allí se encontraba una mano que intentaba llegar a ella. Esta mano tomó la suya y la jaló hacia el resguardo, fue tan fuerte el impulso que Alice quedó en los brazos de alguien. Quien muy cerca a su oído le dijo.

— Mira, qué me han traído los dioses.