El Templo Dragón tenía una característica particular: era grande. Todo se veía enorme, incluyendo el corredor por el que el anciano dragón rojo, Pettalong, llevaba a Link. Medía 90 metros de ancho, y se sentía como si se estuviera caminando por una plaza citadina vacía.
Después de caminar con el anciano Pettalong por un tiempo, Link y Elin se dieron cuenta de que se dirigían hacia el patio trasero del Templo Sagrado. Intercambiaron miradas, desanimados.
Habían visto a la reina por última vez en la enorme plaza ubicada detrás del Templo Sagrado. Ahora estaba recibiendo sus visitas allí. Esto quería decir que la Reina Dragón Rojo estaba muy débil y ni siquiera podía moverse.
La situación era horrible.
Después de caminar por cinco o seis minutos, el corredor terminó. Apareció un arco de 45 metros de altura. Dos guerreros de 9 metros de alto estaban de pie a cada lado de la entrada.
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