Adam Lébedev

Edad 18 años.

Estatura 1.83 cm.

Cabello negro y ondulado.

Piel clara.

Rostro definido que marca perfectamente lo que debe de marcar.

Ojos color azul en temperaturas elevadas y verdes en temperaturas cálidas.

Labios ligeramente gruesos y rosados.

Cejas un tanto pobladas y definidas.

Pestañas largas y rizadas.

Cuerpo perfectamente proporcionado con masa muscular muy bien acomodada.

Adam fue abandonado en un hospital cuando tenía tan solo cinco años. Desde ese entonces vivió en hogares temporales, en los cuales había más niños que camas.

Tres años más tarde, fue adoptado por una mujer amable y cariñosa; y un hombre grande y tranquilo. Ellos no podían tener hijos propios, pues sería un peligro para aquella mujer de largos cabellos castaños. Así que decidieron adoptar. Ellos tenían pensado un bebé recién nacido, pero la vida les tenía algo más preparado. Fui ahí en dónde conocieron y se enamoraron tanto de un pequeño con una sonrisa divina y unos ojos azules que pedían mucho amor.

Se hicieron las debidas pruebas y exámenes, y después de un año Adam pudo al fin ir con su nueva familia.

Por supuesto no fue nada fácil para aquellas personas el cuidar de un niño, a quien abandonaron a su suerte; ya que cada vez que tenía la oportunidad, Adam volvía al hospital en dónde fue dejado, esperando a que su madre regresará por él, ya que lo último que le dió su madre fue un beso en frente y un pedazo de papel que decía "Espérame".

La última vez que lo hizo sin pedir permiso, angustio tanto a sus padres, que tuvieron que llamar a la policía. A las pocas horas un enfermero llamo, les dijo que su hijo estaba sano y a salvo.

Los padres aliviados fueron hacia donde se hijo se encontraba. Adam esperaba nervioso, pues sabía que lo que hizo no fue para nada agradable; pero sus nervios se fueron al ver la cara de aquella mujer con lágrimas en el rostro pero con una gran sonrisa en los labios. La mujer se arrodilló y lo abrazó mientras le decía esas palabras que aliviaron, un poco su pequeño corazón adolorido "Te amo".

A los 15 años se convirtió en modelo de marcas muy reconocidas a nivel mundial, gracias a su madre quien es fotógrafa. Pero lo dejo para poder enfocarse más en hoteles e idiomas, al igual que su padre.

Adam puede llegar a ser un chico dulce, tierno, y todo eso; pero en realidad es una simple fachada para enganchar a las chicas, a quienes les hace una prueba, que si fallan, todo él se transforma en la persona más frívola que alguien pueda llegar a ser. Pero una vez que te deja entrar a lo más profundo de sus capas de cebolla, encuentras a una persona totalmente sincera y frágil que con el tiempo ha aprendido a no mostrar sus verdaderos sentimientos.