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una decisión delicada

Por alguna razón lo único que podía sentir era intriga, cada dibujo tenía aquella esencia que recordaba haber sentido aquel día, incluido el frío que recorría mi cuerpo con cada paso sobre el sesped que se empapaba con los sensores de riego al igual que mi cuerpo y pies. pero sinceramente en ese momento solo pensaba que era hermoso. Tome uno de los dibujos donde salía de frente empapada de pies a cabeza con la expresión más asustada que había visto y me lo acerque al rostro para observar cada detalle que apesar de que estuviera coloreado con el carbón del lápiz, era tan tangible como lo sonrojado de la nariz y mejillas "de mi cara" al contacto con lo frío del ambiente que en ese momento hasta yo pude imaginarmelo; mire lo transparente de aquel camisón que al ser empapado por el agua revelaba mi ropa interior y el peculiar lunar en mi hombro color verde que en el dibujo era gris y por último volví a mirar el rostro en pánico que no solo mostraba eso sino también la fuerza de mis ojos que yo tanto detestaba en el espejo y que según yo había aparecido después de ese suceso.

Realmente enamorada del dibujo lo guarde en uno de mis folders de mi mochila y con un acto descuidado, medio metí todo lo que había sacado de aquel agujero para después salir de la oficina casi como si estuviera corriendo.

Al llegar al salón eh interrumpir la clase en curso que ya recibía mi grupo, me senté en silencio sin poder despegar mi mirada de la banca en la que estaba sentada. No por miedo o por impresión a que el supiera exactamente lo que había pasado ese día, sino porque sentía en mi estómago mariposas de emoción. Y no porque derrepente lo amara, si no porque el podía ser la mejor oportunidad para atrapar a aquel asesino que termino con la vida de mi amiga y la mi aquella noche que a él tanto le gustaba dibujar.

Con ese acto podía deducir que el estaba tan interesado en el caso como todos los detectives que llevaron la investigación pero que no pudieron concluir. El hecho de que mi lado de la carpeta negra, solo tuviera dibujos de esa noche me hicieron pensar que el estaba tratando de recrearlo con aquellas imágenes personales que el había hecho poniendo atención a cada cosa mencionada en el reporte.

— ¿Todo bien Lara? — pregunto Matthew.

Voltie a mirarlo con la mente en blanco llena a la vez de planes para recibir la ayuda de aquel hombre que siempre terminaba por acercarse demasiado a Emma pues solo había una manera de pedir su ayuda y esa era sacrificando a Emma para salvar a mí Lara.

— todo bien — conteste finalmente para volver a mirar la banca.

Los minutos volaron y cuando acordé ya podía irme a casa, ni siquiera había sacado una libre ni nada y cuando me levanté de mi asiento al unísono con mis demás compañeros pude notar como mi profesor me miraba extrañado. Ignorando su mirada para no atraerlo a mi y que me preguntará ¿Que pasaba? Camine con los demás metiéndome dentro de una de las múltiples filas que había atoradas para salir a mi paso golpie accidentalmente mi cadera con el respaldo de una silla que obviamente en el impacto se recorrió hacia la derecha golpeando la pierna de otra chica. Me disculpé por el percance y continúe caminando mientras sentía como mi corazón latía tan fuerte que tapaba mis oídos con cada palpitar casi como si corriera un maratón aunque a duras penas daba un paso por el "tráfico" de niños en la puerta del salón que hacían lo posible por caminar lento como si no tuvieran prisa o ganas de salir aunque ahora puedo ver qué yo era la única que veía ese momento como lento.

Volví a chocar con otra chica y al voltear para disculparme era Emma quien al igual que el profesor me miraba extrañada. Aún con la mente en blanco y aturdida por el ruido de mi corazón que detenía el tiempo vocalice un lo siento que ni siquiera hizo ruido volví a mirar la fila y por fin estaba afuera. Me separé de mi grupo y en pasos rápidos camine hacia la otra puerta de salida de la prepa, al estar a 10 m de distribución note el cúmulo de gente que como anteriormente chocaban entre si y me negué a perder más tiempo pues sentir que si no salía de ahí aria algo realmente estupido

Baje por el parqueadero de autos donde se encontraban servicio escolares y antes de salir por las grandes puestas del lugar una mano tomo la mía apresurada con un fuerte agarre que me hizo girar.

— ¿Que sucede Lara? — pregunto Matthew asustado por mi.

Con un manotaso solté su agarre y sin contestarle volví al camino pero no tardó mucho en volverme a detener.

— ¿Que pasa Lara?

Gire los ojos y volví a safarme de su agarre aunque está vez no seguí caminando.

— nada, quiero ir a casa, eso es todo — dije

El frunció el seño y negó — te ruego que me digas que pasa ¿El hizo algo? ¿Te hizo algo? ¿Te dijo algo?

Molesta negué — ¿Porque hay algo que no se de ti que el si? ¿Te preocupa que me allá dicho algo de ti o que es lo que pasa?

Su rostro se suabiso aparentemente tanto el como Emma y Lara sabían que hacer en mis ataques de ansiedad menos yo

Con una vos suave y unos ojos que mostraban verdadera preocupación pidió :

— te ruego que me digas que es lo que pasa.

Emma era dulce cuando nos peleábamos y sabía cómo relajar el ambiente cuando decía algo fuera de lugar por la adrenalina. Lara me hacía reír y le hechaba más leña al fuego pero agregando más cosas funables para que no sintiera que ya la había ofendido y Matthew.. me hacía sentir que me entendía y que el sabía que si lo veía tan solo un momento y confiaba en el, el aria todo por ayudarme aunque mi miedo, ego y la confusión me hacía tener repelús a su manera en la que todos ellos en su momento trataron de ayudarme.

— asepcta mi respuesta, estoy bien — volvía a decir pero está vez ya podía sentir que algo no andaba bien.

Porque ahora aquellas mariposas ya no volaban por emoción sino que volavan para apagar las llamas que las quemaban.

Camine a casa sintiendo como cada vez me quedaba con menos mariposas en el estómago y cada que caía una de ellas una tristeza indescriptible aparecía casi como desesperación.

Al llegar a mi casa tenía el plan de subir las escaleras lo más rápido posible para llegar a mi cuarto a encerrarme ignorando si en algún momento mi madre llegaría a gritarme como siempre para que atendiera a ese amante que le gustaba venir a ver la tele y vever con ella.

Así que cuando entre por la puerta con un curioso silencio que en ese momento no había tomado en cuenta hice lo que planeaba, tome vuelo y corrí por el pasillo rompiendo aquel silencio que llenaba mi casa y antes de saltar asia los escalones de las escaleras un mano tiro de mi brazo y me saco de la ruta asiendome resbalar con la fuerza del tirón hacia la cosina que estaba al lado de las escaleras y pasillo.

Al caer frente a mi estaba mi mamá. Que milagrosamente parecía estar bien.

Vestida con un hermoso vestido rojo, con maquillaje en su rostro. Un chongo bien arreglado en el pelo y un perfume que la hacía oler diferente a como la servesa la hacía oler todos los día

— saluda — pidió amablemente para después mirar hacia la estufa que estaba detrás mío con una sonrisa que desde que había muerto Lara no le había visto en el rostro junto con aquella ropa, maquillaje, el cabello arreglado y el perfume.

Confundida por su repentina sobriedad me levanté admirandola de pies a cabeza lo bella que se veía y lo bien que estaba. Y sinceramente orgullosa por el cambio

Al mírame y notar que yo aún no veía a la persona que aparentemente preparaba algo en la cocina su sonrisa desapareció y luego volvió a aparecer repentinamente.

— ya hija no me mires así, saluda — insistió mirándome con esas miradas de madres que te demandan a hacer algo que aún no has hecho.

Gire mi cuerpo hacia donde ella quería que mirara y otra vez para mí sorpresa estaba otro hombre ahí parado, uno de buena figura de 37años probablemente con cabello medio ondulado café con destellos de canas que lo hacían ver bien. Traía puesto una camisa color verde que convinaba con lo blanco de su piel pero que no quedaba nada bien con el azul fuerte del mandil que tenía puesto. Olía a hombre y el aroma de lo que sea que preparaba llenaba la casa opacando los dos perfumes de ambos

—hola— dije sin más.

El hombre se giro después de bajar la llama de la estufa y con una sonrisa me recibió

— hola Olivia — dijo dejando ver su rostro

Al mirarlo voltie a ver a mi madre sorprendida porque quien estaba parado frente a ambas era el padre de Lara quien después de lo ocurrido con su hija se mudó de la ciudad con su esposa.

— o..hola Frank — dije rompiendo el silencio — ¿Y Susi?

Mamá me golpeó el brazo y Frank solo suspiro melancólico al parecer.

— ella...me dejó. Así que volví a...aquella casa pero preferí rentar un departamento. — levanto la mano y apunto a mi mamá que aún lo miraba ensoñesida — ahí volví a ver a tu madre jajaja, aunque no tenía puesto ese hermoso vestido he

Ambos rieron y se quedaron un momento mirándose.

— no entiendo que pasa — susurré.

Mamá río al ver qué Frank me había escuchado y tomo mi brazo fuera de la cosina para hablar. Por primera vez después de lo de Lara.

— se amable. Quieres — dijo apretando mi brazo con fuerza — estamos saliendo. Resulta que ambos conectamos y estamos intentandolo. Quién sabe, capas y todo vuelve a estar bien — completo terminando a su paso a la última mariposa dentro de mi.— ten— saco de brasier una bolsa de plástico transparente con monedas y me la dio — no vas a comer con nosotros. Creo que podría traerle malos recuerdos¿Okey?

Volvió a apretar mi mano exigiendo un si como respuesta a su pregunta. Yo asentí y solo así pudo soltarme y volver a la cosina para informarle a aquel hombre que no cenaría con ellos, sino afuera con mis amigos.

Apreté la bolsa en mi puño y salí de la casa tan silenciosa como había entrado aún con mi mochila puesta.