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confundiendo un demonio con el diablo

Matthew*

Después de la visita del psicólogo, pude notar cómo Emma se había apagado. Antes de que le entregaran su hoja, vi en una de las esquinas del papel el punto verde que contrastaba con los puntos rojos de las demás hojas, dejando claro que ella había sido elegida.

Mientras el psicólogo y el maestro charlaban, busqué entre mis hojas el nombre de Lara con la intención de usar esa situación para acercarme a ella y ayudarla a ayudar a su amiga. Sin embargo, ninguna de mis hojas contenía su nombre.

Después de un momento, busqué a Rosi, la otra compañera que tenía la otra mitad de las hojas, y me acerqué a ella antes de que le entregara su hoja a Sam (la chica detrás de Lara).

—Rosi, ¿no tendrás la hoja de Lara?— pregunté.

Al oír mi pregunta, agachó la cabeza, rebuscó entre sus hojas y saco una hoja entre la mitad de todas las demas, dejándome ver el punto verde en la esquina.

—Yo se la entrego— pedí, y sin esperar su respuesta, le quité la hoja.

Me dirigí hacia Lara, que miraba hacia Emma, y me puse enfrente, tapándole la vista.

—No te distraigas, Lara— agregué para romper el hielo.

Lara levantó la vista y me miró extrañada, como si mentalmente me preguntara: "¿A ti qué te importa?".

Sin mucho entusiasmo, Lara tomó su hoja de mi mano y volvió a mirar hacia Emma, con una expresión de preocupación.

Su rostro distraído era hermoso, y la forma en que su cara hacía microexpresiones de lo que pensaba era aún más tierno.

Lara miró un momento al psicólogo y luego a Emma, como si tratara de traducir algo en ese ambiente. Curioso, seguí su patrón, pero al revés: miré a Emma, que parecía taparse el rostro con sus hojas, y luego al psicólogo, que en ese momento miraba a Lara, aunque aún veía a Emma.

—¿No vas a entregarlas?— preguntó Sam.

Me volví hacia Sam y asentí, sintiendo una pequeña mala espina. Después de entregar las hojas que me faltaban, volví a mi asiento.

Justo antes de que tocara mi silla para recorrerla hacia atrás y sentarme, Lara extendió su mano hacia mi hoja en el escritorio y la giró, quedando impactada por el punto rojo.

—¿Todo bien?— pregunté, quitándole la hoja de su mano y sentándome en mi silla.

— si — contesto a secas reincorporando se en su asiento y mirando fijamente al hombre frente a nosotros que ahora se presentaba como osisael

Después de la presentación el tiempo de clase se fue volando. era como si aquel sujeto hubiera hecho del tiempo solo suyo y yo tratara de detenerlo cada que volteaba a ver a Lara que parecía más consentrada en su trabajo que en otra cosa.

Cuando la chicharra sonó todos salieron esepto Lara que parecía querer esperar a Emma, aunque está al ver sus intenciones tomo del brazo a otra chica y salió despaborida del salón antes de que Lara se le asercara.

— lara— dije rompiendo el silencio que ya asia en el salón solitario donde estábamos ambos.

Lara dejo de guadar sus cosas y me miro, si en algún momento ella no hubiera querido hablar con migo se hubiera marchado tan rápido como Emma lo había hecho pero podía notar que le intrigaba saber mi opinión sobre lo que había pasado en el salón.

— que sucede — dijo sin mostrar ningun interés aunque sabía que no era cierto

— podemos ayudar a Emma — dije. Sin rodeos y sin ninguna intención de mentir.

solo omitiendo el verdadero porque de mis intenciones.

Lara alzó las cejas sorprendida pero aún no tan convencida — ¿Encerio? ¿Nosotros? — pregunto mirándome fijamente

Asentí — si — Lara que se encontraban parada al lado de su silla y mochila continuo mirándome incrédula — tengo una idea Lara — me levanté de mi silla y camine justo hacia ella.

Me detuve frente a Lara, con su banca y silla entre nosotros, manteniendo una distancia prudente. Esa barrera invisible evitaba que invadiera su espacio personal, dándole la seguridad de que no corría peligro.

Porque al final pensaba que eso era lo que quería, aunque no tardó mucho tiempo en mostrarme que no le importaba un carajo esa barrera. Colocó una rodilla sobre su banca, apoyándose en ella e inclinando todo su cuerpo hacia mí, demostrando que sabía que esa barrera no era nada y que, por el momento, no me temía.

— no te creo un carajo — susurro aún con esa mirada desidida a no expresarme ni un carajo como diría ella.

Sabiendo que aún quería saber mi opinión di un paso asia atrás haciendo espacio entre nosotros y sorprendiendo de inmediato a Lara — bueno, entonces vete — pedí sabiendo que tal vez lo aria aunque si era la Lara que yo conocía tal vez se quedaría y me dejaría hacercarme a ella siendo esto último inevitable.

Lara frunció el seño, se reincorporo y pensando que la detendría camino hacia la puerta, cuando noto que yo no iba detrás de ella paro en seco y volteo a verme por fin regalandome una expresión facial que me dejaba ver qué realmente estaba confundida y dispuesta a oírme.

— ¿ Cuál es tu plan? — pregunto aún al lado de la puerta de salida que Emma y la otra chica al salir habían emparejado.

Satisfecho sonreí y comencé a caminar hacia ella — tenemos que hacerlo nuestro amigo — Lara volvió a fruncir el seño en desacuerdo con mi propuesta pero en cuanto estuve frente a ella casi tan serca como para sentir su respiración relajo esa expresión que tanto le gustaba hacer — eres encantadora Lara, creo que puedes atraparlo aprovechando que por el momento solo tiene los ojos puestos en Emma, la única que conoce.

Lara miró hacia afuera atraves del espacio de la puerta semi abierta y con una desición ya tomada volvió a mirarme.

Olivia

Al mirarlo tenia ya en la punta de la lengua la respuesta a su propuesta, porque aunque sabía que hace un momento aquel tipo parecía conocerme quería ver qué tanto sabía de mi y si aún tenía el tiempo para yo también saber de el.

así que, tragandome el miedo y la incomodidad al recurrir a Matthew mi respuesta estába tan clara que sabía que ni siquiera necesitaría decírla, pero también sabía que el quedría oírla porque lo que realmente quería oír con mi respuesta era que entre ambos por esta situación habría tregua y probablemente que el espacio que yo había impuesto entre los dos después de su declaración y amenaza ya no existiria.

— ¿Cómo empezamos? — pregunté desidida a romper nuestro espacio y a permitirle estar tan serca de mi como el quería porque si necesitaba estar serca del diablo para matar aun demonio, estaba lista