webnovel

Inicio (III)

Aughh... que dolor, no fue suficiente para matarme. Aun sigo con vida, sin embargo no creo poder ganarle sólo con esto... un guante. Me puse de pie, muy lentamente y como pude a pesar de que mis piernas no paraban de temblar.

¿Esto es sentir terror? No pensé que enfrentarse a algo que es superior en todo aspecto a uno causaría tal efecto en mi.

Es más veloz y fuerte que yo, si tan solo tuviera un arma...

En un grito de furia esta viene corriendo hacia mi.

[Maldición, !me matará! Necesito más poder. Guante, ¡dame el poder que necesito!] grité a pocos metros del siguiente ataque de la bestia en un acto de desesperación.

Este es el final, no creo poder resistir otro golpe. No, no quiero que terminé así. ¡Esto no puede acabar así!

[¡Grrr--!] salió un llanto desde ella, sorprendido abrí los ojos y observé.

Una espada apareció clavada en el pecho de mi oponente atravesando su cuerpo. El sable era de doble filo de un tamaño normal y de color negro no tan oscuro, como el de una noche iluminada por la luz de una luna llena. Una sangre carmesí brotaba desde la herida que tenía en el abdomen.

[Puede ser... ¿Qué yo la haya convocado?] era la única explicación. La tomé y saqué rápidamente de donde estaba y me alejé unos pasos atrás.

Es bastante ligera y cómoda. Tiene un cierto contraste con mi otra arma, si es que puedo considerarla una.

La criatura parecía sentir mucho dolor, levantó la cabeza y cruzamos miradas. Puedo sentir más ira que antes, tanta que me hubiera dejado paralizado del asombro...

Pero no ahora.

En mi mano izquierda poseo un hermoso guante celeste como el cielo en un día despejado.

En mi mano derecha una deslumbrante espada negra como una noche iluminada.

Puedo hacerlo. Puedo derrotarlo. Puedo matarlo.

Ahora es el momento aprovechando que está herido. Me apresuré hacia él lleno de convicción y decidido a hacerlo. Es ahora o nunca, matar o morir. Le demostraré de lo que soy capaz. Esta vez yo tomaré la ofensiva, voy corriendo hacia él.

[¡Grrrrr!] enojado se abalanzó sobre mi.

Como esperaba él fue más rápido que yo. Levantó su gran brazo y me atacó por mi izquierda, justo como lo pensaba.

El tenía miedo de la arma en mi mano derecha, por lo que decidió atacarme del lado contrario. El daño que le había hecho era tanto que estaba preocupado. Es una buena estrategia atacar primero a lo más débil, sin embargo yo estaba preparado para eso. Concentré toda mi atención en bloquear ese ataque con mi mano izquierda mientras giraba la espada en mi derecha como distracción. Pude hacerlo, detuve su ataque con mi guante y procedí a atrapar su garra. A pesar del efecto de rechazo la tomé fuerte, torcí y tiré de su brazo.

[Te tengo. Se acabó el juego]

Con mi espada le atravesé el cuello y se terminó. Con un poco de fuerza pude cortar su cabeza que cayó rodando al suelo. Su cuerpo se desplomó luego y comenzó a desangrar lentamente.

Exhausto me dejé caer de espalda. Cerré los ojos y respiré profundamente.

Next chapter