Nota 1: Todos los derechos de la serie Neón Génesis Evangelion pertenecen a Gainax/Khara, o a aquellos quienes les sucedan legalmente en el futuro. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.
Nota 2: Shinji tiene dos tipos de diálogos, "Normal" y "Cursivo", esto es para poder diferenciarlos correctamente. Ya lo entenderán cuando lean.
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— Despierta Shin-Kun, ya son las 8:30 de la mañana — dijo una voz dulce.
— Mmmh.
— Vamos, despierta Shin-Kun. Tú nos pediste que te despertáramos a esta hora — dijo otra voz, melosa.
— ¿¿Mmmh?? — exclamó Shinji, abriendo los ojos sorprendido. Esa había sido la voz de una mujer, de dos mujeres en realidad. Se sentó en la cama de golpe mirando extrañado a su alrededor.
Lo primero que sacó en claro es que no estaba en su habitación, lo segundo es que estaba desnudo, y lo tercero es que había una chica desnuda a su derecha y dos chicas desnudas a su izquierda; que dicho sea de paso lo miraban con una sonrisa traviesa.
— Estuviste estupendo anoche Shin-Kun — dijo una, acariciándole el pecho.
— Y eres muy pícaro. Se te ocurrieron muchas cosas divertidas anoche — dijo otra con una sonrisa traviesa, luego de lo cual las tres mujeres se largaron a reír.
El Tercer Elegido; que estaba congelado en su lugar, por fin pudo hacer andar su cerebro y recordó con toda claridad lo que había ocurrido la noche anterior. Las imágenes desfilaban una tras otra en su cabeza haciendo que los colores se le subieran al rostro. En otras circunstancias habría sangrado profusamente por la nariz, pero considerando todo lo que había pasado la noche anterior con esas mujeres, esa reacción ya no tenía razón de ser.
— Yo... tengo que irme — dijo finalmente Shinji, bajando la cabeza para que no notaran su rubor.
— ¿Tan pronto? — preguntó una de las mujeres con ojos de perrito apaleado.
— Quédate otro ratito con nosotras, Shin-Kun — dijo otra lanzándose sobre él.
— Esperen, yo... tengo que... irme… — trató de decir Shinji.
Las protestas del joven Piloto EVA no fueron escuchadas. Eran tres contra uno y no tenía forma de ganar esta partida. Las tres mujeres no tenían la menor intención de dejarlo salir de ese cuarto antes de iniciar el día "apropiadamente".
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Un sonrojado Shinji salió de la habitación seguido por tres felices y sonrientes mujeres, vistiendo batas de encaje que no hacían mucho por ocultar la escasa o nula lencería que traían, o que no traían debajo. Una vez estuvo en el salón de entrada, se encontró al dueño del establecimiento mirándolo con una sonrisa.
— ¿Pasó una buena noche el señor? — preguntó el hombre con una sonrisa traviesa.
— S, sí — respondió tímidamente Shinji.
— Me alegra escuchar eso — dijo el hombre feliz a más no poder, ya que su joven cliente había comprado el servicio más caro, dejando de paso una considerable propina. Lo escoltó hasta la salida seguido de las chicas — Vuelva cuando guste, lo atenderemos encantados.
— Sí, gracias — dijo Shinji, colocándose las gafas de sol, ya que se sentía incapaz de ver al hombre a la cara.
— Vuelve pronto Shin-Kun — dijeron dos de las mujeres despidiéndose de él.
— Eres el mejor… Shin-Chan — dijo la otra, con una sonrisa traviesa mientras le guiñaba un ojo.
Shinji se sonrojó hasta las orejas por ese último comentario, pero se las arregló para despedirse y se aprontó a salir del barrio rojo de Tokio-3 lo antes posible.
— Tardaste un poco en salir chico. Me dijiste que viniera por ti a las 9:15 y ya son las 9:40 — dijo el taxista con una sonrisa, mientras le abría la puerta al chico para que subiera al taxi.
— Sí, yo… perdón — dijo un Shinji totalmente cohibido mientras entraba al taxi.
Una vez que estuvieron en camino fuera del barrio rojo, el taxista le dedicó una mirada a su joven pasajero, mientras esbozaba una sonrisa cómplice.
— Te ves cansado chico — comentó el hombre, ampliando la sonrisa — ¿Y? ¿Cómo estuvo?
Shinji deseó ser tragada por la tierra y se hundió en el asiento del taxi, más rojo que un tomate.
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Eran las 10:00 de la mañana cuando Shinji estaba frente al departamento de Kaji. Al entrar encontró el departamento tan vació como el día anterior. Suspiró cansadamente y se imaginó la cara que pondría su padre cuando viera la cuenta que le llegaría a fin de mes. Cayó de rodillas apoyado en la mesita de centro y comenzó a llorar.
"¿Qué demonios me está pasando?" se preguntaba una y otra vez mientras lloraba su angustia.
Luego de un rato, ya más calmado, el joven Piloto EVA se limpió el rostro de los últimos vestigios de lágrimas, momento en que se percató de que había un papel sobre la mesita.
Shinji. Llámame o llama a Misato en cuanto llegues, estamos preocupados.
Desapareciste toda la noche y no sabemos dónde te metiste.
Kaji.
Un poco más abajo estaban anotados los teléfonos de Kaji y Misato. Hizo una mueca y decidió ir por la opción menos mala. Marcó el número de Kaji.
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Shinji salió del baño luego de una reparadora y larga ducha caliente, vistiendo una polera negra tipo pique, con el cuello levantado y unos pantalones cortos. Fue ese el momento en que la puerta de calle se abrió aparatosamente y aparecieron por ella unos preocupados Kaji y Misato.
— Shinji. ¿Dónde rayos te metiste anoche? — preguntó una enojada Misato.
El Tercer Elegido se quedó de piedra al escuchar esa directa pregunta de parte de la morena. Cómo el infierno le iba a decir la verdad. Si ella ya estaba enojada con él, cuando supiera que estrenó en sociedad al "pequeño Shinji" con tres profesionales, lo despellejaría vivo.
— Shinji, ¿Qué pasó? Nos tenías preocupados — preguntó Kaji.
El joven Ikari no sabía qué responder a eso. Había pensado conversar con Kaji, pero que este llegara con Misato lo había descolocado por completo. Justo entonces llamaron a la puerta y de mala gana Kaji fue a ver quién molestaba justo en ese momento.
— Buenos días. El señor... ¿Shinji Ikari? — preguntó un hombre, leyendo unos papeles en su mano.
— Sí, un momento — dijo Kaji al sujeto y luego se giró para mirar al chico — Shinji, es para ti.
— ¿Shinji Ikari? — preguntó el hombre cuando el joven se asomó por la puerta.
— Sí, soy yo — respondió Shinji con curiosidad, ya que no sabía de qué iba todo eso.
— Le traemos sus cosas — dijo el hombre y luego le hizo señas alguien detrás de él.
Para la absoluta sorpresa Misato y Kaji, un desfile de repartidores que habían pasado por alto hasta ese momento, comenzó a ingresar al departamento cargando una montaña de cajas de todos los tamaños. Shinji suspiró en forma resignada, eran sus compras del día anterior.
En cosa de minutos la sala quedó literalmente repleta de cajas de todos los tamaños, entre las cuales destacaban una cama, una consola de videojuegos, un equipo de música, un televisor LED de 48 pulgadas, un computador completamente equipado y tantos mangas que fácilmente podrían poner una revistaría. Finalmente el hombre le pidió a Shinji que le firmara la factura de entrega, antes de retirarse con un saludo cordial.
Una vez que Shinji cerró la puerta de calle y los tres hubieron quedado solos nuevamente, Misato y Kaji miraron duramente al joven exigiendo una explicación, pero este no respondió, solo se quedó de pie con la cabeza gacha sin poder decir una palabra.
— ¿Qué significa esto? — preguntó finalmente Misato señalando las cajas.
Shinji solo pudo apretar los labios hasta que fueron una raya.
— ¿No dices nada? — lo cuestionó la mujer, estrechando la mirada — Desapareces toda una noche y nadie sabe dónde estás, luego llenas el departamento de Kaji con todo esto y no eres capaz de decir nada — exigió, fastidiada.
Shinji en realidad no sabía qué decir; y en realidad, ¿Qué podía decir? Si hablaba con Misato, esta de seguro armaría un escándalo, pero necesitaba hablar con alguien o se volvería loco.
— Responde de una vez. ¿¿Qué rayos está pasando contigo?? — preguntó una irritada Misato.
— ¡¡NO LO SE!! — gritó de pronto un angustiado Shinji, haciendo saltar del susto y la sorpresa a la mujer — Yo… no lo sé — añadió, casi al borde de las lágrimas.
Misato estaba por decir algo, pero Kaji le sujetó un hombro y le hizo señas con la cabeza para que no dijera nada. Shinji por su parte permanecía allí frente a ellos con la cabeza gacha y sujetando con fuerza la factura de entrega que acaba de firmar.
— Kaji… ¿Puedo... hablar contigo? — preguntó el chico casi en un susurro.
— Por supuesto — respondió el hombre y apartó algunas cajas para despejar el sillón de 3 cuerpos.
Ante la incitación del hombre, Shinji se sentó en el sillón y Kaji se sentó a su lado. Por su parte, Misato permaneció de pie frente a ambos con los brazos cruzados y una mirada seria.
— Kaji. ¿Podríamos hablar en privado? Solo tú y yo — preguntó el chico sin poder levantar la vista.
Esas palabras sorprendieron a Misato. Ella no esperaba que Shinji la quisieran dejar fuera de lo que sea que estaba pasando con él. Eso la molestó y no se lo iba a permitir. Ella era su maldita tutora después de todo.
— Lo que tengas que decirle a Kaji, puedes hacerlo frente a mí — declaró Misato.
— No puedo — dijo Shinji — Lo siento Misato, pero solo voy a hablar con Kaji.
Misato se sintió herida por esa negativa de Shinji a hablar en frente de ella. Por su parte, Kaji no se mostró muy sorprendido por esta actitud por parte del chico. Para los ojos entrenados del hombre de la coleta, no pasaron desapercibidos un par de chupetones en el cuello de Shinji, producidos indudablemente por una "caricia" femenina, y que este trataba de ocultar con el cuello levantado de la polera. Ciertamente ventilar con Misato cómo había conseguido esas marcas de amor, sería algo muy vergonzoso. Suspiró y decidió sacar del aprieto al joven Piloto EVA.
— No te sientas herida Misato — dijo Kaji poniéndose de pie — No es que Shinji no confié en ti, es que hay ciertas cosas que solo se pueden conversar entre hombres — dijo con una sonrisa conciliadora, guiando gentilmente a la mujer a la puerta de salida.
— ¿Qué quieres decir con eso? — lo cuestionó Misato, deteniendo el andar para darle una mirada estrecha al hombre junto a ella.
— Que esta es una charla de hombres y las mujeres no están invitadas. Vuelve a NERV y no te preocupes, yo me haré cargo desde ahora — dijo el hombre con una mirada seria.
Misato se veía renuente a marcharse, ella quería saber qué demonios estaba pasando con Shinji, pero la mirada seria de Kaji no dejaba lugar a replica. Finalmente dio un suspiro de cansancio y desistió. Continuó su camino hasta la puerta mientras la abría para ella, pero Misato se detuvo y se giró antes de salir del departamento.
— Más tarde me lo tienes que contar todo; con lujo de detalles — susurró la mujer.
— Nos vemos luego — dijo el hombre en respuesta, empujó suavemente a Misato fuera del departamento y cerró la puerta.
Misato le dio una mirada de odio a la puerta que acababa de cerrarse en sus narices, y con una mueca se giró para encaminarse a NERV. Por la tarde se encargaría de sacarle todo a Kaji, quisiera este o no.
Atrás en el departamento, Kaji fue hasta la cocina, abrió la nevera y tomó una cerveza para él y un refresco para Shinji, regresó a la sala entregándole el refresco al chico y se sentó junto a él. Abrió la lata de cerveza y echó un trago. Shinji imitó la acción del hombre abriendo la lata de refresco y echó un largo trago. El líquido azucarado y frio bajando por su garganta se sintió genial. Lo necesitaba.
— Gracias — dijo el chico simplemente.
— No hay de que — respondió el hombre, dándole una mirada seria al chico sentado a su lado en el sillón — Bien, ya que estamos solos ¿me dirás ahora como te fue anoche con tu chica?
Shinji dio un respingo ante la pregunta del hombre. Kaji simplemente se rió.
— La próxima vez dile a tu chica que sea más cuidadosa. Te dejó un par de chupetones en el cuello — dijo Kaji con una sonrisa traviesa.
Shinji se llevó una mano al cuello donde estaban las marcas y se sonrojó.
— ¿Misato...? — intentó preguntar.
— No te preocupes, estaba tan enojada que no se dio cuenta — respondió Kaji restándole importancia a eso, para luego volverse serio — ¿Me lo vas a contar o no?
— Bien, no es solo de eso de lo que quería hablar... hay más — dijo Shinji con una mueca.
— Me imagino que tiene que ver con todo esto — apuntó Kaji, señalando la montaña de cajas en la sala de su departamento.
Shinji dio un suspiro de cansancio y solo pudo asentir con la cabeza, mirando fijamente la lata de refresco entre sus manos. Finalmente y luego de largos segundos debatiendo consigo mismo, se decidió y le contó todo a Kaji. Tenía que decírselo a alguien y sabía que podía confiar en él.
Le contó cómo había robado la cartera de su padre y como con sus amigos habían comprado todo eso en el Centro Comercial con las tarjetas de crédito de Gendo. Le contó también sobre el tratamiento de belleza; por llamarlo de alguna forma, la carísima ropa que compraron, como levantaron a tres lindas chicas en el distrito comercial y como todo eso había terminado con él yendo al distrito rojo, para perder su virginidad con tres profesionales en el "Club Nekomania".
Kaji escuchó atentamente y en completo silencio el increíble relato de Shinji. Cuando este terminó, bebió de un trago lo que quedaba de su cerveza y dio una sonrió algo torcida, antes de negar con la cabeza. Esa había sido la historia más desconcertante que había escuchado en mucho tiempo.
— Tuviste una noche muy agitada— comentó finalmente — Lo que hiciste no estuvo bien. Robar es un delito y más aún si es a tu propio padre.
Shinji solo se encogió sobre sí mismo al escuchar esa declaración por parte del hombre.
— Pero creo entender tu motivación — agregó Kaji — Si yo hubiera estado en tu situación, tal vez habría hecho algo similar. No es que esté diciendo que está bien, solo que entiendo lo que sientes y el por qué lo hiciste.
Se produjo un prolongado silencio mientras Shinji analizaba las palabras de Kaji, contemplando fijamente la lata de refresco a medio consumir entre sus manos. Finalmente levantó la cabeza y miró al hombre sentado junto a él.
— Creo que debería devolver todo esto — apuntó, señalando la montaña de cajas.
— Deberías, pero sería un verdadero dolor en el trasero llenar todos los formularios de devolución; además, es divertido pensar que por fin alguien pudo hacer tonto al viejo — comentó Kaji con una sonrisa divertida — Mira, hagamos esto. Quédate con todo esto y devuélvele el dinero a tu padre con lo que ganas como Piloto EVA. Es un sueldo mensual bastante generoso, así que no te tomará demasiado tiempo devolverlo todo. Sería lo más justo, ¿no crees?
— Sí, ya había pensado en eso — reconoció Shinji.
— Voy a hacer lo que esté de mi parte para que el castigo que te imponga tu padre no sea tan severo. ¿De acuerdo? — preguntó Kaji, poniendo una mano en el hombro del chico.
Shinji asintió y sonrió por primera vez en el día, sabía que Kaji lo entendería.
— Bien, ya que dejamos eso zanjado, pasemos al otro punto en discusión — dijo Kaji, esbozando una sonrisa algo traviesa.
Shinji dio un gemido. Esto iba a ser vergonzoso y no había forma de esquivar el bulto. Kaji amplió la sonrisa en expectación, y para su completo pesar, Shinji comenzó a contar los detalles de su noche de pasión. Una vez terminado el relato, Kaji negó con la cabeza y le dedicó una seria mirada al joven Piloto EVA.
— Para serte sincero, no soy la persona más indicada para reprenderte, pero no puedo dejar de decir que fue algo muy irresponsable de tu parte; aunque es totalmente comprensible. A tu edad, el interés por las chicas y el sexo es algo tan indispensable como respirar. No estoy diciendo que esté bien, pero ya no se puede hacer nada al respecto. Estas cosas que están aquí las podemos devolver, tu virginidad no — dijo Kaji con seriedad.
Shinji no dijo nada ante esa declaración, solo permaneció mirando el refresco entre sus manos.
— ¿Cómo te sientes respecto a eso ahora que estas más despejado? — preguntó Kaji, luego de darle al chico unos segundos para que procesara todo.
— Creo que fue un error — reconoció Shinji, un tanto abatido.
Kaji esbozó una mirada comprensiva.
— Eres joven y es normal cometer errores a tu edad, pero no debes echarte a morir, tienes que levantarte y aprender de esos errores. Lo único que puedo decirte, es que pienses mejor las cosas de ahora en adelante para que no te vuelvas a arrepentir de tus actos. Lo de anoche fue tu decisión y tienes que aprender a vivir con ello; es parte de crecer — finalizó poniéndole una mano en el hombro a Shinji.
— ¿No me vas a castigar? — preguntó Shinji, sorprendido.
— En realidad no había pensado en eso, pero ya que lo mencionas, te encargarás de la limpieza y la comida desde hoy en adelante — dijo Kaji con una sonrisa de comemierda.
— Yo y mi boca — dijo Shinji para sí mismo, dejando caer la cabeza hacia adelante.
Kaji se levantó del sillón y miró la sala de su departamento llena por una montaña de cajas.
— Para la tarde quiero esto despejado. ¿De acuerdo? — dijo el hombre.
— No hay problema, llamaré a Touji y Kensuke para que ayuden a ordenar — dijo Shinji, también poniéndose de pie.
— Me parece bien. Por cierto. ¿Pudiste con las tres? — preguntó Kaji, levantando una ceja con una sonrisa pícara en los labios.
— Sí — respondió un sonrojado Shinji.
— ¿Estuvo bueno?
— Yo… bien… sí. Estuvo genial.
— Me lo imaginé — dijo Kaji dando una sonora carcajada, mientras Shinji deseaba que la tierra se lo tragara.
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— ¿¿CÓMO QUE NO ME VAS A DECIR NADA?? — rugió indignada la mujer, golpeando su escritorio con lo puños.
— ¡Cálmate Misato! — exclamó Kaji, levantando las manos frente a él en son de paz — Ya te expliqué que fue una conversación de hombre a hombre, por eso no puedo contarte de qué se trató; pero no te preocupes, ya está todo aclarado — añadió él, sentado frente al escritorio de Misato.
— Aclarado para ti, pero no para mí. El que Shinji no tenga contaminación mental no quiere decir que no le pase nada. Está actuando extraño y necesito saber la razón — demando Misato.
— Te entiendo, incluso el mismo Shinji me ha comentado que ha cambiado y que se ha comportado diferente en algunas ocasiones. Hablé con él sobre eso, pero no se lo explica. Tal vez solo se le está desarrollando el carácter. Recuerda de quién es hijo — comentó Kaji.
— Quizás tengas razón — reconoció Misato con una mueca. Un Shinji con una personalidad a lo Gendo Ikari, es una idea que no le agrada demasiado, pero es una posibilidad — El día en que se enojó con Asuka, en verdad se parecía un poco al Comandante Ikari en su forma de ser, pero aun así... ¡Un momento! ¿Y qué pasó con todas esas cosas que le trajeron?
Kaji sonrió ante esa pregunta.
— Eso lo sabrás por ti misma, y créeme que te vas a caer de espaldas cuando te enteres. Pero respecto a lo otro, Shinji accedió a asistir a un psiquiatra. En realidad él también está un poco preocupado por sus cambios de ánimo. Él mismo reconoce que no es normal.
— ¿El accedió? — preguntó sorprendida la mujer. Para los japoneses no está bien visto el reconocer que se tiene algún tipo de trastorno mental, mucho menos acudir a un especialista. Que Shinji accediera de buenas a primeras, quería decir que en verdad está preocupado.
Kaji asintió y le dio a la mujer una mirada repentinamente seria antes de hablar.
— Lo de anoche fue mucho más complicado y trascendental de lo que imaginas; y no pongas esa cara, ya dije que no puedo decirte nada. Se lo prometí a Shinji. Él también está preocupado, por eso accedió a esto sin poner objeciones. Voy a llamar a un amigo que es psiquiatra para pedirle una hora y ver qué nos dice.
Misato hizo una mueca y solo pudo asentir. Aún enojada con Kaji por no decirle que estaba pasando, y sentida con Shinji por no confiar en ella.
Continuará...
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Notas del Autor: Este capítulo fue más serio de lo que esperaba, pero los próximos van a ser un poco más movidos.
Saludos y nos leemos.