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71)Espejo místico del Yin y el Yang(Parte 1)

Durante la mañana, en un bar en el Valle de la Paz, Riuz y Mantis se encontraban bebiendo vino de arroz. No era hora ni ocasión para beber, pero estaban en una cita secreta y este horario era el menos concurrido, así que lo hicieron. Estaban sentados en una de las mesas de la esquina del lugar, la posición más alejada. Tomaban pequeños sorbos de los pequeños recipientes de cerámica mientras observaban el precario espectáculo en el escenario del local. No era impresionante; de hecho, lo que era una sorpresa era que aún hubiera algo de entretenimiento a esta hora, la cual era la menos concurrida del negocio.

Mantis: Entonces... ¿por qué no has hecho algún avance conmigo? -Preguntó Mantis en un tono lo suficientemente bajo como para que solo ellos dos lo escucharan.

Riuz: ¿Hmmm?

Mantis: Sí, digo, esta es como la quinta vez que salimos. Siempre andas mostrando cuánto quieres usar tu... pene, pero desde que acepté esta relación nunca has hecho nada, excepto aquella vez que nos borraron la memoria. Me tiene confundida. ¿Eres de los que hablan mucho y hacen poco? -Preguntó, aunque su tono no era insultante, sino más bien curioso.

Riuz: Hmmm... Bueno, seré sincero. Si fueras cualquiera de las otras cinco, probablemente ya hubiera insistido en hacer algo en la primera... no, creo que tengo suficiente autocontrol... en la segunda cita. Pero tú... creo que eres la única con la que la diferencia de especies... *cof*... tamaño... *cof*... me hace retenerme. -Dijo con cierta tristeza en sus palabras.

Mantis: Ahh... ¿Pero no puedes cambiar de forma? ¿No podrías encogerte...? -preguntó confusa, pero luego pareció pensar en algo y dijo con cierta vergüenza- Por cierto, es solo curiosidad, pero... ¿Podrías tomar el aspecto de Hao Ming... o algo así?

Riuz: Wow... eso fue insultante... Además, creí que ya lo habías superado.

Mantis: Claro que lo superé... pero tiene un cuerpo de diosa. -Puso una cara tonta al imaginar el cuerpo de Hao Ming actuando tan lujuriosamente como Riuz normalmente lo hace, hasta podría verse escapándosele la baba.

Riuz: Y en cuanto a lo otro, es peligroso. Puedo cambiar de forma, pero cuanto más distinto sea de mi forma original, más difícil se vuelve. Cosas como comprimir mi tamaño o expandirlo las puedo hacer bastante bien hasta cierto punto, pero tú eres demasiado pequeña. Si quiero imitar a Monkey o a Tigress, no habría mucho problema. Con una grulla, si solo es el aspecto, sería solo levemente más difícil, pero si quiero también tener los huesos huecos para volar, es más complicado, por eso solo lo hago para leves vuelos y aun así hay pequeños riesgos. En cuanto a tu y Viper... Veamos... imagina que lo consigo al principio, pero mientras estamos a mitad del asunto, pierdo el control y vuelvo a mi forma normal.

Ambos parecieron visualizar la misma escena en sus mentes con jugo de mantis por todas las paredes. Se estremecieron al unísono y volvieron a beber un sorbo.

Mantis: Bien, lo entiendo, gracias por tu consideración.

Riuz: No te preocupes, mejoro con mis habilidades continuamente y llegará el momento en que podré tomar la forma que quieras.

Mantis: Esperaré por eso -asintió, deseando ver todas las posibilidades que eso podría ofrecer.

Riuz: Bueno... no es como si no haya pensado que podamos hacer otras cosas, pero no quería parecer demasiado pervertido hasta que consolidáramos más nuestra relación. Sé que ya estamos atados para siempre, pero aun así te considero mi amiga y no quería presionarte, además de que necesitamos hacerlo bien si no queremos que nos descubran.

Mantis: Llamarme amiga suena muy desvergonzado cuando quieres llevarte a la cama a todo mi grupo de compañeras y me haces ocultar nuestra relación para poder conseguirlo -dijo en un tono sarcástico y burlón.

Riuz: ¿Desvergonzado? ¿Lo dice la mujer que terminó usando mi oro para divertirse con las libélulas cortesanas que pasaron por el valle la semana pasada?

Mantis se puso roja de vergüenza al escuchar eso, no tenía ningún derecho a quejarse, realmente había gastado una gran cantidad de teals de oro para pagar los servicios de las libélulas. Lo disfrutó bastante, pero sí era algo desconsiderado, como poco.

Mantis: Bueno, yo... -estaba pensando cómo explicarse.

Riuz: Está bien, no me importa. Ya te dije que mi dinero está para que lo disfrutes y te quiero lo suficiente como para dejarte divertirte si eso es lo que realmente deseas... mientras no haya ningún hombre involucrado -entrecerró los ojos para darle una profunda mirada- y como no podemos hacer 'nada', creo que está bien que vayas a disfrutar un poco, a mí también me gustaría hacer algo así, pero si lo hago perdería el respeto de las demás y no puedo en este momento.

Mantis: Hmmm... -Mantis asintió contemplativa.

Hasta ahora, en el trato entre ambos, ella es la que más ha salido ganando y empezó a pensar que realmente no es tan malo si las cosas siguen así en el futuro. Ser maestro de kung fu no es sencillo y una relación estable es difícil de lograr, por lo menos así podía disfrutar bastante de esta estricta vida además de tener a alguien que podría considerarse su pareja de vida a su lado. Parecía que tenía lo mejor de todos los mundos, aunque los sentimientos aún no estaban muy formados de su lado, con el tiempo se solucionarían.

Mantis: Sabes, si quieres probar algo, estoy dispuesta.

Riuz: No tienes que forzarte, no estoy tan desesperado... aún.

Mantis: Nah, está bien. Creo que yo también debo poner de mi parte para que esto funcione, además me da curiosidad qué piensas que podríamos hacer. También quiero saber cómo se haría con alguien tan grande, es mi primera relación con alguien que me supera en tamaño por tanto.

Riuz: Hmmm... entonces quizás... ¿Tienes algo en contra de usar drogas recreativas?

Mantis: ¿No?

Riuz: Bueno, entonces la próxima vez que tengamos una oportunidad, creo que sé qué podríamos intentar. -Sonrió feliz, realmente quería probar algo con Mantis luego de tanto tiempo.

Ambos siguieron bebiendo un rato más, bromeando y charlando sin restricciones. Tenían que aprovechar ahora. Solo podían actuar tan confiados y algo íntimos cuando estaban solos y lejos de la vista de todos. No podían dejar que existiera la mínima sospecha. Todos en el Palacio de Jade eran demasiado perspicaces, excepto Po, por lo que allí tenían que mantener un comportamiento casi distante entre ellos para no revelar nada.

Estaban terminando su cita cuando escucharon problemas afuera: gritos y pedidos de ayuda. El sonido era lejano, pero aún así pudieron percibirlos levemente. Era algo necesario para quienes protegían el valle.

Solo se dieron una corta mirada antes de salir corriendo hacia el exterior, claro, con Riuz dejando unas monedas sobre la mesa antes de irse.

Una vez fuera del establecimiento, ambos se detuvieron para prestar atención y tratar de ubicar el problema, y rápidamente lo lograron, comenzando a correr en esa dirección. Luego de un tiempo, llegaron al lugar donde pudieron ver el origen del problema: Fung otra vez.

Los cocodrilos bandidos estaban robando en el Valle de la Paz una vez más, aunque cosas bastante simples, como algunas vasijas que se veían bien entre otras cosas que de por sí no tenían tanto valor como el oro, joyas y otros tesoros. No eran los mejores bandidos, pero eran conscientes de ello. Era por estos crímenes menores que eran capaces de salir de Chorh-Gom en tan poco tiempo, además de las veces que podían escapar.

Vieron cómo las pocas cocodrilas presentes hoy entraban y saqueaban las casas, por lo que avanzaron para detenerlas, que no era muy difícil. De hecho, poco tenían que hacer, pues el resto de los cinco y Po también llegaron a ayudar.

Fung tuvo que empelar un plan de escape, pues ni siquiera podia con dos, menos contra 7, asi que provoco una distraccion con algunos de los objetos robados. usando en que los maestros de kung fu esquivavan la gran vasija, Fung y sus cocodrilos intentaron escapar.

Tigresa, como líder tácita del grupo, ordenó que la mitad se quedara aquí para cuidar del valle por si surgía algún imprevisto y no dejarlo desprotegido, mientras que la otra perseguía a Fung. Riuz estaba por ir junto a Tigresa, Monkey y Po a perseguir a los tres cocodrilos que lograron escapar, pero en ese momento escuchó una voz familiar.

Mirando hacia la calle, vio cómo Moony corría hacia ellos, agitada por haber corrido lo más rápido que pudo desde el palacio hasta allí. Riuz dejó la idea de perseguir a Fung y fue a ver qué sucedía con Moony, pero su expresión se ennegreció cuando vio el cachete hinchado de la niña.

Riuz: ¡Moony! ¿Qué te pasó? -preguntó preocupado.

Moony: Algo le pasa a Po.

Riuz: ¿Qué? No, está bien. ¿Qué te pasó a ti en el rostro?

Moony: Po estaba actuando raro y cuando traté de advertirle, se enojó porque le estorbaba en su camino y me golpeó. Ahora está en el palacio, actuando... malvado -explicó con mucha más calma de la que debería, de hecho, lo que más demostraba en su expresión era preocupación por su amigo.

Riuz: ¡¿QUÉ HIZO QUÉ?! -preguntó a gritos, lleno de furia, tanto que su cuerpo estaba cambiando involuntariamente a una versión más aterradora.

Moony: Tenemos que ir a ver qué le pasa. Estaba yendo hacia la cocina cuando me fui.

Riuz: VOY A... espera, ¿en la cocina? Po acaba de estar aquí y fue hacia fuera del valle. ¿Estás segura? -pareció notar algo extraño.

Moony: Sí, segura. Vine lo más rápido posible cuando lo noté, creí que podía ser esa energía oscura de la que hablabas. No me crucé con él en ningún momento, a menos que hubiera venido volando.

Riuz: Hmmm... -intercambiaron miradas entre el palacio y la dirección en la que se marchó Po hace unos segundos- Moony... volvamos al palacio y veamos qué está pasando, pero hagámoslo en secreto -dijo contemplativo mientras apoyaba su mano en la mejilla de Moony y usaba sus poderes para curarla.

...

Riuz y Moony fueron a ver qué pasaba en el Palacio de Jade, pero Po ya no estaba allí y había bajado al pueblo. El par de hermanos la encontró y la acechaban desde un arbusto, notando una marcada diferencia con la Po que Riuz vio en el Valle de la Paz.

Riuz: Sí, esa es otra Po.

Moony: ¿Estás seguro?

Riuz: No puedo equivocarme. Mientras deteníamos a Fung, no le presté atención, pero comparándolo con la que estamos viendo ahora... La Po que persiguió a Fung no se veía afectada por esa energía oscura en lo más mínimo, incluso parecía que esa energía quería mantenerse alejada de él. Creí que era esa defensa natural que desarrolló antes, pero...

Moony: ¿Pero?

Riuz: Era más que eso, y viendo a esta Po malvada lo confirmo. Si la otra repelía la energía oscura, esta... la atrae como un agujero negro. Ni en el peor momento Po era capaz de absorber tanta energía oscura a esa velocidad... lo que también es preocupante porque esa energía solo la fortalecerá.

Moony: ¿Qué hacemos?

Riuz: Esta Po es peligrosa, yo la vigilaré mientras tú ve con las cinco y vigila a la otra Po. Trata de ver si esa Po es nuestro Po, por las dudas, no te separes mucho del grupo. Puede que Po se haya dividido o que ahora tenga un clon malvado, o muchos clones malvados, o quién sabe qué cosas... es tan complicado como con las Hermiones. -Suspiró- Tratemos de no alterar a esta Po, no sabemos de lo que es capaz. Cuando descubramos qué sucede, actuaremos. También trata de avisarle a Shifu y a las cinco si tienes la oportunidad, pero no dejes que ningún Po esté presente y lo sepa hasta que descubramos qué pasa. Comunícate conmigo en secreto si descubres algo.

Moony: Bien, ten cuidado.

Riuz vio cómo Moony se alejaba mientras seguía manteniendo un ojo en esta panda agresiva, malhumorada y arrogante. Era un contraste muy grande con la Po normal que se veía habitualmente.

Aunque no todo fue tan fluido como el humano querría, quizás porque se estaba volviendo más fuerte o por los instintos naturales de esta Po malvada, Riuz casi fue descubierto varias veces y cada vez tuvo que alejarse más y ser más cuidadoso para no ser descubierto nuevamente.

El acecho prosiguió y esta Po llegó incluso a insultar a su madre frente a todos sus clientes, bueno, también atacó a los clientes y al restaurante, pero eso no era nada en comparación con la falta de respeto a su madre a los ojos de Riuz. Lo que sorprendió a Riuz aún más fue que luego de que la Panda Malvada se fuera, otra Po llegó a la tienda y recibió el odio por las acciones que había causado la Po mala.

Riuz pensó en ir hacia esta Po "buena", pero creyó que primero debería darle algunas palabras de consuelo a la Sra. Ping. Las palabras que la Po mala dijo fueron muy hirientes, especialmente hacia su madre, y no quería que esto creara problemas en esa hermosa relación entre madre e hija. Así que rápidamente bajó del techo y se acercó a la señora Ping.

Riuz: No se preocupe, Sra. Ping. Esa de allí no era la verdadera Po. Ella jamás le diría algo así. -apoyó su mano en la ganza.

Sra. Ping: ¡¿Riuz?! -reaccionó sorprendida por la llegada del humano, pero luego pareció comprender lo que este le había dicho- ¡Espera! ¿Estás diciendo que alguien se está haciendo pasar por mi Po? ¡Voy a matar a esa desgraciada! ¡Nadie le rompe el corazón a esta ganza con el aspecto de su hija! -dijo enojada, agarrando una sartén con las manos y agitándola un par de veces en el aire como si estuviera probándola, con claras intenciones de querer usarla con esa Po malvada.

Riuz: ¡Espere un poco, Sra. Ping! -le pidió mientras sujetaba su cuerpo con ambos brazos.

El humano tenía a la ganza abrazada, con las piernas de esta última corriendo en el aire sin intención de detenerse. Estaba sosteniéndola y evitando que saliera corriendo con su sartén, pues sabía que esta Po era mucho más peligrosa de lo que aparentaba y no podía poner en riesgo a la señora Ping.

Sra. Ping: ¡Déjame ir, le enseñaré a esa perra a respetar a sus mayores!

Riuz: Ya nos estamos encargando de eso, solo cálmese. Aún tiene que arreglar el problema de su restaurante. Déjeme a mí castigar a esa imitadora, ¡sé qué hacer!

Sra. Ping: ... -pataleó un poco más antes de detenerse- Bien, te lo dejaré a ti. Tengo que arreglar el desastre del restaurante -respondió mucho más calmada luego de un suspiro.

Riuz: No se preocupe, yo me encargo -la soltó y la dejó en el suelo- Me voy -dijo caminando hacia la salida.

Sra. Ping: Espera, antes de que te vayas...

Riuz: ¿Sí? -se volteó para mirarla.

*Clang*

La ganza le dio un fuerte sartenazo en la cabeza a Riuz, que lo hizo arrodillarse en el suelo.

Riuz: ¡Ay! ¡¿Qué fue eso?! -preguntó, con las manos sosteniéndose la cabeza.

Sra. Ping: Es para que se lo pases a esa perra de mi parte -dijo.

Riuz: ¡¿Y no podías simplemente decírmelo?! -se quejó, con una lágrima saliendo de su ojo, interrumpiéndola.

Sra. Ping: Y también porque sentí lo que estabas haciendo con tus manos mientras me sostenías. Esta ganza no será insultada dos veces el mismo día. -levantó el pico y resopló.

Riuz: ¡Perdón, fue involuntario! Espera... significa que si esa Po falsa no hubiera aparecido, no habría problema con que la manosee... -dijo, pero incluso antes de terminar sus propias palabras, Riuz salió corriendo del lugar. No sabía cómo se lo tomaría la ganza, pero no quería arriesgarse, además de que debía seguir a las Pos. Ya había perdido demasiado tiempo.

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