[[[[General de la sección 2 y 9, el "Elfo del suicidio" Neurust de Garught, presente mi señor— una voz molesta y casi indefinida, cual ser que mira algo con emoción enferma a un punto que cambia su tono cada oportunidad}}}}
Para Neurust la guerra era una cosa de dos bandos, el tercero era so basura que quiere poder y nada más.
Los elfos cómo muy anteriormente se había dicho, eran aquellos seres que lejos de la belleza física, lejos del amor a la naturaleza, de su longevidad, modo de pelea, estatus y más que nada sabiduría… para ellos, el resto del mundo era solo el patio de juegos de alguien más, los molestas, te mueres, negocias pero los molestas, te torturan para que les digas dónde dejaste lo demás.
Negocias, sale bien y te dejan vivo… metes a alguien más a los negocios sin que ellos lo sepan, te mueres tu y el tercero.
No todos los elfos de otros mundos eran iguales a los de siempre, todos y cada uno compartía con sus iguales multiversales ciertos aspectos, pero no todos.
Estos elfos en especial eran más pacifistas que nadie, pero también sabían defender tanto su espacio privado, como su persona, por algo habían sobrevivido tanto y contra todo, la gente sabía de ellos por encuentros infortunados así como uno que otro exiliado, así sabían que ellos fueron casi los primeros en enfrentar al Rey Demonio de diferentes tiempos, habían aprendido su magia, su castillo y más que nada, la sabiduría de cada uno.
Digamos que los muertos valían la pena para saber cómo derrotarlos, cosa que muy pocas veces funcionaba y cuando lo hacía, aprovechaban el poder para subyugar a mucha más gente lejos de sus tierras… así como la suya propia por venganza y cualquier cosa así, elfos.
Para cuando se alcanzó cierta cúspide de conocimiento decidieron buscar más, lejos de sus tierras, esos mensajeros en especial eran elegidos entre los más fuertes así como los que quebrantaban sus leyes.
Si digamos, el crimen de un elfo era serio, se le daba la misión de ir y buscar información sobre alguna cosa para completar algún libro, pergamino o cualquier cosa que sea necesaria, iban desde mi más fácil como saber la arquitectura de cierto país, hasta buscar la guarida de alguna bestia mítica aún si está ya no vive o se fue de ahí, sin importar nada y volviendo al punto de partida con pruebas de eso.
Así como otros normales como el destierro y la muerte, pero no pasaban demasiado ya que esos no convendría hacer.
Neurust era de los elfos más normales, podría decirse que vivía una vida pacífica en las planicies de su pueblo sin miedo y sin nada que preocuparse, tenía amigos,te iba familia y más que nada, podría saber lo que quisiera por qué entre los pueblos elfos, había comunicación entre todos para compartir lo que quisieran, todo era normal… y seguía siendo así, hasta un día raro.
No hubo tiempo, no hubo como defenderse, pero más que nada y a pesar de todo lo que ellos podían hacer… eso nunca había pasado.
—Si realmente quieren vivir, déjenme buscar lo que quiero y los dejaré en paz, pueden ser lo más hippies posibles, pero si vuelven a molestarme, está vez k me contendre
El propio Rey Demonio estaba a un kilómetro dea entrada del centro de información de todos los elfos, Neurust, sus amigos y todos los demás del pueblo así como más allá nunca en toda su larga vida se esperaron eso.
Siempre era que ya ro héroes como otras especies irían tras su cabeza, pero ese día, él vino solo, sin nadie, sin nada más que lo que tenía puesto y se veía totalmente listo para matar y morir por lo que quería.
Aquella muralla lista para defenderse estaba frente a él, toda la guardia y soldados listos para el combate miraron al Rey, era indiscutible que era ese tipo, los cuerpos desmembrados, heridos, pero vivos detrás de él lo decían todo.
Así que el más importante general de aquel lugar alzo la voz.
—¡Nuestro…
La cabeza de aquel elfo explotó sin terminar lo dicho.
—¿Quieren que lo repita?
Todos y con todas las flechas fueron lanzadas, no las esquivó, no más destruyó, solo las dejo ser y sangro, pero no cayó, más hubo un silencio que ninguno de los dos lados sabía cómo continuar, hasta momentos después, el Rey Demonio levantó una de las flechas, arranco parte de su ropa colocando algo de tela en la punta y la movió como una honda, pero con la punta de la flecha al final y sin ninguna piedra.
»Ok, entonces dense por muertos
De un latigazo atravesó la cabeza de un solo arquero.
—¿Crees que con eso puedes vencernos?
—¿Quien dice que ha terminado?
Y antes que nada, un monstruo se levantó justo dentro la ciudad.
—¡UNA GOR—
Toda la gran armada quedó reducida a piedra, la gorgona abrió la puerta con su cola serpentíl y el Rey Demonio paso hacia adentro, todo era un caos total, elfos corriendo, muchos llorando desesperados por no morir, pero la gorgona se quedó quieta vigilante ante cualquier otra amenaza posible.
Avanzaron justo hacia el centro, era bien conocido que ahí tenían toda la información resguardada en lo más parecido a un banco americano, si el exterior era resguardado por soldados, el interior y afuera de ese "Banco" era vigilado fuertemente por la elite del lugar.
—¿Quieren que lo repita?
La gorgona rodeo al Rey Demonio y con las tres cabezas miro a la elite lista para atacar.
Pero ellos no sé movieron del lugar. Más un elfo se puso delante de ellos.
—¿Que información quieres?
—No te importa, háganse a un lado
—Conocemos como este lugar desde hace mucho tiempo, tu no sabes dónde está cada cosa
—Se dónde está lo que quiero, los otros me lo dijeron, a un lado
Y con eso y para no gastar tiempo, una de las cabezas de la gorgona devoró cuál mamba negra a ese elfo ante la mirada de los demás que no lograron hacer nada y ni que decir que pudieron reaccionar.
—¿Quieren que lo repita?
Todos trataron de atacar, pero la gorgona fue más rápida y mató a todos de solo dos coletazos, ya no había nada ni nadie que pudiera ir contra él, había atacado de golpe, no había preparación, todo fue demasiado rápido.
Así que como si fuera dueño, el Rey demonio entro al lugar tan tranquilo, muy a pesar que se veía herido y lastimado, no sé detuvo, la serpiente decidió vigilar afuera rodeando el lugar como si fuera su nido.
Dentro todo era lo más simple posible, muchos pergaminos por todos lados, libros y artefactos antigüos cómo seminuevos, las tres cosas repartidas en tres espacios y divididos por tres pasillos, obviamente no se veía a nadie ahí, pero si el sonido de alguien hojeando algo.
Avanzó entre el olor a madera podrida que emanaba de las estanterías, a sangre seca y desperdicio que aún tenían los artefactos y el volar de algunas polillas entre los pergaminos.
El techo y ventanas estaban diseñadas para que la luz sea lo aceptable posible, nada muy iluminado, nada muy caluroso, lejos de lo demás, el contenido de todo el lugar era apenas accesible.
Así que avanzó entre los pasillos de los libros y pergaminos, el tamaño de los estantes eran de más de 56 metros de alto por 300 de largo para cada uno y podía verse que si se excedía, ampliarían el lugar como sea. Más para él no había por qué buscar en todos lados, sabía dónde buscar, sabía que buscar, solo era cosa de encontrarlo, en su camino hacia el objetivo vió a quién hacia ese ruido de mover hojas.
Era un niño… o lo más cercano a eso pues la ropa mugrienta y la espalda casi totalmente delgada le decían que hasta parecía algún diablillo del infierno que buscaba como volver, pero las orejas puntiagudas así como el cabello apenas rubio me hizo entender que era un niño elfo… un totalmente desnutrido niño elfo.
—No es mi problema
Avanzó hacia donde quería y empezó a buscar en solo un área.
—S-s-si buscas información… hadas… n-n-no es ahí— dijo el niño sin mirar con una voz apagada pero peleando por hablarle como sea
Eso le llamó la atención al Rey demonio, más que nada por qué la dificultad del habla de ese niño le decía que enserio vivía ahí.
—¿Si sabes quién soy?
—N-n-n-nooo me importa… so-lo quiero que no me molestes
—Como quieras
Así que dejando en paz a ese chico, el Rey Demonio empezó a leer toda la línea de pergaminos delante de él, no era como si solo fueran algo fáciles de leer, algunos podían verse enrollados de tamaño pequeño, pero una vez sueltos, la hoja de papel de arroz y más materiales entre otros se extendía más allá de lo que él pensaba
—Si, ¿Por qué no?
Así que decidió quedarse hasta encontrar lo que quería aún si no podía leerlo rápido y más que nada, no tener a quien lo hiciera por él.
—¿Q-que buscas?
—¿Eh? No, nada importante, es más, mejor sigue en lo tuyo, si te lo digo y me dices dónde está lo que busco, tendré que matarte para que no vayas de lengua suelta después
—N-n-nnm- no me importa, me molestas… di-dime que buscas
Le dijo y aquel niño desnutrido como si fuera algo normal se fue más al final de toda esa línea y desmoronó toda la pila de pergaminos haciendo que todos se desperdigaran por el piso, pero sin soltar el pergamino a pesar de la marea de papeles encima de él.
Después solo camino entre ellos y se lo dió.
—¿No sé supone que los elfos les mama la sabiduría?
—Y-y-y-a me leí toda esa parte, fue por dónde empecr
El Rey Demonio miró a ese niño.
—¿No quieres saber para que ocuparé esto?
—Puedo intuirlo… no me interesa
—Vaya… otra cosa, ¿Quieres seguir vivo para poder leerte todo esto? Tómalo como un pago por lo que hiciste
—N-no existe la inmortalidad… es… a-algo sin creerse
El Rey demonio lo toco de la frente con un dedo y el cuerpo así como la mente de aquel niño estuvieron en coordinación, el cuerpo se volvió robusto conforme su edad y podía sentir que ahora no hacía falta trabarse en hablar.
—No diría que existe la inmortalidad, solo digamos que hay formas en las que el cuerpo puede aprovechar más tanto lo que come como lo que está dentro de él, claro que se gastará, pero será como una lámpara incandescente que solo gasta veinte centímetros de mecha cada año, ¿Me entiendes? Buscar algo tan parecido que sea confundido con eso, las cosas no siempre son lo mismo si no un gemelo con solo pocas diferencias, es difícil cuando no sabes hacer algo y buscas solo esa cosa en vez de buscar algo igual y solo un mejor, ¿No? Más vale algo que nada
Empezó a caminar sin ver si realmente era el pergamino que buscaba.
»Nos vemos
Aquel niño solo miró irse a ese sujeto, ir a la entrada y subir a su gorgona, para cuando reaccionó sus pies se movieron en la misma dirección que él.
[[[||General de la sección 8 y 5, "Minotauro de los cuernos de espinas" Rhondrew de Arcaz, presente ante mi maestro Jezabel— la voz ronca, algo hueca al hablar le denotaba la fuerza que poseía y la presencia en sí ||]]]
—!!!HAAAAAAAHGHHHGAAAAAAAAA¡¡¡
—!!!JAAAAAAAAARGRAAAAAAA¡¡
Un golpe tan demoledor que rompería la corteza de un roble fue dado al tiempo que quien lo dió sintió otro golpe de casi igual magnitud.
La víctima murió enseguida esparciendo tanto sangre, huesos, materia gris y un ojo por el suelo como si fuera una bolsa de pintura roja lanzada desde un puente al primer auto que pasaba en una autopista. En vez de gritos de horror, lo que se escuchó fueron gritos de jubiló y victoria, todo alrededor estaba lleno de hombres bestia, minotauros tanto versión masculina y femenina, así como una que otra amalgama humano toro estilo japonés y más feo estilo romano o griego, era como un país de la imaginación del otro mundo sobre como se veían esas bestias antiguas.
—!! AAAAAAAAAAAHHHHHHH¡¡
A ese grito de victoria aquel que ganó cayó al suelo y murió, tal vez por el súper esfuerzo, por las heridas o simplemente por la cantidad sobrehumana de estrés y presión dentro de él.
—Vaya porquería, aposté por él
Y más comentarios secos y sin tacto alguno fueron señalados en un cambio total de aires.
—!EL CAMPEÓN SIGUE INVICTO¡ !NADIE HA LLEGADO A RETARLO NI UNA SOLA VEZ DESDE SU TÍTULO¡— grito un anunciador con la voz más fuerte que podía hacer
Y más vítores sobre los retadores para alentarlos a retarse y ganarle al campeón, claro que no tardaban en llegar, pero eran vencidos enseguida por los otros y caían como tablas de madera una sobre otra… para volver a hacer lo mismo justo como lo que acababa de pasar.
—!!OTRA MAS¡¡
El golpe a la roca apenas la agrietó.
»¡OTRA¡
Más golpes a la roca y hasta tenía sangre en los dedos así como la piedra, pero no sé detenía, más gritos y más golpes, los gritos llegaron a un nivel que ese instructor se desmayó, pero aún con eso, quien seguía golpeando la roca no se detuvo.
Cómo muy anteriormente se había dicho, los minotauros eran bien conocidos por su excesivo descontrol por ser fuertes, no importaba si eras alto o bajo, si podías vencer a alguien en una pelea eras aceptado, si podías formar bandas para ir tras otras y cencerlas casi invictos, eras respetado. Cualquier otra forma de ganarle a alguien que tuviera que ver con la fuerza bruta era aceptada, sin importar lo rara que era.
Pero más que cualquier otra para ellos que hacían eso, solo sabían golpear hasta la mera inconsciencia o muerte, las jerarquías eran simples, la moneda y comercio como cualquier otra, la vivienda modesta, así como la mortandad de no llegar en digamos 70 años de minotauro que sería su juventud, así que el entrenamiento empezaba una vez podía mantenerse de pie y podía reconocer su alrededor.
Para cuando cayó la tarde el minotauro que estaba golpeando la piedra tenía más que llagas en los nudillos, más que sudor en la frente y con un hambre tan terrible que llegado el límite así, siempre pensaba en que se sentiría morder su propia carne, pero siempre deteniéndose por qué eso no la dejaría seguir adelante.
La regeneración así como la curación manual de todas las heridas de aquellos que apenas podían levantarse era sencilla, como dije, dejados a un lado para que su cuerpo se recupere por su solo o simple medicina herbolaria, si, así eran ellos.
Todos los comerciantes y viajeros siempre se preguntaban sobre su sistema de salud, pero la respuesta era simple.
—Los que se mueren vivieron fuertes, los que huyen son traidores
Así que si alguien lejos quisiera retar a uno, básicamente sabría a lo que se metía, ellos eran fuertes en muchos sentidos pero nada inteligentes en la autopreservacion.
Aquella minotauro en especial era rara, en el sentido tan contradictorio como hacer enojar al más paciente minotauro de ahí y estamos hablando de tipos que perdían el control en batallas, claro que él 97% de ellos estaban totalmente desquiciados por las peleas, el otro restante eran quienes mantenían al pueblo al ser comerciantes y vendedores, así como mercenarios y cualquier otra cosa para sobrevivir lejos de la pelea. Aunque eso estaba en el límite pues los costes de reparación y las armas estaban drenando el dinero de la ciudad.
En fin, esa chica minotauro nació cómo cualquier otro, creció como cualquier otro, pero más que nada, no deseaba del todo pelear, podía resistir ataques devastadores muy a pesar de apenas empezar los entrenamientos enfermos, podía soportar el calor así como cualquier otro castigo por no cumplir las órdenes.
Toda la gente minotauro hablaba de ella y sin poderlo evitar, ¿Una chica que solo aguanta pero no pelea? ¿Que sentido tiene eso?
Nunca se había visto algo como eso, claro que habian otros casos, pero no eran para nada algo como esto.
—Como patriarca de la familia Arcaz, te ordeno que desistas de ti deseo de… de hacer lo que haces — dijo un minotauro anciano, que había sobrevivido a muchas peleas y batallas
Hasta el no podía creerse eso y siendo su nieta.
—Quisiera, en serio, pero… pero no puedo detenerme, es como un subidon de adrenalina y placer. En serio que lo he intentado, mamá y papá hab hecho lo posible pero, pero… !ME ENCANTA¡
La chica sabía lo que estaba haciendo, era conciente de su forma de ser, pero era inevitable, era como si en casa golpe se activase algo, claro que le gustaba pelear, pero hasta los retadores eran vencidos por ella… al no tener idea de la expresión de excitación que tenía por cada golpe que le daban, siempre eran expresiones de dolor, agonía, emoción, pero ver un rostro sonrojado con baba saliendo de su boca en una sonrisa retorcida les hacía dudar si seguir peleando con ella y cuando menos sentían, ella les golpeaba para tanto vencerlos cómo invitarlos a seguir.
También ya tenía la edad de valerse por si misma, los adolescentes podían hacerlo una vez venciendo a tres familias (entre ellos sus padres) pero siempre existía la pregunta, ¿Querían ya lejos a su hija o realmente los venció? Tenia más hermanos así que esa pregunta vino de ellos.
Todos podían dormir sin preocupaciones en la calle pues más que nada, si atqcabas al menos debía ser de frente y sin que el otro no pueda defenderse, lo único válido era cuando le rompían alguna extremidad y seguía peleando, ahí podían aprovechar sin miedo pues como dije, era hasta la muerte.
Así que un día como si nada, desde la colina iluminada por el sol, se levantó poco a poco una especie de pilar serpenteante que se acercó hasta las puertas. Claro que todos los minotauros sintieron el peligro y presencia de ese sujeto, así que sin miedo alguno se puso frente a todos a unos metros de distancia.
—¿Hola?
—¿Que buscas? ¿Que es lo que el Rey Demonio quiere?— preguntó el campeón con una presencia no tan fuerte pero si un cuerpo listo para matar a la primera provocación y más por qué se podía ver qué estaba dispuesto a morir por golpear aunque sea una vez al tipo frente a él
—Llendo al grano… necesito solo una cosa, una simple cosa y me iré… la copa que ustedes tienen, nada más
—¿Y crees que simplemente así como así te la daremos?
—Ehm, se que no, pero en serio quisiera evitar pelear, se que ustedes están locos por las peleas, pero yo no tanto, así que, ¿Se puede?
Y antes que nada, aquel campeón atacó demasiado rápido, pero más rápida fue la gorgona, destrozando el cuerpo del campeón con un coletazo tan fuerte que la ropa y metralla de huesos y viceras fueron capaces de lastimar a los minotauros que estaban atrás.
»¿Se puede?
A esa pregunta tan simple todos los reunidos ahí fueron tras él, pero la gorgona se interpuso y empezó a matar a todos los que vió.
El Rey Demonio paso de largo por qué esas bestias antiguas pusieron su atención en la otra bestia antigua.
—Ignoren a quien está por aquí
Avanzó entre las calles no concurridas y fue al lugar más grande que vio, era bastante fácil pensar que ese sitio resguardaba lo que buscaba, pero en el camino habían niños y sin media palabra intentaron atacarlo, pero el solo los evadió demasiado fácil.
—Se supone que es así… nunca le diré a nadie esto
Momentos después llegó a la entrada.
»No es personal, niños
Dejo atrás a todos los heridos con respeto, más que nada por qué aún tenía que acostumbrarse a hacer cosas así, así que solo quería hacer al menos poco daño antes del real.
Había dejado a todos lo suficientemente heridos para no levantarse, hasta que un golpe en lo que sería su cara lo hizo marearse.
—!Heheehhehe¡
Más golpes interminables además de esa extraña risa no lo dejaban pensar.
Para cuándo logró componerse, evadir y golpear, vio que era otro minotauro, así que solo la golpeó más fuerte y la dejo hasta que sintió un golpe a traición, así que volvió a hacer lo mismo, más está vez espero a que se levantara, lo hizo pero más que nada, lo que le llamó la atención era la excitación en su rostro.
—Ra~~ra
Así que solo la golpeó un par de veces y esas veces ella se levantaba, no importaba el dolor que podía verse, ella era feliz por eso, así que le rompió las extremidades, era intenso, pero era molesto, así que entró sacó lo que quería y miro a la chica minotauro, más que nada, se quedó hincado frente a ella.
—¿Tienes problemas con lo que haces?— le pregunto cómo si nada
Pero la chica no dijo nada, era claro que hasta ella sentía vergüenza de ser así, tampoco es como decir que soportaba el dolor, pero también se les enseñaba a controlarlo de la misma forma que se obtenía.
»¿Quieres ser mi subordinada? Aceptaré lo que sea siempre y cuando haga su trabajo, me llamaste la atención por qué creo que tienes una ventaja suprema
Ella lo miró.
—¿Una ventaja? Estoy mal de la cabeza, lo sé, pero no sé que ventaja podría tener como para el Rey Demonio me diga eso
—Es solo que no busco al soldado perfecto, solo al que le veo potencial, tu masoquismo es extraño, eso sí, pero si miraste como terminaron los demás, debes entender que tú resististe más que ellos, ¿No quieres?
—¿Masoquismo? ¿Es eso lo que tengo?
—¿No lo sabías?
Por eso desde el principio dije que solo buscaban pelear, no sabían casi nada más que no fuese lo que les interesaba.
»Ya veo, si aceptas puedo enseñarte muchas cosas y como mejorar e incluso aprovechar eso, sino, te dejaré moribunda y en paz, ¿Que dices?
—!Acepto acepto¡
—Eso fue rápido
Así que la curo y ella lo siguió, en el camino le explicó en qué consiste su situación.
—¿Sexo? ¿Sentir placer por ser golpeada? Pero todavía no es época de aparearse
—No necesariamente tiene que ser época de eso, digamos que odias el control, lo de siempre e igual los principios a tu alrededor, pero no lo expresas abiertamente— le explicó —, haces lo que te piden pero eres irresponsable en cuanto la aplicas, algo así como hacerlas por qué si y no por qué tienes que hacerlas, te harta demasiado y tú cerebro no sabe que hacer, ¿Me entiendes?
—Si, algo así… es como la necesidad de hacer enojar a alguien para que te maltrate por gusto… ¡ES ENFERMO¡
—Por eso es que es un tema tabú, nadie quiere hablar de eso abiertamente, todos lo ocultan por necesidad de seguir aparentando, pero para ti, eso se acabó desde el primer día, sentirse culpable de algo y que el castigo de esa manera sea la forma de expiar lo que sientes es el masoquista interior expresándose, ama el miedo, dolor y eso hace que su subidón de adrenalina se combine a la excitación y eso lleva al suicidio si se es algo abandonado por si mismo o a la excitación por encontrar a alguien más
—Ya veo… entonces básicamente me quiere por qué soy más resistente que los demás además de ser más conciente de mi misma
—Eres rara por eso y me agrada tener gente así
—¿Gracias?
Llegaron a la entrada y ahí estaba aún la gorgona en pelea mientras a su alrededor habían cuerpos regados, dislocados, heridos pero queriendo pelear todavía.
—Sip, estos tipos me dan miedo, el día que venga a conquistar aquí siento que me darán problemas— dijo el Rey Demonio
Ella lo miró con miedo e impresión.
»¿Que? ¿Pensabas que no lo haría? Sabes quién soy y sabes que lo haré, ¿De que tienes miedo?
—De esa palabra, no pensé que saldría de tu boca… miedo
—Pues no la escucharás tanto desde ahora, vámonos, cierto ¿Cuál es tu nombre?
—Rhondrew de Arcaz, puede solo decirme Rondhrew
—Ok
La niña lo siguió mientras se alejaba a una distancia segura antes de llamar a su gorgona, la misma niña vio una sombra a lo lejos que los seguía, delgada y caminando sin descanso, no se veía tan peligrosa pero igual se quería acercar mucho a ellos, quería preguntar sobre eso, pero mejor se quedó callada.
—No es mi problema
~~~{{General de la sección 3 y 10, la "Hada marchita del desierto" Chronique presente ante usted amo Jezabel— su voz era de un niño pero floja sin ganas ni emoción alguna}}~~~
—! MUERTE, ¡MUERTE¡ ¡ES SU CULPA¡ ¡ELLA YA NO ES NUESTRA GUARDIANA, DEBE MORIR¡
Más gritos de jubiló y maldición, es lo que puede escuchar, su cuerpo le duele, sus oídos a pesar de tener un sonido agudo cuál frecuencia de radio, puede escuchar su alrededor, puede incluso sentir el odio, desesperación, con un ojo medio abierto puede ver su cuerpo, su ropa desgarrada, sus alas siendo quemadas a un lado,la moretones en su piel son visibles así como los rostros desencajados de aquellas hadas que cuido, que curo y alimento, habían algunas que solo lloraban por no poder hacer nada, habían otras solo mirando sin saber que sentir y otras enojadas así como una que otra esperando algo de todo esto.
Más golpes mientras no se podía defender, más insultos sin poder responder, más dolor sin poder gritar, solo soportarlo, solo seguir adelante ya que todo terminaría pronto, ella lo sabía, quería hacerlo, quería ya tener una oportunidad eterna de descansar, pero más que nada, seguir odiando, seguir despreciando a la diosa que sabía ella la traicionó, sabía perfectamente que nunca habla hecho algo malo contra ella y simplemente un día para otro la dejo, como una herramienta, como un muñeco, como un trapo sucio y gastado que ya no le sirve
Sabía que estaría en paz físicamente, pero en ámbito personal y de corazón, quería seguir viviendo para seguir odiando y esperar la oportunidad de gritarle en la cara todo lo que sentía, sabía que nunca podría tener esa oportunidad, pero ya había hecho demasiado para no esperar un poco más.
Podía ver la sangre escurriendo de sus nuevas heridas, así como el fuego que empezó, la dulce paz de la muerte la aguardaba, el dulce alivio de no escuchar más esos gritos la hizo reconfortar, pero la desesperación de no saber lo que les depararía a aquellos que intentaron algo para defenderla le decía que todo quedaba en manos ahora de ellos mismos. Todo por simplemente el capricho obvio de una diosa.
Sintió el fuego como algo caliente que poco a poco y muy a pesar del dolor, cambio a frío, un frío que quemaba igual que su contraparte, pero que a su vez iluminaba todo a su alrededor, podía hablar pues fue la única parte que dejaron sin dañar, así que levantó la mirada y vio a todo mundo mirarla quemarse.
—Si, prefiero marchitar mi ser antes de seguir mirándolos, por qué saben que ls esperaré en el otro lado y ahí podré usar lo que yo quiera para hacerles lo mismo
El fuego aumento.
»Los espero ahí, no tarden mucho
No hubo gritos desgarradores, no hubo maldiciones, no hubo nada que no fuera esa perturbadora despedida, pero así como dijo eso, su mente y conciencia desaparecieron, solo había una nada vacía, simple, más como si fuera el chasquido de una persona, abrió los ojos, poco a poco pues el sol le pegaba en el rostro, levantó la mitad de su cuerpo desnuda y miro a su alrededor, frotó sus ojos por la luz reflejada en el pasto.
Lo que antes era una ciudad ahora solo eran ruinas, no era una gran ciudad para personas, era una ciudad hecha para las hadas, encima un árbol frondoso, con casas colgantes de sus ramas, agua pasando alrededor del árbol, y muchas hojas que cubrían así como más árboles frutales a los lados.
Ahora estaba un árbol quemado frente a ella, una gran área medio desierta con los árboles secos, una zanja alrededor del árbol, no tenía agua, ahora era solo pasto, uno que se extendía hasta donde la vista podía.
Aquel árbol siempre frondoso, siempre verde que se cubría de blanco por la nieve en invierno… ahora se veía más seco y muerto que el árbol más viejo del mundo (Matusalem) partido posiblemente por un rayo, quemado hasta el corazón, las ramas tan secas que el aire las cortaba con un silbido, todo un viejo y gastado árbol robusto, perdido en la podredumbre total sin vida.
—Ya veo… pero, ¿Por qué sigo viva?— preguntó al ver sus manos, sus alas y más que nada, veía como el pasto alrededor de ella empezaba a marchitarse y secarse para dar paso a tierra seca—, ya veo, magia prohibida
Siguió mirando su alrededor y lo vio, a lo lejos dos ¿Personas? Mirando hacia donde ella estaba, así que levantó el vuelo con dificultades, meneandose y tratando de ser firme, hasta que llegó a ellos.
»Hola~ ¿Tu eres el que me reviviste? ¿Por qué?
—Necesito algo que tú sabes, además, quería cumplir una promesa
—Vaya~~~ ¿Una vez cumpla lo que quieres, volveré a morir?
—Puedes pedirme un favor, si eso quieres lo haré
—Ehh~~~ ya veo, entonces, ¿Que quieres saber?
El preguntó y ella trató de recordarlo.
»Espera aquí
Ella volvió a volar lejos de él y busco en el árbol seco lo que él pidió, algunas casas seguían ahí colgando como adorno macabro de un árbol para colgados y ajusticiados, así se veían las casas que aún se mantenían arriba, como si fueran cabezas colgadas o cascabeles sin tintineo pues solo el aire pasando entre ellos hacia el ruido sin el antiguo aire alegre. El hada siguió adelante hasta donde quería justo el lugar dónde sabía que ese edificio colgante no caería tan fácil.
Para cualquier revivido ver ese tipo de lugares que antes veías sería algo traumático, pero ella no, ella ya había dicho lo que quería y sabía por qué lo habian hecho, así que esas preocupaciones eran totalmente innecesarias. Entro de golpe tirando las paredes secas y sin vida, no miro a otro lado por qué sabía lo que había pasado, fue hasta la sala del trono y en un espacio justo a lado del cadáver del rey en su silla, sacó un libro de un compartimiento secreto, lo hojeo hasta que encontró lo que quería y volvió sobre su vuelo como si eso fuera un paseo en el parque.
—Aqui está lo que querías, trate de no destruirlo ~~~
—Gracias, ¿Entonces, que quieres?
El hada miro nuevamente su alrededor, todo seco, todo apenqs con vida, pero más que nada vio algo que no estaba ahí cuando despertó. Un camino seco como si fuera de terracería justo al volumen de su cuerpo, después miro hacia abajo y también lo vió, cortado hasta donde estaba volando y lo demás seguía verde
—Ya veo, ¿Puedo destruir el mundo contigo?
—Claro, pero pensé que querías seguir muerta
—Quiero, pero a su vez quiero hacer cosas que nunca pensé hacer y veo por esto que contigo puedo hacerlo a mi modo
—Bien, bien, si así lo deseas
De un chasquido la hada destruyó el árbol y su alrededor para solo dejar un crater de fuego.
—Puedes llamarme Chronique — dijo la hada sin voltear a ver lo que hizo con una sonrisa pura inocente y esperanzada, irónicamente para nada psicópata y retorcida cómo lo anterior hecho
—Extremo — dijo la chica minotauro a lado del Rey
—Perturbador de hecho, pero me gusta, vámonos
—Si~~~
La chica minotauro se presentó y la hada saludó sonriendo, pero igual vio a su perseguidor
—No pregunté por que no sé... Necesita ropa
—¿En serio? No me había dado cuenta
Rondhrew sabía que se estaba burlando pero lo dejó pasar. Sabía que ella iba a ser una molestia y más por qué no sabía que era ella antes de morir.
§§§{{Y el general de los distritos restantes... "Lord dragón del alma de plata" Kronwel de Uriolbos— una seriedad desbordaba en su postura que a pesar de estar arrodillado parecía pelear inclusive contra su amo}}§§
—Bebe con cuidado, eso es… tranquilo, tranquilo
Hace mucho tiempo que se sentía mal, horrible, débil, sin fuerzas ni para abrir los ojos, pero esa voz cálida, apacible, maternal y más que nada, preocupada por él tanto por los otros le decía que quería vivir para recompensar lo que estaba haciendo, el cuidado y cariño dado.
»Bien, descansa, enseguida volveré
Podía escuchar sus pasos irse, sabía que no era el único que se sentía así, por lo que no se enojó por eso.
«Lo que me dió sabía muy amargo» pensó
Podía escuchar a los demás quejarse, eran más fuertes que él, pero lo que tenían era claramente algo que nunca habían experimentado, más cuando eso fue de manera interna e inesperada.
Había perdido la cuenta de cuántos días llevaban así, pero de algo si estaba seguro, todo empezó incluso antes de que ella los encontrase.
Según el antiguo dragón que estaba con ellos, esa maldición ya antes se había usado en ellos, pero la cura se ha ka perdido hace bastante tiempo, mucho del que él había vivido, para cuando ella llegó les prometió cuidarlos y recuperarlos.
Claramente habían unos que desconfiaban de ella. Pero la mayoría decidió seguirla por qué sabían sentir la confianza y presencia en alguien súper fuerte y más que nada, con la esencia de un líder.
Así que aquellos que la siguieron enfermaron, si, pero no murieron tan rápido como los demás, no eran muchos pero querían vivir, entre ellos ese chico huérfano, sus padres lo entregaron a ella por qué querían quedarse y eran parte de los más enfermos de ahí, así que se despidieron hasta donde podían y se separaron, aquel chico que sabía que era un mitad dragón pero que nunca se quejó de eso, lloró en silencio todo el camino y sabía que no era el único.
Habian pasado unos días después de lo que ella les dió de tomar, increíblemente podían moverse, podían ver su alrededor y poco a poco empezaron a mejorar, antes sentían que estaban por morir, ahora podían sentir que eso desaparecía por el momento para dar paso a su vida normal. Para cuando él abrió los ojos vio que el lugar era una especie de tienda de campaña gigante, hecha de escamas de distintos tipos de dragón, el suelo era tierra y lo que los cubría eran telas gruesas que se adaptaban a su temperatura corporal.
Entre ese grupo de ex-enfermos hablan dragones de tierra, agua, normales, aire y criollos (mitad uno y otro).
—¡Ah! Me alegra muchísimo el ver qué algunos se han levantado, Pui — dijo una voz femenina que podía escucharse por todos lados
Era la segunda vez que la veía antes de empeorar, aquella mujer de capucha blanca abotonada, no le había visto el rostro ni la primera vez, pero esa risa, esa primera sonrisa nunca la olvidaría, quería levantarse pero aún estaba débil y vió que no era el único en intentarlo.
»Calma, calma, aún no están bien, Pui, una vez estén todos recuperados hablaremos y decidirán si quieren irse o quedarse aquí, les mostraré el lugar, ¿Si? Descansen, Pui
Ella se fue después de decir eso y algunos miraron su alrededor así como olfatearon el aire, era una forma de saber si estaban en una trampa o realmente era lo que hablan visto antes. Aunque ese niño no quería hacerlo, tenia miedo de que todo a pesar de ser tan hermoso, fuese realmente macabro.
Más el aire era normal, lo más normal posible, así como el pasto y las lejanas montañas a su alrededor, incluso podían verse algunos otros dragones mirar ese lugar desde lejos, desde uno de los acantilados al ver a los nuevos huéspedes del lugar.
Pasaron más días y la mayoría podía pasear por ese espacio, pues como ella había dicho, quería que todos estuvieran recuperados, la comida y bebida no faltaba, así que no había queja, aquel niño solo se quedó quieto, esperando al fin verla de nuevo, sabía que los demás también y por eso se mantenían ahí.
Para cuando se recuperó el último ella los hizo salir y ponerse en una planicie, se podía decir que era la principal pues a su alrededor, muy lejos, los otros dragones que vivían ahí estaban mirando hacia ellos, como si estuvieran vigilantes ante algo que los demás hicieran.
—!Pui¡, Las miradas a mi y las colas atrás! ¡Pui¡
Con ese extraño saludo aquella mujer aplaudió para llamar la atención.
»¿Listo? Bien, como pueden ver, está planicie como sus alrededores están en una dimensión de espejo para protegerlos a todos, claro que mi misión es reunir a los dragones restantes, ya que como pueden ver, yo también soy una… pero siendo sincera, no quisiera mostrar mi forma original, cosas personales, lo siento — dijo ella con la disculpa divertida—, así que en pocas palabras lo que diré será algo que honestamente los volverá locos, pero se los prometo, en serio se los prometo que no pasará nada, por algo los demás que viven aquí están tranquilos a su vez, más ¿Quieren oírlo de una vez o al final? Pui
Algunos dragones grandes y pequeños se miraron, no sabían que tan serio era, pero si ella lo decía, debía serlo, así que decidieron ya ser honestos.
»Una vez que escuchen esto, sinceramente no creo que nadie más les crea aún si se van de aquí y por eso es lo mejor— dijo ella tan confiada como si no fuera la primera vez —, así que, ahí va… soy la esposa del Rey Demonio y todo lo que ven hasta donde más puedan, es su patio trasero, detrás del castillo de él
Y todo se quedó en silencio, los más grandes alzaron su cuello y más que alterarse miraron hacia los lados, podían ver incluso montañas color azul por lo leja o y más allá otras más pequeñas cubiertas de nubes de humedad. Otros tantos se ocultaron detrás de los grandes ya con un terror extremo y los últimos no sabían que sentir, ¿su salvadora era esposa de un ser tan aberrante como ese?
—¿Entonces por qué nos curas? ¿Por qué te tomas las molestias de hacer esto?— preguntó el niño queriendo más detalles
—Bueno, es más como una responsabilidad que me dejó papá, Pui… si lo conocieron era Pharmagon "Black Ice" Demiseri, él se dió a la tarea de tratar de mantener el linaje de cualquier dragón después de la guerra maldita y las otras tantas que pasaron antes y después, así que, solo lo estoy apoyando, más el decía que era mejor ocultarse, pero como dije, si quieren irse, son libres, nadie les creerá el lugar donde está esto, Pui
Los dragones exhalaron vapor como si le dieran la razón.
»Asi que si deciden irse, díganme desde ahora o tomense su tiempo, pueden ver el lugar y hablar con los demás libremente
Diciendo eso ella se fue de ahí caminando hacia un árbol grande.
Algunos se miraron, otros miraron nuevamente su alrededor y unos tantos se acercaron a ella, más ese niño solo la miró, la sorpresa que les dió lo superó por momentos, pero sabiendo que si ese sujeto era su esposo, aún así se sentía obligado a pagar con lo que sea hacia ella.
Pasó una semana y un cuarto de todos los dragones enfermos se fueron de ahí, los otros decidieron quedarse por voluntad propia, él también se quedó, más por qué su sentido le decía que podía hacer algo que por propia comodidad.
Un día mientras caminaba pensando que hacer, la vio, se veía como siempre pero está vez más pensativa que antes. Siempre la miraba trabajar, hablando con algunos dragones y poniendo el orden en ciertos conflictos tanto peleando como hablando con algunos, incluso salía con ciertos grupos que queriannir afuera pero regresar, al parecer ella tenía que salir con ellos por qué la gente de su esposo pensaría que es un ataque, pero ella solo se queda en la entrada a ese lugar esperándolos.
Ese día ella llevaba algo en las manos, una especie de cubeta de fifrua extraña, de manera curiosa la siguió, para terminar en un pequeño jardín de flores que él nunca había visto, ella rego con esa cubeta extraña las flores, después las inspeccióno muy detalladamente, para al final quedarse ahí de pie, se quedó mucho tiempo, tanto que inesperadamente se hizo de noche cuando parecía regresar en si, solo se fue más tranquila pero algo melancólica.
Decidió también irse y volver a la mañana siguiente, pero lo primero que hizo fue ir a ese sitio enseguida que el sol saliera.
Cuando llegó todo seguía igual, pero no sabía además de las flores, que era lo que mantenía más a ella ahí, podría ser algo importante, podría ser que las flores sean importantes o algo más.
Estaba por tocarlas…
—Si las tocas, te matará
Esa voz lo hizo saltar a un lado, miro quien l que le había hablado, era un sujetl extraño, pudo sentir la obviedad que él no era un dragón, no era nada que él conocía y más que nada, también sentía que si decía algo mal, lo mataría enseguida.
Pero aquel tipo de manto extendido por todo el cuerpo se quedó quieto, la sombra negra que muy a pesar de que todo su alrededor estaba iluminado, él no lo estaba casi en absoluto, más antes de decir algo, ese tipo sumamente extraño señalo con la manga de aquel manto las flores.
»Ella puede ser muy amable y todo lo que quieras, pero en serio te mataría si tocas esas flores, no eres el primero que lo hace y los demás lo saben, que no te lo dijeran es que en serio no les agradas…
Después pareció mirarlo.
»¿Semi-dragon cierto?
Aquel niño se quedó quieto, no sabía que decir ni que responder.
»Ya veo, bueno, es algo normal, aunque alguien trate que todo esté bien,as fugas son parte del paquete… si se trata de semi-dragones debo advertirte que aunque todo se vea bien, los que no te conocen te odian, odian a los tuyos por ser "Impuros" cosas así de estúpidas, así que toma esa advertencia muy en serio… sobre las flores, lo demás debiste saberlo…
Dió media vuelta y se fue, dejando al niño, pero lo que dijo era cierto, podía sentir cierto odio y resentimiento de algunos de los dragones hacia él y otros pocos como él en ese grupo, eso explicaba por qué no dejaban de mirarlos y la única que los mantenía a raya era ella.
—!Oye¡
Sabía que gritarle a ese tipo era cosa de muerte, pero no le importaba.
—¿Que?
—¿Eres fuerte?
—No, que va, mato gente y cargo pesas por diversión, ¿No quieres ver cómo hago dribleos con las cabezas?— dijo en tono totalmente sarcástico
—Solo quiero ser fuerte, para que no me molesten a mi y a los demás
Pero aquel tipo manta lo miró, o parecía hacerlo a pesar de verse tan imposible de que al menos tuviera ojos.
—Si es por otra cosa no me importa, el amor de niños no es mi estudio ni estilo
Por primera vez en su vida se sintió avergonzado por ser descubierto tan de golpe.
—!Eres un imbécil¡— grito tapándose la boca después
—Dime algo que no sepa— respondió el otro como si nada—, ve a comer agua o beber carne, pero no toques deliberadamente esas flores si no quieres morir rápido
Por un momento aquel chico sintió miedo, pero al ver la tranquilidad de ese sujeto se calmó, más pensó que era demasiado raro.
—!PUI¡
Sorpresivamente ella apareció por un lado del otro sujeto, para tomarlo del cuello dar un giro sin moverlo y abrazarlo por el frente.
»!Viniste, viniste!
Pero él solo la ignoró por el susto.
—Si, si, ¿Que quieres?
—Ah, acompáñame primero y te lo mostraré, Pui
Pero antes de avanzar miro hacia atrás a aquel niño. Este sabía por su mirada que ella lo estaba viendo, pero que igual no esperaba que su esposo viniera y podría decirse, salvará a ese niño, le pidió disculpas con su expresión, ella sonrió al ver que el comprendía.
Más momentos después algo cambio en todo ese grupo.
—Me niego
—Ay, vamos, Pui, ¿No crees que servirá?
—Servira… para que su odio aumente más
—Si, pero más que nada podrá disminuir viendo lo que está pasando, Pui
—Tu y tus planes… bien, lo haré, pero si no funciona no me culpes y solo será una vez. ¿Bien? Siento que no se llevará bien con ellos pero bueno, no será mi culpa
Ella se volvió a avanzar pero está vez de frente y lo abrazó lo más fuerte que podía.
—!Yau! ¡por eso te amo¡
—Si, ya suelta, eres tan egoísta…
Ella sonrió sin miedo, para después mostrar el plan a quien querían.
—¿Cómo lo vez? No te voy a obligar
—No, claro que no, solo le meteras la idea y presionaras hasta que diga que si— dijo el Rey sin importar que ella estuviera tan seria
—!Pui¡... Cómo iba diciendo… ¡Kronwel!— dijo mirando a su esposo—, si lo piensas bien, se que es egoísta de mi parte hacer esto…
—Al menos lo admites
Kronwel estaba algo nervioso, sabía que eso era algo que nunca pensó hacer, que podía verse envuelto en algo sumamente riesgoso.
—Lo haré
—... ¿En serio?
—!Hey, se supone que yo tengo que decir eso!— dijo el Rey Demonio alterado por la respuesta tardía de su esposa
—Esque… bueno, pensé que iba a ver un poco de resistencia
—!ME GUSTAS¡
—¿!EH!? ¿!QUE¡?
—!SILVER, ME GUSTAS Y SE QUE NO PUEDO TENERTE, PERO SI ESTO ME PERMITE ESTAR A TU LADO, LO HARÉ
El Rey demonio se echó a reír casi a todo pulmón, eso fue demasiado sorpresivo para él a un nivel que esa fue su reacción. Pero la mujer trato de mantener la compostura, tampoco se esperaba eso, pues jaló más su capucha para que no viera que estaba sonrojada.
—¿Por qué dices eso? Y frente a mi esposo… eso no sé si es estúpido o atrevido
El esposo se había calmado.
—Es raro, pero dios que los tiene grandes este niño, bien, lo aceptó, vamos
—! Espera! ¡Aún no me responde por qué!
—Ya viviste esto, dile si o no o me voy sin nada
Ella igual estaba molesta, pero ya había conseguido lo que quería de una manera intensa, así que decidió responder de una manera honesta al menos en ese momento.
—Lo siento, estoy feliz por ver qué le llamé la atención a alguien, pero ya tengo a quien amar, muchas gracias por tu declaración… honestamente me tomaste con la guardia baja, pero en serio que estoy feliz de verte así… más no puedo, hasta tu lo entiendes, así que, si quieres dejar esto, lo entenderé
—Como dije, si esto me permite estar contigo, lo haré, es mi decisión
—Dios santo— dijo el Rey con ganas de reír más—, este niño si servirá como se debe, vamos, conocerás a los demás
Así que Kronwel lo siguió.
—Tu jardín es muy lindo— dijo antes de retirarse
La mujer solo suspiró, no sabía quién había ganado de entre los tres, pero eso sí, sabía que ese niño iba a ser algo muy fuerte y grande, además de noble.
—Pui, que molesto es— dijo sin sentirse frustrada ni nada por el estilo, solo como una mujer que no esperaba eso de alguien que no fuera su esposo—, ra~ro… pero interesante…
Había dicho la verdad, pero no sé pudo quitar esa sensación un buen tiempo… en el que Jezabel se burlaba de ella por eso.