—Dame un beso, por favor
—No, necesito estudiar… además una cosa es recompensa otra cosa es que te aproveches que estamos solos
—Es que esas dos están siempre sobre ti y tu tiempo, casi no puedo estar contigo por las prácticas con animales y recolección de materiales, al menos halaga mi esfuerzo por eso
Amber lo abrazó por la espalda mientras él seguía mirando un libro de anatomía humana.
—Es innecesario, lo haces por qué quieres aprender y ser mejor, algo como una recompensa a medio camino solo te aburriría de hacerlo más— respondió Herbert sin dejar de mirar el libro
—!Claro que no! !sabes que no es así¡... Tanto tu como yo y ellas hacemos esto por que queremos y más que nada, por qué también deseamos ser de ayuda a los demás— dijo Amber a un lado de él sin importarle mostrar el escote
—Sabes que es innecesario repetir lo que quedamos, así como sabes que yo quedé en casarme con ustedes cuando me gradué
Ella se rindió y tiró a su cama.
—Lo se… todas respetamos eso, pero… pero tengo miedo, mucho miedo
—¿De que? ¿De que lo olvide?
—No, de que todo pase muy rápido, eso es lo que me da miedo más que esperar, incluso no me importaría que la escuela fuera destruida, que el país fuera destruido, lo que si estoy aterrada es que todo pase rápido para mí — la voz de Amber sonaba muy nerviosa y ansiosa, además de molesta de golpe
Herbert miro a Amber, sabía que no mentía por lo que dijo, tampoco es como si no lo comprendiera, para los demonios el tiempo es casi relativo, para los humanos es algo sagrado e incluso más importante que el dinero y el conocimiento por qué siempre hay algo nuevo que aprender cuando alguien cree saberlo todo y no hay tiempo para descubrir más.
—Lo siento tenía que sacar lo que sentía, solo… es la primera vez que he amado a alguien por encima de mi vida y no se que hacer… ¿Soy una tonta verdad? Solo te estoy incomodando— dijo ella sintiéndose mal y tratando de arreglarlo—, perdón, perdóname
Podía sentirse que quería llorar por decir algo tan serio y tétrico, más por qué como ella dijo, la vida humana es volátil.
»En serio lo siento, mejor me voy, lo siento, fui una idiota por enojarme así, parecerá que solo quiero tu atención, lo siento
Quiso salir volando pero al momento de querer correr, fue sostenida de su brazo y después un beso, pero ella intentaba no aceptarlo al alejarlo de ella.
—No, no así, no así por favor, no así, no soy una controladora, por favor, no quiero que quien me salvó la vida más de una forma se sienta responsable por esto— dijo dolida y arrepentida entre lágrimas dolorosas peleando más por soltarse
—Si me voy a casar contigo, esto solo muestra que y como te sientes, no me importa lo que digas si eso te sirve, no creas que no he pensado en eso… solo que… al menos quiero aprender y tener algo de lo que vivir contigo y las demás, y porsupuesto que antes de eso tengo que arreglar algo sumamente importante que si no lo hago… no estaremos en paz— respondió Herbert con su frente junto a la de ella con una sonrisa—, así que di lo que sientes, tu me soportas y a mí indiferencia, yo tengo que soporta lo que tú tengas, en las buenas y en las malas, si te hace sentir mal algo dímelo, así como yo confiaré en ti para estar en paz
—Pero… !Pero! No quiero sentirme así después de decir eso...
—Lo dicho está dicho, eso no puedes arreglar, lo que si puedes es intentar que el golpe no sea tan malo, ¿No crees? Solo estás frustrada por todo tu trabajo, déjame arreglar eso… por los dos
Ella se relajó después y lo aceptó.
—Ellas se molestaran por ganarles, perdóname por ser una egoísta muy terca
—Si te enojas pierdes, además, ¿Los demonios no deben ser así siempre?
—Tonto
Ella se dejó y ambos decidieron pausar sus cosas para solo disfrutar el uno del otro de sus sentimientos, la carga mental, física y más que nada emocional de todo lo que era tener ese tipo de relación con metas de la distinta rama, pero la misma manera de amarse.
Los besos más que nada inexpertos no importaban, las caricias sin saber dónde tocaban y que parte era la que pasaba por esa piel tampoco importaba, solo era el ahora, solo era el sentimiento de pertenencia que ambos tenían del otro, solo importaba lo que justo y únicamente en ese momento sentían el uno al otro.
—Calienre, tan caliente, me siento rara, ¿Que es esto? quiero más, quiero más~~
Más besos y caricias por el pecho de Herbert, el por su parte estaba en la espalda, presionando su cuerpo con el de él, ella logró soltarse fácilmente de su agarre.
»No, así no
Tomó las dos manos y las puso en sus pechos.
»Si tu no sientes mi cuerpo y yo si… no es justo— su forma de decir eso era dulce, atrevida y más que nada, decidida a llegar al final si era necesario
—Malvaviscos— dijo al presionarlos mirando los pezones invertidos de Amber frente a él
—Haz lo que quieras con ellas, son tuyas, de ellas… todos debemos compartir en este loco acuerdo entre nosotros
—¿Entonces me puedo unir?
—¿Y yo?
Esas voces los congelo por completo, para cuando Amber quería decir algo al mirar a Tyara.
—Escuchamos sin querer su plática amorosa, así que sinceramente no se enojen si hago esto
Lo que recibió Amber fue un beso en la boca, largo, de adultos y eso más que nada excitó a Herbert, para cuando terminó el hilo de saliva podía verse brillar cuando Tyara alejó su rostro.
»No sabe tan mal, bueno, más que nada por qué me gusta robarle las cosas a las zorras como tú, fíjate que usar la lástima para hacer esto
—!Eso no…
—Lo sé, se que no es así— interrumpió Tyara—, lo que me molesta realmente es esa postura tuya de desesperación por el tiempo, nosotros al ser humanos sabemos que y cuánto tiempo podemos estar, podemos saberlo y no saberlo al mismo tiempo, pero más que nada sabemos que debemos aprovechar lo que podamos con lo que tenemos, eso está claro, pero apresurar las cosas es solo ir a la meta por el atajo es de cobardes
—Lo siento
—No me estoy refiriendo a ti, solo digo que debiste esperar a que él terminase la tarea… así al menos nosotras podríamos llegar cuando empezaron
Tyara tiró su ropa y detrás de ella Nery apareció en una forma adulta igual desnuda frente a ellas.
—Se que si muestra su verdadera forma aún siendo en años una adulta siento que es digno de un castigo de muerte si no pasa esto, el efecto solo durará cuatro horas… ¿Listo?— preguntó Tyara
—No me culpen si me desmayo… o si muero antes de tiempo— respondió Herbert listo para morir por SNU SNU
—Trataremos de no pasarnos…
—Trataran… es fácil decirlo
No fue a las clases por un día entero y las chicas se veían radiantes y frescas.
Cuándo se recuperó lo primero que sintió fue un golpe de una palma en su espalda no muy fuerte pero si le saco el aire y resintió su cansancio.
—Sabes que a mí me interesa un carajo que hagas o no hagas en tu habitación con ellas, solo deseo que todo lo que te estoy enseñando no sea en vano, ¿De acuerdo?
—Eso está más que claro, profe
Otra palmada más y lo dejó en paz.
*****
En otro lado de la misma escuela.
⟨¿Puedo entrenar con usted, señorita Gabriele?⟩ gruñó Ritsumary después de tocar la puerta de la habitación de ella
—¿Eh? Si, solo, aguarde un momento, ¿Si?
Ritsumary había llegado tranquilamente a la habitación de Gabriele, también ya había aprendido a como hacerse entender a base de cierto tipo de telepatía de corto alcance, por qué si fuera permanente podría decir algo que no debía o igual soltar algo de su mente y eso no le gustaba.
Gabriele abrió la puerta, siempre que iba a entrenar nunca faltaban sus cinturones dónde guardaba sus armas, tanto en la cadera y muslos, sus kukrit (cuchillos de medio oriente) confiables, además de una navaja sencilla en el cinturón de su muslo, dando un vistazo rápido de parte de Ritsumary a su amiga, podía ver la tan casi simpleza de aquella habitación, no podía compararla con la suya propia pues solo tenía lo necesario en cambio a la tímida letal que era Gabriele.
Una cama con cobertor rosado mexicano, un closet abierto mostrando desde ropa normal de chica y otro uniforme de repuesto, el escritorio de estudios acomodado con libros, lápices y un pedestal para la vela magica o de cera, pero lo que más llamaba la atención era ese montón de peluches en la esquina, diferentes animales pequeños encima de uno muy grande que su cabeza alcanzaba hasta la esquina.
Era demasiado diferente incluso al de Ritsumary, solo una cama, un escritorio, un armario y la pared con su armadura, el casco negro y uniforme, nada más.
—¿Pasa algo?— preguntó Gabriele como si nada y totalmente ajena a eso
Más Ritsumary se quedó en silencio un poco y después "Hablo"
⟨No, nada, gracias por aceptar⟩
Así que las dos avanzaron por los pasillos, a la vista de los demás alumnos era algo normal, pero para otros era ver a las dos más fuertes que había en la escuela, más si le preguntas a alguien quien de las dos es más fuerte que la otra… hasta Ritsumary te diría que es Gabriele y te reírias de eso.
⟨Si yo no la conociera, también pensaría lo mismo, pero en este tiempo puedo ver qué ella es una chica normal con muchas restricciones y que de alguna forma a su vez es perfecta para el trabajo, digo, ¿Una niña tímida, llorona y tierna ser la única en acercarse a Jezabel de manera directa con intenciones de muerte hacia él? Eso sería algo chistoso y poético al mismo tiempo ⟩
Podía recordar muy claramente los primeros días de la clase con ella y los demás, lo abandonada que estaba pero a su vez las ganas que tenía de hacer lo posible por ser la mejor, las veces dónde su entrenamiento matutino la hacia verla algunas veces a ella levantarse temprano para correr alrededor de la escuela, no era la única, pero era la que más hacia eso que los demás.
Después de ver la habilidad de ella cuando Jezabel la entrenó primero, pensó que esa persona torpe había sido cambiada de golpe por ese sujeto, pero podía sentirlo, podía sentir que era esa misma chica solitaria que estudiaba como podía y entrenaba sola cuando igual tenía tiempo, así que decidió o hablar de ese tema nunca con ella y con nadie más.
Mientras caminaban las dos, algunos alumnos las saludaban a su paso, no era algo raro, pero había tiempo que era así, más que a la única que incluso se podía decir que tenía más admiración era a Ritsumary, algo que ella solo hacia saludar por cortesía más que por interés en la atención. Cuando salieron al área de entrenamiento, Gabriele rió un poco.
⟨¿Que pasa?⟩
—Solo estoy pensando en lo gracioso de este cambio, quiero decir, ¿Alguna de las dos pensó al menos estar así de juntas? También por usted, señorita Ritsumary, ¿No pensó que alguna vez saludaría a muchas personas?
Ritsumary no lo había pensado, siempre creyó que eso sería para soldados ya entrenados o jefes y líderes como condesas y señores feudales, pero cuando Gabriele le dijo eso y pensó en lo que había pasado… entendió a lo que se refería.
⟨Si, muchas cosas han cambiado… ¿Eso es bueno?⟩— preguntó aún dudandolo cómo toda persona normal
—¿Por qué no debería? Mamá siempre dice que el cambio es como el miedo a lo desconocido, le tememos tanto cuando pasa que no lo notamos hasta que ya estamos en el propio cambio mismo sin darnos cuenta cuando pasó, ¿No crees?
Eso era cierto.
»Tambien es algo justo, pero depende del modo en que lo recibas, ya creyendo que es algo bueno o malo… no todo es color rosa
Dijo con una sonrisa de confianza que incluso Ritsumary sobrepuso inconscientemente por la otra Gabriele que nunca podría hacer ni decir eso.
⟨Ha hablado la señorita callada que antes conocí ⟩— dijo Ritsumary al bromear con ella
Gabriele solo se sonrojó por ese halago, era algo que ellas dos podían compartir lejos de ser alumnas de la escuela e incluso compañeras y amigas.
—Igual admiro mucho como también tu has cambiado, digo, siempre que te veía solo estabas acompañada de Marcus y ahora, estoy contigo como los demás en cosas como estas
Ritsumary sonrió sin gruñir por qué ella lo entendía, sabía también que mucho en ella había cambiado, incluso el pensar en solo en la fuerza en un principio, ahora era estudiar para poder prepararse mejor que solo golpear a dónde cayera el golpe.
Su amigo del alma, Marcus también, claro que la sobreprotección no se había ido, pero también tenía tiempo para si mismo en su propia manera de entrenamiento, así que por lo tanto y sin olvidar la meta en común entre ella, Marcus e incluso Blodenhell, solo era cosa de seguir adelante lo más que se pudiera con las cosas que deberían venir cada día y en cada estupidez que cualquier otra persona o Rey Demonio hiciera, ella solo se tenía que preparar como siempre para lo peor. Incluso si eso era la posibilidad de enfrentar a quien ahora solo estaba con ella en el entrenamiento que pidió.
⟨¿Lista?⟩ preguntó Ritsumary con su espada en el frente y en una pose defensiva
Gabriele de dos simples movimientos guardo sus lentes y saco sus armas de su cintura y después asintió en una postura un tanto relajada, pero a su vez amenazante.
⟨Si, para bien o para mal, esto es lo mejor ⟩
*****
—Mira Lucifer, tu hermana está peleando con una compañera— dijo un alumno de primer año apoyado en la ventana del segundo piso de la academia
—No están peleando, es un entrenamiento, la otra chica, ¿Ritsumary, se llama?... Bueno escuché de ella que siempre pide a los demás de su salón entrenar así con ella
—Ah, ya veo… se que esto te puede incomodar pero hay rumores entre los demás grupos, incluso los de tercer año que a tu hermana le apodan, la "Ahijada del Rey Demonio"
—¿Quien dijo semejante cosa?— preguntó totalmente sorprendido pero sin gritar y casi queriendo reír… por qué sabía que posiblemente era verdad por lo que sabía
—La Kyle
Así era como apodaban a la maestra Kyle… era también la vieja diabla, la loca sexy y la más popular… "Lord penurias" pues se le podía algunas veces ver qué no sabía del todo como controlar a su salón de niños pequeños pues no era su fuerte el tener a quienes a pesar de los castigos, seguían haciendo lo mismo.
—Ah, claro, esa loca, pues si es así, ella tiene a una niña que podría bien ser la hija de ese sujeto
—Tambien es lo que estaba diciendo, la forma de vestir de esa niña y su acompañante amante de la lucha libre… da más razón de eso— dijo el amigo
—Si, vaya que sí
Repentinamente en ese mismo pasillo un grupo de tres chicas caminaba hablando, los otros dos solo se quedaron callados, hasta que una se detuvo a medio camino.
—Lucifer, Lasso, ¿Terminaron la tarea que dejó la señorita Carmilla?— preguntó Shiraishi
—Yo si, pero Lasso aún no entiende que no se la pasaré, Carmilla sabe cuándo algo es copiado y no hecho por uno mismo, no quiero una baja calificación por eso
—Lo estoy intentando, ¿Si?— dijo su amigo Lasso molesto por eso —, no quiero otro castigo de esos
—Mas les vale
Y el grupo junto con ella se fueron caminando ya sin interrupciones.
—¿Puedo preguntarte algo?
—No, no te daré pistas
—!No es eso!... Sabes lo que estoy pensando
—¿Sobre mi y Shiraishi? Sabes que somos amigos
—Si, eso está más que claro… peeero, no se, no soy quien para decir esto, ustedes se ven más distantes que amigos y eso es mucho decirse
Inconscientemente Lucifer lo sabía, sabía también por qué y quería al menos hablar con ella de eso, pero cuando lo hacía, se podría decir que no encontraba las palabras para decirlo correctamente, solo daba vueltas, no sabía lo que ella también pensaba, pero podía sentirlo, sentir que ella estaba enojada por lo que dijo esa vez.
—¿Que debería hacer?
—Hablar y no ser idiota
—Para ti es fácil decirlo
— Más para ti, solo que tienes miedo, yo por mi parte solo estoy esperando a la correcta
—¿Esperando? ¿En serio crees que conseguirás algo solo esperando? Sinceramente eso es estúpido
—¿Hay algún problema?
Lasso era uno de los raros del salón, amigo también de Shiraishi, solo que Lucifer habló primero con él y después ella con él, no se juntaban mucho por qué a pesar de estar juntos, algunas veces solo eran Shiraishi y Lucifer pues Lasso solo andaba entrenando o haciendo tarea ya que era algo lerdo y lento en ambas.
Además que se podía notar también lo lento en su vida escolar.
—Como sea, tal vez es cosa tuya, pero no deberías pensar así, está escuela está llena de cosas interesantes, si solo esperas a que algo pase sería lo mismo que pensar que comida nueva probar teniendo miedo a que no sepa bien
—De todas formas podría saber mal
—¿En serio? Solo sin probar siquiera un bocado? Se que los hombres como nosotros somos bestias simples, pero también hay límites de eso… yo… solo quiero probar todo sin arrepentimiento alguno, nos vemos en el salón
—Nos vemos
Los dos se separaron, más Lasso realmente era la primera vez que escuchaba algo así venido de alguien que no fuera de su familia.
—Probar… algo nuevo…
Camino por el otro lado. Mientras tanto Lucio estaba pensando en que decir y lo complicado de expresar ese pensamiento para saber si Shiraishi estaba enojada o solo era que estaba ocupada, más a pesar de la contradicción, tenía miedo que fuera algo más.
—Antes de decir eso era sencillo todo, ¿Por qué no puede volver a ser así?— preguntó lamentandose casi en silencio
Estaba en las afueras del edificio en los alrededores, pensando más en eso, hasta que notó algo raro.
»¿Quien es ese?
Sabía la regla extrema de solo mirar las flores del jardín de Azrael, no tocar, no arrancar, no lastimar si no es necesario (ya sea por ahuyentar animales o insectos) pero ver a alguien en una especie de picnic casi pegado a ese sitio era algo digno de decir "No tener temor de Dios"
—Delicioso— dijo el extraño al tomar un sorbo de té
Había alguien ahí, hasta Lucio sabía que no era en absoluto del salón, era un extraño y los únicos que podían entrar eran los conocidos de Azrael o que tengan cualquier asunto con la escuela y alumnos, lejos de eso solo serían extraños.
Este sujeto extraño por su parte estaba como si nada, sentado de rodillas con un juego de cubiertos, tazas y una gran tetera, disfrutando del día soleado como si de realmente un camping se tratase.
—Ehm, ¿Disculpe?
—¿Si?
—No es por interrumpirlo, pero no puede estar tan cerca de esas flores
—Lo sé, lo sé, solo estoy disfrutando del olor y el té, ¿Quieres acompañarme?— su voz juvenil denotaba demasiada seriedad y armonia en lo que hacía
Era un total extraño para él, más por su ropa y edad, hasta parecía que era de alguna escuela ajena a la academia, estaba seriamente preocupado por la posible reacción de Jezabel, pero si quería al menos resguardar a este chico, tenía que apresurar las cosas.
Así que se sentó a lado de él.
—Disculpa las molestias
—No hay problema, de hecho solo estoy esperando a mi hija, pero está muy ocupada así que me adelante un poco
Quería preguntar sobre esa hija, pero más que nada, por la edad de ella pues podría ser de la primaria o kinder… incluso de su edad.
—Ya veo…
—Por si preguntas, ella tiene tu edad
En serio que tenía el grito en la boca, pero se abstuvo de tragarse la impresión a la fuerza.
—Ho
—Esperaba una respuesta más sonora
—No quiero arruinar el ambiente
Aquel extraño rió al parecer sabiendolo y burlándose de él.
—Lo siento, lo siento, hace mucho que no le tomaba el pelo a alguien así de fácil
—Gehe, que gracioso— respondió Lucifer molesto con una risa falsa
Mirando nuevamente el repertorio del picnic, solo vió aquellos instrumentos de té y dos piezas de un triángulo de arroz con una ¿Cinta negra? Posiblemente comestible.
—¿Te interesan los onigiri? Toma uno si quieres
Lucifer tomó de la base negra ese alimento y le dió una mordida.
—¿Oni… giri?... !Está bueno¡
El extraño sonrió complacido.
—Si, son de mi tierra… mundo natal de hecho, increíblemente los otros antes que yo (algunos) lograron introducir atún, algas y el arroz a este mundo de alguna manera, me alegré mucho cuando lo supe que no perdí tiempo en juntarlos todos— dijo contento de decir eso—, que bueno que aprendí mucho en esas clases de cocina
—¿Otro mundo? !Entonces…
Kuromo Kouhei le hizo señal que se quedará callado.
—Te daré la mitad si guardas el secreto, unos chicos de aquí también lo saben, así que no quisiera un revuelo en este momento
—Entendido… pero aún así es increíble, su hija debe ser muy afortunada
—Si, siempre me lo dice… pero algunas veces pienso que no del todo se siente contenta con eso
Eso le llamó la atención a Lucifer, ¿La hija de un héroe no orgullosa de él? ¿Por qué?
—¿Y eso por qué?— no evitó preguntar sabiendo que eso no le era de su incumbencia
— Bueno, ella se culpa de algo que en absoluto no tiene la culpa, siempre que puedo le digo que no se preocupe por mí, tal vez no pueda moverme mucho, pero si puedo venir a verla, más aún así no es suficiente para ella y quisiera hacer algo para al menos tranquilizarla un poco
—Ya veo… eso es difícil
—Vaya que si
—Escuche de una amiga que ella tiene un amigo, no sé cómo le ha ido, pero por más cartas que me envía, le va bien, más de lo que yo esperaba y pensaba al menos hablar con ese tipo, pero sería algo malo meterme mucho en su privacidad… no quiero hacer lo mismo que mis padres conmigo
—Si, eso sería incómodo, pero si ella dice que la va bien, no se por qué preocuparse, bueno, se que hay momentos tristes y todo eso, pero si ambos tienen mucha confianza entre los dos, creo que hablar directamente y sin engaños no estaría tan mal entre los dos
—Lo hago, en serio que lo hago
—¿Y ella? Quiero adivinar que ha dicho lo que piensa, pero no lo que siente realmente, si uno da más que el otro en algo, no estaría bien, ¿verdad?
—No puedo forzarla a decirlo, no sería lo correcto
—Pero si lo necesario, un día de tanto decirle solo usted lo que siente… podría ser que ella no piense en decirle nada para no hacerlo sentir mal de tanto cariño que le da
—Eso sería cruel
—Nadie puede comer un pastel súper dulce, tiene que tener tanto sabor amargo como para poder disfrutarlo, conozco a miembros de mi familia que toman en café súper cargado y sin azúcar… están locos pero lo hacen por qué así quieren y nadie les puede decir que están mal, por qué así lo decidieron
Kuromo lo pensó bien, tenía razón y a la vez era algo molesto de aceptar, también sabía que ser padre de esta manera tenía sus altas y bajas, no tenía a alguien que le dijera lo que él le dijo y sabía que también era lo mejor, pero también que era molesto que alguien más le dijera algo que había olvidado.
—¿Te han dicho que eres molesto cuando hablas?
—Muchas veces, mejor me voy, , gracias por el onigiri, es algo que honestamente quiero comer mucho, pero no habrá nada para después por eso me voy
—De nada, hasta luego
Lucifer se levantó y se fue.
—Ah, se me olvidó preguntar por el nombre su hija… ya que, puede que vea sus rasgos por ahí— dijo caminando tranquilamente —, pero igual toda esa palabrería… también sería para mí
Se fue algo animado y decidido a hablar con Shiraishi.
Kuromo respiró profundamente el aire y el aroma de las flores, estaba re-pensando lo que había hecho cuando Shiraishi despertó de su sueño cuando era bebé, sabía que durante todo ese tiempo fue el mejor padre que podía ser a pesar de sus limitaciones, además que su pasado, aquel que no quería repetir con ella lo seguía en recuerdos y aparecía frente a él al tener esas imágenes en la oscuridad de su ceguera, más aún así se tragó ese dolor para que ella no sufriera por él, lo que le pasó, más ahora sabía que ella debía tomar su camino, la decisión de ella en entrar al mismo edificio donde aquel enemigo que se suponía debía derrotar… fue sorpresivo, pero acepto.
Quería ver qué tipo de sitio era ese, que tipo de personas habian ahí, la forma en las cartas braile que ella le enviaba le hacían imaginar el escenario en su mente superponiendo y modificando los recuerdos de su pasado para imaginar el lugar lo más fiel posible, algunas veces si podía, otras veces no tanto, pero no importaba, el hecho que ella estuviera bien le hacía sentir mucho mejor, aún más que recuperar la vista… así que no había más que hablar, tenía que hablar con ella más seriamente que antes, para así no repetir lo mismo que el estaba haciendo.
—Borron y cuenta nueva
—¿Padre, comenzaste antes que yo llegara?
—Ah, Shiraishi, lo siento, quería sorprenderte un poco, además, no puedes tener mucho tiempo, ¿Cierto?
—Bueno no, pero aún así siento que hasta Azrael entendería esto, digo, eres su conocido
—Me pregunto eso— dijo él en un suspiro cansado
Le sirvió el té, pero ella se quedó callada un poco.
»¿Pasa algo, hija?
Ella se había dado cuenta de las migas de arroz en la manta del picnic, lo que significaba una cosa, alguien más había estado con él antes de ella, lo más raro aquí era que él era sumamente intenso en cuanto a sus onigiri, dejar que alguien más que no sea ella coma uno… era extraño.
—Queria preguntarte si vino Azrael a dejarte aquí
—No, para nada, uno de sus sirvientes me ayudó a servir esto
—Ya veo, pero ya sabes que no debes tocar las flores
—Lo se, lo sé, vamos, hay que hablar y tomar té
—Si, enseguida
Pero ella se quedó con esa duda.
«Si no fue Azrael… ¿Quien fue?»