Oleada de infectados, supervivencia máxima y un sistema de ayuda. Todo esto se junta en la historia de nuestro protagonista por sobrevivir y ayudar a la humanidad del continente de Bamgar a sobrevivir. Desde el fondo de las calles de la ciudad ¿podrá conseguir lo que se propone?
"Ah, que asco de vida."
"Hoy han habido tres ataques a la muralla."
"Tiene que llegar otro paquete de balas desde la ciudad del mercado."
Escuchaba el ruido de la botellas mientras pasaba por delante de un grupo de hombres que estaban sentados bebiendo y fumando. Cuando uno llamó mi atención.
"Hey chico, ¿Qué haces solo a estas horas de la noche?"
"Buscando un sitio en el que dormir."
"¿Y tus padres?"
"Un día se fueron y no volvieron."
"Otro huérfano en está condenada ciudad."
"Calla Bob."
"Chico ven aquí." El último en hablarme me acercó un cigarrillo. "Siéntate con nosotros, es mejor que estar solo."
En silencio me acerqué al grupo de 4, acepté el cigarro que me tendieron y le di una calada.
*Cough *Cough
"Con calma novato, no dejes influenciarte por estos bestias."
Una mujer en sus 40 se acercó a la esquina desde el bar de enfrente con una bandeja con botellas de cervezas y algún plato de pescado frito.
"Dile a Joe que prepare otro plato de este pescado para el chico."
"Si quiere pescado que lo pague, sabes como es Joe con estas cosas. La comida no se regala."
"La pago yo, no te preocupes."
La mujer se fue satisfecha dentro del bar.
"Gracias señor."
"No te preocupes." Mientras se ponía el cigarro en la boca para darle otra calada.
"¿Y normalmente qué haces chico?"
"No tengo trabajo, no soy aprendiz de nadie. Me dedico a robar en el distrito del puerto para sobrevivir."
"Ou. No digas eso cuando María o su marido, Joe, estén cerca."
Asentí con la cabeza.
"¿Vosotros qué hacéis?" Pregunté por curiosidad.
"Pertenecemos al gremio de defensa de la ciudad. Somos un escuadrón, el escuadrón 'Serpiente de Mar'."
"¿Nos conoces chico?"
"Creo que en alguna taberna todavía cuentas historias nuestras."
"Qué buenos tiempos esos en los que éramos jóvenes."
"¿Sois 'Serpiente de mar'? ¿En serio?"
Desde que empecé a dormir en la parte de atrás de los bares y escuchaba a los defensores contar historias de la muralla o de cuando salían de ciudad en ciudad el principal siempre era 'Serpiente de mar', el escuadrón de la ciudad más fuerte.
El mejor escuadrón de la ciudad del Puerto. Así los llaman.
"Jajaja, parece que el chico si que nos conoce."
Los cuatro se rieron en conjunto.
"Toma dale otra calada al cigarro."
Volví a toser al terminar el calo e intentar tragarme el humo.
Después de eso los cuatro me estuvieron hablando sobre misiones que habían hecho y anécdotas. Fue la mejor cena que recuerdo desde hace mucho, mucho tiempo.
Al final me fui por mi lado no quería abusar de ellos.
Llegué a un muro de ladrillos del distrito vacío, el más pegado al muro, que conocía casi de memoria y empecé a escalarlo.
Cuando llegué al techo del edifico de 4 plantas me recibió la vista de una tienda de campaña con todas mis cosas dentro.
"Otro día más con vida."
Me metí en la tienda y me tumbé en un saco rajado que recogí de la calle.
Esa noche me acordé del yo de antes. Mi yo en un mundo diferente.
Me llamo Hiro soy de la Tierra, donde era feliz.
Un día estaba acompañando a mi padre al banco cuando hubo un atraco. Los atracadores estaban nerviosos y empezaron a disparar al techo. Demandando silencio empezaron a apuntar hacia los que estábamos en el suelo. Uno de los atracadores apuntó a mi padre y yo me moví para ponerme entre ellos, cuando disparó. Ese fue mi último recuerdo antes de renacer en este mundo.
Al parecer es un continente llamado Bamgar. Un continente marcado por un virus que afecta a monstruos y personas al ser mordidos. A los infectados los llamamos monstruos, y son clasificados por el tiempo que llevan infectados. No existe la magia, sigo siendo un humano normal, lo único que existe en este mundo es muerte y hambre, fue muy duro al principio. Pero como decía mi viejo, 'en la vida te adaptas o te vas', así que me adapté a mi nueva realidad.
En el continente existen 5 ciudades, desde cada una se consigue un bien preciado.
La ciudad en la montañas de norte en el este, la ciudad de blanco y negro. Conocida por extraer plata y carbón de sus minas.
A la vez en las montañas del norte, pero en el oeste, la ciudad de hierro. Desde donde se extraen principalmente hierro y pólvora. Es conocida como la fábrica. El lugar donde se realizan la mayoría de armas y balas, y objetos hechos de hierro necesarios.
En el sur - este está la ciudad más grande del continente, la ciudad del trigo. Aunque se llame ciudad del trigo se debería llamar ciudad del cultivo, ya que es en la ciudad donde se hacen todos los cultivos necesarios.
En el centro del continente está la ciudad del mercado. También se realizan cultivos, pero es la ciudad del show y del entretenimiento. Además de que es el punto de reunión, conexión, entre las ciudades.
Luego está la ciudad del puerto al sur oeste. No se en el caso de las demás ciudades, ya que nunca he salido del aquí, pero también podemos llamar a esta ciudad la ciudad de la corrupción. Quienes venden la comida y la sal a otras ciudades son los ricos y los que gobiernan esta ciudad.
Yo que vine de un mundo pacífico esto fue un golpe duro, al principio no pude soportarlo y mis padres se desesperaban conmigo hasta el día que murieron. No me acuerdo de sus nombres. Desde entonces estoy solo. Me pregunto si alguna vez les consideré padres.
Hoy por hoy soy un nini, ni trabajo, ni estudio un oficio. En mi anterior vida fui hijo de un cocinero y una oficial del ejército, era estudioso y hacía voluntariados, nunca me había planteado ser un nini.
¿Qué debo hacer ahora?
Noto como mis ojos se van cerrando por el cansancio cuando una voz dentro de mi cabeza habla.
'¿Y qué quieres hacer?'
'No lo sé.'
Al día siguiente me desperté con dolor de cabeza. Al final me acabé acostando tarde recordando cosas innecesarias. Estaba tan cansado que me pareció que hasta mi conciencia me habló.
Salgo de la tienda y me pongo la misma ropa de siempre. ¿Cuánto tiempo llevo sin lavarme? ¿O simplemente lavando la ropa?
"Hoy intentaré conseguir algo de ropa nueva."
Digo al aire como si hubiese alguien que le interese lo que digo.
Dejo el casquillo de bala que encontré un día por la calle dentro de la tienda, junto con el saco y unos zapatos que debería tirar en algún momento de mi nada envidiable vida.
En silencio recorro las calles de Ciudad del Puerto. Es por la mañana y los pescadores se fueron a la madrugada a pescar así que no habrá mucha gente en la ciudad.
Desde la muralla hasta la costa la ciudad se divide en distritos. El distrito vacío, el distrito de los gremios, el distrito de los ricos, distrito del mercado y finalmente el puerto.
Más o menos por el nombre se lo que me puedo encontrar en cada uno. El distrito vacío, pobres. El distrito de los gremios, los edificios de los gremios y tiendas para ricos. El distrito de los ricos, donde los ricos viven alejados de la realidad de la ciudad. El distrito del mercado, donde la gente de la ciudad vive normalmente y donde hay tiendas, fue ahí donde me encontré con el grupo de 'Serpiente de mar'. Y por último el distrito del puerto, donde están los barcos de pesca y almacenes donde se descarga el pescado.
Paso por el distrito de los gremios donde veo los dos principales gremios de la ciudad, el de pescadores y el de los defensores. También había representación del gremio de mercado, gremio del dinero, es decir, un banco, y gremio para el entretenimiento. El último se basa en llevar locales para el entretenimiento como burdeles o casinos, además de hacer espectáculos en fechas determinadas como nuevo año, y una tarea inesperada, son los que mantienen limpias las calles de la ciudad. Me reí mucho cuando me enteré de eso.
Cuando llego al borde del distrito de los ricos respiro profundo.
Es como si por un momento renovara fuerzas.
*Grrrr
Pero parece que mi estómago prefiere que coma algo en vez de aire.
"Eso después, cuando llegue al distrito del mercado, ahora vamos por una camiseta."
La diferencia entre este distrito y los demás es que este se parece más a un barrio de ricos en la Tierra.
El resto de barrios también parecían venir de barrios de la Tierra, pero parecen derruidos en su mayoría. Se usan placas de metal en la parte de los edificios que se caen para mantener un mínimo de la estructura.
Paseo por la calles del distrito rico cuando me encuentro con una mujer cargando un cubo del que sobresalía ropa y empiezo a seguirla.
Cuando gira en una esquina acelero el ritmo para pillarla.
Cuando giro noto que alguien me agarra las muñecas y me las lleva por encima de la cabeza y me alza del suelo. Indefenso y sin fuerza por la sorpresa soy llevado como un muñeco a la pared.
Al levantar la vista veo que es la mujer que estaba siguiendo quien me ha cogido. No esperaba esta fuerza de ella.
La mujer se me acerca a la cara y me habla.
"¿Qué hace un niño tan lindo siguiéndome?"
Si algo he aprendido durante estos años es que quien quiera darte una paliza te la da, ya sea verdad o mentira lo que digas, y además si es mentira y se enteran podría ser peor. Desde entonces digo la verdad y rezo para que la persona de enfrente me deje con vida otro día más.
"Necesitaba una camiseta, y te vi con el cubo lleno de ropa. Pensé en coger una de ti."
Para mi sorpresa la mujer se rio. Podría definirla como la mujer más guapa que he visto en mi vida. Debe ser del gremio de entretenimiento para mantenerse tan limpia y guapa. Además no debería pasar los 25 años.
Para que os hagáis una idea creo que yo ya tengo aquí unos 15 años. En mi vida anterior llegué a los 20, me pregunto si batiré nuevo récord.
La chica me soltó y caí al suelo. La chica se fue en dirección al cubo.
"Si tanto quieres una camiseta ven al bar de Joe esta noche. He quedado ahí con unos amigos."
¿El bar de Joe? Ese es el sitio donde estuve ayer. ¿Desde cuándo tendrán a una chica de compañía del gremio de entretenimiento contratada?
"Adiós chico, nos vemos esta noche." Y se fue otra vez a la calle del distrito rico lanzándome un beso.
Suspiro fuerte cuando veo que se va.
"¿En qué líos me meto?"
Sin pensarlo mucho me levanto, todavía tengo que meterme algo a la boca para comer.
Cargo en mi espalda un cuchillo que ha perdido el filo, pero no se utilizarlo para atacar y soy lento con reflejos. Puede que sea porque nunca he hecho ejercicio, el ejercicio da hambre y no puedo permitirme robar más de lo que ya lo hago.
Cuando llego al mercado me detengo. Debe ser más tarde de lo que creía, está lleno de gente. La gente está haciendo la compra de media mañana.
Ahora el mercado ya no es como las tiendas de donde venía. Si he de decir algo parece que usan lo que eran las antiguas tiendas para dormir y de almacén. Se vende la comida como si fuera un mercadillo.
Con un poco de valentía empiezo a andar entre la multitud. Me acerco a una frutería, con la mano cojo una manzana de una caja y sigo andando. Noto como una gota de sudor recorre mi frente.
"Parece que no me han pillado."
Sigo andando hasta un callejón donde saco la manzana y empiezo a comerla.
"¿Sabes qué la fruta no es barata?"
Escondo la manzana detrás mi espalda.
Realmente no tenía sentido fuese quien fuese ya sabía que la tenía pero bueno.
"Sabes que no vale la pena esconderla, ya he pagado por ella. Disfrútala."
Desde el interior de la calle donde me había metido salió un chico. Uno de los de ayer del grupo de Serpiente de mar.
Es el que me ofreció ayer un cigarro. Tenía el pelo negro no muy largo. Llevaba unos pantalones verdes con 4 bolsillos y una sudadera negra. Podía ver en cada lado de la cintura una pistola.
"Gracias de nuevo señor. ¿Hay algo que pueda hacer para pagar por ello?"
"¿Puedes ofrecer algo?"
Me quedé en silencio.
No podía ofrecer nada. Todo lo que tengo me sirve para sobrevivir. Es lo mínimo.
"No te voy a pedir nada chico. No te pongas nervioso. Por cierto llámame Caleb."
"Gracias Caleb."
"¿Por cierto has pensado que quieres hacer para vivir? No podrás estar robando toda tu vida."
Tragué saliva.
"Ayer lo pensé, pero no se que hacer..."
Me daba vergüenza admitirlo.
"¿Quieres el aprender el oficio de Defensor de nosotros?"
Le miré perplejo.
"Ayer lo cuatro lo estuvimos hablando. Ya tenemos más de 35 años todos. No sabemos que haremos en el futuro cercano. ¿Quieres ser nuestro aprendiz? ¿Quieres convertirte en defensor?"
No sabía que decir.
No es que la idea no se me haya ocurrido, pero los defensores se juegan la vida todos los días. Pero también es verdad que recibes misiones de defensa de convoys y sales de la ciudad. La verdad es que tengo mucha curiosidad.
"No hace falta que me des una respuesta ahora, esta noche en el restaurante de Joe te estaremos esperando."
"Gracias Caleb."
"Y toma."
Me tendió un cigarro con una cerilla, una botella de agua y un bocadillo envuelto.
"Señor esto es..."
"Calla y cógelo."
Me levanté y me doblé por la cadera.
"Muchas gracias Caleb."
No podía negarme, no tenía fuerza para negarme.
"Jajajaja, nos vemos esta noche."
Y se metió de nuevo en la oscuridad del callejón.
"Creo que podría ser defensor. Parece de esas cosas de los mangas donde uno se hacía aventurero."
Me reí para mi mismo.
"Pero esto es de verdad. Aquí hay infectados organizados. Los que más tiempos llevan infectados tienen conocimiento y quieren acabar con los vivos."
¿Qué hacer?
'¿Quieres vivir como un defensor?'
La misma voz de ayer por la noche que me habla directamente a la cabeza.
'¿Por qué no?'
Lo que apareció en frente mía me sorprendió. Casi grito de la sorpresa.
¿Qué es esto? ¿La comida estaba drogada? ¿Ha sido la voz en la cabeza?
Pasé la mano por en medio y no pasó nada.
Con mi mente pensé en 'Desaparecer' y desapareció. Pensé 'Aparecer' y volvió a aparecer.
Delante mía tenía un ¿estado? ¿Se llama así verdad? Era como en los juegos.
No podía creer lo que ven mis ojos.
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Nombre: Hiro
Trabajo: Aprendiz de Defensor
Nivel: 0
Puntos de habilidad: 0
>Árbol de habilidades
>Récords
>Títulos
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¡¿Qué cojones ha pasado?!