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Capítulo 13

GABRIELA

Para mi mala suerte, ellos estaban cerca de mi escondite y no quería que supieran que estaba allí por lo que iba a tener que dar un rodeo. No tardé nada en llegar a mi escondite y desde él podía escuchar de lo que hablaban. Escuché como alguien golpeó a otra persona y luego me di cuenta de que había sido Sara a Alex.

No niego que me hubiera gustado a mi habérsela dado, pero no me gustaba que alguien que no fuese yo lo golpeara, y no entendía el porqué de cómo me sentía. Notaba como algo dentro de mi estaba cambiando, cambiando a favor de él y eso no me chistaba para nada. No sé qué era lo que me estaba pasando ni nada. Solo sé que cada vez lo odiaba menos y a pesar de que me gustaría conseguir eso, otra parte de mí, cada vez menos fuerte, lo odiaba con todo mi ser. En cuanto Marcos se fue por donde se habían ido nuestras amigas buscándome por lo que le había dicho a Alex.

En cuanto estuve segura de que ninguno de ellos me vería me acerque al borde de la pared para mirar en la dirección en la que estaba Alex y pude ver en su cara que estaba triste. Fue en ese justo momento en el que me di cuenta de lo que decía de que lo sentía era cierto, y posiblemente también fuese cierto eso de que me quería, pero de eso no estaba segura del todo aún. Vi cómo se apoyó en algo para no caer y se llevaba la mano a los ojos para que no le diera la luz. Fue cuando supe que estaba mareado y sin dudarlo, me fui a junto él.

"Deberías sentarte, no quiero que te caigas." dije y Alex no tarda nada en levantar la mirada para pasar a mirarme a mí. Pude ver en esos ojos que me cantaban desde siempre que estaba impresionado que estuviese allí y tenía los ojos vidriosos. "Gabriela.... ¿Que... qué haces aquí?" preguntó sorprendido.

"Vi que te mareabas y cómo te dije antes, no quiero que te caigas." respondí "Oye, lo sien...." empezó y elevé la mano para que se detuviese "No digas lo siento. No tienes la culpa de que yo reaccionara mal." Y era cierto, porque era algo que ya sabía en su momento, solo me molesta haberlo escuchado, y, sobre todo, viniendo de él.

"Pero te fuiste." constató y asentí "Lo sé, y lo siento yo por ser una completa perra, de verdad. Es solo que tengo mal carácter y que justamente sale cuando hablo de temas que prefiero no hablar." respondí sinceramente "Como lo que te hicimos..."

"Justo, y me gustaría no volver a hablar del tema más. Ahora hazme el favor de sentarte." Parece ser que me hizo caso y se fue a sentar. Yo iba detrás de él por sea caso y en cuanto se sentó me crucé de brazos delante de él, a una distancia prudente para mí. Estuvimos un rato sin hablarnos e incluso cuando era hora de ir a clase no fuimos, nos quedamos mirándonos sin movernos ni un poco, hasta que me fijé que su ceja seguía sangrando, me acerqué y cogí la toalla que por suerte se había dejado Marcos en un lugar limpio.

"¿Qué vas a hacer?" preguntó cómo temiendo que le fuese a hacer algo y a lo que no pude evitar reírme "No te preocupes, no te voy a golpear. Solo voy a ponerte la toalla para ver si así te deja de sangrar." le aseguré "No es que me preocupe porque me golpees, solo que es raro que te acerques demasiado a mí, nada más."

Sonreí, porque eso era la verdad, no me acercaba a él para nada y ahora lo iba a hacer solo para ponerle una toalla en la ceja, yo misma quedaba impresionada. "¿Sabes? Sigues siendo preciosa, incluso más que hace tiempo." afirmó, sin apartar la vista de mí ni un solo momento "No sigas por ahí anda." dije luchando contra la sonrisa que se estaba formando en mi rostro "Pero es la verdad Gabriela. ¿Cuándo me creerás cuando te digo que te amo?"

"No lo sé, sinceramente." comenté, porque a pesar de que una parte de mí quería creerlo, no estaba segura de que fuese cierto "¿Tú crees que me perdonarás algún día?" cuestionó y me encogí de hombros "¿Podemos hablar de otra cosa que no sea esto? por favor."

"Como quieras, ¿Y de qué quieres hablar?" preguntó sin apartar su mirada de la mía "Sabes, tienes la marca del golpe que te dio Sara." expuse y pude ver como su ceño se frunció "¿Como sabes que...?" empezó, pero negué, porque no era precisamente no era algo que debía saber "Eso es lo de menos, lo que importa es que no debió haberlo hecho."

"Me lo merecía." aseguró y negué con una pequeña sonrisa "Aquí la única que debería golpearte soy yo, nadie más." confirmé a pesar de que no era algo que haría, realmente "¿Ahora deberías ser tú la única que me golpee?" preguntó, y casi podría asegurar que estaba flirteando conmigo.

"Claro que sí. Tú sabes el porqué." dije lo más seria que podía "Lo sé, lo sé. Pero perdóname por todo lo que te he hecho." declaró "Ya veremos. Ahora no te muevas que no quiero que Marcos me eche la culpa de algo que no la tengo."

"¿Marcos sabe dónde estás?" preguntó "No, hasta donde yo sé no, ¿por?" cuestioné "Debe estar preocupado por ti por eso, y es un gran chico que se preocupa por ti." respondió y asentí, porque sabía que era así "Lo sé. Pero quiero hacerte una pregunta."

"Las que quieras." dijo rápidamente "¿Por qué le contaste a Sara lo que había pasado entre nosotros?" indagué, porque no entendía por qué lo había hecho "Lo que yo no entiendo es como no se lo has contado tú."

"Porque no era necesario que lo supiera, ya viste como ha reaccionado y no le contaste ni la mitad de la historia. No me quiero imaginar cuando la sepa toda." comenté, a pesar de que no tenía la mínima intención de contarle todo lo que había pasado entre nosotros "Es normal, es tú amiga Gabriela y se preocupa por ti."

"También lo hace Carlota, que sepas que no está nada contenta con que estés en la universidad." aseguré, y eso que aún no sabía que estaba en la universidad, cuando lo supiese, era muy probable que se cabrease "Me lo imagino."

"Ahora no esquives mi pregunta y contesta." sostuve, porque quería saber por qué se lo dijo "Pienso que debería saberlo, por lo menos para que entendiera tu manera de reaccionar hacia mí."

"Pues no deberías haberlo hecho, estábamos bien con eso." En ningún momento habíamos separado nuestras miradas. Sentía como un cosquilleo en mi estómago al ver sus ojos. En ellos había algo que me recordaba aquellos tiempos en los que habíamos estado juntos, en aquellos momentos que había sido feliz con él.

Mirando para sus ojos volvía a creer que eso fuese a pasar, y en parte me enfadaba conmigo misma por tener esperanzas de arreglar todo con él, era imposible. "De verdad Gabriela, te amo con toda mi alma, más incluso de lo que te amé en su momento. Soy un gilipollas por creer que lo que decían de ti y de Marcos era cierto, luego me di cuenta, pero que sepas que te amo más que nada en este mundo y lo haré por el resto de mi vida."

No sé muy bien en qué momento nuestros rostros se fueron acercando, pero ya estaban demasiado cerca. Una parte de mí sabía bien lo que iba a pasar y quería que eso sucediese, pero otra parte, una pequeña parte de mí no quería y saqué la fuerza de no sé dónde para evitarlo y apartarme de él unos cuantos pasos.

"Tengo que irme a clase." dije, recogiendo mis cosas "Lo siento Gabriela." se disculpó este "No pasa nada, te veo luego." dije rápidamente, ahora mismo lo único que quería hacer era irme de aquí y apartarme de él antes de hacer algo de lo que me arrepentiría en el futuro.

Estaba confundida con todo lo que acababa de pasar, pero mi mente empezaba a entender algo que parecía que llevaba tiempo ahí guardado en mi corazón y no sé muy bien cómo reaccionar a eso. Solo esperaba que con el tiempo fuese capaz de descubrir qué era lo que me pasaba con el chico del que había estado enamorada hace tiempo, y si eso podría volver algún día, o por lo menos la amistad que habíamos tenido.