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[Personalidades]

El viento aullaba con el tirar de las ramas y hojas, a su alrededor se pintaban diferentes colores; pero su figura no se distinguía a través de uno y lo otro.

Momentos atrás, su pisada era audible, raspando la superficialidad del terreno. Pero su presencia había desaparecido por completo de forma vertiginosa, eliminando su estadía en la realidad.

Su figura ilusoria, no permitía la observación de una audiencia. Prófugo del mundo, entre las grietas ensombrecidas; Christopher observaba con una sonrisa como Federick se alejaba.

Cada uno tomó un camino diferente, dirigiéndose en direcciones contrarias. El paso de Christopher era indiferente, como si estuviera a la loma de una montura, cubría el terreno de cientos de metros con cada extensión de su pie.

Etéreo, intangible e invisible, inconfundible como la característica sonata de un renombrado compositor.

Finalmente, su paso se redujo hasta reducirse a nada. Descansó, luego de una demostración prodigiosa de juegos de pie.

"Hah, viejos inservibles de sangre fría, haciendo trabajar a un anciano... Es inhumano". Dijo Christopher con una expresión derrotada.

Se encontraba en un terreno completamente diferente al anterior; Fangoso y descuidado, troncos muertos carcomidos hasta su interior, y malas hierbas creciendo por doquier.

A pesar de su estética desfavorable, era un área donde la energía espiritual se concentraba de sobremanera.

La figura de Christopher descubierta, esperó durante un tiempo efímero que se extinguió al instante; descansar pacíficamente en el "Bosque de las cenizas", era un sueño iluso.

El antiguo fangoso estanque en calma, vibró en su superficie. No fue un movimiento piadoso, porque instantáneamente salió disparada una bestia desde su interior.

Una bestia enorme y enloquecida, su longitud se media en metros. Su piel escamosa superficial, revelaba su condición como reptil.

Christopher había violado las inmediaciones de su territorio, por lo cual, inmediatamente fue comprendido como un enemigo; animal o no.

Las fibras musculares de la bestia, eran monstruosamente poderosas; con un salto, había volado decenas de metros en dirección a su "presa".

Su poderosa mandíbula abierta en par, preparando sus dientes para desgarrar la carne.

Ante esto, Christopher extendió sus dos brazos, preparándose para la embestida. Con técnica y delicadeza, recibió a la atronadora bestia entre sus dos manos.

La mantuvo a raya frente a él, sin dudar ni mostrar debilidad; de sus fauces se respiraba un aliento terrible, capaz de derribar incluso al más temerario.

Su interior bucal estaba impregnado con un color negruzco, rodeado por filosos y desgastados dientes.

"Veo que eres un cachorro impaciente". Dijo Christopher con una sonrisa salvaje.

"Si sobrevives a diez golpes, vivirás".

Con sus palabras, expiró la indecisión de la lucha. Con un ilustre movimiento de pies, Christopher inmediatamente se separó de la bestia, propiciandole un sonoro golpe en la frente del reptil escamoso.

"No recuerdo tener la palma tan endurecida". Dijo Christopher observando su mano y la lamentable situación de su contricante.

Viendo las estrellas, su frente estaba aplanada, sus ojos aplastados y su lengua sin dueño de forma cómica.

Aunque toda sensación humorística perecía irremediablemente, por los nervios que se observaban en sus ojos y la sangre que empezaba a acumularse en sus fauces, como resultado de haber lastimado gravemente su lengua con sus propios dientes.

Ese fue un golpe, una palmada.

Al tercero, ya no actuaba de forma temeraria.

Al quinto, quería huir.

Al noveno, había perecido.

Inmediatamente, como con el sonar de una campana, numerosos ejemplares de la misma especie, huyeron de la escena en otra dirección al ver el pronóstico de la lucha por la... Supervivencia.

Christopher fue benevolente, sin guiar esfuerzo alguno a exterminar estás crías que aún no habían madurado. Dirigió su vista a la terrible situación del macho que había asesinado en la cuestión de minutos.

Invocó un arma de filo, que al blandir seis veces, seis cortes certeros, la sangre del ejemplar fluyó libremente por el suelo. La sangre manchó sus zapatos, durante 44 segundos permaneció en silencio dejando que fluyera la sangre. Cuando el reloj sonó, impregnó su energía mágica en la sangre desperdiciada; con efectos extraordinarios evidentes, la hizo levitar sobre el suelo.

La desdibujó, guiandola con precisión, dibujo una figura geométrica sobre el suelo. Mágicamente de su mano volaron innumerables objetos: minerales, hierbas y amuletos; los cuales se posicionaron con precisión en su ubicación designada.

"Trabajo completo". Christopher dijo en un suspiro.

Era un hábil maestro reconocido en la arte de matrices. Aunque su fuerza y fiereza eran descomunales, en realidad no faltaba a las esferas intelectuales.

Está en cuestión, se trataba de una matriz de intercomunicación. Capaz de conectar a decenas de miles de millas a distancia, con un destino predeterminado.

Impregnando su magia con un pensamiento, la matriz estaba en funcionamiento. De ella se proyectó una imagen 3D, donde había dos individuos sentados en respectivos tronos.

"Saludos, Emperador Antiguo... Y tú". Christopher saludó modestamente.

Ante esto, hubo dos reacciones. Una fue indiferente y por otro lado, quién respondió ladeando levemente la cabeza.

"¿Cuál es el progreso de tu misión?". Preguntó el indiferente, Carlos II.

"Si el anciano no fuera mudo, no te dirigiría la palabra, poeta fracasado". Dijo Christopher de forma aburrida.

El llamado "Emperador Antiguo" sólo pudo largar un quejido.

"El progreso actual es nulo. El chico está perdido, asombrado por los frondosos árboles. Tal vez recite un poema inspirado en ellos". Dijo Christopher riendo.

...

Ese corto intercambio de palabras supuso un estanque definitivo en su conversación; por lo cual Christopher tuvo que ponerse manos a la obra y completar su tarea.

Descubrir la ubicación de Federick fue una tarea sencilla para su capacidad. En un momento se hallaba junto a él, ocultando su presencia.

Optó por observar sus movimientos por un rato, los cuales no iban más allá de una caminata cautelosa. Para su decepción ignoraba muchos rastros que estaban a plena vista; aunque era entendible, a causa de su inexperiencia.

A pesar de su reputación, no encarnizaba la desvirtud. Era comprensivo... Bueno, generalmente era así.

Lo siguió al mismo pas, hasta que finalmente, Federick, decidió subirse a un árbol. Posicionándose en su altura, probablemente daría una perspectiva mayor del terreno general.

Con esta información reunida decidió retirarse a anunciarlo a sus dos compañeros. No era de su interés ser un cuidador ni quería sobreproteger a este joven heredero.

Al reunirse nuevamente con sus dos acompañantes por lejanía, su expresión tuvo un cambio de 360° grados ... Sí, de 360° grados debido a que siempre fue amarga.

"Informe: Su inexperiencia es clara, pero comprensible. Su cautelosidad y precaución admirables; su nula arrogancia frente a terrenos desconocidos, aplaudible; su coraje, heroico... De hecho, por el momento ha tomado decisiones lógicas". Dijo Christopher indiferente.

"Si tus palabras son notorias por honestidad, es ciertamente un registro extraordinario para un joven ingenuo e inexperto". Carlos II respondió.

Al finalizar sus palabras, Carlos II dirigió su rostro en dirección al anciano junto a él, quién traspasó sus palabras mentalmente.

"Admirable, aplaudible y heroico... Son elogios razón de renombre en el ejército, cuando vienen de una eminencia como usted. Estoy ciertamente sorprendido y de acuerdo con las palabras de Carlos". Repitió Carlos II las palabras del anciano.

"Un retoño talentoso, esperando ser forjado... Recomendaría dejarlo luchar con un lobo". Christopher expuso.

"No lo haremos". Carlos II sepultó su idea instantáneamente.

"Aún no sé por qué me relegaron a está tarea". Reprochó Christopher.

"Tú te ofreciste". Recordó Carlos II.

"Mi expectativa no era ser la cuidadora personal de tu nieto". Continuó Christopher.

"Estaís en el bosque de las cenizas". Recordó Carlos II.

Ante este intercambio de palabras, la figura muda solo pudo largar un bufido... Pero de sorpresa; su incredulidad era notoria y remarcada.

En base a este hilo, la conversación se extendió durante minutos, minutos que rápidamente se convirtieron en el cuarto de una hora. Debido a esto, Christopher retomó su tarea, persiguiendo la posición de Federick.