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PRÓLOGO

En la Montaña Lang Huan, el acantilado Jue Yun era el más dañino de los cuatro lugares más

mortíferos en el Continente Nube Azur. El acantilado Jue Yun era a menudo llamado el cementerio

de la parca

. Durante los incontables años, las personas que caían en este acantilado eran

demasiadas para contarlas; ninguno sobrevivía, incluyendo tres Señores Supremos nivel Dios cuyo

poder podría liderarlos hacia el cielo.

En este momento, en el borde de este acantilado, un joven de cabello y ojos negros se apoyaba en

el lado de una roca que medía dos personas de altura. Había sangre por todos lados en la parte

superior de su ropa negra con muchas heridas abiertas en su persona. Él estaba sobre la roca por

solo unas pocas respiraciones dignas de tiempo y aún bajo sus pies ya había un charco de sangre.

Su pecho exhalaba y se podría decir que el ritmo al que respiraba era suficientemente pesado

como para causar miedo en una persona. En todo su cuerpo, cada uno de sus músculos temblaba

ligeramente indicando su agotamiento y pérdida de fuerza. Si no fuera por esta roca gigante,

probablemente ni siquiera sería capaz de ponerse de pie por sí mismo. Sin embargo, ambos de sus

ojos estaban fríos y tranquilos como dos cuchillas frías, brillando con la ferocidad de los lobos. El

borde de su boca se burlaba con desdén extremo.

Frente a él había una multitud oscura de personas que tenían bloqueado todas sus rutas de

escape.

"¡Yun Che, estás acorralado! ¡Si nos obedeces y entregas la Perla de Veneno del Cielo, quizás

podríamos permitirte vivir!"

"¡Hoy vamos a imponer justicia en nombre del cielo para deshacernos de esta flagelo! Si te das

prisa y entregas rápidamente la Perla de Veneno del Cielo podemos matarte de una muerte feliz o

probarás el dolor de mil cuchillas en tu corazón."

"¡Yun Che! ¡Deja de ser tan terco, tu única salida es entregar la Perla de Veneno del Cielo! Eres

indigno de tal objeto sagrado."

Olas de rugidos vinieron desde la multitud, con todos allí gritando palabras como justicia y

rectitud. Si alguien del Continente Nube Azur pasaba por aquí, estaría sorprendido por esta

escena. Esta multitud oscura de personas consistía de los clanes más fuertes del Continente Nube

Azur. Los líderes de los clanes estaban todos presentes, e incluso algunos de los miembrosantiguos olvidados estaban allí también. No es demasiado exagerado decir que si tienes que elegir

a cualquiera fuera de esta multitud, él sería alguien que podría sacudir cualquier región.

Ahora, estaban todos reunidos por este joven que ha sido empujado hasta el borde de este

acantilado. Específicamente, por la Perla de Veneno del Cielo en su mano— El objeto sagrado

número uno del Continente Nube Azur.

Mientras se acercaban poco a poco, la multitud gritaba con amenaza mortal. Cuando la Perla de

Veneno del Cielo finalmente apareció de nuevo, sus rostros se enfrentaron con este tesoro

irresistible, una vez más. Después de cazarlo por tres días completos, no podían esperar para

cosechar los frutos de su trabajo.

"Ustedes... Quieren esta... ¿Perla de Veneno del Cielo?"

Yun Che rio fríamente. Él lentamente levantó su mano derecha, una bola verde jade con un

resplandor tenue apareció en su mano. En el momento que esta perla brilló, todo el mundo se

detuvo en sus pasos. Mirando estrechamente a la perla verde, sus ojos brillaban con codicia.

Para Yun Che, estas personas quienes son suficientemente fuertes como para asustar al mundo

parecían sucias y astutas. Lentamente levantó sus ojos. Aunque acorralado, sus pupilas brillaban

con arrogancia y burla. Ahí está claro el odio profundo en sus ojos: "Mi maestro pasó su vida

tratando de salvar el mundo; salvó incontables personas que sin buscar beneficios ni fama pero

por esta Perla de Veneno del Cielo, ustedes de la tan llamada Secta de la Justicia mataron a mi

maestro hace siete años."

"Me odio... Me odio a mí mismo por ser tan inútil. ¡Que no terminé con todos ustedes mierda de

perro de la Secta de la Justicia en estos siete años!"

Cada palabra suya contenía odio profundamente arraigado. A pesar de que han pasado siete años,

sólo pensar en la muerte de su maestro todavía hacia correr lágrimas de sangre por el borde de los ojos.

Yun Che no sabía quienes eran sus padres para cuando su maestro lo encontró, parecía de sólo

unos pocos días. Fue en la primavera cuando su maestro recogió a Yun Che. Las nubes se

dispersaron, el viento era ligero, la montaña espiritual, y el agua cristalina. Él llamó al niño Yun

Che, en esperanza de que su corazón fuera tan puro como las nubes y tan claro como el agua; de

modo que cuando creciera, él heredara su oficio como un sanador para rescatar a los moribundos

y curar las heridas con un corazón vacío de corrupción.

Sin importar que tan grave sea la enfermedad o trauma, su maestro podía despejar todas

ellas. Esto era debido a la Perla de Veneno del Cielo escondida en su cuerpo. Las dos palabras

'Veneno del Cielo' quieren decir que esta perla era altamente tóxica, pero la medicina y el veneno

son del mismo origen. Su maestro nunca utilizó aquel veneno; él sólo utilizaba alquimia para

extraer, disolver y al final producir medicamentos santos para salvar millones de vidas. Él enseñótodas sus habilidades médicas a Yun Che completamente, pero hace siete años, la palabra de su

Perla de Veneno del Cielo fue propagada. Él se la dio a Yun Che y le dijo que escape. Poco después,

murió a manos de las sectas mayores.

Cuándo la noticia de la muerte de su maestro llegó a Yun Che él lloró por tres días y tres noches. La

raíz del odio estaba firmemente plantada dentro de su corazón y él ya no practicaba en la

medicina, pero a cambio absorbió el veneno de la perla. La venganza se convirtió en su única

creencia. Después de siete años dominó el veneno y mostró los colmillos de la venganza. En

menos de diez días, el veneno se extendió no sólo a miles de millas, matando a un sin número

de personas, sino también pánico y horror a través de todo el Continente Nube Azur. Eso atrajo a los

fuertes y poderosos que estaban fascinados por este tesoro. Así comenzó la caza de Yun Che con

el fin de obtener la Perla de Veneno del Cielo, hacia la situación de este momento.

Miró a todos en su campo de visión con odio en sus ojos y rio fríamente. Tan pronto como su risa

alcanzó el nivel de hielo, rugió: "¡Hijos de puta, quieren mi Perla de Veneno del Cielo!... ¡Todos.

Ustedes. Están. Soñando. Despiertos!"

Después de hacer esta profunda proclamación, Yun Che de repente levantó su mano y arrojo la

Perla de Veneno del Cielo a su boca. Él entonces empujó la perla abajo en su garganta e

instantáneamente se precipitó directamente hacia su estómago.

"Qué.... ¡Qué estás haciendo!"

"Él... ¡Se tragó la Perla de Veneno del Cielo!"

"¡Yun Che! ¿Quieres morir de la peor manea?"

"¡Está bien, no es tan malo, lo mataremos y tomaremos la perla!"

La Perla de Veneno del Cielo entró en su cuerpo, pero el veneno no se extendió en su cuerpo y lo

mató como ellos pensaban que sería. Una débil luz verde se emitió desde la superficie de su

cuerpo.

"¡Mátalo ahora! De lo contrario la Perla de Veneno del Cielo puede cambiar dentro de su

cuerpo. ¡Eso sería un gran problema!"

Rugiendo, una docena de personas en la línea del frente cargaron hacia Yun Che al mismo

tiempo. Mirando en los cuerpos de la gente que quería destruir, Yun Che comenzó a reír. Su risa

era débil y seca, pero todavía muy arrogante: "¡No tengo la habilidad para matarlos, pero no crean

que pueden matarme! Ustedes piezas de basura no son dignos de esta Perla de Veneno del Cielo,

pero incluso más indignos de matarme. ¡Si muero, moriría por mis propias manos! Ja, ja, ja, ja..."

Después de reírse Yun Che utilizó cada pedazo de su última fuerza para saltar hacia atrás.

"¡¡¡Deténganlo!!!"

Varias manos se acercaron a Yun Che después de darse cuenta de su intención, pero ni siquiera

pudieron agarrar la mitad de su sombra. Sólo podían ver su cuerpo cayendo en lo profundo del

valle.

El acantilado Jue Yun, es muy adecuado para este Yo, la tumba de Yun Che...

No hay nada que me retenga ya que no tengo lazos en este mundo. Por desgracia... No pude

vengar a mi maestro... Ni encontrar a mis padres biológicos.

Yun Che sostuvo gentilmente el colgante de plata en frente de su pecho. Era la única cosa que

tenía en él cuándo su maestro lo encontró. El viento aullaba pasando sus oídos mientras

lentamente cerró sus ojos y dejó su cuerpo sumergirse profundamente en el oscuro abismo

aparentemente sin fin.