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Yoongi le dio una nalgada y comenzó a entrar en él lentamente, sintiendo como ese apretado ano acogía a su miembro a la perfección.

—Oh por Dios..

El mayor había logrado entrar por completo, y comenzó a dar suaves, pero serretas embestidas en el culo del menor, haciéndolo gemir.

—¡Ah! ¡Yoongi más!

El menor movía su trasero mientras suplicaba que le diera más duro, ante eso el mayor le dio una fuerte nalgada y tomo su cabello para jalarlo hacía atrás y susurrar en si oído.

—Aquí las órdenes las doy yo.

Sus movimientos fueron más lentos, escuchando al pequeño que estaba debajo de él quejarse.

—Tranquilo, si eres buen niño te daré todo lo que suplicas.

Jimin no dijo una sola palabra, solo gemía de placer por las embestidas que daba su jefe.

—Puedes hacer gemir todo lo que quieras, nadie nos va a escuchar...

Dicho eso Yoongi comenzó a dar fuertes embestidas, junto con nalgadas, haciendo llorar de placer al menor, y suplicar aún más.

El mayor aumentaba cada vez más, o también disminuía, haciendo que el pequeño se volviera loco del placer que sentía.

En un ágil movimiento hizo que quedara frente a él, aún sin dejar de moverse, y comenzó a masturbar su miembro y a dejar marcas en su cuerpo.

Jimin jamás hubiera pensado que el sexo podía ser tan placentero, tal vez le gustaba está idea de ser humillado y que le ordenarán que hacer, no lo sabía, pero no sé arrepentía de haber aceptado esto.