La universidad se estaba volviendo aburrida, los mismos chicos y chicas de siempre. Lo único que hacía divertido asistir a la universidad o por lo menos el que fuese más amena su estadía por estos tortuosos cinco años de carrera, es que suelo fantasear en que cada persona está asignada a un grupo específico según sus cualidades, actitud o carácter.
Es por eso que cada vez que asisto a la universidad suelo clasificar a las personas a un grupo específico que a mi vista son bastante entretenidos de catalogar. Por ejemplo: Están los problemáticos; en ellos dejo a los que sus cerebros poco desarrollados les animan a solucionar todo con sus puños. Los estudiosos; en este grupo dejo a todo aquel que cree saber todo por sus buenas calificaciones y conocimientos lo cual no niego, siempre buscan una solución civilizada e inteligente a cualquier problema que se les presente. Los resegados; en este grupo dejo a todos aquellos que alguna vez fueron aceptados en otros grupos (pero que por motivos que se desconocen terminan siendo los humillados por los chicos y chicas en la universidad o eso al menos quiero creer yo) Los músicos; que creen que todo lo relacionado con un deprimente estado de ánimo se soluciona con una buena melodía; Los bailarines; en este grupo suelo dejar a todos los que creen que la pasión está en la expresión corporal, un buen movimiento de pies y caderas. Los actores; que sienten una gran necesidad en expresar en lágrimas su estado emocional. Los cantantes; que te revientan los tímpanos cuando los escuchas cada mañana, tarde y noche por los pasillos del campus. También están los pintores, que todo pero todo para ellos es una obra de arte... como un retrete en medio de la cancha de fútbol por ejemplo. Por último, están los ricos, que creen que el mundo gira en torno al dinero y a sus deseos. Mientras miraba aquellos grupos rodear mi diario vivir me era casi imposible preguntar "¿En cuál encajará Él?" Provocando que nuevamente cayera en un profundo sentimiento de desolación.
Por mi parte no encajo en ninguno de ellos. No es que sea una de las marginadas, ya que pertenezco al grupo de bailarines, es solo que cuando el trato hacia mis compañeros se vuelven complejas yo tiendo a marginarme sola pensando que soy una molestia para muchos. Lo cual no me ha resultado en ningún problema por estos largos cuatro años en la universidad. Mi único amigo de la infancia ya no está conmigo y a veces siento que desde que se fue ya no volví a ser la misma. Es como si algo me faltara.
Después de todo lo que pasé me volví introvertida, tímida y me cuesta mantener una conversación "normal" con la gente; todo me molestaba al principio, sentía que toda la culpa era mía, pero luego de años logre entender que el culpable había sido desde un comienzo él... Por haberme alejado así.
Para ser sincera aun no entiendo por qué razón dijo todas esas cosas y muy en el fondo deseaba saber qué había sucedido.
// Flash Back //
- ¡¡Desearía nunca haberte conocido!! - Jimin estaba en la entrada de la puerta, ambos volvíamos de clases y era normal que él se quedara en mi casa hasta que sus padres llegasen a recogerlo.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué dices esas cosas? - Lo miraba confundida mientras me sacaba la mochila para dejarla en el suelo, Jimin tenía una mirada furiosa, como si quisiese golpear a alguien en ese mismo instante.
- Eres lo peor que me pudo haber pasado Tn... ¡¡Nunca debí haberte conocido, eres una porquería de amiga!! - Después de decir tales palabras Jimin corrió hasta su casa. Lo miré unos segundos atónita por lo que sucedía. Caminamos todo el trayecto bien, claro, no me hablaba mucho pero lo hacía y no de esa forma.
// Fin Flash Back //
En ese entonces teníamos 17 años. Quizás pensarán, pero qué inmadurez la mía por haberme dejado hundir por esas palabras, pero no eran solo sus palabras las que me dolieron y me hicieron lo que soy hoy. Si no todo lo que sucedió posterior a ese suceso.
Después de eso me topé una que otra vez con él en la escuela pero nunca mas me volvió a dirigir la palabra y cuando me acercaba me alejaba como si fuese algo tóxico, imposible de tocar o acercarse.
Por eso cada vez que alguien se me acercaba me terminaba sintiendo como él me hacía sentir, como alguien tóxico. Por eso los primeros meses lo odié por haber logrado que me sintiera como una basura, por haberme convertido en lo que soy ahora.
Luego de un año odiándolo con todas mis fuerzas y sin saber de él lo vi en pantalla por primera vez... Había debutado en un grupo de k-pop llamado BTS.
Fue raro cuando vi hacia la pantalla, recuerdo que estaba almorzando en el living mientras mis padres estaban en la cocina; no sé en qué momento llegaron ambos a mi lado. Solo recuerdo que la comida estaba en el suelo mientras yo miraba a la pantalla embobada.
Según mis padres di un grito, pero no lo recuerdo bien; lo único que sí recuerdo y muy bien fueron las diferentes emociones y sentimientos que pasaron por mí, como repulsión, rabia, cariño, melancolía, odio e incluso anhelo. Por una milésima de segundo lo extrañe. Supongo.
Los primeros meses de su debut estuve al tanto de todo lo que hacía; como una Fan loca lo perseguía, aunque intenté pasar desapercibida dentro de tanta multitud, una parte de mí esperaba que me reconociese pero muy en el fondo no quería ser vista. No por vergüenza, simplemente temía que me tratase de forma despectiva frente al público o mejor dicho, no quería ver como otra vez me trataba como un ser más del montón de seres que viven en la tierra, de esos que sabes que existen pero no quieres saber nada de ellos. Como un completo desconocido.
Desde entonces han pasado cuatro años y el Jimin en pantalla es totalmente diferente al Jimin que conocí.
No sé cómo describirlo exactamente, pero algunas diferencias que he notado de ambos Jimin es que el que se encuentra en pantalla es extrovertido, encantador, seductor y podría decir que hasta sexy. En cambio el Jimin que mantengo en mis recuerdos es... Introvertido, tímido, llorón y nada pero nada sexy. Eso sí que lo puedo asegurar.
Recuerdo cuando dormíamos juntos en la infancia y sí, puede que suene indecoroso dos niños durmiendo juntos pero no, nunca fue en ese sentido y puedo asegurar que nunca tuvimos esas intenciones ya que nos queríamos como hermanos. Así es, como hermanos.
En fin, Jimin siempre para los días de lluvia se hacía en la cama y siempre se excusaba diciendo que había goteras en la casa; o cuando los chicos del equipo de fútbol tendían a golpearlo, era yo, la chica macho quién iba a ayudarle.
A veces me pregunto si él pensará tanto en mí como yo lo hago con él, o si recordará momentos de la infancia como yo lo hago constantemente. De algo estoy segura. Si Jimin no apareciese tanto en pantalla quizás habría olvidado su existencia. Pero no fue así.
- ¿Alguna vez se arrepintió de haberme tratado así? - esa pregunta casi siempre se me pasaba por la cabeza. - ¿Será el mismo Park Jimin? - Quizás no lo sea, o quizás sí. Nadie me asegura que lo visto en pantalla sea la realidad, después de todo es un trabajo y a veces uno debe hacer cosas que no le agradan. En realidad no lo sé. A lo mejor solo estoy fantaseando.
// Jimin //
- En un mes más volveremos a la universidad - Dice emocionado el más pequeño del grupo mientras miraba como sus amigos Tae Hyung y Jimin seguían holgazaneando en la habitación.
- Te aseguro que esa sonrisa se borrará en unas semanas. No estés tan feliz pequeñín. - Jin quien se encontraba en la entrada de su habitación lo miraba con una sonrisa traviesa. Él sabe muy bien lo difícil que es trabajar y estudiar al mismo tiempo.
- ¿Por qué no? - Refuta arrugando su frente.
- Pues las clases junto con todas nuestras actividades no son una buena combinación... Todo eso te pasará la cuenta y ya no serás tan feliz luego del segundo día de clases. Al menos eso me pasó a mí. - Decía mientras buscaba algo en el dormitorio recordando lo difícil que fueron sus días en la universidad, en ese entonces el grupo no era tan famoso como lo es hoy y a pesar de no tener tanta fama aquellos días se le hicieron realmente complicados por dos razones. Sus horarios y los haters que en ese entonces eran tendencia en todo Corea como una masa de personas con un gran poder para destruir a una persona con unos simples comentarios. En ese entonces fue muy difícil para él siquiera pensar en que terminaría la universidad.
- ¡Jin! no deberías de ser así con Jungkook... - Jimin defendía al menor sentándose junto él - Deberías de animarlo a que todo saldrá bien. - Lo miró y sonrió - Aunque no sea cierto. - Jin y Jimin se reían por su ironía.
Jungkook en cambio mantenía un aspecto serio, no estaba contento con las bromas de los mayores. Podría ser que se encontrase asustado por el gran cambio que su vida estaba por experimentar, después de todo el asistir a la universidad es uno de sus más grandes sueños. Pero eso no disminuye el temor que crecía en su corazón porque muy en el fondo sabía que todo sería más difícil de ahora en adelante.
- ¿Jimin... acaso tú no estás contento? Es decir, es un nuevo mundo, nuevas experiencias y creo que de verdad lo necesitamos. - Jimin cambió su semblante, fue tan drástico que todos quedaron sorprendidos al ver que de una hermosa y reluciente sonrisa sus labios quedaran tensos como un tímpano de hielo. Tan serio.
Jimin estaba muy consiente de que sus palabras podrían jugar un papel muy importante en Jungkook, ya que como una vez este mismo le dijo, sus palabras provocan cambios buenos o malos en su diario vivir y estaba agradecido de eso. Independiente de las consecuencias, Jungkook siempre estaría agradecido de Jimin como un mentor.
Quizás es por esto mismo que Jimin mintió en ese momento. - Sí lo estoy, pero eso no evita el hecho de que se nos hará difícil... y lo sabes... - Decía mientras acariciaba su cabellera tratando de decir palabras animadoras, pensando en ellas, pero nada se le venía a la cabeza más que un pequeño semblante de una pequeña chica en el pasillo de la universidad, con una sonrisa que podría enamorar a cualquiera. Incluso al tosco de Suga. A pesar de no querer recordar aquel rostro no podía evitarlo. Algo le decía que las cosas cambiarían y no sabía si sería para bien o para mal. Lo único que podía recordar junto con ese rostro es su tormentosa infancia. Y recordarlo no lo hacía feliz. - En fin. Tenemos mucho trabajo que hacer y lamentablemente no podemos dejar de lado nuestras responsabilidades con la agencia y las fans solo por asistir a la universidad. Además solo asistiremos unos días a la semana y ciertas horas. Sabes muy bien que nuestro horario de trabajo no es ninguna broma. - Jungkook suspiró al escuchar su comentario, sabía que podía contar en todo momento con Jimin, aunque a veces sea algo terco, obstinado u orgulloso.
- ¿Irás a las mismas clases que yo cierto?
- No a todas, solo algunas. ¿Sabes que voy un año más avanzado que tú no? - Para Jimin Jungkook es su pequeño hermano menor, por eso se sentía con total libertad de bromear y jugar a algo tan banal como las peleas, claro que eso no implica que estén realmente peleados, de echo nunca lo han estado. Jungkook siempre ha buscado a Jimin por consejos aunque muy tontos sean para él, pero para su hermano no lo son. Jimin se sorprendía de lo maduro que puede llegar a ser Jungkook a ratos y lo inmaduro a veces. Después de todo es menor que él por 3 años, así que entendía esas facetas de su adorado hermano.
- Cierto. Ayer tú nos fuiste a inscribir a Taehyung y a mí...
- Así es.
- ¿Por qué no nos cuentas cómo es la nueva universidad? - Pregunta Taehyung, quien solo observaba a los chicos mientras ordenaba sus cosas. Es de las personas que aunque no se note, le gusta dejar las cosas ordenas con anticipación ya que detesta estresarse por cualquier cosa antes de salir de casa.
Jimin sonríe. - Supongo que será interesante. - Los chicos lo miraron esperando como si aún faltara más por decir, como si necesitaran detalles exactos de la estructura de la universidad, pero no entendían la razón de la sonrisa torcida de Jimin.
// Flash Back //
Hace años que no estaba en una oficina direccional. Recuerdo que la mayoría de las veces era porque alguna maldad había echo.
Pero esta vez es diferente. Tenía que inscribir a Jungkook, Taehyung y a mi en la universidad. Aún no podía entender porque debía volver a estudiar a la universidad sabiendo que nuestra agenda cada vez está más repleta de actividades.
Por eso no puedo entender porqué el CEO está tan empeñado en que estudiemos. Claro, estoy de acuerdo con que debemos educarnos pero... no sé, es algo repentino.
- Esta oficina es algo peculiar. Hay demasiadas figuras y... ¿Qué es esto? - Me acerco para ver una foto de un grupo de jóvenes sosteniendo un trofeo. - ¿A caso ella es...? - Me acerco más. Al pie de la foto salen imagino yo, los nombres de quienes están ahí. Mi corazón comenzó a acelerarse de solo pensar que en realidad sea ella. Estaba confundido. ¿Qué es todo esto?
- ¡¡Tn!! - Su nombre. Ese es su nombre escrito al pie de la foto. Un chico fuera de la oficina seguía gritando su nombre. ¿Esto es real?. Me acerqué a la ventana contigua al pasillo y ahí la vi.
Mi corazón se aceleró como si estuviese corriendo una maratón. La vi, a ella con una enorme sonrisa hablando con un chico. Algo dentro de mí sonó como si hiciera click. Ella estaba frente a mis ojos después de tantos años. ¿Cómo se supone que debo sentirme en estos momentos? Estaba en un mar de sentimientos confusos.
Por unos segundos desee ir hasta ella y hacer que notara mi presencia, pero no tuve el coraje. Además estoy seguro que ella sabe más de mi estos últimos cuatro años de lo que yo sé de ella.
Desde que me fui de la casa de mis padres para vivir con los chicos en los dormitorios no la volví a ver. Hasta hoy.
- Está algo cambiada... ¿Maldición Jimin, que se supone que significa eso para ti? - Me dije a mí mismo tratando de dejar de observarla. Su pelo es mucho más largo de lo que recuerdo que era, incluso más delgada de lo que ya era. - A crecido bastante.
Intenté con todas mis fuerzas recordar muy en el fondo el motivo por el cual no le había hablado.
Sonreí algo extasiado. Ella es la chica que he odiado por cuatro años, pero ¿Por qué ahora que la veo deseaba ir y abrazarla con todas mis fuerzas y preguntarle como ha estado?.
Cuando me doy cuenta estaba en la puerta listo para salir a verla, pero el director me detuvo entrando de golpe a la oficina.
- Acá están los horarios de los otros dos chicos... - dice sentándose en su escritorio.
- Director. ¿Puedo hacer una pregunta?
- Claro. Pregunte.
- ¿Cuáles son los horarios de kim Tn?... - pregunté mientras me sentaba frente a él.
- En esta universidad hay muchas Kim Tn señor Park... Además - dice juntando un par de hojas - No tengo permitido dar horarios ni información de ningún alumno a no ser que sea un familiar. Dígame señor Park ¿Es usted familiar de dicha persona? - Negué con la cabeza. - Entonces entenderá que no puedo suministrar información alguna. - Me acerca un par de hojas con un lápiz. - Por favor firme aquí.
- Está bien - dije tomando los papeles que me entregaba - ¿Donde firmo?...
// Fin Flash Back //
// Tn //
Ya eran las doce de la noche y mis papas no estaban en casa. Decidieron viajar por el país hace dos meses y aún no me han dado una fecha aproximada de su regreso.
Normalmente en las tardes de dichosa Soledad en casa suelo ver películas de terror. Nadie puede entender lo maravilloso que es ver una película de este estilo un tarde cualquiera, sobre todo si estás solo en casa.
Hay una adrenalina que recorre todo tu cuerpo y es inexplicable. Quizás es por este mismo echo que me encantan.
Fui hasta el refrigerador tratando de sacar algunas meriendas pero al ver la apetitosa bolsa de papas fritas no dudé en tomar unas cuantas de bocado. Y fue exactamente eso lo que me llevé hasta el sofá.
De la nada sentí un fuerte sonido que hacía alusión a que dos autos han chocado. Corri hasta el ventanal tratando de mirar en la oscuridad.
- ¿De verdad fue un choque? - Solo visualice un furgón grande negro parado al frente de la casa.
Fui hasta la pieza y tomé una chaleca larga para taparme un poco y salir a ver, ya que estaba con mi pijama de verano. Volví a mirar por el ventanal, pero ésta vez el furgón ya no estaba.
De pronto me sentí como la protagonista de una maldita película de terror. Mi corazón comenzó acelerarse. Hay una gran diferencia entre ser la heroína de una película a ser la chica que debe sufrir una muerte trágica como en las películas de terror.
- Maldita sea. Esto no es gracioso. - Fui hasta la cocina. Mi instinto me decía que debía de tener algo en mis manos para poder defenderme en caso de cualquier cosa; busqué entre los utensilios de cocina de mamá y saqué un palo bien grande y grueso que asumo yo es para moldear la masa.
De pronto, desde la sala se escucha como se quiebra un vaso, sentí como mi piel se erizaba por completo.
Me armé de valor y caminé hasta allá, vi como unas sombras pasaban por el corredor del pasillo que da a la pieza de mis padres, ahogué un grito y corrí a pegarle a la figura más cercana a mí.
Sentí como la persona cae al suelo. Cuando vi que intentaba ponerse de pie, levanté los brazos para propinarle otro golpe pero alguien me sujeta, al voltearme con brusquedad quise gritar pero la persona me tapó la boca.
Voy a morir, es en todo lo que pensaba.
- Tn... - Dijeron mi nombre en un susurro. Juraría que acabo de escuchar una voz que era demasiado familiar, comencé a abrir de apoco los ojos aún asustada de lo que me podría pasar.
Vi una silueta conocida, pero creí que era un sueño y le puse una patada en la entre pierna, la persona cae al suelo ahogando el grito de dolor
- Maldición Tn sigues siendo una macha... - me acerqué con temor a mirarlo.
- ¡¿Jimin?!