Kain y Kaoru aparecieron en medio del desierto más árido del continente. Esta área estaba en el corazón de la nación del Viento, rodeada de cañones con profundos acantilados que alguna vez albergaron vida, pero ya no más.
Eran las cinco de la tarde, así que el sol estaba en lo alto del cielo subiendo la temperatura hasta los extremos. Si fueran personas normales, morirían en un par de minutos.
Kain miró los alrededores con kilómetros de desierto y tierra reseca. Un amplio patio de juegos para probar la fortaleza de los famosos cultivadores de los que tanto hablaba Kaoru. Kain se volteó y miró a Kaoru. Él extendió los brazos como si señalara todo lo que se veía en el horizonte —te lo dije— dijo —es el lugar perfecto—
Kaoru miraba a Kain y sonreía al verlo tan alegre. Ella se mantenía tranquila mientras esperaba que Kain no saliera corriendo después de ver la disparidad de habilidades. Ella estaba lejos de ser lo que fue alguna vez, pero seguía confiando en su fuerza.
—Sí, Kain-sama— dijo Kaoru —pero prométame algo—
—¿Qué cosa, Kaoru-sama?— preguntó Kain con una sonrisa en los labios, se acercó a Kaoru mientras la arena crujía bajo sus pies. Se detuvo delante de Kaoru y miró esos ojos color malva.
Kaoru levantó su rostro para que sus miradas coincidieran y le dijo —pase lo que pase, no temerá a Kaoru—
Kain separo sus labios y mostro una amplia sonrisa. Considerando la técnica del Lobo Celestial tenía algunas ideas de la forma en que se fortalecían los cultivadores. Kain razono que ellos tenían un lento incremento en la fuerza que era cualitativo, trabajando durante años para poseer un cuerpo fuerte que pueda soportar su fuerza. No era solo algo de ellos, Kain había pasado por algo semejante en su vida anterior. Su cuerpo de elfo le daba una alta afinidad a la magia, pero eso no quería decir que podía ocupar toda su fuerza. Como consecuencia de eso, al luchar con el dragón eterno utilizando todo su poder, su cuerpo no aguanto y se desmorono como si estuviera hecho de arena. Sin embargo, todo eran hipótesis y no había corroborado nada de esto. Solo Kaoru, confiando en él y entendiendo su fuerza, podría responder a todas sus preguntas. Quizá, con un poco de suerte, ella sabría como los humanos de este mundo obtuvieron el chakra.
Kain le tomo las manos a Kaoru y la miró a los ojos —no te preocupes, Kaoru, he vivido lo suficiente como para entender muchas cosas—. Kaoru lo miraba a los ojos y asintió. Kain le soltó las manos y le dio la espalda, camino diez metros más allá, se detuvo y le dijo —adelante, puedes empezar cuando quieras—
Kaoru soltó un suspiro pensando que Kain se lo estaba tomando con demasiada calma. No habían luchado desde que eran niños y cuando ella dejo Konoha, tenía un nivel parecido al de un jounin. Ahora ella estaba por encima de los kages.
Kaoru levantó sus manos y tomo una postura parecida a la del puño suave de los Hyuga, pero el aire que emitía era totalmente diferente, más etéreo. Al mismo tiempo, el aire a su alrededor y el suelo se empezaron a congelar. Apareció una delgada capa de hielo sobre la arena que se extendía segundo a segundo hasta que alcanzó a Kain. Kaoru vio como Kain sonrió emocionado. Ella se estaba molestando, ya que su orgullo como cultivadora estaba siendo herido.
Kaoru se lanzó hacia adelante como si fuera un proyectil, alcanzo a Kain en tan solo un segundo y lanzó una palmada a la cara. Kain movió su rostro a un lado, pero pudo sentir la terrible ráfaga de viento que le dejo la mejilla y el oído congelado. Kain quedó impresionado, eso era muy rápido y el nivel térmico del frio debió llegar a los cero grados Celsius. Solo alguien del clan Yuki podía producir tal nivel de hielo.
Kaoru vio a Kain impresionado y prefirió dejar el combate inconcluso. Ella bajo sus brazos y quedó mirando a Kain a los ojos —eso es todo, Kain-sama— dijo —dejémoslo hasta aquí—
—¿Perdón?— preguntó Kain con una sonrisa amigable —no, continuemos, pero antes de eso dame un momento—
Ahora Kaoru quedó confundida y pensó que Kain iba a realizar algún tipo de jutsu que le diera ventaja o con un sello que lo protegiera del frio. Sin embargo, lo que Kain hizo fue meter las manos en las mangas de su haori y buscar algo. Una vez que lo encontró, lo sacó de su manga y abrió su mano. Era un diamante gris. Kain presiono algo similar a un ojo tallado en uno de los rostros y el diamante gris comenzó a levitar mientras su ojo emitía un brillo rojo.
—Vástago— dijo Kain con un tono de voz serio —sube treinta metros sobre el nivel del suelo, graba nuestro combate y envía los datos a Guardián. Además, aplica un escáner y todos los medidores de energía que hemos creado. Tú prioridad es recopilar toda la información del combate y enviarla a Guardián. Hasta que hayas concluido tu tarea, todas las demás tareas quedan suspendidas—
—Procesando— dijo Vástago, la inteligencia artificial del tamaño de un pequeño diamante que cabe en la mano. Se elevó en el aire con su ojo rojo apuntando entre Kain y Kaoru.
Kain miró a Kaoru y le preguntó con una sonrisa —¿Continuamos?—
—Yo, esto— dijo Kaoru algo asombrada de las prioridades de Kain, para empezar, ningún maestro de cultivación compartía sus conocimientos o habilidades con otro a menos que fuera su discípulo, pero lo que hacía Kain era prácticamente robar.
—Tranquila, no le pongas atención, es solo algo de rutina. Tu concéntrate en el combate porque es lo más conveniente para ti—
Kaoru miró a Kain a los ojos y asintió a su lógica olvidándose de lo que recién estaba preguntado. Kain sonrió, dio un amplio saltó hacia atrás de cinco metros y empezó a dar saltitos en su posición. Una vez que levantó sus manos, le hizo la señal con su mano izquierda y le dijo —adelante, te estoy esperando—
Kaoru se lanzó a gran velocidad, alcanzó a Kain y trato de atacarlo de la misma manera, pero esta vez Kain intercepto su palma y desvió el viento gélido. Sin embargo, una vez que detuvo a Kaoru, saltó hacia atrás ampliando una vez más la distancia entre los dos y sacudió su mano derecha, como si quisiera quitarse el frio que le dejo tocar a Kaoru. A simple vista, Kain intuyo que Kaoru había bajado dos grados el nivel del frio y que, podía seguir bajándolo aún más.
—Kaoru ¿Esto es todo lo que puedes hacer?— preguntó Kain y fue como echarle ají en los ojos a Kaoru. Ella soltó un grito de ira y se lanzó con todas sus fuerzas. Kain lanzó patadas a las rodillas para impedir el avance de Kaoru, pero era como si todo su cuerpo emitiera un frio terrible. Ya no era esa Kaoru que tenía demasiado chakra y no sabía controlarlo, era algo más letal, como si fuera un veneno helado que se trasmitía con el simple contacto. Kain comenzó a ver como entre esquives y desvíos comenzaba a aparecer una tenue capa de hielo sobre su cuerpo.
Kain se apartó una vez, pero Kaoru no lo dejo y continúo persiguiéndolo. Sin embargo, Kain soplo con suavidad una llamarada que se condenso en una poderosa bola de fuego azul y golpeo el suelo cubierto por el hielo.
La explosión de la bola de fuego genero una gran polvareda y Kaoru saltó hacia atrás para evitar el terrible fuego. Ella sabía que el fuego de Kain era especial, pero solo ahora que había cultivado sus artes de hielo podía dimensionarlo. Un fuego normal no la haría retroceder de esta manera.
Kain agito sus manos y piernas y lanzó una suave llamarada sobre sus brazos para que se evaporara la capa de hielo.
Al mismo tiempo, Kaoru quedó mirando a Kain y vio que el fuego era de color azul —ya lo sabía, Kain-sama hizo un tonto de Kaoru y él también es un cultivador—
—¿Por qué lo dices, Kaoru?— preguntó Kain y siguió lanzando una tenue llamarada de fuego para quitarse el frio de encima. Ni siquiera miró a Kaoru, estaba más preocupado de que sus extremidades se congelaran.
—Kain-sama puede lanzar fuego del dios Dragon— dijo Kaoru
—¿Fuego del dios Dragon?— preguntó Kain, levantó su rostro y la miró confundido —¿Por qué lo dices?—
—Ese fuego no es normal, no debería ser azul—
—¡Aaaaa!— dijo Kain con una sonrisa —no, no es así, no es nada que tenga que ver con los dragones ni nada por el estilo. Solo pasa que, si controlas lo suficiente la cantidad de chakra de fuego y lo presurizas con viento, el fuego toma esta tonalidad y se vuelve más fuerte. Sin embargo, no es algo propio de mi cuerpo, es algo que cualquier podría aprender con suficiente entrenamiento y conocimiento—
—Eso es imposible— grito Kaoru —ese fuego es demasiado fuerte—
—Bueno, eso es lo que digo yo, desmiéntelo— respondió Kain con una amplia sonrisa
Kaoru frunció su linda nariz y dijo en un tono enojado —ya que Kain-sama no quiere tomarse las cosas en serio, le daré una buena lección y así dejara de mentir—
Kain sonrió, pero en su propia piel comenzó a sentir como el aire bajaba de temperatura. El cielo estaba despejado, el sol en lo alto brillando, pero hacia frio como si estuviera nublado y en lo más alto de las montañas. Kain vio a Kaoru saltar hacia adelante, pero diferente de otras veces, ella se detuvo dos metros delante de él, giro dos veces como si estuviera danzando y en la segunda vuelta, su mano se llenó de un brillo glacial. Ella levantó su mano golpeando el aire desde abajo hacia arriba y al instante apareció el hielo desde el suelo y se levantó como si fuera una enorme ola. El hielo alcanzó a un Kain asombrado y este último fue engullido por el hielo.
Al mismo tiempo, Kaoru ataco con todas sus fuerzas y la ola de hielo creció veinte metros por encima del nivel de suelo con una circunferencia de veinte metros. Era una enorme colina de hielo que se erguía en medio de un desierto cubierto por una capa de hielo.
El desierto había pasado de ser insoportablemente caluroso a insoportablemente helado.
Kaoru miró a Kain, dentro del hielo y cubriéndose con las manos como si quisiera protegerse. Kaoru se quedó quieta, mirando la figura de Kain y por un momento, pensó lo peor, pero sonrió con nerviosismo. Ella llevó su mano al hielo que era como una extensión de su conciencia y pudo sentir el corazón de Kain latiendo. Kaoru soltó un suspiro y pensó que no debió de enojarse con Kain, pero por dentro estaba molesta y pensaba que él se estaba burlando de ella. Sin embargo, ella se dijo así misma que esto no podía ser posible, como cultivadora, ella había vivido decenas de miles de años ¿Cómo iba a ser tan infantil?
Al mismo tiempo, Kaoru vio como el hielo alrededor de Kain se volvía acuoso y lo rodeaba como una burbuja hasta que se formó una pequeña cueva y Kain salió tiritando.
—Kain-sama estúpido— dijo Kaoru enojada
Kain sonreía mientras tiritaba, era la primera vez desde que nació en este mundo que sentía tanto frio. Kain estornudo y dijo —lo siento, tenía que ver el alcance de Kaoru ¿Este es todo tu alcance?—
—Ni cerca, Kain-sama— dijo Kaoru —solo fue un descuido—
—Oooh, eso está mal— dijo Kain mientras tiritaba —me gustaría que continuáramos con el estudio de las habilidades de los cultivadores—
—Kain-sama, esto no es un juego, podría morir—
—No, ya lo sé, tengo que pensar en una forma de crear algo que me proteja de los cambios bruscos de temperatura hasta que vuelva a obtener mi habilidad de armonizar con los elementos. Hace mucho tiempo que no lo hago—
—Ya, pero eso ¿Qué tiene que ver con seguir luchando?— preguntó Kaoru enfadada —usted se siente mal—
—No te preocupes, se me pasara rápido— dijo Kain —por ahora juega con mis amigos—
—¿Amigos?—
Kain se abrazaba a sí mismo mientras tiritaba, pero hizo circular su chakra y elevo la temperatura de su cuerpo. Sin embargo, lo que el buscaba era activar su mangekyo. El iris de los ojos se tornó rojo y apareció un tomoe detrás del otro hasta que comenzaron a girar y los tomoes se convirtieron en tres matagamas unidos.
—Kain-sama…— dijo Kaoru para regañarlo, pero al ver que dos existencias se materializaron a los lados de Kain con la ola de hielo por detrás de ellos, se quedó callada. Eran demonios tengu como los que había esculpido aquel anciano del clan Kurama para Kain. Uno blanco y el otro gris. Eran tan altos como Kain. El de la izquierda era blanco y tenía una espada en cada mano. El de la derecha era gris y tenía una lanza en cada mano.
—¿Te gusta?— preguntó Kain con una sonrisa —se llama susanoo—