—¿Hay algún problema con la carta? —Todos miraron a Shen Bijun de una vez.
Shen Wanxian frunció el ceño y dijo:
—Bijun, no digas tonterías. Esta es la carta que Madre dejó antes de morir. Podríamos verificar la letra si fuera necesario. Además, la Madre no solo dejó esta carta; también dejó un video. ¿Cómo podría haber un problema?
Después de hablar, Shen Wanxian sacó una memoria USB y se la entregó a Yun Zhengyang.
Los labios de Yun Zhengyang estaban apretados firmemente. Miró la memoria USB y luego a Shen Qianhui. Shen Qianhui realmente quería saber si su madre no quería reconocerla, así que asintió.
Yun Zhengyang entonces entregó la memoria USB a Yun Yiheng, quien la miró, se acercó a una computadora, conectó la memoria y proyectó el video en la televisión.
Pronto, en la pantalla apareció la figura de una persona anciana. La persona anciana de cabellos blancos miraba amablemente hacia la cámara y comenzó a hablar lentamente:
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