Si por fuera el lugar se veía mal, por dentro era peor, calles inundadas de botellas de vidrio o basura, olor a orina, desechos y olor a mierda por casi todo el lugar hacían insufrible el respirar, casas destruidas, las ventanas de la mayoría con maderas como si tratasen de evitar la luz del sol a toda costa, perros con lo que parecían ser costras en la espalda, se les podía ver las costillas sobresalidas en la piel y una mirada rabiosa en los ojos, gente en cada esquina tirada en el suelo consiente, inconsciente, probablemente muerta y puesta ahí por no querer moverla o disimular el que no existan.
Jezabel logro alcanzar en una esquina a un tipo que le intentaba sacar algo de los bolsillos a otro que estaba en el suelo, este corrió al verse descubierto ya sin importarle el botín, pero hasta Carmilla no se preocupó, por que el sujeto tirado tenia botellas alrededor con un olor a orina y alcohol combinados, habían casas abandonadas en el frente, algunas destruidas y algunas aun incendiadas, otras posiblemente ultrajadas pues las ventanas, puertas rotas y abiertas lo decían todo.
— En serio, ¿porque tienen tan descuidado este lugar? — pregunto Carmilla al caminar cuidadosa entre las calles.
Jezabel sabia la razón, era por él, su ejército (una pequeña parte) estaba en un campamento justo y lejano a este, custodiando e impidiendo paso a aquellos que se dirigieran hacia su castillo, así que era obvio que en algún momento este lugar en vez de ciudad o pueblo, se convirtiese en algo como esto como una base, sabiendo que por el miedo nadie le haría más caso a este sitio por más héroes o soldados que viniesen, aunque había una duda que no era demasiado clara sabiendo el punto anterior.
— ¿Realmente fuí el responsable de esto? — pregunto en voz alta
— ¿Qué quieres decir? — pregunto de nuevo Carmilla al escuchar eso—. ¿Que acaso no es obvio?
— Sé que mi destrucción es obvia... pero este lugar, ¿no se supondría que habría gente aquí juntándose y formando planes para derrotarme o para llegar a mi castillo? es más, la seguridad del lugar tendría que ser fuerte, y los sujetos que se suponen custodian los alrededores eran demasiado débiles y perezosos
— Con razón su sangre sabía tan pesada... pero, tienes razón... este lugar tendría que dar confianza en el siguiente paso hacia ese encuentro... Sin importar que país viniese el soldado
Jezabel se detuvo y pensó, sabía que no podía llamar tanto la atención, pero este lugar, el primero que visitaban tenía que ser un lugar normal como su amigo había contado, más la realidad lo golpeo fuerte, así que debía encontrar una solución a esto, y rápido.
— Carmilla, dile a los muchachos que se retiren por 3 horas, cuando se cumpla el plazo has que avancen nuevamente a esta ciudad y la ocupen
— Oye, oye, dijimos que nada de magia súper poderosa
— Lo sé, pero... siento que esta vez haré algunos experimentos
— Solo intenta no matar a tantos mientras regreso
Ella camino nuevamente, pero sus pasos lentos eran la perspectiva, la realidad era que avanzaba más rápido que no se podía notar, al verla alejarse miro a su alrededor.
— ¿Con que debería empezar?
"Momentos después"
La única casa en pie entre todas ellas tenia luz, era una taberna, era demasiado rustica, y violenta, muchos soldados y pocas mujeres se juntaban ahí, embriagándose con un líquido rojo débil que salía de barriles y se esparcía por el suelo, al igual que el humo en el aire inundando el lugar y casi imposible de respirar si no estabas acostumbrado a tan fuerte olor, una combinación de placer y gritos de embriagues no se podían distinguir entre todo ese lugar, pero los choques de cerveza y risas sí que podían, los soldados vestían sus armaduras de una manera tosca, pero no era totalmente su protección, algunos no tenían, algunas mujeres en regazo de otros reían embriagadas o se dejaban tocar por esos sujetos, sus ropas eran demasiado llamativas a pesar de que los colores diferían de su tono real, el maquillaje casi corrido del rostro no parecía importarles ya en absoluto.
— Este lugar es magnífico, ¡¿me pregunto por qué esta tan desolado?! — grito una mientras su barba estaba empapada en ese extraño vino.
— ¡Es culpa de nosotros idiota! — grito otro enfrente
— ¡Cierto, cierto! — gritaron otros mientras celebraban algo menos parecido a una fiesta y más a solo diversión sin razón.
— Todos los reinos están ocupados peleándose entre sí y nosotros que somos rebeldes podemos hacer lo que nos plazca, espero poder encontrar un lugar más divertido que este, aunque no lo creo
— ¡Quiero quedarme aquí para siempre! ¡¿Quién me apoya?!
Mas gritos de júbilo se escucharon alrededor y más vino se desbordo para ser servido en tarros de madera.
— Vaya, vaya, parece que escuche algo muy interesante — hablo una voz muy diferente a las que estaban ahí
Todos voltearon a ver quién era, frente a ellos estaban una pareja de dos jóvenes hombre y mujer, uno alto más que el otro.
— ¡¿Haa? ¿Qué hacen un par de mocosos aquí? Creí que habían sido desalojados hace unos días, pero veo que no tiene a donde ir, si vienen por monedas, queremos decirles que no las necesitaran, ya que este lugar es solo nuestro— dijo un tipo con la cara llena de rastros de comida
— No quiero su caridad, solo quiero saber la razón por la que están aquí— dijo el chico con una sonrisa inocente.
— No la necesitas mocoso, quien te crees que eres para dar órdenes y pedir imposibles — dijo otro que estaba bebiendo más y de una manera tosca escupiendo el liquido mientras hablaba.
— ¿Yo? Aun nadie, solo que estoy empezando un viaje y quisiera algo de información, solo eso
— ¡¿Quién en sus 5 sentidos iría de viaje en una situación así?!
— Yo — volvió a responder Jezabel con suma confianza
Todos los demás rieron casi al unísono burlándose, dando quejas y burlas al chico y su compañera, pero él también se unió a esas risas.
» Lo sé, sé que es tonto, por eso quiero intentarlo, a cambio, puedo dejar a mi compañera a su cuidado, hasta en el momento que no la quieran más, tendrán que decirme más de lo que necesito
Todos estaban sorprendidos, algunos sospechaban, pero al notar más al chico sus sentidos decían que era un tonto sin valor haciendo algo de idiotas, otros miraban a Carmilla con ojos lujuriosos, al parecer algunas las mujeres lograron escapar de ese lugar, Carmilla asintió poco dándoles razón por lo que habían hecho, otras se quedaron ahí, con el mismo pensamiento de ellos, o con más sentido común que los presentes.
— Deberías estar viviendo debajo una roca o algo parecido, ya que no saber nada de lo que pasa en este y otros países debe ser de ignorantes- dijo uno levantándose y dirigiéndose hacia el chico— ¿por dónde empiezo?
"En otro lado"
Iban a caballo, lo más rápido que esos animales podían, era un escuadrón entero de más de 60, entre soldados, arqueros, lanceros y magos, todos listos para la batalla.
— Como ya saben todos, necesito explicar esto porque es parte de mi deber... Los países entraron en conflicto desde hace más de 200 años, 10 después de que el rey demonio decidiera mover sus tropas, y aunque las fuerzas armadas los replegara y estén conteniendo en unas partes, solo es cosa de esperar que vuelva a hacerlo, eso suena a una simple excusa ¿no? — hablo un sujeto a los demás detrás de él, era fornido, una mirada seria sin desviar su camino y una voz potente que resonaba igual a las pisadas de todos los caballos, su armadura grisácea no era por el polvo, esa armadura había sido entregada por el rey únicamente a los paladines, entre ellos 7 de los que se hacían llamar los Ex-comulgadores, él era uno de ellos, el único, más bien.
El casco que Ritsumary tenía perteneció a alguien que estuvo en ese grupo.
» La verdadera razón, es por el no muy reciente descubrimiento de un material extraño, extraído de un mineral bajo las cuevas de Galarta en el Reino Yireila, este mineral al saberse refinar en alquimia se obtiene una armadura lo bastante poderosa como para contener a un asesino o a un berserker soldado, y tan indispensable y purificador que el agua o algún alimento en mal estado que lo traspasa o cortase con él, es posible ser tomada o comida, dos cosas indispensables para todo ser de este mundo, y la más importante, todos sabemos que la magia negativa es contraria a ser usada como alguien como el rey demonio, así que ese es su verdadero valor, pero eso no es lo peor, es que no solo existe en Yireila también en algunas cuevas alrededor de todos los países, la locura por obtenerlo fue tan grande que hizo guerras civiles, como un seguro para cuando el rey demonio atacase de nuevo
Todos escuchaban con atención la advertencia de ese paladín.
»Justo ahora nos dirigimos al punto de encuentro, el lugar sin nombre, cerca del castillo y único lugar donde las fuerzas del rey demonio son menores, no se sabe lo que planea, pero mientras no haga nada es mejor aprovechar al máximo el lugar, pero ahora... es un nido de rebeldes y comadrejas por igual, por eso mientras los soldados reales contienen a mas rebeldes en el reino, tuve que recurrir a ustedes, estudiantes, a ir a ese lugar, juro por mi nombre y de la familia Blodenhell que los protegeré y no perdonare si alguien es lastimado por alguno de esos rufianes... solo espero no encontrarnos con los soldados del rey demonio
Todos obviamente estaban nerviosos, asustados pero con el deber como soldados y siendo entrenados para este tipo de situaciones, aunque era un 50/50 una parte de saber que eran maleantes, y otra que no eran el real enemigo a vencer, entre los caballos dos jinetes se acercaron para hablar.
— No era lo que esperabas Ritsu, pero al menos estarás cerca tu objetivo, ¿no es así? — pregunto el chico en un tono despreocupado
Ella lo miro de lado y asintió, el solo cambio su expresión a una preocupada
— Te protegeré aunque sea lo último que haga—
"Volviendo al tema... o al Rey demonio"
— Con que es eso... pero veo que se hartaron de más con Carmilla, regresar pronto a una señorita es de mala educación hasta para ella, ¿no? — pregunto el chico al ver el lugar.
Sangre, botellas, cuerpos desperdigados, algunos aun blandiendo sus espadas, Carmilla tenía los ojos inyectados de sangre con el cuello de uno de los soldados en la boca y unas garras afiladas cubiertas de sangre, la ropa igual manchada, pero eso no parecía importarle, los ojos de pupila triangular en sus ojos no dejaban de ver al único sobreviviente que ella no había asesinado, el dueño del bar estaba inconsciente.
««Haa, ya veo, ya veo, ese material, con razón no le preste mucha atención, veo que será un problema... tendré que pensar mucho de aquí en delante de cómo cuidar y como destruir esas cosas»» pensó Jezabel
Levanto un tarro de cerveza y fue a donde estaba un barril, la provo un poco y trago como si descansara de correr unos kilometros.
— Gracias por la información, pero sé que tu capitán o general no está muy lejos de aquí, ¿podrías decirle que venga a verme a las afueras de este sitio?
El mismo sujeto que le había dicho todo eso se había salvado, sin esperar respuesta salió corriendo profiriendo extrañas oraciones parecidas a rezos mientras lloraba desesperado, Carmilla escupía al último que había quedado volviendo a la normalidad al respirar y caminar como si nada lamiéndose la sangre aun en sus brazos.
—Y se supone que yo no tenía que matar a nadie —dijo Jezabel burlándose
—Lo sabía, sangre pesada— dijo al relamerse las manos—, pero algo es algo... ¡¿de qué hablas?! — pregunto ya volviendo en si—, Tu eres descuidado, estar distraído mientras restringes tu magia, ¿crees que dejaría que alguien se acercara a ti.
—La mayoría de muertos fueron míos, pero la ilusión que seguían vivos no dejo que los demás se dieran cuenta... perdón
—Si los sirvientes del castillo escucharan esa disculpa tan patética se suicidarían enseguida con tal de olvidarla
Jezabel solo sonrió un poco.
—La mayoría de mi magia ha sido restringida, pero solo la puedo usar un máximo de 2 veces al día, solo espero no volverme blando
Ambos salieron de ahí, no sin antes guardar algunas bebidas y comida del mismo lugar.
—¿Que se supone que harás con esta ciudad? —pregunto Carmilla mientras su ropa mágicamente era limpiada al desaparecer las manchas de sangre de ella.
—Aun lo estoy pensando... —respondió Jezabel—, ya se podría...
Antes de dar su respuesta escucho a lo lejos un gran número de pisadas, no estaban cerca, pero aunque no podía evitarlo, sus sentidos eran muy agudos así que podía saber la distancia que estaban esas pisadas.
—Eso fue rápido— dijo Carmilla
—Ya se acercan, hay que saber que quieren los invitados
—Esas palabras, deberían decirlo ellos—dijo Carmilla
El ambiente era desolado, salvo por los perros que aullaban descontrolados a lo que se aproximaba para después entrar en el bar y comer todo lo que estaba ahí, había salido una jauría entera de cualquier lado, Jezabel y su acompañante salieron a la entrada principal nuevamente de la ciudad, aún no había nadie, pero momentos después pudo escucharse y verse lo que esperaban, una armada de rebeldes en ropas iguales, algunos harapientos, otros con armaduras, comandados por un sujeto con un casco en la cabeza y a lado de él, el mismo al cual había dejado ir, se detuvieron a una distancia segura, ambos tipos (Jezabel y el general) se miraron en la distancia.
—Debería alegrarme que hayan venido a este lugar— dijo Jezabel extendiendo las manos—, gracias por eso
—No sabemos quién eres tú, pero por la apariencia y tú compañera debes ser una especie de errante maldito
—Errante, no, maldito... 50/50— respondio Carmilla después de ver a Jezabel
—Oye
—Sabes que si causas alboroto en este lugar las fuerzas del reino vendrán algún día a acabarte — dijo aquel sujeto
—Hooo, eso no debería decirlo aquel que mando a desalojar este lugar con uso de violencia y fuerza bruta
El general bajo de su caballo y avanzo unos pasos
—Era necesario, este lugar es demasiado débil para aquello que se quiere planear, y nosotros llevaremos a cabo
—¿Hablas de que traes consigo ese mineral raro?
Extendió la mano como si recibiera algo o esperara a recibirlo.
»Quisiera que me mostraras tal material, quiero hacer algo y probar algunas cosas con eso
—Discúlpame, pero eso no puede ser—respondió enseguida y rechazando eso con cortesía—alguien como tú, un extraño ser no debería ordenar ni estar frente a la orden de caballeros de Undyne.
—Undyne... ya sabía que esa arrogancia era extraña... Y esa sangre igual—dijo Carmilla con una expresión como si probara algo amargo.
Jezabel la miro de reojo, bajo la mano y tuvo una postura con las manos en los bolsillos de su ropa.
—Como sea, ya que están aquí servirán para seguir en mis experimentos, así que... ¿podríamos empezar de una vez?
A pesar que aún era de día, se podía notar un área en el cual con solo mirar daba escalofríos, no era nada normal, junto con la sonrisa de dientes filosos de Jezabel que por nada intentaba ocultar.
—General, esa cosa, la chica mato a todos, no sé cómo lo hizo, debe usar una especie de magia extraña— dijo el sujeto casi al borde de la locura
—Lo sé, no será nada fácil de vencer, que todos se replieguen, el cree que yo únicamente tengo el Saint Row, no se da cuenta que tenemos todos-
El movimiento se hizo, Jezabel se les quedo mirando a cada uno, Carmilla puso las manos detrás su cabeza y suspiro.
—¿Qué harás?, se hará de noche y no hay casas buenas, la única olerá a sangre y será muy difícil limpiarla
—Veamos primero lo que esa cosa puede hacer, ya veré si me apresuro o no para ver si puedes controlarte una vez por lo menos
—Oye ¿eso fue un regaño? —pregunto ella disgustada
Antes que el respondiera un haz de luz ataco de frente, fue demasiado repentino y potente, el polvo que levanto no fue mucho pero, se vio que casi borra toda el área circundante.
—Un golpe crítico, eso le pasa por distraído—dijo el general con una sonrisa de victoria
—Fue un buen tiro—dijo Jezabel limpiándose las ropas—. Pero sentí un poco de dudas en el impacto
Todos alrededor se sorprendieron de que sobreviviera, inclusive ese general, Carmilla se sacudió el polvo como si nada.
—¿Dudas?—pregunto el general ocultando su apenas creciente miedo—, no tendré dudas en atacar a un enemigo
—¿En serio? —pregunto Jezabel ante esa esperada respuesta—, veo que no son sinceros ni tan fuertes... veamos...
Se quedó pensando un poco.
—Ha, se me ocurre algo, tendrán una única oportunidad, ahora estoy algo débil debido a ciertas circunstancias (que yo mismo me hice) así que si los siguientes ataques no me causan gracia o me sorprenden un poco les perdonare la vida
Todos se quedaron en silencio, pero poco a poco las risas se fueron escuchando, cada vez más sonoras, que hasta Jezabel también lo hizo, mientras Carmilla se quedaba callada tapándose los oídos, hasta que la última fue de él.
—Haaa... muy gracioso, ¿de qué nos estábamos riendo? —pregunto Jezabel ladeando un poco la cabeza en señal de confusión.
—!Tienes que estar bromeando¡ ni siquiera podrías contra todos nosotros, por el disparo que acabo de hacer note que no eres algo normal, ni ella lo es
««Cerca, pero creo que eso no lo alerta demasiado, aun»» pensó Carmilla
—¿Y crees que saldrás vivo de esto?... prepárate pequeña mierda por que no tendremos piedad contigo
Otros disparos más se efectuaron pero de algunas direcciones, eran igual de fuertes, Jezabel miraba con atención las manos de todos.
—Tienen que mover las manos como si tuvieran hilos... creo que esa cosa crea un flujo de magia y algunos solo tienen que re-direccionarla... ya veo— Jezabel hablaba consigo mismo mientras miraba atentamente a lo que hacían los demás
Carmilla mostró una expresión sin emoción y ni siquiera una postura tan en guardia hizo.
Se detuvieron nuevamente, Jezabel tosió un poco y salió del polvo nuevamente.
—Interesante... pero no lo suficiente
—Maldito
El sobreviviente le arrebato la Saint Row al general, esta enseguida cambio de color y la tierra debajo de él se convirtieron en un lodo negro del cual salieron tentáculos cubiertos de esa cosa y trataron de tomar a Jezabel, pero el solo los retiraba con las manos, por su parte Carmilla las ignoraba ya que no la alcanzaban a tocar, noto que el sujeto mismo se debilito al máximo ya que su piel y cuerpo enflacaron enseguida mostrando la forma de los huesos en sus hombros y la ropa empezaba a caérsele del cuerpo.
««Vida por poder, no es tan pura como cuentan»» pensó Jezabel
Pero el mismo intento tocar nuevamente la roca, más el general la retiro de él enseguida.
—Por tus actos imprudentes estas despedido —le dijo sin mirarlo, y de un fuerte pisotón logro romperle la cabeza casi fácilmente esparciendo el líquido rojo y banco junto con la materia gris del cerebro
Jezabel aplaudió un poco ante ese acto.
—Veo que el flujo de esa cosa es inestable —dijo Jezabel en un tono impaciente-
—Lo es en las manos equivocadas...
Al tomarla esta se empezó a hacer más grande, Jezabel noto que a su alrededor líneas como polvo brillante brotaban del suelo.
»Pero en las correctas...
Varias esferas se crearon a su alrededor y empezaron a girar, su luz era la misma que el amanecer, azul celeste.
—Aquí vamos de nuevo — suspiro Carmilla
Los giros de estas esferas hacían círculos alrededor de él y podía notar su poder siendo extraído por estas cosas el aire que hacían al girar era muy fuerte levantando polvo en un pequeño tornado que tomaba cada vez más fuerza cada minuto que pasaba.
—Haaa... que útiles son...
Mientras Jezabel estaba distraído con estas, secretamente el general se comunicaba con otra esfera más que estaba ocultando. Había mostrado una expresión impasible, pero ya en este punto sabía que las mentes y corazones de todos estaban desesperados por ya vencer a esas dos criaturas antes que ellos hicieran algo.
—¿Dónde están nuestras demás fuerzas de reserva? — susurro lo más bajo posible a esa esfera
—¡No lo sabemos, pero hemos escuchado explosiones unos 30 metros de su posición!—grito una voz mientras la esfera parpadeaba
—Eso significa que...
—No, no son de ese tipo, son soldados reales, creo que los nuestros están peleando contra ellos en este momento
—Maldición y justo en este momento...
De la nada sintió algo apenas perceptible, y sabía que aunque mirara a sus subordinados él sería el único en saberlo, el aire disminuía.
Miro de nuevo donde estaba su oponente, de un claro y casi blanco azul celeste alrededor, ahora parecía más una tormenta negra que poco a poco tomaba más fuerza únicamente en el color, el ambiente empezó a ser pesado de la nada, el oxígeno empezaba a faltar, tal vez por el miedo o igual por el efecto de aquel nuevo tornado oscuro, ese ataque había sido muchas veces la salvación de aquel escuadrón, ahora parecía traicionar a aquellos que siempre protegía, ya que vio a las dos criaturas sin daño alguno o lo que él esperaba, sin vida.
—Eso realmente me sorprendió, tratar de hacer lo mismo que hizo tu subordinado pero dirigiéndolo hacia mí— dijo Jezabel como si nada
Las esferas se detuvieron, el extendió las manos y con simples toques como si fueran burbujas las hizo explotar, pero no eran explosiones normales, todo el poder u oscuridad que habían consumido provocaban ráfagas de aire tan fuertes que derribaron a todos a pesar de la distancia en la que estaban.
—Realmente fue una buena idea empezar así— dijo Jezabel complacido por todo lo que había pasado
—¡Maldito!, !¿quién eres realmente?!
Carmilla sostuvo una de esas y la arrojaba al aire como si fuera una pelota de tenis.
—Sé que sería una larga introducción, pero seré lo más breve posible ya que ahora será mi turno... Soy algo que ha estado en este mundo, antes de ser un errante, sabía o intente saber lo que me rodeaba, no salía de mi lugar para no romper el equilibrio de las cosas, pero ahora que al no ser yo ese quien lo rompió, quiero saber la razón y tratar de comprender "¿por qué?" soy lo que ustedes llamarían un ser sin alma, un ser oscuro que quiere absorber todo como la bruma de la noche cuando el sol se oculta...
Carmilla arrojo la esfera más arriba, si se mirara en la perspectiva de alguien con una cámara de filmación que intenta verlo observará que antes de arrojarlo, estaba un chico normal ahí enfrente, pero cuando cayó, ahora estaba una figura con ropaje de una sola pieza, plateado oscuro con bordes dorados, no tenía ningún adorno en ella, era un ropaje majestuoso solo por el color y el sentimiento de poder que desprendía solo con mirarla, traía de los hombros una túnica oscura casi plateada y brillante por los rayos del sol que llegaba hasta el suelo, no tenía rostro ya que la capucha le ocultaba la cabeza, pero de alguna forma se podía sentir su mirada hacia ellos al girar un poco la cabeza.
—Mucho gusto, soy el Rey demonio Jezabel, y debería agradecer por la mucha información dada... si no fuera molestia, ¿podrían suicidarse?, es muy molesto el que una gota de sangre manche este lugar puro con algo que es totalmente aborrecible
Su presentación fue casi breve y directa, las mentes de los demás estaban rotas, algunos con solo verlo un instante comprendieron que si no le obedecían, les esperaba algo peor que la muerte, tocaron las esferas y se dejaron secar como si su sangre fuera extraída, otros por instinto corrieron, pero lo último en ver no eran los árboles que estaban próximos, sino una figura extraña pequeña con los ojos crispados inyectados de sangre y una fila de dientes brillantes antes de que sus visiones se nublaran y dejaran de respirar.
—!Dioses, dioses, dioses¡, no seré victima ni derrotado por ti, !no cederé aunque me mates me tortures y sigas así por siempre, nunca diré nada¡
El general se mantenía fuerte, sabía que este era su fin, pero su honor y cordura le decían que no tenía que rendirse aun cuando estaba todo perdido
—Si.... mis fuerzas llegaran, podre escapar y diré que el castillo esta libre, con todo el material que tenemos podemos atacarlo, si, solo es cosa... cosa de resistir
Era lo que le rodeaba en su cabeza antes de perder la cordura.
««Delta decía que a esas personas les llamaba tecos... ¿o era tercos?»» pensó Jezabel en sus adentros
Jezabel rió mientras se acercaba, sus pasos no tenían sonido, su ropa de una pieza ondeaba como una bandea que ha estado en la punta de algún castillo impenetrable, enfrente a él un humano normal, resistente con ojos a punto de salirse de sus órbitas, con lágrimas en los ojos y murmurando cosas apenas audibles.
—Vaya lealtad que te tenían, pero no te preocupes, no te haré nada a ti... por qué sé que tienes algo más por mostrarme, te lo dije ¿no? Esta nueva magia aún necesita una mejora y me sorprende lo bastante básico que lograste hacer, ahora dime... que más ocultas
Lo toco con la punta de su túnica en la frente y obtuvo información, pero fue rápida, ya que algo le interrumpió, apenas vio siluetas en su mente sin forma alguna, al quitar su ropa miro que ese tipo estaba gritando hasta el cansancio, sin importarle que su boca sangrara al morderse los labios y arañarse si mismo.
—¿Por qué no lo curas y obtienes más información? —pregunto Carmilla con el brazo aun con ropa de una de sus victimas
—Quiero jugar un juego... llegar en modo fácil a la meta solo alimentaria el ego de querer algo al final, yo quiero experimentar todo en un nivel anormal, sea cual sea la dificultad... justo como el ajedrez
—En serio que estas mal de la cabeza... ¿iremos con los demás que aun pelean del otro lado?
—Ha, ¿leíste mi mente?
—Lo único que quisiera leer es el hechizo de liberación que tienes conmigo
—Inténtalo robar mientras duermo
—Tú nunca duermes
—JE, HE
El igual sonrió y le propino una patada en la espalda, la onda de choque fue brutal, pero él no se inmuto o al menos quiso demostrar eso ya que camino algo más rápido para que ella no se fijara que si le dolió.
—Antes... que nada... fijémonos si todos aún conservan estas rocas
Volvió a su forma juvenil y rebusco entre la ropa de los muertos, Carmilla se comía los corazones de las víctimas al recuperarlos de color y forma con un líquido verde y amarillo... Además de la saliva de ella al ya saborearlos.
—Algo es algo