Un joven ingeniero mecánico fue víctima de la cruda realidad de su país. Al graduarse con honores de la mejor universidad de la región tuvo la esperanza de ingresar a alguna importante compañía, pero para su sorpresa nadie lo quiso contratar, durante meses buscó alguna oportunidad en cientos de empresas y al final nunca lo logró. Desesperado por una fuente de ingresos, fue a solicitar algún apoyo con el gobierno de su ciudad quienes al enterarse que era ingeniero se burlaron de él mientras lo llamaban zángano, “Si hubieras prestado atención a tus maestros ahora no estarías aquí pidiendo dinero, además nuestros apoyos son para personas que no tuvieron las oportunidades que claramente tu si tuviste”. Derrotado y con su autoestima en los suelos regresó a su casa cuando vio un retén policial y una persona tirada en el suelo frente a su casa…