El beso… Duró mucho tiempo...
De violento a apasionado y de suave abrazo, ninguno de ellos quería romper el beso…
Al final, Ning Xi fue la que se detuvo. Empujó al hombre con firmeza. —Es suficiente… Si seguimos haciendo esto, ¡podríamos estrellarnos de verdad!
El piloto de enfrente casi gritó de alivio. ¡La jefa fue tan considerada!
Lu Tingxiao descansó la cabeza en su cuello, aparentemente conmocionado por lo que había ocurrido esa noche.
Ning Xi miró a Lu Tingxiao con expresión de preocupación. —Todavía estamos dentro de la frontera imperial y esta noche, realmente causamos un gran alboroto... ¿Te afectará?
Los labios del hombre permanecieron en su sensible área de la clavícula. —Bésame de nuevo, entonces no lo hará.
Ning Xi y el piloto se quedaron sin habla.
Más vale que cambie pronto de carrera...
Por favor, devuélveme a mi jefe genial...
[…]
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